Sé, Dios mío, que todo depende de Ti, pero, has dejado en mi mano la elección de abrir o cerrar mi corazón y no se me hace fácil discernir lo que debo hacer. Yo quiero, Señor, pero, mis debilidades, mis apetencias, mi carne se rebela y me atosiga separándome de Ti.
Y tu inmenso amor respeta la libertad de mi elección y, aunque esté equivocado, Tú te mantienes al margen si no tienes mi permiso. Te atas tus manos ante la libertad que me has dado. Eso, Señor, refuerza mi fe en Ti porque me das testimonio de tu Amor y me admira tu autoridad.
Gracias, Señor, porque me dejas libremente escoger mi camino. Incluso permites mis errores y solo me los corriges o enderezas solo con mi consentimiento. Por eso, Señor, siendo consciente de mis debilidades y conociendo tu inmenso Amor e infinita Bondad, vengo, postrado a tus pies, a pedirte, Señor, hoy día de reyes, que me des la Gracia - tu Gracia - Señor, de convertir la oscuridad de mi corazón en Luz de tu Palabra y de tu Misericordia.
Conviérteme, Señor, y refuerza mi mente con la fortaleza, la paz y la sabiduría de tu Palabra y la voluntad de tu Poder, para que mi vida sea fiel reflejo de tu Vida. Amén.
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