No es fácil mostrarte tal cual eres en muchos momentos de tu vida. Hay situaciones que decir la verdad supone un gran reto y compromiso, y, quizás, estropea más que arregla. Sin embargo, siempre, aunque en algunos momentos haya que buscar - y eso sea lo mejor - el momento oportuno, hay que estar dispuesto a decir la verdad. Porque, la verdad te da libertad, te hace libre y construye tu vida sobre roca.
Mira, la raíz más profunda del sufrimiento es, precisamente, ausencia de Dios - que es la Verdad Absoluta -. Sin Él toda verdad es limitada, dubitativa, nubosa e insegura. No se ve el camino y el peligro del precipicio es inminente. Necesitas agarrarte a Él - la Verdad con mayúscula - que verdaderamente alumbra tu camino y con el que puedes ver la ruta que debes tomar para llegar al puerto deseado.
Por eso, suplicamos con todas nuestras fuerzas, Señor, luz para nuestro camino. Luz que nos guíe en verdad y justicia para, siendo libres, poder elegir siempre la verdad y mostrarla al mundo. Una verdad que, en muchos momentos nos exigirá lucha, sufrimiento y esfuerzo. Pero, también, una verdad que nos dará gozo, esperanza y felicidad.
Pidamos que esa Luz de tu Espíritu, Señor, nos acompañe durante el camino de nuestra vida y nos auxilie para que en esos momentos difíciles y de vacilaciones sepamos tomar la decisión - a pesar de que nos cueste - acertada y verdadera. Amén.
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