Estamos en tiempos de salvación, porque, Jesús, el Señor, es el Reino de Dios. Y, aunque nosotros no podemos oír su voz, sí escuchamos su Palabra y abrimos nuestro corazón a la buena Noticia de salvación que Él nos trae y nos regala gratuitamente entregando su Vida con su Pasión y Muerte y salvándonos con su Resurrección.
Es tiempo de salvación porque ahora está el Señor con nosotros. Un Señor Jesús glorificado por el Padre y Resucitado desde la Cruz. Un Dios que nos da la buena Noticia de que su Padre nos ama y le envía para que, dando voluntariamente su Vida por nosotros, seamos rescatado de la esclavitud del pecado y aceptados como verdadero hijos adoptivos de Dios por los méritos de su Hijo.
Pidamos esa Gracia y abramos nuestros oídos y nuestros ojos para escuchar y ver todo lo que dice y hace el Señor por nosotros. Demos gracia por estar bautizado y dentro de la Iglesia de Dios. Gracias, Señor, por haber nacido en una familia católica o por haber sido bautizado. Gracias, Señor, por tener la oportunidad de escuchar tu Palabra y abrirme a ella. Gracias, Señor, por la fe y la comunidad parroquial que nos une, nos fortalece y nos ayuda. Porque es necesario compartir la fe para fortalecernos.
Pero, gracias Señor por estar presente entre nosotros cuando nos reunimos en tu Nombre y, sobre todo, cuando te recibimos, bajo las especies de pan y vino, realmente como alimento espiritual, que nos fortalece, nos comunica tu misma Gracia y nos das la fuerza para continuar el camino llenos de tu mismo Espíritu, de tu Verdad y de tu Vida. Gracias Señor. Amén.
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