No hay otro camino. La oración es el arma que nos hace invencible, pues unidos al Señor seremos siempre mayoría aplastante. Hay momentos que, apostados en el umbral de la puerta del Señor, nuestra oración no encuentra eco ni respuesta. Se hace silencio y nuestros ojos se vuelven ciegos y perdidos. ¿Dónde estás Señor? Necesito de Ti para seguir el camino.
No cabe duda que el alma se forja ante los tropiezos del camino. La paciencia es indispensable para perseverar y esperar la respuesta del Señor. Porque seguro que llegará. Es en el crisol del fuego donde nuestro corazón encuentra el calor y la fortaleza para llenarse de paciencia y esperar el aliento del Espíritu para continuar el camino.
Los peligros nos acechan y el diablo está presto a aprovecharlos. Tengamos la plena confianza que Jesús nos acompaña con toda garantía. Él ya pasó por esto. Sufrió críticas despiadadas, hasta el señalarlo como que actuaba con poder del demonio. Y todo lo superó con paciencia y con verdad. Su camino es firme y en Él podemos nosotros también seguir adelante.
1 comentario:
¡Hermoso texto! ¡Gracias! Sin duda, la paciencia es indispensable para perseverar y esperar la respuesta del Señor. DTB.
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