Señor, mis frutos son frutos de mala calidad. Posiblemente estén cultivados con el egoísmos de mis propias apetencias y satisfacciones, y no busquen tu Gloria, sino la mía. Convierte mi tierra mala y mal abonada, en tierra buena y fértil, para que dé los frutos que Tú acostumbras a recoger.
Frutos que sirvan para Gloria de tu Padre y que nos descubran como fieles seguidores tuyos. Mantenme unido a Ti, mi Señor, y dame la fortaleza de perseverar hasta dar frutos, frutos que rieguen mi vida en abundancia y den gloria a tu Padre.
Dame también la voluntad de empeñarme que tu Palabra no caiga en la tierra improductiva de mi vida, sino que, regada por tu Gracia, sea el agua fértil que la haga producir en los buenos frutos por Ti esperados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario