Señor a Ti dirijo mi pequeña plegaria.
A ti elevo mi corazón en una ardiente suplica.
Solo Tú puedes
ayudarme…mi deseo es fuego
…Señor, que yo vea… que yo vea Señor…
Que yo vea con los ojos de la fe, si Padre mío,
Quiero poseer la riqueza de unos ojos de fe,
Una fe solida, una fe viva, una fe contagiante,
Una fe llena de
fuego, una fe que traspase el umbral de la eternidad, una fe que toque la
fuente de la Divina Misericordia abriendo la puerta de par en par para las
almas…
Una fe que sea noticia
divina para la humanidad.
Mi Señor, que yo vea con tus ojos, que yo vea el bien y
su fecundidad en medio de tantas tinieblas.
Que mis ojos de fe provoque tu obrar misericordioso en
beneficio de los pobres pecadores, de las almas.
Padre mío, que mi alma se
enriquezca con la luz de la fe que brote de unos ojos de fe… que yo vea… que yo
te vea en todo y en todos… que mi fe me lance audazmente a confiar ciegamente esperándolo
TODO de Ti… que jamás dude, que jamás tema, que jamás me acobarde, que jamás me
desvié, si no, por el contrario que mi ojos de fe me lleven a poseer una fe tan
pequeña como un grano de mostaza para subirme a la cima de una montaña y gritar
al mundo entero, con la voz más tierna posible…con el ímpetu de la fe y del amor compasivo, a las almas, a
los pobres pecadores que “Dios les ama… volver a Dios… volver a Dios…dejar el
pecado… venid a los brazos de Dios, el Dios del Sagrario…que los está esperando
con tanta ilusión. ”
Madre mía… préstame tu fe…para
vivir como tú siendo totalmente de Dios…
Desde la Soledad del
Sagrario
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