No importa el color del cielo, lo que hace el día bonito eres tú cuando vives en la presencia de Dios. |
Es verdad que mucha parte del mundo duerme en la ceguera de la ignorancia. Y no me refiero a la ignorancia del conocimiento o de la intelectualidad, sino a la ignorancia de saber que sólo hay un único camino de salvación, y ese único camino es el Señor, el Hijo de Dios Vivo.
Nada importa sino vivir en la Voluntad de Dios, porque sólo en Ella está nuestra salvación. Sin embargo, el mundo se afana en otras cosas que no tienen salida, sino que dejan un vacío existencial que les conduce a la búsqueda de sucedáneos de felicidad, que terminan por degradarlos y conducirlos al precipicio de la vida. Buscar la felicidad en la diversión, la buena comida, el alcohol, las aficiones o hobbies u otros sucedáneos que nos puedan entretener y darnos satisfacciones es tomar el camino equivocado.
Hay un gran peligro. Eso lo experimentan los que padecen azúcar, pues sin darse cuenta y sintiéndose bien, sufren los desvatadores efectos de la azúcar que, lentamente y en el silencio interior de sus cuerpos, los destruye lentamente. Cuando lo advierten no hay remedio. Igual nos ocurre en la vida de salvación. Primero no creemos en ella; segundo, la desechamos como pérdida de tiempo, y tercero creyéndonos bien dirigidos desperdiciamos el tiempo que, llegada nuestra hora, ya no podemos despertar.
Sólo importa hacer y vivir en tu Voluntad Señor, porque en Ti encontramos las respuestas que buscamos de forma desesperadas en las caducas ofertas que el mundo nos ofrece. Despierta nuestro corazón endurecido y aletargado por las falsas apariencias de felicidad que este mundo nos ofrece, y llenanos de la sabiduría que sólo tu Amor nos da y nos llena de gozo y felicidad.
Porque sólo aquellos que cumplen la voluntad de tu Padre del cielo, son tus hermanos, hermanas y tu madre (Mt 12,46-50).
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