Es ésta una actitud cristiana, porque el amor desprende esa aroma de preocupación por solucionar los problemas de los demás. Jesús está atento a ello, y percibe que la gente que le ha seguido está cansada y necesitada de alimento. Atenderlos, curarlos y abastecerlo de comida es su preocupación.
Y nos la traslada también a nosotros. Porque nosotros somos sus discípulos, sus amigos y sus seguidores. ¿No vamos a hacer lo mismo? Sí, por nosotros mismos no podremos hacerlo, pero en Él y contando con su Gracia, lo podemos todo. Él mismo nos lo ha prometido.
Danos Señor la Gracia de ser fuertes para vivir en tu Voluntad. Fortificarnos según tu Palabra y fortalecernos para, en todo momento, hacer tu Voluntad. Y tu Voluntad es estar dispuesto a servir, a ayudar y a darnos por amor en servicio a los demás. Igual que Tú has hecho mientras has estado con tus discípulos en la tierra.
No tenemos pan, ni peces suficientes; no sabemos tampoco cómo hacer para curar y dar de comer a todos aquellos que se acercan a nosotros y están necesitados, pero te tenemos a Ti, Señor. Y en Ti podemos encontrar soluciones para resolver estos problemas. Aumenta nuestra fe y confianza para que no perdamos la esperanza de, confiados y abandonados en Ti, sepamos dar respuesta a tu Voluntad.
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