Porque muchas veces busco mi ideología, mi forma de entender la vida y las cosas desde mis apegos y apetencias, y no te busco a Ti. Escondido y disfrazado de mí, quiero aparentar que te busco, pero al final me doy cuenta que soy prisionero de mí mismo y de mis principios. Busco mi verdad en tu Verdad, y cuando se desvía mucho de la mía, la rechazo.
Supongo que eso también les pasó a aquellos fariseos y escribas de tu tiempo, Jesús. Pero también nos pasa a nosotros ahora. En el miedo se esconde muchas de esas causas que nos hace actuar así. Por miedo me resisto a no destapar mis oídos ni abrir mi corazón, pues no quiero ver la Verdad tan distanciada de mí verdad. Y nace mis justificaciones que tratan de distorsionar y acomodar tu Verdad a la mía.
Límpiame Señor de tanta ideología falsa, aparente, interesada, impuesta y mentirosa. Así no transmito tu Verdad porque sencillamente no es esa. Y lo que no es, no se puede presentar como lo que es. Tú amas y pacientemente esperas al que te rechaza y busca otras verdades caducas y de barro. Tú nos indicas el camino a pesar de que nosotros, desoyéndote, buscamos otros.
Siempre en oposición a Ti, pues tu Verdad nos descubre nuestras mentiras y eso nos endurece el corazón. Yo quiero Señor pedirte que nos limpies por dentro y también por fuera y nos des la Gracia de ser dócil a tu Palabra con nuestra vida y testimonio.
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