Y llénanos de tu fuerza y de tu sabiduría para vivir según tu Voluntad y no la nuestra.
Ven Espíritu Santo, y toma nuestros corazones para que seamos instrumentos tuyos en el quehacer y vivir de nuestras vidas.
Ven Espíritu Santo, y transforma nuestros corazones de piedras en corazones de carnes, sensibles al sufrimiento de los demás; sensibles a las injusticias; sensibles al derecho a la vida.
Ven Espíritu Santo, e invade mi cuerpo y tómalo para Ti, para que respire, lata y se mueva según tus impulsos y tus soplos.
Ven Espíritu Santo, y mueve mi alma en el sentido de tu Amor. No nos dejes al ritmo de nuestros latidos e impulsos, porque somos carne de muerte y de perdición.
Ven Espíritu Santo, y lava nuestros cuerpos cansados y agotados e inclinados al pecado... Libéranos de la pereza, de las desganas, del cansancio al servicio, a la disponibilidad, a darnos y entregarnos...
Ven Espíritu Santo, e inúndanos de paciencia, de serenidad, de paz, de mansedumbre, de tu Amor. Amén.
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