Necesito tu sabiduría Señor para descubrir los talentos que Tú has dejado bajo mi responsabilidad. Y para una vez descubiertos ponerlos en acción para que rindan y obtengan beneficios para tu Reino. Yo quiero negociarlos, invertirlos, ponerlos a producir y no enterrarlos, pero muchas veces no sé cómo, y otras fracaso.
Creo, humildemente, que alguna vez habré acertado por obra y gracia de la acción del Espíritu, pero soy consciente de las muchas veces que te he fallado, Señor. En la familia, los grupos o comunidad parroquial; con los hijos, la esposa, los amigos... ¡Cuantos talentos mal empleados, enterrados o mal gastados! O incluso reproches, rebeldías o inconformismo de mal agradecido al no aceptar mis limitaciones y la medida de mis talentos.
Dame la paz de saber confiar en Ti; de saber esperar en Ti; de saber conformarme con lo recibido, y de saber aceptar aquello para lo que no he sido llamado. Dame la humildad de entender que todo lo que ocurre en mi vida sea para alabanza y gloria tuya.
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