Quiero sentirme caminante y experimentar que en el camino avanzo hacia Ti. Y lo hago dejando tu Huella, tu Olor, tu Perfume, tu Buena Noticia, tu Amor. Quiero que mis pasos desprendan tu Bondad, tus Bendiciones, tu Misericordia, tu Paciencia, tu Amor. Y quiero no quedarme atrás, encandilado por las luces de este mundo y por las apetencias de mi pobre humanidad.
Porque sólo Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna, y sólo en Ti confío. No podemos fiar del Señor, porque en Él se ha cumplido todo lo profetizado, que ha terminado en la Resurrección. Tú, mi Señor, eres dueño de vida y muerte y hacia Ti queremos caminar.
Danos la fortaleza de no taparnos nuestros oídos y escuchar tu Palabra. Queremos obedecerte Señor y ser tus enviados. Enviados de, en tu Nombre, ofrecer la Vida Eterna a los hombres. Porque en Ti Señor estamos salvados y eternizados para siempre.
Pero no obviamos la naturaleza que nos envuelve, y sabemos de su pobreza, limitaciones y debilidades. Por eso, en la dureza del camino y en la lucha contra corriente de cada día, suplicamos tu presencia, tu Espíritu y tu Gracia para que podamos saltear todos los obstáculos que no salen al paso.
Sabemos Señor, a pesar de ser pocos y la mies mucha, que contigo somos mayoría aplastante.
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