Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 31 de octubre de 2019

APOYADO SIEMPRE EN TU FUERZA, SEÑOR.


Resultado de imagen de Lc 13,31-35
A lo largo de mi travesía encuentro muchos obstáculos. Sin preverlo la vida me los va presentando y, de la misma forma tengo que intentar superarlos. Obstáculos que impiden que siga mi camino hacia Ti, Señor. En muchas circunstancias me será muy difícil seguirte por la imposibilidad de superarlos, pero, será determinante hacerlo apoyado en tu Fuerza.

De no ser así y querer o pretender hacerlo sólo, me será imposible. Por eso, Señor, postrado ante Ti, te ruego que me asistas con tu Fuerza para, en y por Ti, vencer todas las pruebas que saldrán al paso de mi camino. Supongo, y mi experiencia en el caminar de cada día lo constato, habrán pruebas duras que no llegaré a entender. 

También habrá personas cercanas y no tan cercanas que piensen de manera diferente y que, incluso, amenacen o sean obstáculos para seguir mi camino hacia Ti, y hagan mi cruz cada día más grande y pesada. Y experimentaré deseos de abandonar y de parar mi camino aceptando el que me ofrece el mundo. Por todo ello, te ruego, Señor, que prendas mi corazón del mismo fuego que el Tuyo, para que arda en deseos de seguir hasta el final de mi propia cruz, que quiero compartirla Contigo.

Te doy gracias de antemano, Señor, porque estoy seguro de tu respuesta y de tu auxilio y asistencia de cada día, en, con y por tu Espíritu. Sobre todo, en esos cruciales momentos de mi vida, donde agarrado a Ti podré superarlos. Gracia, Señor. Amén.

miércoles, 30 de octubre de 2019

GRACIA, SEÑOR, POR TU AMOR

Resultado de imagen de Lc 13,22-30
Mi salvación está garantizada a pesar de lo difícil que presupone la tarea de salvación. Está asegurada por tengo la Promesa y la Palabra de Jesús, el Hijo de Dios Vivo, que, precisamente, ha venido a este mundo, encarnado en Naturaleza Humana, para salvarme. Está garantizada, digo, porque, Tú, Señor, estás presente en mi vida y me acompañas en la lucha de cada día contra las fuerzas del mal y del pecado que me arrastran y que me quieren someter. Esa es mi garantía y mi seguridad.

Yo, Señor, quiero abrirte mi corazón para que tu Espíritu more en él y lo transforme en un corazón suave, tierno y disponible para amar a tu estilo y a tu manera. Sé, Señor, que estando contigo mi victoria es segura. Sin embargo, aunque sé que mi victoria depende de Ti, también sé, porque Tú me lo has dicho, que has querido hacerme partícipe de ella y dejar en mis humildes manos la decisión de elegir entrar por la puerta estrecha, a la que Tú me invitas hoy en el Evangelio, o no escucharte ni a hacerte caso y elegir la puerta ancha y espaciosa, por donde, aparentemente, se entra más cómodo y de manera fácil.

Yo quiero aceptar y tomar tu invitación, Señor, pero, humildemente quiero ponerme en tus misericordiosas Manos para, asistido por tu Espíritu, hacerme fuerte en mis debilidades y superar las seductoras tentaciones y las malas inclinaciones que me asedian en el acontecer de cada día. Dame, pues, Señor, el don del santo temor de, por mis debilidades, pueda fallarte y defraudarte, y, alejado de Ti ,y viviendo en la mentira e injusticia, me pierda y endurezca mi corazón por el pecado.

Y, seducido por el Maligno termine en sus manos y en el lugar donde será el llanto y rechinar de dientes. La vida, Señor, nunca la puedo convertir en un cálculo matemático de probalidades de salvación, porque la salvación ya la tenemos ganada por tu inmerecido Amor, que, entregando tu preciosísima Vida, las has dado por mí. La vida, Señor, mi vida, la tengo que entregar cada día, por donde tendré, no una vez, sino cada instante de mi vida, que entrar por la puerta estrecha. Para ello, Señor, cuento Contigo. Amén.

martes, 29 de octubre de 2019

DAME, SEÑOR, LA CAPACIDAD PARA AUMENTAR MI FE Y MIS OBRAS

Resultado de imagen de Lc 13,18-21 por Fano
La fe empieza, como si de una semilla se tratara, desde pequeña a crecer. Es un proceso que va conformándose en la medida que, poco a poco, va descubriendo el Reino de Dios que se esconde en Jesús. El peligro está en que si se instala y se acomoda puede detenerse y entonces, si no crece, termina por morir. La fe es como una semilla que sembrada en tu corazón tiende a crecer y a hacerse grande. 

Sin embargo, es un grave peligro que se detenga y queda instalada a mitad del camino. Eso significa que empieza a debilitarse y a morirse. Una fe pasiva e instalada en las prácticas religiosas y en los cumplimientos es una fe sentenciada a morir. La fe es un proceso de maduración que nace en un momento determinado, por la Gracia de Dios, y continua creciendo hasta la eternidad.

Es un don de Dios y en ella está contenido el Reino de Dios, porque, la fe hará crecer tus obras y tu misericordia, en tu relación con los demás, según la Palabra de Dios. Y es eso lo que te pido, Señor, que mi fe no se estanque ni se instale en las comodidades de este mundo; en las comodidades del bienestar y del buen vivir sin tener en cuenta a todos aquellos que sufren y que lo pasan mal porque carecen de lo más esencial y de muchas necesidades. O, porque sus derechos son pisoteados, marginados y excluidos de la sociedad del bienestar.

Ayúdanos, Señor, a saber defenderlos y acogerlos para darles esperanza y, sobre todo, a darles a conocer tu Mensaje de esperanza que les fortalezca y les de firmeza para nunca desesperar y apoyarse en tu Palabra. Amén.

lunes, 28 de octubre de 2019

SEÑOR DAME LA GRACIA DE RESPONDER A TU LLAMADA Y MI COMPROMISO BAUTISMAL

Resultado de imagen de Lc 6,12-19 por Fano
La misión sigue y continúa y lo hace por los que han sido fiel a su compromiso de bautismo en el tiempo y tras los apóstoles. Y a nosotros, los bautizados, se nos ha trasmitido esa misión. Y no porque seamos mejores que otros ni porque estemos más preparados, sino por nuestra disponibilidad y entrega a ser portadores de la Buena Noticia de Salvación.

La obra es del Espíritu Santo, pero necesita quienes le abran su corazón para, a través de ellos, realizar su obra. Por eso, no tenemos de qué presumir ni de qué considerarnos mejor que los demás. El Espíritu de Dios será quien vaya realizando la obra de salvación contando con nuestra libertad y disponibilidad. Por eso, Señor, te pedimos que nos des la Gracia necesaria para poder responder con satisfacción y buenas intenciones a nuestro compromiso bautismal y a la misión de anunciar la Buena Noticia.

En la hora de nuestro Bautismo hemos sido elegidos y partícipe por la Gracia del Espíritu Santo en sacerdotes, profetas y reyes. Sacerdote para darle el culto debido de adoración a Dios; sacerdote para, no sólo conocerle sino hablar de Él a los demás comportándonos como apóstoles, y reyes para estar disponibles a servir buscando la verdad y la justicia y sembrando la paz en el mundo. Por eso, Señor, reiteramos nuestras peticiones para recibir tu Gracia que nos transformes, nos capacite y nos fortalezca para llevar el anuncio de tu Buena Noticia de Salvación por todo el mundo.

Y conscientes de que hemos sido elegidos desde el principio no queremos defraudarte sino abrirnos a tu Gracia para que, sacando de nuestra pobreza lo que no tenemos, demos buen testimonio y obras que sirvan, por tu Gracia, a acercarse a otros al Señor y tener un encuentro alegre con Él. Amén.

domingo, 27 de octubre de 2019

LA HUMILDAD NOS ACERCA A DIOS

Resultado de imagen de Lc 18,9-14
Todos, por experiencia, sabemos que la humildad es una virtud que nos honra y nos hace mejores y buenos. Por el contrario, la arrogancia, la suficiencia y la soberbia no caen bien y nos separan de los demás. Todos hemos experimentado que aquellas personas arrogantes nos resultan antipáticas y nada agradables. Y si la humildad, sencillez y el servicio a los demás nos acercan a Dios, la arrogancia, la suficiencia y la soberbia nos alejan de Dios.

Pidamos al Señor la virtud de ser sencillos y humildes, y estar siempre disponibles a servir. Y, también, de nunca considerarnos mejor que otros y, menos, exaltarnos ante los demás, porque, a fin de cuenta todos nos ha sido dado gratuitamente para ponerlo, de la misma forma, en función y provecho de los demás.

Pidamos reconocernos pecadores, porque nuestra naturaleza está limitada y es débil, frágil y sometida al pecado. Tengamos, pues, la necesaria humildad para levantarnos, como hizo aquel hijo pródigo abatido por la desobediencia y el pecado contra su Padre, y emprender el camino de regreso a la Casa del Padre. Un Padre bueno y misericordioso, que nos espera con los brazos abiertos y nos perdona en lugar de reprocharnos. Y nos devuelve la dignidad, perdida por el pecado, de hijos de Dios. Un Padre que hace una fiesta para celebrar nuestro arrepentimiento y dolor y nuestro regreso. 

Demos también gracias a Dios por todos los dones recibidos y pidámosle la fortaleza y generosidad de ponerlos gratuitamente al servicio de los más necesitados. Amén. 

sábado, 26 de octubre de 2019

QUIERO, SEÑOR, ENTREGAR MI VIDA PARA DAR LOS FRUTOS QUE TÚ ESPERAS DE MÍ


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Dame, Señor, la luz y la sabiduría para entender que los talentos recibidos no son para gastarlos en mi provecho propio y para satisfacer mis egoísmos. Y, menos, para malgastarlos en banalidades y cosas que sólo satisfacen a unos cuantos o a los que les sobra de todo. Tú me los has entregado gratuitamente y gratuitamente he de darlos, y no a cualquiera, sino a aquellos que verdaderamente los necesitan. Y esos, Señor, son los pobres y carentes de toda ayuda.

Yo, sé, humildemente te lo digo, Señor, que he recibido unos talentos de tu Mano generosa, y sé que se me han dado, no para cubrirme  de gloria, ni tampoco para mi provecho propio, sino para fructificarlos para el bien de todos aquellos que los necesitan. Por eso, Señor, te pido sabiduría para poder discernir sobre ellos y también fortaleza para cultivarlos en aras del bien de los más necesitados.

Dame, Señor, la capacidad y la voluntad de no dejarlos sin utilizar, ni tampoco malgastarlos de forma irresponsable, sino cuidarlos y fertilizarlos para que sean de provecho para todos aquellos que de ellos se puedan aprovechar para su bien. Esa es, Señor, mi petición de hoy. Quiero entregarte el cien por cien de todo los talentos recibidos, sean grandes o pequeños. 

Son mis frutos los que Tú esperas, y a Ti quiero entregártelos sin estimar esfuerzos, pero pidiéndote, Señor, que me des las fuerzas y la voluntad para no dejar de hacerlo. Amén.

viernes, 25 de octubre de 2019

ABRE, SEÑOR, MI CORAZÓN PARA ACEPTAR TU PALABRA Y TU VERDAD

Resultado de imagen de Lc 12,54-59
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Basta con echar una mirada a todo lo que te rodea para observar y descubrir muchas razones que te llevan a la presencia de Dios en todas las cosas de este mundo. Porque, este mundo en el que vives es obra de Él, pues ha creado todo lo visible e invisible que en él existe. Sin embargo, el hombre y la mujer, sus criaturas por excelencia, han sido puestas en el centro de todo lo creado y dotadas de libertad. Una libertad que les da autonomía para decidir si aceptarle o rechazarle.

Y, sucede, que de manera sorprendente, el hombre y la mujer, Adán y Eva, le rechazan. Indudablemente este rechazo está provocado por la sinrazón, el ofuscamiento y el sinsentido. En otras palabras el pecado, que nos endurece el corazón, nos cierra los ojos y nos engaña con falsos espejismo que nos hacer ver lo que buscamos donde no se encuentra. 

Y, por mucho que veamos signos que nos alumbran el Camino y la Verdad no sabemos interpretarlos ni conocerlo. Sin embargo, si interpretamos los signos de los tiempos en que vivimos y sabemos cuándo puede llover o hacer un mal tiempo. ¿No nos conviene saber mejor qué pasará con nuestra alma al final de los tiempos? ¿No será más y mejor tratar de aprender y escuchar lo que nos señalan los signos que vienes desde la Palabra de Dios?

Es eso, Señor, lo que te pedimos hoy: "saber interpretar lo que Tú nos dice a través de tu Palabra". Para ello, Señor, te pedimos, no riquezas ni grandes conocimientos ni, tampoco, poder. Te pedimos sabiduría, humildad y paciencia para, poniéndote en tus Manos abrir nuestros corazones a la acción del Espíritu Santo que nos auxilia, nos fortalece y nos dirige por el Camino, la Verdad y nos da la Vida Eterna. Amén.

jueves, 24 de octubre de 2019

ENCIENDE MI CORAZÓN, SEÑOR

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Experimento en mi corazón, Señor, que el fuego está débil y, quizás, casi apagado. Experimento que mis fuerzas se debilitan y hay días que me siento muy atrapado por las seducciones con las que el mundo intenta tentarme. Afortunadamente, las conozco y muchas hasta las he experimentado y eso me ayuda a no volver a intentarlo, pues, detrás de ese gozo o satisfacción aparente se esconde el vacío, la insatisfacción y la tristeza. Te pido, Señor, que me sigas dando la fortaleza, la sabiduría y la voluntad para sostenerme firme y poder rechazarlas.

En un mundo, Señor, que vive de espalda a tu Palabra y que no se para a escuchar tu Mensaje, la Buena Noticia que anuncia el gozo y la felicidad de Vida Eterna, mi corazón se siente como llama en ceniza que agoniza y está a punto de ser sofocado y apagado. El ruido, las luces que encandilan y el agua del pecado, de la mentira, de la injusticia y del desamor terminan por secar la débil llama que trata de avivarse dentro de mi pobre corazón.

En estas circunstancias, Señor, mi corazón atrapado por las tentaciones y seducciones  que el mundo me presenta y ofrece se encuentra frío y sin apenas esperanzas de avivar el calor. ¿Cómo calentarlo, Señor y prenderlo de fuego ? Necesito, Señor, tu Fuego y que mi pobre corazón quede en llamas contagiado de tu Fuego, Señor. Y es esta la petición del día de hoy, Señor.

Padre mío, atreviéndome a pedir, siguiendo tu invitación y confiado en tu Palabra, quiero hoy insistir en que prendas de tu Fuego mi pobre corazón. Yo, Señor, creo en tu Palabra y que me escuchas y que me das lo que te pido. Tú me lo has prometido. Con todas las fuerzas de que soy capaz trato de creer en Ti. Ahora, Señor, lo que no sé es cuándo y cómo lo harás, ni tampoco sé qué me darás, porque, nadie mejor que Tú sabe lo que me conviene y me hace falta.

Por eso, Señor, a mi toca confiar y esperar, y saber, confiado y con verdadera esperanza que Tú me responderás dándome lo mejor y lo que más me conviene. Sobre todo en relación a mi salvación. Gracias, Señor, de antemano, y confiado a tu Palabra y lleno de esperanza, sigo tus pasos y tu camino. Amén.

miércoles, 23 de octubre de 2019

INJERTADOS EN EL ESPÍRITU SANTO

Resultado de imagen de Lc 12,39-48
Los peligros son muchos y merodean por todas partes sin dejar de cesar su amenaza en cada instante y cada día. Y nuestra responsabilidad, según los talentos recibidos, será mayor o menor. El Evangelio de hoy termina diciéndonos: «Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más».

Queda claro que la ignorancia, no voluntaria, puede aminorar tu responsabilidad y suavizarla, pero quienes han recibido mucho, mucho también se les exigirá. Y cada cual ha de saber que ha recibido en orden a sus cualidades y conocer cuanto bien puede hacer y que defensa puede hacer de su fe y buenas obras. Por todo ello, Señor, te pido que, no sólo aumentes mi fe, sino también mi capacidad y fortaleza para superar y vencer todas las pruebas, obstáculos y dificultades que, según los talentos recibidos he sido capacitado, por y con tu Gracia, realizar.

No permitas, Señor, que no responda a lo que Tú esperas de mí, y que nunca sea yo barrera y obstáculo para que otros no puedan acercarte a Ti. Haz, Señor, que siempre y en todo momento pueda superar mis propios desalientos, mis apetencias, mis comodidades, mis preocupaciones, mis dudas y desconfianzas y hasta mis temores y miedos que me impiden acercarme y, perseverando, seguir tus pasos y permanecer vigilante y atento a tu Palabra.

Porque, quiero, Señor, que en el momento de tu venida, que será cuando Tú dispongas, yo esté esperándote y en actitud de esforzarme en vivir y cumplir tu Voluntad por encima de la mía. Gracias, Señor, por estas advertencias que me ayudan a tomar conciencia y a, con tu Gracia, estar preparado .Amén.

martes, 22 de octubre de 2019

¿SEÑOR, QUIERO ABRIRTE LA PUERTA DE MI CORAZÓN?


Resultado de imagen de Lc 12,35-38
¿Cómo, Señor, puedo abrirte la puerta de mi corazón? ¿Quizás, haciendo esas cosas que algunos me encargan o negándome a ello? ¿Qué tengo que hacer, Señor? Hay rachas que se me acumulan muchas cosas. Sencillas cosas, pero que a mí me agobian o me cuestan. Quizás sea mi comodidad o el deseo de no tener problemas, pero, no sé cómo actuar. Y te pido luz, Señor, para enfrentarme conmigo mismo y responder según Tú lo harías.

Quisiera, Señor, ver cómo lo resolverías Tú, y te pido que me lo aclares de alguna forma. No quiero mirar para otro lado, pero tampoco quiero hacer lo que no debo hacer. Y si quiero, Señor, abrirte la puerta de mi corazón y vivir en tu Palabra y seguir tu Camino. Por eso, Señor, te pido capacidad de perseverar y de sostenerme en tu Palabra. Capacidad para soportar todo aquello que me deprime o me desanima. Fortaleza para permanecer firme y fiel a tu seguimiento y a todo lo que me compromete.

Quiero, Señor, seguir tus pasos y estar atentos a ellos. Quiero, Señor, enfrentarme cada día contra todos los elementos del mal que me acechan en este mundo. Están a mi lado y disfrazados de muchas formas, comodidades, placeres, vicios...etc. Y me siento tentado por ellos y experimento mi debilidad. Necesito esa fortaleza que tenía en otros momentos. Sé, Señor, que pueden ser pruebas, pero no permitas que sea tentado muy fuertemente porque temo defraudarte y eso me llenaría de dolor.

Quiero, Señor, estar presto, tener mi lámpara encendida y dispuesta para cuando Tú llames a mi puerta y me pidas entrar. Quiero, Señor, que entres en mi vida y presentártela limpia y bien arreglada según tu Palabra y tus mandatos. Pero, Señor, sé que soy débil y temo no estar lo atento y preparado que debo estar. Dame, Señor, toda la fortaleza y sabiduría de soportar todos estos momentos de tentaciones, de pruebas y dolores. Amén.

lunes, 21 de octubre de 2019

Oración propuesta por el Papa Francisco, para el Mes Misionero Extraordinario

Estamos en el mes misionero, y todos nosotros, bautizados, hemos recibido el don del Espíritu Santo para, a través de nuestra vida proclamar que Jesús, el Hijo de Dios, Vive y nos ha traido la Buena Noticia de Salvación.Y lo haces en la medida que tratas de vivir tu compromiso bautismal, que te hace partícipe del sacerdocio de Cristo, de don de ser profeta para hablar de Él y del don de ser Rey, para servir como Él nos ha servido.

"DAR LA PAZ ESTÁ EN EL CENTRO DE LA MISIÓN DE LOS DISCÍPULOS DE CRISTO" Papa Francisco




PADRE NUESTRO


Tu Hijo Unigénito Jesucristo
resucitado de entre los muertos
encomendó a sus discípulos el mandato de
“id y haced discípulos a todas las gentes”;

Tú nos recuerdas que a través de nuestro
Bautismo somos partícipes de la misión de la Iglesia.

Por los dones de tu Santo Espíritu, concédenos la
Gracia de ser testigos del Evangelio,
valientes y tenaces,
para que la misión encomendada a la
Iglesia, que aún está lejos de ser completada,
pueda encontrar manifestaciones nuevas y
eficaces que traigan vida y luz al mundo.
Ayúdanos a hacer que todos los
pueblos puedan experimentar el
amor salvífico y la misericordia de Jesucristo,
Él que es Dios y vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.

Amén

domingo, 20 de octubre de 2019

¡SEÑOR, TE PEDIMOS QUE NO PERDAMOS NUNCA NUESTRA AMISTAD CONTIGO!

Resultado de imagen de Lc 18,1-8
Nuestra fe necesita y nos exige probarnos cada día. Una fe que no sea probada no puede ser llamada fe. Sólo cuando supera la prueba disipa la duda de su propia fe y consolida su confianza en esa fe, valga la redundancia, que había confesado. Así fue demostrada la fe de Abraham. Necesitamos, pues, probar nuestra relación con nuestro Padre Dios, tal y como nos enseñó Jesús en su relación con su Padre.

Porque, la fe es probada en la adversidad y en la constatación de superar todos los obstáculos y dificultades que se van sucediendo en el camino de nuestras vidas. Es obvio que no supone mayor dificultad andar el camino llano y sin ningún tropiezo, pues es fácil y cómodo. Son los problemas los que ponen la fe patas arriba y la que origina las dudas. Los problemas empiezan  cuando la corriente viene en contra de nuestro camino y nos exige remar con fuerza. Entonces nuestra confianza se resiente y nos exige ponerse de manifiesto.

Dios es nuestro Padre y como buen Padre, el mejor, nos da todo lo que necesitamos para que vivamos en plenitud de gozo y felicidad, pero ese premio al que todos aspiramos exige antes un camino a recorrer, una Pascua que vivir y superar. Así nos lo enseñó Jesús y así fue Él el primero en vivirla, experimentarla y sufrirla. Él nos dará todo lo que necesitamos para alcanzar ese objetivo. Es decir, nuestra meta no está en este mundo, sino en el otro, pero, este mundo, nos servirá como camino para, viviendo según la Voluntad del Padre, alcanzar el otro.

Por todo ello, Señor, te pedimos que no perdamos nunca tu Amistad, para que soportando los malos momentos que la vida nos presenta, que sabemos que llegarán, permanezcamos perseverantes y junto a Ti, confiados en tu Palabra y tu Promesa de Salvación. Amén.

sábado, 19 de octubre de 2019

POR LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

Resultado de imagen de Lc 12,8-12
El Espíritu Santo ha sido enviado para continuar la misión del Señor. Conviene que el Señor haya subido a los Cielos, junto al Padre, después de su Resurrección, para que, en su lugar, venga a nosotros el Paráclito, el Espíritu de Dios, que nos irá acompañando en nuestro camino mundano y enseñando todo lo que nos falta por saber, así como lo que no hemos entendido, según nuestro Señor Jesús nos ha enseñado, y nos han ido transmitiendo el Colegio Apostólico.

Por mi parte, siempre he creído que el Espíritu Santo alumbra y empuja mi vida. Hay muchas cosas en ella que, a no ser por el Espíritu Santo, no podría explicar ni decir de donde he sacado las fuerzas para realizarlas. Y no se trata que me haya dado cuenta enseguida y en los momentos que las realizaba, sino que he ido experimentando que una fuerza invisible me inquietaba, me empujaba y me lanzaba a la aventura de hacerlas.

Y digo esto porque has sido hechos que, por mí solo, no me hubiese atrevido a hacerlo. Indudablemente, no han sido cosas relevantes o de gran importancia, pero sí muy importantes para mí y superiores a mis fuerzas y capacidades. Por lo menos yo pensaba así antes de emprenderla. Y siempre tengo ese sentimiento de sentirme empujado a ello por una Fuerza exterior que me descubre que debo y tengo que emprender tal acción. Estas mismas reflexiones estaban en el deseo de hacerlas, pero no sabía como hacerlas ni si me atrevería a ello. Y menos escribir un libro. Dios mía estaba fuera de mi alcance y mi capacidad. Incluso en muchos momentos me sorprendo como bullen las palabras, movidas por mis dedos, de forma automáticas y casi sin pensarlo, como si del mismos Espíritu Santo saliesen.

En mi vida es muy importante la presencia del Espíritu Santo. En Él pongo todas mis esperanzas, porque Él es garantía de triunfo, aunque en este momento y en este mundo no se vea y si aparezcan momentos malos, de sufrimientos y dolor. Es promesa de Jesús y, como sabemos todo lo que dice lo cumple. No conozco otro Dios que se haga presente cada día en tu vida como prueba de su amor y de su interés por ayudarme a superar los malos  tragos por los que irremediablemente tendré que pasar.

Quizás esa es la prueba que su Amor y su Verdad me exigen. Un Dios que, en su Hijo, me da testimonio y ejemplo para que yo le siga y, no deja que me embarque yo sólo, sino que se embarca Él primero en esa aventura de salvarme entregando su Vida para mi salvación. Por todo ello, Señor, Dios y Hombre Verdadero, te doy gracias por tu Amor y por todo lo que me has dado, y te pido que no me dejes caer en manos del enemigo que me asedia y tienta para apartarme de Ti. Fortaléceme, Señor, y alúmbrame el camino a seguir. Amén.

viernes, 18 de octubre de 2019

ENVIADOS POR EL SEÑOR

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Quizás no nos demos cuenta por quien somos enviados. Es posible que no hayamos descubierto que quien nos envía nos garantiza el éxito, aunque a primera vista no parezca que sucede así. Él también pasó por la misma experiencia y terminó en la Cruz, pero una Cruz de Victoria, de Triunfo sobre la muerte. Por tanto, nuestra victoria final está garantizada.

Y no podemos, ni debemos, olvidar que no hemos sido enviados por un cualquiera, ni por un idealista o soñador. Nada de eso, hemos sido enviados por el Señor, el Mesías, el Hijo de Dios Vivo, encarnado en Naturaleza Humana para, hecho hombre, saldar nuestra deuda con su Muerte y recuperar para el hombre y la mujer nuestra dignidad de ser hijos de Dios. Esta es la gran diferencia que no debemos ni podemos perder de vista.

Él es el garante de nuestra salvación. Ha entregado su preciosa Vida para salvar la nuestra. Ningún otro, por bueno que sea, y los hay, ha muerto por nosotros. Y no porque no lo haya intentado o hecho, sino porque el valor de su muerte nunca puede darnos la vida, pues su vida no alcanza la Grandeza Infinita de Dios Padre. Y mucho menos llega a la altura del Poder y Amor de Dios. Sólo, una Vida Divina a su altura puede satisfacer nuestra redención. Y esa Vida es la de nuestro Señor Jesús. Sólo él puede, con su Muerte, merecer y restaurar para nosotros nuestra dignidad de hijos de Dios.

Gracias, Señor, por tan valioso regalo, gratuito e inmerecido. Un regalo sin condiciones ni contraprestaciones. Un regalo que sólo busca nuestro bien y fortalecer y restaurar nuestra capacidad de amar, para la que hemos sido creados. Y, en consecuencia, darnos esa paz que buscamos y que tanto deseamos. Esa paz que nos fortalece y nos da la serenidad y paciencia para satisfacer nuestro deseo de amar. Porque, es verdad , cuando amamos experimentamos la alegría que buscamos y nos sentimos realizados y en paz.

Si, Señor, queremos, por tu Gracia y con tu compañía, sentirnos enviados y anunciar al Buena Noticia de Salvación que Tú nos has traído y anunciado. Y queremos proclamarla no sólo con y desde nuestra palabra sino sincronizando, como decíamos hace días, nuestra fe con nuestra vida y obras. Amén.

jueves, 17 de octubre de 2019

EN RECUERDO DE LOS PROFETAS

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Las palabras de este Evangelio son actuales, porque hoy, también en nuestra generación ocurren. Hay muchos profetas entre nosotros. Muchos profetas que han proclamado la Palabra de Dios y que con sus vidas dan testimonio de esa fe que proclaman. Sobre todo, este mes, que el Papa Francisco ha proclamado como mes de las misiones, y donde hay muchos profetas que hablan de Dios.

Porque, todos hemos recibido, por el Espíritu Santo, el poder participar del sacerdocio de Cristo Jesús, de su misión profética y real. Es decir, somos sacerdotes, profetas y reyes, que significa que debemos hablar y darle culto a Dios Padre, hablar de Él a los hombres y servirle como nos enseño Jesús. Pero, también, soportar todas las dificultades y obstáculos que nos deparan el rechazo de los demás.

Hoy se recuerda a muchos profetas, incluso premiados por la sociedad civil, después de muerto. Tal como dice el Evangelio:  «¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso dijo la Sabiduría de Dios: ‘Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán’, para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. ¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido».

Pero, ¿seguimos sus ejemplos y tratamos de imitar sus testimonios? ¿O simplemente, cuando ya no nos molestan reconocemos su labor y los premiamos? Pidamos al Señor que nos dé la fortaleza y la voluntad de llevar a nuestras vidas el buen testimonio de fe y de obras que todos ellos nos han dejado. Amén.

miércoles, 16 de octubre de 2019

AMAR DESDE EL AMOR DE DIOS

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Muchos queremos amar por nuestras propias fuerzas. Muchos pretendemos ser buenas personas desde y por nuestros propios medios. Muchos queremos transformar nuestro corazón en un corazón manso y humilde, pero, en el camino de nuestra vida vamos experimentando que no superamos la prueba por nosotros mismos. Algunos nos damos cuenta pronto; otros tardamos algo más y otros muchos se nos pasa la vida sin darnos cuenta y viviendo más en el desamor que en el amor.

La razón, nuestra razón nos traiciona y nos arrastra al fracaso. Porque, una cosa es amar desde y con nuestra razón humana, y otra es amar desde el Corazón que nos propone Jesús. En la primera forma de amar nuestros pasos serán torpes, inconstante y nos llevaran al fracaso, porque, nuestro corazón humano está infectado de egoísmo, de soberbia, de suficiencia, de vanidad y de pecados. Nos será imposible amar sin medida y sin condiciones, e incluso amar al que te devuelve mal por bien.

Pero, en la segunda forma de amar, es decir, desde el Corazón de Jesús todo será diferente. En el Evangelio de ayer Jesús nos decía: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera». 

Los hombres le ponemos una medida de valor al amor entregado. Nada de gratuidad aunque aparentemente lo hagamos ver. Hago esto pensando en una recompensa o una contrapartida que me aporte una ganancia. Nuestra amistad me interesa porque me pueda dar buenos beneficios... y así muchos más ejemplos. Dios nos ama de otra manera. Dios nos ama sin condiciones y no se limita a cumplir ni a esperar que tu y yo cumplamos. Sabía de nuestras infedilidades y nos ha amado desde el principio. Sabías de nuestras dudas y debilidades y nos sigue amando hasta el final de nuestra historia.

Y espera con eterna paciencia nuestra respuesta y conversión. Jesús, el Señor, no espera sólo nuestro cumplimiento, sino también nuestra conversión, un cambio en nuestra forma de amar. Y yo, Señor, en nombre de todos, te pido y espero confiado que, contando con tu Gracia, nuestra capacidad de amar sea, cada día, un poco más parecida a la Tuya. Amén.

martes, 15 de octubre de 2019

SEÑOR, TRANSFORMA MI CORAZÓN EN UN CORAZÓN MANSO Y HUMILDE COMO EL TUYO

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Es obvio comprender que los que tienen mucho se vean impedidos y sin fuerzas para despojarse de sus riquezas y bienes e incluso de su poder. El egoísmo humano es una cadena difícil de romper. De ahí que para los que posean riquezas y poder les sea muy dificultoso romper esas cadenas y abrirse al Amor de Dios. Vaya este reflexión por delante para comprender el por qué Jesús, refiriéndose a los ricos dijo esta frase: es más fácil que un camello... -Mc 10, 25 -.

El ser humano necesita purificar su corazón y de egoísta y soberbio convertirlo en suave, manso y humilde. De manera que, con estos ingredientes será más fácil despojarlo de todo aquello que lo contamina egoístamente y, en la medida que más contaminado esté de las cosas de este mundo, más le costará comprender la grandeza de Dios. Por todo ello, te pedimos hoy, Señor, un corazón de niño, es decir, un corazón sencillo, ingenuo, confiado y abierto a tu Palabra. 

Un corazón pobre, necesitado y humilde, capaz de comprender el gran Amor que nos tiene. Despoja, Señor, nuestros corazones de esa soberbia que nos consume y que nos hace suficientes cargándonos de razones intelectuales que nos hacen sentirnos superiores a los demás e incluso pensar que nos bastamos por nosotros mismos..Danos, Señor, la sabiduría de tomar conciencia que no es el poder ni el saber humano lo que nos descubre la grandeza de tu Amor, sino tu Gracia y nuestra disponibilidad a abrirnos, porque así Tú lo has querido y nos la has regalado, a dejarnos que tu Espíritu  tome el mando de nuestros corazones y nos oriente y dirija hacia Ti.

Gracias, Señor, por trazarnos el camino con tu ejemplo y testimonio de Vida sencilla y humilde, pues, siendo el Señor has querido presentarte entre los hombres con un corazón manso, suave, sencillo, humilde y vivir desapegado de toda riqueza, poder y con un corazón pobre. Así, Señor, también queremos vivir nosotros y, experimentando que por nuestras propias fuerzas no podemos, nos abrimos a la acción del Espíritu Santo abandonándonos en sus Manos. Amén.

lunes, 14 de octubre de 2019

LA FE ES UN DON DE DIOS

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Sin lugar a duda, por la razón se llega a la fe, pero a una fe limitada que, por sí sola no llega a entender el Infinito Amor de Dios. ni tampoco su Eterna Misericordia. Y no lo entiende porque esa forma de amar no entra en su mente ni en sus cálculos de la razón humana. Eso sí, podemos razonar la existencia de Dios, pero no su Infinita Misericordia, una Misericordia que borra nuestros pecados y nos restituye nuestra dignidad perdida de hijos de Dios.

No cabe duda que para llegar a comprender ese gran misterio necesitamos la fe. Una fe que no la podemos adquirir en ninguna lugar, porque es sólo un don de Dios. Ahora, una fe que podemos pedírsela y que Él nos invita y nos propone que la busquemos y pidamos al Padre en su Nombre. Una fe que hay que esforzarse también en buscarla llamando al Corazón de nuestro Padre Dios por y en el Nombre de su Hijo Jesús, el Mesías enviado para, por sus méritos, ganar el Perdón y la Misericordia de Dios Padre para todos los que en Él creen.

Desde este humilde rincón de oración abrimos nuestros corazones y elevamos nuestras oraciones al Padre en nombre de su Hijo Jesús para pedirle el don de la fe, una fe que no se pare y se instale, sino todo lo contrario, que camina y vaya creciendo en madurez dentro de nuestros corazones hasta llegar a convertirse en una fe adulta que dé respuesta según la Voluntad de Dios.

Por todo ello insistimos, Señor, y confiados en tu Palabra insistimos e insistimos para suplicarte, ¡aumentanos la fe! Amén.

domingo, 13 de octubre de 2019

TODO ES DON GRATUITO

Lucas 17: 11-19   Iba Jesús camino de Jerusalén cuando entró en una pequeña aldea. A su encuentro salieron 10 hombres enfermos de l...
La vida es un regalo. No sabemos por qué nos ha sido dada, ni, tampoco, nadie ha contado con nosotros para dárnosla. Ni, incluso, nuestros progenitores, colaboradores directos con Dios en dárnosla, nos han pedido permiso. Así que sin que nadie haya contado con nosotros hemos venido a este mundo, pero, cierto es que Alguien si ha querido y pensado en nosotros y ha decidido traernos a este mundo. ¡Y lo real es que estamos en él!

Ahora, ¿cuál debe ser nuestro camino y nuestro destino? El tiempo de nuestra vida debe enseñarnos y servirnos para descubrirlo., pero, sobre todo, para dar gracias por todo lo recibido, de forma gratuita y sin ningún merecimiento. Es posible que esa vida regalada no sea tan hermosa como nos hubiese gustado, pero de una forma u otra, esa vida nos es muy valiosa para encontrar la que realmente buscamos y para lo que fundamentalmente hemos sido creados.. Es decir, para vivir plenamente feliz eternamente.

Mirar para otro lado es ridículo y absurdo, pues sabemos el final de este camino terrenal, y, por la fe, esperamos gozar eternamente en el otro mundo. Sin embargo, para eso es necesario despertar nuestro corazón adormecido y, quizás, instalado y acomodado, en un corazón dado, generoso, disponible  y misericordiosamente amoroso, agradeciendo todo lo recibido gratuitamente, de la misma manera que debemos ofrecerlo y darlo.

Sobre todo, la gran oportunidad para la que esta vida, a la que hemos nacido, nos sirve es para, dándonos en amor misericordioso, alcanzar la Verdadera, Plena y Eternamente Gozosa. Amén.

sábado, 12 de octubre de 2019

NECESITO, SEÑOR, TU GRACIA


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Verdaderamente lo importante es escuchar, leer y cumplir la Palabra del Señor, pero, imprescindible es partir de una actitud humilde y reconocer que mis esfuerzos y voluntad no bastan para cumplirla. Reconocerme pecador y limitado y que la Palabra está por encima de mis posibilidades y capacidades es el punto de partida para abrirme a tu Gracia, Señor, y por la acción de tu Espíritu recibir las fuerzas necesarias para cumplirla.

Por todo ello, Señor, te pido y te digo hoy, mañana, en este momento y siempre que necesito tu Gracia para, actuando libremente y poniendo ante Ti todo lo que también de Ti he recibido, cumplir tu Voluntad según tu Palabra. Confiando en tu promesa de que pidamos, busquemos y llamemos, estoy convencido de que me escuchas y de que cumples lo que prometes y espero firmemente y con plena seguridad recibir las fuerzas necesarias para vivir el resto de mi vida en tu Palabra.

Eso sí, no sé cuándo ni cómo, porque tus proyectos, Señor, no son mis proyectos, pero confío en, por la acción del Espíritu Santo, aceptarlo, asumirlos y, pacientemente, abandonado en tus Manos, poder cumplirlo para, por tu Infinita Misericordia ser bienaventurado según tu Palabra. Gracias, Señor por darnos una Palabra que nos une, que nos hace iguales, que nos considera a todos hermanos e iguales en dignidad y que nos reune en torno a nuestro Padre del Cielo.

Gracias, Señor, por crear en torno a tu Palabra una sola familia universal que nos engloba a todos sin distinción de raza, ideologías, credos u otras diferencias. Todos bajo una misma fe y un mismo Padre. Amén.

viernes, 11 de octubre de 2019

LÍMPIANOS, SEÑOR, DE TODO MAL

Imagen relacionadaHOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


No estamos en un mundo bueno ni tampoco creyente. Hay muchas dudas y buscamos milagros que nos convenzan, que siempre, dicho sea de paso, no nos dejaran convencido del todo. La fe será siempre la cabalgadura que nos lleve por el camino que nos señala el Señor. Nada nos convencerá ni nos hará ver claro, pues eso desplazaría la necesidad de la fe. Y la fe es necesaria hasta que llegue la hora de estar en la presencia del Señor. Entonces sólo quedará la caridad - 1ª Co 13 - el amor, porque tanto la fe como la esperanza habrán llegado al final de su camino.

El pecado habita en este mundo y  nos ha contagiado. Pero, por la Gracia y Misericordia de Dios hemos sido purificados y lavados por el Espíritu Santo en la hora de nuestro bautismo. Sin embargo, en nuestra andadura por este mundo experimentamos las amenazas y peligros de volver a quedarnos manchados. Nuestra debilidad es grande y el Maligno, sabedor de ello, nos tienta y nos seduce aprovechando nuestras debilidades, pasiones y apetencias.

Te damos gracias, Señor, por habernos dejado la puerta del bautismo, por el que somos auxiliados y asistidos por el Espíritu Santo, pero, sobre todo, Señor, por ese Sacramento de la reconciliación que, por tu Gracia, recibimos la Infinita Misericordia que nos devuelve a la Vida de la Gracia y nos descontamina de todo pecado que infecta nuestra vida y la pierde.

Gracias, Señor, por ese hermoso regalo, y aprovecho para pedirte que nos auxilies y pongas en mi camino la ocasión y el medio para que, por la Gracia del Espíritu Santo y el poder conferido por Ti, Señor, limpie mi alma de todo pecado. En esa esperanza nos apoyamos, Señor, confiado en tu Palabra y en tu Amor Misericordioso. Danos también la paciencia necesaria para sostenernos firmes sobre la Roca de tu Palabra y de tu Amor, y aumenta y sostén nuestra fe firme y confiada en tu presencia con nuestra firme y segura respuesta a tu Palabra. Amén.

jueves, 10 de octubre de 2019

INUNDA MI ALMA, SEÑOR, DE TU ESPÍRITU

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H I M N O

Autor del cielo y el suelo,
que, por dejarlas más claras,
las grandes aguas separas,
pones un límite al hielo.

Tú que das cauce al riachuelo
y alzas la nube a la altura,
tú que en cristal de frescura
sueltas las aguas del río
sobre las tierras de estío,
sanando su quemadura,

danos tu gracia, piadoso,
para que el viejo pecado
no lleve al hombre engañado
a sucumbir a su acoso.

Hazle en la fe luminoso,
alegre en la austeridad,
y hágale tu claridad
salir de sus vanidades;
dale, Verdad de verdades,
el amor a tu verdad. Amén.
Laudes del jueves - 
XXVII semana del Tiempo Ordinario

miércoles, 9 de octubre de 2019

EN CUMPLIMIENTO DE SU VOLUNTAD

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La oración del Padrenuestro manifiesta esa Voluntad del Padre que es prioritaria en la vida de Jesús. Todo está puesto en Manos del Padre y mi voluntad será la del Padre. Esta actitud es la que vive Jesús en cada momento de su vida y, eso, es lo que se ve, se nota y se transmite.  No se trata, pues, de una oración doctrinal ni unas jaculatorias piadosas. Se trata de un diálogo con el Padre en el que le confesamos nuestra fe en que está en el Cielo y en la voluntad de ser dócil a su Palabra.

Padre del Cielo, también nosotros, siguiendo a tu Hijo Jesús, queremos pedirte que nos des la fortaleza y sabiduría para vivir en tu presencia reconociéndote y santificándote como nuestro Padre y haciendo presente tu Reino entre nosotros según tu Voluntad. Padre, te pedimos esa fuerza y capacidad para aceptar todas las cosas que la vida nos depara y que nos provea de todo lo que necesitamos para cumplir tu Voluntad.

También, Padre, te pedimos que nos enseñes a vivir en tu Misericordia y sabernos queridos y perdonados de nuestras faltas y errores por tu Infinita Misericordia. Pero, sobre todo, Padre, te pedimos que nos transformes nuestros corazones endurecidos por la soberbia y el egoísmo y sepamos, de la misma manera que tu nos perdonas, perdonar a nuestros hermanos.

El mundo es una ocasión de pecado, pues tiene muchas circunstancias y situaciones de seducción. Cada instante de nuestro camino trae también, Padre, su tentación. Ayúdanos a superarlas tal y como hizo tu Hijo Jesús en su paso por el desierto. Líbranos del Maligno, que está pendiente de nuestras debilidades para incitarnos al pecado, a la desobediencia, a las apetencias y concupiscencias que nos harían caer en el egoísmos y en el pecado. 

Padre, confiados en tu Palabra y en tu Misericordia, nos ponemos en tus Manos y siguiendo el Camino, la Verdad y la Vida que tu Hijo, nuestro Señor, nos ha señalado, caminamos en la esperanza de llegar a Ti para, según tu promesa compartir la Gloria que Tú nos has dado por los méritos de tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

martes, 8 de octubre de 2019

ORAR PARA SERVIR

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Sin notarlo ni ser consciente nuestra vida se va sumergiendo en el trabajo hasta el punto de quedar atrapados en el tiempo y sometidos a la esclavitud laboral. Sin embargo, a pesar de ello nuestro trabajo será fecundo y generoso con respecto a los demás en la medida que nuestro corazón sea semejante al de Xto. Jesús. Porque, un corazón simplemente humano es por su propia naturaleza un corazón egoísta y sólo en Manos del Espíritu Santo puede transformarse en un corazón suave, sencillo, manso y humilde, capaz de entregarse al servicio de los demás, tal y como hizo Jesús y como nos enseñó. 

Por todo ello, Señor, te pedimos que nos transforme nuestro corazón egoísta en un corazón generoso, compasivo y abierto al servicio y alivio de los que sufren y padecen esclavitud, egoísmo y sometimiento de los poderosos y dictadores de este mundo. 

Te damos gracias, Señor, por todo lo que nos has dado y te pedimos también que no lo guardemos, como ocurrió con aquel siervo que enterró el talento recibido, sino que lo negociemos con nuestro esfuerzo y riesgo para ponerlo en función del bien de los demás. Danos, Señor, esa fortaleza y capacidad para no desfallecer y para saber gastar nuestro tiempo en hablar contigo, abrirte nuestro corazón, escucharte y poner por obra tus enseñanzas en nuestra vida.

Es ese el Tesoro más preciado, Señor, y el que te pedimos para, teniéndolo, llevarlo a nuestra vida y ponerlo por obra. Gracias, Señor. Amén.

lunes, 7 de octubre de 2019

SIN DIOS NO HAY AMOR

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Hemos sido creados semejantes al Señor, y eso significa que nos parecemos algo a Él, pero esa semejanza no tendrá efecto si nos apartamos de su presencia. Si de Él hemos salido, a Él volveremos. Por lo tanto, todo lo que sea alejarnos de la presencia del Señor es pérdida y muerte. Necesitamos, no sólo estar cerca de Él sino permanecer en Él e intimar con Él a través de la oración.

Porque, es el contacto permanente con Él a través de la oración lo que nos va a permitir experimentar que con y en Él todo es posible. Y eso significa que será posible amar, pero no al estilo humano donde todo lo que se da se guarda y se valora para, en recompensa y compensación, recibir el valor de lo dado. Será posible, decíamos, un amor al estilo de Jesús. Significa eso que será un amor gratuito, sin condiciones y pleno hasta el extremo de entregar la vida.

Una vida que quizás no sea cruenta, pero sí sacrificada día a día en el servicio entregado, en la disponibilidad diaria y la obediencia a darse gratuitamente. Posiblemente, esa medida de amor sea más sangrante y más sacrificada que la entregada toda y al instante. Una vida servida y dada gota a gota, en la escucha, en la atención, en la disponibilidad, en la comprensión, en el servicio y en la solidaridad al que más lo necesita, al marginado y al excluido.

Eso, Señor, es lo que pedimos, un corazón generoso, comprensivo, escuchante, atento y disponible a auxiliar, a comprender, a escuchar, a aliviar y a servir de forma gratis y por amor. Y eso sabemos que nuestro corazón egoísta y endurecido no lo podrá realizar sin tu auxilio y tu Gracia. Por eso, Señor, te pedimos que transformes nuestro corazón de piedra en un corazón de carne, tierno, suave, humilde y sencillo para que ame como Tú nos amas. Amén.

domingo, 6 de octubre de 2019

TE PEDIMOS DE NUEVO, SEÑOR, QUE AUMENTES NUESTRA POCA FE

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También nosotros, Señor, queremos aumentar nuestra fe. Una fe que nos fortalezca y comprometa más en nuestro compromiso de bautismo; en nuestro compromiso de amor a los demás. Una fe que supere y venza nuestros egoísmos, nuestras apetencias, nuestros apegos y encienda nuestros corazones abriéndonos a la solidaridad, al servicio fiel y obediente y a la disponibilidad a la ayuda y alivio de los que sufren, carecen de lo más necesario y son excluidos socialmente.

Nuestra fe, si es fe verdadera, adulta y comprometida tiene que notarse, porque, la fe no se puede esconder. Si se tiene se ve. Se ve en tu forma de actuar, de acoger, de servir, de estar disponible y atento a las necesidades de los más pobres e indefensos. La fe se descubre en tu forma de mirar y de presentarte ante los demás. Posiblemente, sucede que nuestra fe, al menos la mía, es pequeña, muy pequeña y se nota muy poco o casi no se ve. Un cristiano no tiene que identificarse sino dejarse ver, y lo hace en la manera que trata de vivir su fe de forma natural y normal.

Un cristiano sobrenaturaliza todo lo natural que hace en su vida, porque entiende que lo hace al mismo Xto. Jesús y se siente siempre en su presencia. Pero, también naturaliza todo lo sobrenatural, porque lo hace como un servicio y como el acto más religioso de su vida. Sabe que su principal público es el Señor y todo, aunque se mueva dentro de la más absoluta intimidad sabe que Jesús, el Señor, está en su presencia. 

Por todo ello, Señor, te pedimos que aumente nuestra fe. Una fe que no se esconda, que no duerma o se despierte sólo en los templos o en los actos puntuales religiosos, sino una fe que camine en el mundo entre los hombres y mujeres del mundo y que se note. Se note en mi relación con ellos; se note en mi forma de hablar y de escucharles; se note en mi forma de comprenderles y atenderles; se note en la dulzura de mis palabras y atenciones; se note en mi disponibilidad a preocuparme por sus sufrimientos o problemas. Una fe que sorprenda y que interpele por su buena conducta y amor a la gente con la que me relaciono. 

Una fe, Señor, como la Tuya. Esa es la fe que quiero vivir y la que hoy te pido. Sé que tendrá que poner algo de mi parte, porque Tú ya me has dado parte de lo que necesito, pero, soy tan pobre y tan pequeño, Señor, que sin Ti y de tu Mano ando perdido y sin rumbo en la vida. ¡Aumenta mi fe, Señor! Amén.

sábado, 5 de octubre de 2019

TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIA

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H I M N O

Gracias, Señor, por esta agua que llega
del aire hasta los campos, hasta el bosque y el huerto;
gracias por tu palabra que riega este desierto
del alma, prometiendo las horas de la siega.

Gracias por tanta gracia, tanta cuidada entrega,
por el sol que calienta este corazón yerto;
gracias por estas flores primeras que han abierto
ojos de luz a tanta claridad honda y ciega.

Gracias porque te he visto latiendo en los bancales,
favoreciendo, urdiendo los tiernos esponsales
del verdor con la tierra, la rosa con la rama.

Gracias porque nos enseñas a ser en lo que era
al olvidar mis estiajes en esta primavera;
gracias porque es llegado el tiempo del que ama. Amén

De Laudes del sábado 5-10-19

viernes, 4 de octubre de 2019

ABRE Y TRANSFORMA MI CORAZÓN, SEÑOR

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Tú me lo has dicho, Señor, y yo lo creo. Por eso, en tu Nombre me atrevo a pedirte que abras mi corazón a la Verdad, es decir a Ti, a tu Sagrado Corazón para que por Infinita e Inmensa Misericordia sea transformado semejante al Tuyo. Y en base a tu Palabra y promesa, yo, Señor, te pido esa Gracia. Amén.

No quiero que me suceda lo de Corozaín, Betsaida o Cafarnaún que siendo testigo de tus obras y milagros me quede en mis palabras y no viva en las Tuyas. Pero, tengo miedo de que así sea, porque, el mundo en que vivo es un mundo peligroso, seductor y apetecible a mis pasiones y debilidades. Cada día de mi vida es una nueva prueba a esas seducciones que el mundo me presenta. Mi alma está en peligro y mi cuerpo se experimenta vencido y atraído por esas apetencias humanas que hacen zozobrar mi espíritu.

Y no tengo otra defensa, Señor, que tu Amor y tu Fortaleza para defenderme de estas tentaciones con las que el mundo me tienta, valga la redundancia. Por eso, Señor, confiado en tu Palabra te pido, te busco y te llamo para que, siguiendo tu promesa, abras mi corazón a tu Palabra y lo fortalezcas para que, suavizado y tierno, se confíe a tus mandatos y obediencia. Dame, Señor, la sabiduría de reconocerme pecador y pequeño ante Ti y tomar conciencia de que Tú eres mi Padre y mi salvador.

Señor, quiero un corazón humilde, como Tú me aconsejas, para escuchar a tus enviados, a los que me rodean, a los humildes y que, aparentemente, poco parece que puedan decir y enseñar, pero, son tus preferidos, señor, y por los que Tú has querido hablar y pronunciarte y desvelar y descubrir tus misterio y hasta darnos tu fe. Por eso, Señor, necesito, y te lo suplico una vez más, dame un corazón sencillo, humilde y capaz de acoger lo pequeño y, de manera especial, tu Palabra. Amén. 

jueves, 3 de octubre de 2019

OCTUBRE - MES MISIONERO

Oración propuesta por el Papa Francisco, para el Mes Misionero Extraordinario

"DAR LA PAZ ESTÁ EN EL CENTRO DE LA MISIÓN DE LOS DISCÍPULOS DE CRISTO" Papa Francisco
80420-oracion-propuesta-por-el-papa-francisco-para-el-mes-misionero-extraordinario

PADRE NUESTRO
Tu Hijo Unigénito Jesucristo
resucitado de entre los muertos
encomendó a sus discípulos el mandato de
“id y haced discípulos a todas las gentes”;
Tú nos recuerdas que a través de nuestro
Bautismo somos partícipes de la misión de la Iglesia.

Por los dones de tu Santo Espíritu, concédenos la
Gracia de ser testigos del Evangelio,
valientes y tenaces,
para que la misión encomendada a la
Iglesia, que aún está lejos de ser completada,
pueda encontrar manifestaciones nuevas y
eficaces que traigan vida y luz al mundo.

Ayúdanos a hacer que todos los
pueblos puedan experimentar el
amor salvífico y la misericordia de Jesucristo,
Él que es Dios y vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Amén