Todo lo que nace del amor verdadero nace dado, regalado y gratuito. Nunca se impone ni se programa. Sólo se da cuando se necesita. No es una norma ni una ley, y menos cumplimiento. Es simplemente amor. Quisiera pedirte Señor que me hagas amor y me enseñes a vivir no de cumplimientos, sino de tu Amor, pues vivirlo es cumplir tu Voluntad y no la de los hombres.
En nuestro mundo falta amor, y nos limitamos a cumplir sin preocuparnos de amar. Ese es mi problema, y también el de la Iglesia. Necesitamos amarnos al estilo que Tú nos amas, y lo que hacemos es separarnos y separar a otros con nuestro mal testimonio. Es entonces cuando experimentamos la necesidad de Ti, Señor, para poder transformar nuestro corazón de piedra y cerrado al egoísmo en un corazón de carne y abierto a la caridad.
Por eso, una vez más, desde este humilde rincón y unidos en Iglesia, te pedimos que nos enseñes a amar como Tu nos amas. Amén.
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