Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 23 de marzo de 2024

XIII Estación: María junto a la cruz.

Señora de la soledad, madre del silencio, mujer fuerte en la debilidad, capaz por tu amor de estar junto a las cruces de todos tus hijos. Acogiste entre tus brazos a la vida inmolada y la ofreciste al Padre, a él, que un día te pidió permiso  para que su Hijo se hiciese carne en tus entrañas.  

Lloras, Dolorosa, con todas las madres del mundo que trajeron y traen a sus hijos entre los brazos, muertos. Y tú acoges y abres tu corazón con una espada de dolor, para ser madre entrañable a todos nuestros dramas y disputas, sembrando amor en tantas guerras, alegría de esperanza en todos los calvarios de la humanidad, donde con tu presencia alienta a los hombres en este valle de lágrimas. Señor del dolor junto a la cruz, mujer de vida hasta el final, acógenos en tu seno maternal y haznos ser amigos-hermanos de Jesús. 

Señor del dolor, acéptanos, vivimos salpicados de dolor.  Enséñanos el gozo con la cruz, amor que se hace entrega con Jesús. Mujer que aceptas ser madre,  mujer que amas siempre hasta el final. Señora, madre nuestra, acógenos, pues estamos necesitados de tu amor. María, madre buena, en sencillez tu seno se dilata y das a luz a todos los que queremos hoy seguir  a Jesús en el camino de la cruz. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

viernes, 22 de marzo de 2024

XII Estación: Jesús muere en la cruz

Señor y Dios nuestro, cerrado los ojos y muerto me impresiona tu figura. Has muerto. El redentor está clavado en la cruz. La Palabra se hace silencio. El camino es pisoteado. La verdad se ha mandado callar. Muerto, Señor, con los ojos cerrados para no ver la maldad, con el corazón traspasado como refugio de pecadores, con la cabeza hacia adelante para escucharnos siempre, con los pies atravesados para esperarnos sin cansarte. Gracias, Señor, por tu muerte en cruz, por ser tan igual a nosotros, por ser un Dios tan humano, tan nuestro, tan crucificado. Amén. 

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

jueves, 21 de marzo de 2024

XI Estación: Jesús es crucificado.

Señor y Dios nuestro crucificado, te entregas en amor y das la vida queriendo a todos sin medida, buscando en todo amar, quieres con humildad. Gracias porque tú sigues ofreciendo  ese amor que yo no entiendo, porque sigues dando a todos libertad.  

El amor te hizo libre pues tú siembras claridades, estas crucificado, pero no dejas de amar.  Te clavamos pies y manos al madero, y tensamos tus manos como cuerdas de guitarra, pues tú eres la armonía más acabada, el cantar más hermoso de la vida, la alegría en el amar hasta el final.  

Gracias porque estás crucificado para hacernos libertad.  

Señor, amigo de los hombres crucificado por un amor que se entrega sin condiciones.  

Ayúdanos a llevar la cruz aceptando la debilidad, como tú la aceptaste para amar siempre desde el último lugar, desde los pobres y pequeños.  

Ayúdanos a ver en la cruz un árbol de primavera donde renace la vida y la muerte es vencida por el Señor, que nos ama hasta el fin. Amén. 

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

miércoles, 20 de marzo de 2024

X Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.

Señor, te quitamos la vida, te quitamos y despojamos de todo, hasta despojado de nuestro cariño nos da a tu Madre junto a la cruz.  

Te damos gracias por tu coherencia, por ser pobre con la vida, por reclinar tu cabeza sobre el Padre. Pues te has quedado sin nada, a golpe de entrega y despojo. Gracias por abrazar la cruz de una vida sin nada más que tu amor ofrecido incansablemente.  

Gracias por darte en pobreza, por amar el no tener nada, por tu entrega sin condiciones; por tu búsqueda de amor te dejaste, Señor, por nosotros hasta el último gesto de pobreza. Te quitamos la túnica, para construir nuestra riqueza. Amén.  

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

martes, 19 de marzo de 2024

IX Estación: Jesús cae por tercera vez.

Señor, caído por tercera vez  me recuerdas a tu esposa -mi madre- la Iglesia. A lo largo de los siglos, ha sentido todas las estaciones, ha caído muchas veces y, sin embargo, siempre se ha levantado.  

Su amor resurgía en las caídas, se levantaba una y otra vez para ser limpiada por ti y aparecer ante el mundo como una novia embellecida. Señor, perdona a tu pueblo, perdona nuestras caídas numerosas. Nosotros hemos afeado a nuestra Iglesia con nuestros pecados y caídas y ella siempre nos recoge como madre buena, capaz de albergar en su seno a santos y pecadores, como madre que acoge entre sus brazos a los caídos. Te sientes más débil que la misma debilidad, más pobre que la pobreza. Y caes por tercera vez en el camino de la vida. Tú, Señor, elegiste el último lugar, más bajo que nadie, para enseñar que a ti se te encuentra cuando se te llama y acoge, en cualquier situación concreta. Nada es ajeno a tu amor, tú estás en todas mis caídas, en todas mis debilidades, para hacerme de verdad una persona transformada en tu amor.  

Gracias por tu vida, gracias por tu tercera caída; me ayuda hasta pisando el barro, tragando el polvo en la arena y llegando hasta el final,  sin quedarme en la cuneta. Amén. 

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

lunes, 18 de marzo de 2024

VIII Estación: Jesús encuentra a las mujeres.

Nos habías dicho, Señor, que tú ibas a pasar por todas las calles de la amargura de la vida.  

Nos compadecimos al verte, tu presencia parecía ausencia, todo parecía que había terminado y sentimos el deseo de llorar.  

¿Cómo no llorar cuando tú nos dabas lástima y compasión?  

Pero tú nos dijiste que es mejor la solidaridad, el acompañar que lamentarse. Aprendamos tu lección: querías más amor, más generosidad en la entrega, más vida que palabras, más gestos que lamentos. Entonces caímos en la cuenta de lo que es el verdadero amor. Amén. 

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

domingo, 17 de marzo de 2024

VII Estación: Jesús cae por segunda vez.

Señor, desde nuestra debilidad gritamos a ti, caído, para ser fuertes en nuestra debilidad, amigo nuestro de todas nuestras horas bajas  

Tú, que eres amor, te entregas amando y caes por amor, haciéndote debilidad y pobreza.  

Tú caíste, Señor, en Belén, en nuestra tierra pobre, y caes siempre identificado con el que no puede más.  

Gracias, Señor por tu primera caída el hombre que ama hasta el final y se entrega pequeño y frágil como la eucaristía de cada día.  

Tan pocas fuerzas tienes, Señor, es tanto el peso que te abruma, pues no eres capaz de soportar el peso desgarrado de la cruz.  

Y caes una y mil veces por la vida en todos los que lloran en la noche,   en todos los que buscan un consuelo y no encuentran más que mil reproches.  

Tú eres el Señor de nuestra historia tejida de debilidades, hambrienta de un amor que nunca llega. Y tú sigues cayendo cada tarde. Tú eres la esperanza que tenemos los que caemos con facilidad, a veces no podemos más que decirte: perdona, Señor, nuestra iniquidad. Caer en la segunda y levantarse es querer amar hasta el final. Amén. 

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.