Señor, abre mi boca y mi corazón para que estén siempre abiertos a Ti. Que nunca dejen de suplicarte y pedirte la sanación del cuerpo y del alma porque para eso has venido Tú. Sería una pérdida inmensa el no aprovechar esa invitación que Tú me haces de pedir. Y, peor todavía, hacerlo de cosas superfluas, vanas y caducas.
Despierta nuestra mente e ilumina nuestros corazones para saber pedirte lo verdaderamente importante. Y eso es la curación eterna del cuerpo y del alma. Nuestra propia salvación.
Hoy, que estamos reunidos en el III Encuentro Internacional de Blogueros con el Papa, asístenos para que no desaprovechemos esta oportunidad, todos juntos, de amarnos, de prepararnos y de dar un paso hacia delante para, con nuestras vidas y palabras, evangelizar tal y como Tú quieres que lo hagamos. Que no sea lo que nosotros queremos, sino lo que Tú quieres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario