Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 19 de julio de 2018

EN LA HORA DEL SUFRIMIENTO

Resultado de imagen de Mt 11,28-30
Vivimos con el sufrimiento, porque sabemos que él llegará. Hoy podemos sentirnos bien, pero, mañana, sin saber cómo, aparece don sufrimiento y nos ataca. Nos cambia la vida cuando sufrimos y también es cuando solemos acercarnos y acordarnos de Dios. De alguna manera debemos estar agradecidos al dolor, porque es la causa de que en muchos momentos nos acerquemos al Señor.

Es verdad que no queremos sufrir dolores, y, quizás ahora no lo entendamos, pero en la hora de nuestra despedida de este mundo comprendamos el bien que nos ha podido hacer. Y, Jesús, que conoce nuestras debilidades y sufrimientos nos acoge, nos anima y nos invita a descansar en Él.

«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

No perdamos de vista que el final será lo más hermoso. Vale la pena pasar ese desierto de dolor. Igual que le sucede a la madre, cuando está en período de gestación, que da por bueno todo el dolor sufrido ante el nacimiento de su hijo, también nosotros debemos no perder de vista el final que nos espera: gozo y plenitud eterna junto al Padre. Eso nos puede ayudar a descansar nuestras fatigas en la esperanza de lo que nos espera al final.

Y Jesús, el buen Pastor, nos invita a descansar en Él. Tengamos confianza y fe en el Señor, y confiados en su Palabra dejémonos consolar, animar y fortalecer en Él para, por su Gracia, continuar el camino con renovadas fuerzas y ánimos. Pidámoslo con fe y esperanza. Amén.

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