Sabiduría para saber de quién debo fiarme. Hay muchas propuestas en el camino de salvación. Propuestas que aparentemente son maravillosas, pero que luego se convierten en espejismos de felicidad, y mentiras que más tarde te dejan vacío y tristes.
Sólo una vale la pena, y habla en verdad y justicia. Y esa es la Tuya, Señor. Sálvame de los peligros que me acechan y me prometen felicidad, felicidad de la de este mundo: caduca y temporal. Yo quiero fiarme de Ti, Señor, y dejarme conducir por tus Palabras.
Quiero ponerme en Manos del Espíritu Santo y dejarme llevar por el camino que Él me proponga. Porque solo Tú, mi Señor, tienes autoridad y Palabra de Vida Eterna. En Ti se cumple todo lo profetizado. Tú nunca has faltado a tus Palabras y Promesas. Hasta la Resurrección ha tenido cumplimiento en Ti, mi Señor.
Por eso, creo ciegamente en tu Palabra y me someto libremente a tu autoridad y criterios. Quiero y te pido que me asista en el Espíritu a que mi vida sea vivida en base a los criterios de Jesús, tu Hijo verdadero y predilecto. Eso solo te pido, Señor, y esa sola es mi preocupación y mi afán. Dame la sabiduría de saber responderte.
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