Y no quiero seguir preguntándome cosas inalcanzables para mi limitada mente. Es absurdo querer dar respuesta a la cosas de Dios, porque Dios es Infinito e imposible de comprender para el hombre. Comprendido Dios, dejaría en ese momento de ser Dios. Esa es nuestra fe, y por eso la necesitamos, para confiar en su Palabra.
Y su Palabra nos dice que nos prepara un lugar inimaginable para aquellos que confíen y crean en Él. Y eso me basta. No significa que creo ciegamente, sino que confío en su Palabra. Porque dentro de mí bulle el deseo y anhelo de ser feliz, pero una felicidad no perecedera como ocurre aquí en la tierra, sino una felicidad perdurable y eterna.
Y eso no se compra ni se alcanza en ningún lugar sino en Jesús. Él es el Camino la Verdad y la Vida, y yo creo en Él. Por eso, Señor, te pido que nos aumente nuestra fe, nos des sabiduría y voluntad firme para continuar detrás de tus pasos y no permitas que las cosas de este mundo nos desvíen de tu camino.
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