Los sabios de este mundo no tienen futuro, porque llegado el tiempo de la regeneración, que llegará, se pondrán las cartas sobre la mesa y todo será descubierto y saldrá a la luz. Se critica a la Iglesia católica y se le persigue, pero, a la hora de solucionar los problemas, que muchos aparentan ser ellos los que lo hacen, todo lo dejan en manos de Cáritas -Iglesia católica-. Son sus voluntarios los que, dejándolo todo, es decir, poniendo a Dios en el centro de sus vidas, comparten su tiempo con los que lo necesitan y carecen de lo imprescindible para vivir.
Las cosas de este mundo son caducas y, por tanto, no tienen futuro. Todo lo de aquí abajo carece de consistencia y está llamado a perderse. Ponerse en manos del mundo es el error más grave que el ser humano comete. Posiblemente, sometido por el diablo no se da cuenta y persigue y busca la felicidad en lugar equivocado. San Benito supo encontrar el camino que conduce a la verdad y a la felicidad. Se puso en manos de Dios y lo colocó en el centro de su corazón y de su vida.
Pidamos al Señor esa sabiduría. La sabiduría que viene de lo alto y que nos lleva a la Vida Eterna. La sabiduría de, injertados en el Espíritu Santo, nos enseña a vivir en la Verdad y en la Palabra de Dios. Y no hay mejor camino que el de renovarse cada día en su Palabra y en su Verdad, siguiendo las enseñanzas que la Palabra de Dios nos va dando.
Pidamos un corazón entregado, suave, generoso y disponible y desprendido. Pero, sobre todo, un corazón centrado que priorice la Verdad y la Palabra ante todo lo demás, porque es el amor lo que realmente tiene gran valor y lo que nos lleva al encuentro con la plena felicidad que buscamos. Y lo hace siguiendo el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.
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