No tengo otra alternativa sino la de buscarte. Empiezo a sufrir por aquellos amigos que, estando seriamente enfermos, pasas inadvertidos entre ellos. No les mueve la necesidad de curación tu Palabra y tu Persona. Son ciegos que buscan curación entre ciegos, porque a lo más que pueden aspirar es a alargar sus vidas y sus sufrimientos unos segundos más.
Te doy gracias Señor por darme la fe de creer en Ti y buscar tu presencia para suplicarte curación y salvación eterna. Quiero, Jesús, que me des de esa agua que salta hasta la vida eterna que ofreciste a la mujer samaritana. No quiero quedarme impasible y con los brazos cruzados. Yo creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo que has venido para salvarnos de la esclavitud del pecado.
Quiero seguir tus pasos y tratar de, con tu Gracia y la asistencia del Espíritu Santo, esforzarme en vivir a tu Estilo, en tu Verdad y según tu Palabra. Necesito tu Aliento y tu Fuerza para servirte en los hermanos y amarte en los hombres, incluso en mis enemigos.
Muéveme Señor para que te busque sin descanso confiado que en Ti encontraré el camino de salvación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario