No puedo ver la viga de mi ojo mientras Tú Señor no me la ilumines. Veo las de los demás, pero la o las mías no. Me cuesta incluso pensar que yo tengo una viga y aquel tiene simplemente un brizna. Yo me creo mejor, y quizás esa autosuficiencia es la que me ciega para ver mis vigas.
Dame tu luz y fortaleza Señor para poder sacarme las vigas que obstaculizan mi visión, y poder ver y sacar las briznas de los ojos de otros. No sé que más decirte Señor. Mis palabras son torpes y escasas. Mis inmensas vigas mi cierran mis ojos y sin tu luz nada veo.
Ilumina mi camino y hazme sentir el olor a fiesta y alegría que, aunque no la celebre ni la oiga, espere celebrar algún día, cuando la luz de mis ojos, limpiadas las vigas, se abran y vean la Luz Eterna de los tuyos.
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