Porque cuando se cree no paras en tu empeño y te adentras en el riesgo de conseguir aquello que buscas y que significa tu fuente de felicidad. Pronto descubres que tu felicidad no la alcanzas en las cosas de este mundo, ¡claro si estás despierto y atento!, y te sientes ciego y necesitado de nueva luz para encontrar el camino donde encontrar esa fuente que perdura y permanece siempre encendida.
Experimentas pobreza e impotencia, y descubres que necesitas buscar a Alguien que te pueda dar esa Luz que tú solo no sabes encontrar ni descubres. Dame luz, Dios mío, para ver el camino que busco. Que busco sin saber dónde puedo hallarlo. Me siento ciego y necesitado.
Quisiera tener vista, pero no una vista para ver solamente la vida, sino una vista que sepa vislumbrar tu Amor, tu Gracia y tu Misericordia. Dame esa fe que me mueva a caminar y a buscarte. Me experimento ciego y sin horizonte, y busco el horizonte de tu Amor.
Me siento perdido en este mundo de tinieblas, y quiero encontrar la luz. La Luz que me ayude a ver el gozo y la eternidad que palmita dentro de mi corazón; la justicia y la paz que anhelo dar, y el amor que enciende la alegría y la felicidad que busco desesperadamente.
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