Se puede caer, equivocarse y cometer errores. Nadie está a salvo del fracaso o del error. También del pecado, pero nadie está excusado ni excluido del esfuerzo por evitar equivocarse, cometer errores o caer atrapado por el fracaso. Tenemos esa libertad y, por supuesto, esa opción de evitar volver a tropezar en la misma piedra.
Sin embargo, la experiencia nos dice que estamos sujetos al pecado, pero también, que podemos vencerlo estando injertados en Xto. Jesús. Es claro que solos estamos perdidos, pero en, por y con Jesús podemos salir victoriosos. Y esa es nuestra esperanza y nuestra alegría.
Por eso, Señor, te pedimos que nos mantengas en la actitud y el esfuerzo de buscar y vivir en la verdad. No permitas que digamos blanco, y luego lo pintemos de negro. Danos la capacidad de compartir aquello que estamos dispuesto a vivir, y no ofrecer lo que nos sobra o nosotros no vivimos. Líbranos de tener dos caras, una cuando nos reunimos en comunidad, y otra cuando vivimos en nuestro ambiente.
En Ti, Dios mío, ponemos todas nuestras esperanzas y nuestros esfuerzos para nunca ser motivo ni causa por la que otros no lleguen o se alejen de Ti.
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