Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 12 de enero de 2013

¿QUIERO YO DESPLAZAR A JESÚS?

 ... él dijo: “Es necesario que él crezca y que yo mengue” (Juan 3:30)
 
No es esa mi intención, pero ocurre muchas veces que mi debilidad humana así lo hace. Son las causas de mis lepras, que me destruyen, que me consumen y que ponen en primer lugar mi propio yo antes que el de Jesús.

Son mis autoengaños que justifican una realidad distorsionada por mis autotraiciones. No me reconozco pecador, limitado y necesitado aunque lo digan mis palabras, pero en mi corazón siempre hay un  deseo impuro de sobresalir, de orgullo, de vanidad, de soberbia y egoísmo. Y, antes el olvido de mí mismo, pongo a Jesús en un segundo plano.

Necesito, como hizo Juan, ser humilde, abajarme y dejar que mi yo mengüe, para que Jesús sea el centro de mi vida y su Persona aumente y crezca. Que todos aquellos que se acerquen a mí, vean y experimenten la Persona de Jesús que vive en mi corazón, y que sus actos sean fiel reflejo de los de Jesús.

Y eso no lo puedo hacer yo solo. Te suplico, Señor, tu Gracia, tu bendición y tu aliento para que mi pobre corazón se transforme y deje mi yo después de Ti, porque Tú eres el Hijo de Dios Vivo, Aquel que había de venir para la salvación y redención de todos los hombres. Amén.

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