Señor, no quiero engañarme porque Tú lo sabes todo, y porque de esa forma sólo me engañaré yo mismo. Sé que soy un pecador, y que echo la carga en hombros de otros. Quizás no sea tan consciente, pero en muchos momentos escurro el bulto.
Quiero pedirte perdón, porque aunque mis debilidades me inclinen a evadirme, sé que siempre puedo hacer algo más. Por lo menos reconocerlo y dolerme en esa culpa que a veces me atormenta. No quiero mirar para otro lado, y sí pedirte perdón por esa impotencia de no hacer lo que me gustaría hacer. Me experimento débil y pobre y te pido fuerzas y voluntad para poder vivir como me gustaría y a Ti te gustaría.
Pero, sobre todo Señor, no quiero dejar el camino. Pobre, pecador, débil y fracasado quiero seguir caminando, aunque sea a mi paso torpe y lento; cansino e inútil, y también algo farisaico. Perdona mis faltas y mis debilidades. Quiero postrarme a tus pies y pedirte perdón por todas mis limitaciones y decepciones, pero quiero seguirte aunque sea arrastrándome Señor.
Dame el coraje y la compañía de mis hermanos más fuertes en la fe, y la oportunidad de confortarme en ellos. Juntos tendremos la ocasión de fortalecernos y apoyarnos en el camino, y buscar en la reconciliación, tu Reconciliación y perdón. Ayúdame Señor a ser como Tú quieres que sea. Gracias de antemano, Dios mío.
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