Señor, quiero estar entre los tuyos, y sé que para ello tengo que sentir necesidad de Ti. Y esa necesidad pasa por despojarme de todo aquello que me promete, bajo apariencias, felicidad y vida fácil y placentera. Entre otras cosas porque lo bueno cuesta conseguirlo y obtenerlo de forma fácil no es buena señal.
Quiero experimentar la pobreza de todas mis apetencias y el vacío de todos mis gozos efímeros y caducos. Porque sólo en Ti, Señor, puedo conseguir esa fuente de felicidad que salta hasta la vida eterna. Quiero fiarme de Ti y pedirte la liberación de mis esclavitudes, porque sólo en Ti puedo alcanzar la libertad de liberarme de todo aquello que me esclaviza.
Quiero también confiar en tus promesas y aceptar tu humanidad y tu condición de vecino de Nazaret, hijo de José y de no exigirte que me lo demuestres. Me basta tus Palabras y me fío de tus hechos y de lo que dicen otros que has hecho en otros lugares.
Quiero seguirte Señor y te pido que me lleves contigo. Transforma mi corazón apegado a la razón y a las cosas de este mundo para que, liberado, pueda seguirte y llevar el ritmo de tus pasos.
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