Esa es la verdadera razón, mi humanidad caída y débil. Porque, sí, Señor, he decidido seguirte hace ya mucho tiempo. Desde mi juventud, quizás con cierta indecisión, me planteé seguirte. Y lo he hecho a trancas y barracas. Unas veces más cerca y otras más lejos, pero siempre con la inquietud de responder a tu llamada y a tus indicaciones.
Sin embargo, experimento fracaso, y suplico perdón y misericordia. Es verdad que mi decisión ahora, ya de mayor, es más firme y decidida, pero sigo experimentando debilidad y tentaciones con las que libro cada día unas enormes batallas. Sé que la guerra está ganada si me mantengo unido a tu Espíritu, pero, por la libertad que me has regalado, don precioso, el esfuerzo de cada día se me hace difícil y duro. Por eso te lo pido a diario en el Padre nuestro: "dame el pan de cada día..."
Y sé con seguridad que ésta es la tónica de mi camino. Una lucha constante de batallas que me llevaran a ganar la guerra de llegar a tu Casa Señor. Pero necesita hacerla contigo. No puedo tomar yo la iniciativa y enfrentarme solo a la batalla. Necesito ir contigo y bien asistido por tu Espíritu. Así no tendré, aunque pase momentos difíciles y de sufrimientos, nada que temer.
Dame constancia y perseverancia para mantener Señor esa lucha de cada día con la Gracia de tu Espíritu, para fortalecido por ella, no sucumbir a las debilidades y tentaciones del camino. Amén.
3 comentarios:
buenas tardes me encantado esta pagina y he tomado unos reglones para compartirlos ojala no se vayan a molestar ya que algunos no abriran para leerlo y si lo pongo asi se detendra a leerlo esta hermosisimo todo, cada frase, en una palabra todo.
Puedes hacerlo con toda libertad, pues tratamos de compartir y servirnos de apoyo en nuestro caminar hacia el Padre.
Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.
Muchisimas gracias,Dios lo Bendice.!! atte Maricande.
Publicar un comentario