Te doy gracias Señor porque creo en Ti, al menos me esfuerzo en creer y trato de seguirte, no con los pasos sino en el esfuerzo de imitarte. Sé que la fe no viene de mí propio esfuerzo, pues me supera y sólo puedo alcanzarla por tu Gracia. Por eso me siento profundamente agradecido y privilegiado, pero al mismo tiempo te doy también gracias por tu Infinita Misericordia, pues me siento y experimento indigno de Ti, perplejo por tanto Amor y Misericordia ante tantos rechazos e indiferencia por mi parte.
Perdona, mi Señor, por tantos desaires y fracasos; por tantos rechazos a tus planes y proyectos para mí, y por tan poca correspondencia por mi parte a tu llamada, tal y como a Ti te gustaría. Aunque me siento privilegiado por tu Gracia, me avergüenza no estar a la altura de lo que Tú esperas de mí. No tengo excusa porque me has dado lo necesario y suficiente para responderte.
Perdona Señor mi mala administración de los talentos que has dejado en mis pobres y torpes manos. Dame la paz de sentirme perdonado y las fuerzas y sabiduría de dar los frutos que Tú esperas de mí. Amén.
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