Quisiera no seguir mis apetencias, mis gustos e intereses, porque no siempre son buenos para el interés común aunque lo sean para mí. Y hoy, en mi matrimonio, quisiera ser parte que siempre tienda a unir, a servir y a vivir en tu Voluntad. Porque Tú, Señor, sí eres siempre lo mejor para todos.
Sé que no es tan difícil proclamarlo y más difícil vivirlo, pero también sé que para eso Tú estás en medio de nosotros. Para eso nos dimos mutuamente, en el momento de comprometer nuestras vidas, un sí para toda la vida, y un sí responsable y comprometido.
Y también la vida nos lo ha demostrado. Sin Ti en medio de nosotros, nada podríamos conseguir. Hemos sorteado tempestades, vientos huracanados y dificultades adversas gracia a tu presencia entre nosotros. Hemos experimentado los fuertes vientos que tiende a separarnos, pero en Ti y por tu Gracia siempre hemos salido victoriosos.
Gracias Dios mío por tu asistencia, por tu promesa cumplida de mantenernos unidos, por tu Amor incondicional, por tu paciencia y por tu presencia permanente siempre atento a cualquier inclemencia del tiempo de nuestro propia barca. Nos gustaría reafirmar nuestra promesa de amor a pesar de tantos fracasos y promesas incumplidas, porque sabemos que eso que Tú nos has prometido es loa mejor para nuestra total y eterna felicidad.
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