Estoy dispuesto a pesar de mis contradicciones y mis apegos. Se me hace difícil aceptar, o mejor, me cuesta aceptar porque no encuentro un vestido que me vaya bien de acuerdo con la etiqueta del banquete. Sí, está a mi alcance, pero mis debilidades, apegos e intereses me lo hacen difícil y siembran la duda y la pereza para aceptarla.
Pero yo quiero Señor, y busco con mi pobre y humilde esfuerzo ese traje que me vaya ajustado y bien para ser aceptado en tu Banquete. Te pido que me ayudes a encontrarlo y a no desesperar. Te pido paciencia y fortaleza para desprenderme de todo aquello que me aleja de aceptar tu invitación. Yo quiero estar presente en tu Banquete, Señor.
Dame la sabiduría de saber buscar y encontrar la vestimenta exigida, y de dejar todo aquello que, en apariencias, me desvíe del camino de la asitencia al Banquete. Enséñame el camino y a no perderme, a pesar de que me ofrezcan luces que me deslumbren y me atraigan. Sé, Señor, que contigo encontraré el camino y aceptaré tu invitación.
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