No puedo amarte Señor si no soy capaz de amar a aquellos que son parte de mi vida, de mi entorno, de mi pueblo, de mi época y tiempo, de... En la medida que vivencie mi amor entre ellos, estaré proclamando también mi amor a Ti. Y no porque mis palabras lo proclamen y pregonen a los cuatro vientos, sino porque tu Vida se hace vida en mi y se concreta en el acontecer diario de cada día.
Necesito tu Gracia, Padre mío, para ser capaz de derramar todo el amor que Tú has puesto en mi corazón. Sin Ti no podré hacerlo, porque eres Tú quien hace que mi vida tenga dignidad y valor infinito. No valen mis obras por mí, sino porque provienen de Ti. Tú eres la fuente que les da valor y dignidad.
Mueve mi vida, Señor, y dame la valentía de proclamarte no solo con mis palabras sino también con mis hechos. Todo quedará al descubierto, y nada permanecerá en la oscuridad. Dame la sabiduría de saber escribir la historia de mi vida con tus Palabras, Padre mío, y confirmarlas con mi testimonio.
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