Sí, Padre mío, sé que en mi vida habrá momentos difíciles. ¡Claro, no me gustaría! ¿A quién le gusta la tristeza o el sufrimiento? Pero la vida es un camino donde hay de todo un poco. Incluso, muchos tendrán más tristezas que alegría. Misterio, que en muchos momentos no llegamos a entender como con algunos la vida se ceba demasiado.
Pero, detrás de todo esto, que irremediablemente tendremos que padecer y sufrir por culpas, en muchas circunstancias, de los mismos hombres, lo verdaderamente importante es que al final todo se convertirá en gozo y alegría. Son tus Palabras las que nos prometen eso hoy en el Evangelio: "Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo". Y tu Palabra siempre tiene cumplimiento.
Hoy, Señor, nuestra súplica va dirigida a que nos des fortaleza y voluntad para superar esas pruebas en nuestro camino. Necesitamos el aliento de tu Espíritu para vencer y superar las dificultades en los momentos y situaciones de tristeza, de sufrimientos, de debilidades y tentaciones que nos ofrece este mundo falso, hipócrita, mentiroso y abocado, sin Ti, a la muerte.
Necesitamos la paciencia que nos dé el tiempo necesario para agarrarnos a Ti y sufrir las afrentas, los desplantes, la soberbia y suficiencia de nuestros hermanos, con la humildad que vivió María, tu bendita Madre. No pedimos riquezas ni poder, solo paciencia y paz para soportar la cruz que nos toca a cada uno cargar. Amén.
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