Quiero y necesito optar por Ti, Señor, pero soy consciente de que me pesa mucho esa opción, pues estoy encadenado a los apegos y apetencias de este mundo. Cada día la lucha es tremenda e ir contra corriente es duro de lograr. Sólo Tú Señor eres la respuesta a esta esclavitud.
En Ti podemos ser liberados, pero para eso debemos seguir tus pasos. Te pedimos Señor que nos des la fortaleza que necesitamos para emprender el camino. Ese camino que nos lleva a seguirte y a luchar en cada momento por ser tus discípulos.
Tú eres nuestra primera opción, y eso significa que el primer objetivo de nuestra vivir diario es vivir en tu Voluntad, que es también la Voluntad del Padre. Eso nos implica a amar como el Padre nos ama. Amar a la familia, a los amigos, a los hermanos... y también a los enemigos.
Y el amor exige que haya justicia y paz. Seguirte Señor será comprometerme en hacer y luchar por un mundo mejor. Un mundo donde reine la justicia, el amor y la paz. Por eso, junto a Ti y en Ti podremos, siguiendo tus pasos, conseguirlo.
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