Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 31 de marzo de 2020

GRACIAS, SEÑOR, POR TU IGLESIA

Sergio E. Valdez Sauad: "YO NO SOY DE ESTE MUNDO" Juan 8,21-30 ...
A veces pienso lo afortunados que somos los que hemos nacidos con la Iglesia ya en marcha. Muchas veces me pregunto que seríamos sin la Iglesia guiada por el Espíritu Santo. Porque, pensemos, los primeros años de la Iglesia fueron muy difíciles. Gracias a esos apóstoles que perseveraron en la fe y, a pesar de todos los obstáculos y dificultades, que fueron muchas hasta dar sus vidas, la Iglesia está presente hoy entre nosotros. Y, luego, a todos los cristianos, padres santos que siguieron sus enseñanzas hasta transmitírnosla a nosotros. ¡Cuánto le debemos!

Pero, sobre todo, al Espíritu Santo, que los ha guiado y fortalecido hasta hoy. Hasta este momento exactamente. Sería imposible que sin el auxilio del Espíritu Santo la Iglesia estuviese hoy presente. Son dos mil veinte años que la Iglesia se mantiene firme continuando la obra de salvación en el mundo. Y nosotros somos unos privilegiados entre otros muchos. Y lo somos porque, por la Gracia de Dios y la acción del Espíritu Santo en nosotros creemos en el Señor.

Sí, sabemos que Jesús es el Hijo de Dios y que, enviado por el Padre, ha venido a hacer su Voluntad, que no es otra que la de entregar su Vida en la Cruz para salvación de todos los hombres que crean en Él. Porque, creer en Jesús es creer en el Padre. Y en eso, la Iglesia, nuestra Iglesia, a la que también todos los creyentes pertenecen, tiene enorme mérito. 

Una Iglesia santa y pecadora. Santa como muy bien se reflejaba en las lecturas de la Eucaristía de ayer, y que el Santo Padre nos mostraba en su homilía de Santa Marta. Una Iglesia inocente, como aquella mujer, Susana de la primera lectura, a la que se le hizo justicia por la acción de Dios, y otra mujer, en el Evangelio, que reconoce su culpabilidad y obtiene el perdón por la Misericordia de Dios. Justicia y perdón que se hacen compatibles en la Infinita Misericordia de Dios.

Y damos gracias a Dios que por su Infinita Misericordia alcanzamos el perdón de nuestros pecados. Pecados que, primero, para ser perdonados, tenemos que reconocer y mostrar arrepentimiento sincero, porque de no ser así no serán perdonados.

lunes, 30 de marzo de 2020

UN PADRE MISERICORDIOSO

Navegar Mar Adentro: Evangelio según San Juan 8, 1-11
Te damos gracias, Señor, por tu Infinita Misericordia. Somos conscientes que por ella alcanzamos el perdón de nuestros pecados y la salvación eterna. Y, más agradecidos porque nos conocemos indignos de tal perdón y misericordia. Nuestros méritos nunca podrán alcanzar pagar o equilibrar tu Amor y Misericordia Infinitas. Nosotros, criaturas finitas no podemos atesorar méritos infinitos para saldar esa deuda de nuestras miserias y pecados. Por tanto, Señor, gracias y gracias es lo único que podemos decir.

Sin embargo, te pedimos, Señor, que nos des el conocimiento y la sabiduría de darnos cuenta de que sin Ti nuestra vida no tiene sentido. Y que necesitamos ser misericordioso de la misma forma que Tú lo eres con cada uno de nosotros. No te avergüenzas de nuestros pecados, nos acoge y nos defiende. Sabes, Señor, me admira y me asombra la gran confianza que tienes en nosotros, a pesar de tantas veces que te hemos fallado. Te pones en nuestro lugar y, como a esa mujer adultera, la defiendes y la perdonas.

Señor, te pido paciencia y perseverancia para permanecer a tu lado y saber escucharte con tranquilidad y en silencio. Silencio de todo ese ruido que me rodea y me desconcierta, que me descontrola y me inclina a vivir en el ajetreo de una vida consumista, acomodada, instalada y ociosa.  Y, sin darme cuenta adultero mi vida alejado de Ti, Señor. 

Por eso, como aquella mujer que fue llevada ante ti acusada de adulterio, yo quiero voluntariamente ir a Ti para que, mi vida, adulterada por tantos vicios, pecados, errores y decepciones la tomes en tus Manos y, misericordiosamente me devuelvas al camino bien intencionado y limpio de todo pecado. Gracias, Señor. Amén.

domingo, 29 de marzo de 2020

¿POR QUÉ ESTOY TAN MUDO ( THOMAS MERTON)


On Meeting Thomas Merton - The Chronicles of Chögyam Trungpa Rinpoche
Thomas Mertón

Oh Dios, mi Dios, ¿por qué estoy tan mudo?
Desearía gritarte y gritarte una y otra vez,
pero Tú eres el innombrable e infinito.
Todos los nombres que te damos
no son tu nombre, Trinidad infinita.
Pero tu Palabra es Jesús,
y yo grito el nombre de tu Hijo;
y vivo en el amor de su corazón,
y creo que, si, Él lo quiere, 
daré respuesta a mi única oración:
¡que pueda renunciar a todo
y pertenecer por entero al Señor!

sábado, 28 de marzo de 2020

JESÚS NO DEJA INDIFERENTE A NADIE

Temple Tantrums- 4th Week of Lent- Saturday-John 7:40-53. Jesus ...
No caen indiferentes a los que le oyen. Unos quedan sorprendidos gratamente y le admiran; otros ponen en duda su Palabra al creer que el Mesías, según las Escrituras debe de venir de la casa de David y de Belén: «¿Acaso va a venir de Galilea el Cristo? ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David?».

Como podemos apreciar y advertir la discusión está servida. Jesús es motivo de contradicción, unos le admiran por lo que dice y de la forma que lo dice, y otros le acusan, les molesta y les pone su situación y estado en peligro. En este contexto también nos planteamos nuestra fe actual, porque, es ahora cuando nos toca a nosotros participar y decidirnos. Crees o no crees en Jesús. 

Y si crees, ¿dónde y cómo se nota esa fe en tu vida y tus ambientes? Nicodemo, aquel que se veía con Jesús por la noche, salió en defenda de Él tratando de demorar el prendimiento de Jesús y abogando un juicio justo. Más tarde, en la Pasión y Muerte de Jesús confesaría su fe abiertamente. La cuestión es preguntarnos nosotros ahora, ¿confesamos nuestra fe?

Pero, a pesar de cuestionarnos nuestra fe y discernir, no sólo, sino a la luz del Espíritu Santo, pidamos al Señor que nos aumente nuestra fe y que nos dé la sabiduría y humildad para permanecer y perseverar con firmeza en su Palabra.  Que sepamos acoger lo pequeño, lo despreciable y lo sencillo como verdadera sabiduría que viene de Dios, porque, el Señor se vale de lo, aparentemente, inservible para servir y amar. Y eso es lo que les molesta a los soberbios, a los poderosos y a los que no quieren moverse de sus estados de poder y privilegios.

Pidamos al Señor que no nos aferremos a lo cómodo y al bienestar a costa de los que sufren y padecen. Pensemos en los que sufren y padecen. Hoy los tenemos más cerca en estos momentos que la pandemia del covid19 nos amenaza y nos atenaza confinados en casa.

viernes, 27 de marzo de 2020

TAMBIÉN NOSOTROS, COMO JESÚS, SOMOS ENVIADOS

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

En muchas ocasiones he tenido la oportunidad de decir que Jesús no viene por su cuenta sino que es enviado. En su bautismo en el Jordan, Juan así lo testimonia cuando se oye la Voz del Padre que lo presenta como su Hijo predilecto y en quien se complace y al que nos remite a escucharle. Sobre Él viene el Espíritu Santo para acompañarle en toda su obra de salvación.

También nosotros hemos recibido al mismo Espíritu Santo. Por la Gracia de Dios también lo he repetido muchas veces en mis humildes catequesis. Hemos recibido al Espíritu Santo, el mismo que recibió Jesús, para asistirnos en nuestra humilde misión de proclamar el Evangelio. Pero, una proclamación primera con nuestra disponibilidad de entrega y servicio a los demás y luego con oración y adoración al Señor. Es verdad que ambas van unidas, pero tanto la oración como las obras son oportunidades y ocasiones para evangelizar.

Sin embargo, somos conscientes de nuestros pecados. Pecados por nuestra debilidad y apetencias. Somos propensos a la caída, a la fragilidad y derrumbamiento por nuestras pasiones, egoísmos y afanes y, sin la asistencia del Espíritu Santo somos presa del Maligno. Por eso, como Jesús, lo hemos recibido en nuestro bautismo, y a Él nos encomendamos y agarramos. Ven Espíritu Santo y danos la fortaleza y el valor de vencer a nuestros enemigos: mundo, demonio y carne, que nos amenazan y persiguen.

Pidamos al Señor que nos dé la fortaleza, la sabiduría y la paz de permanecer a su lado y perseverar en su Palabra y en su escucha. Pidamos no desfallecer en los momentos de confusión, de debilidades y de dudas, y, sobre todo, en estos momentos difíciles como los que sufrimos actualmente - pandemia del covid19 - donde estamos más proclive a debilitarnos y perder toda esperanza. Pidamos sostenernos firmes, como nuestra Madre María, a la Palabra de nuestro Padre Dios, confortados e injertados en su Hijo, enviado para darnos a conocer su Voluntad. Amén.

jueves, 26 de marzo de 2020

A JESÚS CRUCIFICADO

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No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido, 
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido; 
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,
que aunque no hubiera cielo yo te amara, 
y aunque no hubiera infierno te temiera;

No me tienes que dar porque te quiera;
porque aunque lo que espero no esperara, 
lo mismo que te quiero te quisiera.

miércoles, 25 de marzo de 2020

EL ANUNCIO A MARÍA


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H I M N O

¡Oh virginal doncella
de tu nombre purísimo, María,
cuando la blanca estrella
renace con el día,
las aves cantarán la letanía!

Cumpliendo la promesa
resplandeció tu integridad suave,
y todo el cielo pesa,
con indulgencia grave,
sobre la fiel salutación del "Ave".

Si en tu virtud sencilla
la Trinidad perfecta se gozaba,
hincando la rodilla
el arcángel mostraba
la gracia del Amor que le enviaba.

Tú, Virgen florecida,
diste el milagro de tu aroma al viento,
y el aura agradecida
que recogió tu acento
vistió de alegre luz el aposento.

Sube el arcángel alto
restaurando la paz amanecida,
y al tierno sobresalto
de su alada subida
te llamarán los siglos escogida. Amén.

La Anunciación del Señor, solemnidad
Miércoles, IV semana de Cuaresma 

martes, 24 de marzo de 2020

¿ESTÁS TÚ TAMBIÉN TUMBADO EN TU PROPIA PISCINA?

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Es posible que eso de la piscina de Betsaida te parezca una ficción más, pero, quizás hay muchos que esperamos tumbados en una piscina a que el Señor aparezca en nuestra vida. Posiblemente, no sea una piscina como esa de la que habla el Evangelio, pero si una piscina que tú mismo has creado con tu esperanza, con tu fe y con tu apatía y comodidades.

Quizás permaneces tumbado en la rutina de cada día de tu vida dándole la espalda a Dios sin quererte levantar de tus apetencias, de tus hábitos, de tus comodidades y de tu manera de ver las cosas y entenderlas. Quizás, tu misericordia y tu perdón corresponden a tu manera de entender el perdón y la misericordia con respecto a los demás. Quizás, permanezcas postrado justificándote en los pecados, las indiferencias y egoísmos de los demás, y culpándolos de tus pecados. Quizás no piensas levantarte a pesar de todo el tiempo que ha pasado y consideras que estás justificado con tu forma de pensar.

La conclusión es la misma de siempre: Yo no soy pecador, son los demás que me obligan y no me hacen caso ni tampoco me socorren. Los demás tienen la culpa de mi manera de actuar. Posiblemente tienes los oídos cerrados y los ojos vendados. Escucha la voz del Señor que te invita a levantarte, a tomar tus pecados y a cargarlos con tu propia cruz, y a caminar con fe, esperanza y coraje, como nos decía el Papa en la Eucaristía que celebró ayer.

Pidamos al Señor que tengamos la fuerza necesaria para asir nuestra mano pecadora y, agarrándonos a Él, levantarnos de nuestra postración cómoda y pecadora para, renovados y fortalecidos de una vida nueva, cargar con nuestros pecados y seguirle proclamándolo como el Señor y Salvador de nuestras vidas. Amén.

lunes, 23 de marzo de 2020

LA LLAMADA DEL SEÑOR (PEDRO ARRUPE, S.J)

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Padre Pedro Arrupe -  Jesuitas
Señor: meditando en tu llamada y en mi deseo de seguirte he descubierto que el ideal de mi vida entera eres Tú y que el ideal de mi modo de proceder es el modo de proceder tuyo. Por eso fijo mis ojos en Ti, los ojos de la fe, para contemplar tu figura tal como aparece en el Evangelio...

Señor,  que yo pueda sentir con tus sentimientos, los sentimientos de tu Corazón con que amabas al Padre y a los hombres. Yo quiero imitarte en esta disposición de amor y de entrega... Enséñame, Señor, tu modo de tratar con los discípulos, con los niños, con los fariseos, con los pecadores o con Pilatos y Herodes. Comunícame la delicadeza con que tratabas a tus amigos.

Enséñame a ser compasivo con los que sufren: con los pobres, los enfermos, los huérfanos, los ancianos, las viudas. Quiero saber cómo manifestabas tus emociones, incluso hasta llorar. Enséñame tu modo de mirar, como miraste a Pedro para llamarle a tu seguimiento o levantarle de su caída, como miraste al joven rico que no se decidió a irse contigo, como miraste a la gente que andaban como ovejas sin pastor...

Enséñanos tu modo de proceder, para que sea nuestro modo de proceder y así podamos realizar el ideal de ser seguidores tuyos, colaboradores tuyos en la obra de la evangelización y salvación. Pido a María que forme en mí y en todos nosotros otros tantos Jesus como Tú.

domingo, 22 de marzo de 2020

ANGOSTA ES LA CASA - SAN AGUSTÍN -

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San Agustín

Dime, por tu Misericordia, Señor y Dios mío, que eres para mí. Di a mi alma: "Yo soy tu salvación". Dilo de forma que yo lo oiga. Los oídos de mi corazón están ante Ti, Señor; ábrelos y di a mi alma: "Yo soy tu salvación". Que yo corra tras esta voz y de dé alcance. No quieras esconderme tu rostro. Muera yo para que no muera y pueda si verte.

Angosta es la casa de mi alma para que vengas a ella: sea ensanchada por Ti. Ruinosa está: repárala. Hay en ella cosas que ofenden tus ojos: lo confieso y lo sé; pero ¿quién la limpiará o a quién otro clamaré fuera de Ti? Tú lo sabes, Señor. No quiero contender en juicio contigo, que eres la verdad, y no quiero engañarme a mí mismo, para que no se engañe a sí misma mi iniquidad.



sábado, 21 de marzo de 2020

AYÚDAME, SEÑOR, A DESCUBRIR EL FARISEO QUE DUERME EN MI CORAZÓN

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No debo negarlo, dentro de mí duerme, en mi corazón, un fariseo. Un fariseo que despierta cuando los intereses de mis hermanos no son los míos. Cuando lo que dice el otro no es lo que digo yo, o lo que piensa el otro no es lo que pienso yo. Y, por su boca, insulto, ofendo, defiendo mi verdad, que no la Verdad, y me creo mejor que el otro. Pero, si eso no me lleva a despertar y observar al fariseo arrogante y orgulloso que vive en mi corazón, miento cuando confieso que soy un pecador.

La otra opción es la del publicano, que, sin interiorizar mucho sus actitudes, de antemano se confiesa pecador. Y su humildad le lleva a postrarse y agachar su cabeza. Es esa la opción, Señor, que yo quiero tomar. La del humilde y mísero publicano. La de aquel que sabe, aunque muchas veces se pierda en su ignorancia y se crea con algún mérito, que es un pobre pecador y que no merece nada. La de aquel que necesita de tu Misericordia y de tu Gracia para mantenerse erguido y firme frente a la tentación y al pecado. 

Yo, Señor, quiero ser ese fariseo, pecador sí, pero humilde y dispuesto a postrarse ante Ti para que, con tu Gracia, levantarse y seguir detrás de tus huellas tu camino. Por eso, Señor, como aquel publicano del que Tú dices que volvió a su casa justificado, yo quiero pedirte perdón por todos mis pecados y suplicar tu justificación misericordiosa por tu Infinito Amor. Amén.

viernes, 20 de marzo de 2020

EL PADRENUESTRO NOS ENLAZA A TODOS

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

No hay alternativa, el Padrenuestro nos lo deja muy claro y sin otra interpretación: Cuando decimos Padrenuestro estamos significando que Dios es Padre de todos. Y eso quiere decir o significa que todos somos hermanos e hijos de un mismo Padre. Un Padre bueno que nos quiere salvar a todos y que, enviado su único Hijo a entregar su Vida, fue para salvarnos, sin distinción, a todos.

Por lo tanto, la cosa queda meridianamente clara. Amar a Padre Dios nos exige amarnos todos sus hijos. No hay otra explicación. No puedes presentarte delante de tu Padre odiando a tu hermano, que también es hijo del mismo Padre y tiene todo su amor. ¿Te imaginas cómo respondería y se sentiría tu Padre? Si confiesas que amas a Dios, tendrás también que amar a tu hermano. De no ser así estás diciendo mentiras todos los días.

Cuando rezamos el Padrenuestro confesamos ese mandato del primer mandamiento. Perdonar a los demás como nuestro Padre Dios nos perdona a nosotros. Luego, si no lo hacemos, mentimos. Ahora, somos conscientes de esa dificultad. Eso nos cuesta y, muchas veces es superior a nuestras fuerzas. No hace falta explicarlo, pues todos lo hemos experimentados. Ahora, ¿qué tenemos que hacer?

Simplemente, pedirle fuerza, dolor de contrición y verdadero arrepentimiento al Señor. Lo decimos siempre que celebramos la Eucaristía, Yo confieso ante Dios... Somos débiles y necesitamos la acción y fortaleza del Espíritu Santo para superar esas dificultades y poder amar a los demás, por amor a nuestro Padre Dios, con verdadero amor. Y confiados en tu Fuerzas, Señor, te lo pedimos. Amén.

jueves, 19 de marzo de 2020

SAN JOSÉ, PADRE ADOPTIVO DE JESÚS


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San José

H I M N O

Porque fue varón justo,
le amó el Señor,
y dio el ciento por uno
su labor.

El alba mensajera
del sol de alegre brillo
conoce este martillo
que suena en la madera.
La mano carpintera
madruga a su quehacer,
y hay gracia antes que sol en el taller.

Cabeza de tu casa
del que el Señor se fía,
por la carpintería
la gloria entera pasa.
Tu mano se acompasa
con Dios en la labor,
y alargas tú la mano del Señor.

Y, pues que el mundo entero
te mira y se pregunta,
di tú cómo se junta
ser santo y carpintero,
la gloria y el madero,
la gracia y el afán,
tener propicio a Dios y escaso el pan.

miércoles, 18 de marzo de 2020

UN DIOS QUE BUSCA AL HOMBRE Y SE HACE CERCANO

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Dios te ama y, por eso, te busca. No hay otra razón. Si a Dios no le importáramos nos dejaría con nuestras miserias y camino de muerte. ¿Qué no entendemos ese Infinito Amor? Estoy de acuerdo. No lo entiendo y además no lo merezco, pero, esa es la realidad por la que murió Jesús en la Cruz. Y eso es historia y realidad, así que, con esa prueba de verdadero Amor, Jesús, el Mesías enviado, me ha demostrado el  increible e incomprendido Amor de su Padre. 

Y ese Dios se ha hecho Hombre para estar cerca de mí y hablarme de ese gran Amor de su Padre. En la parábola del hijo pródigo o, mejor, Padre amoroso, Jesús nos expone y nos enseña hasta donde llega el Amor del Padre y como, a pesar de nuestras miserias y pecados, nos acoge misericordiosamente. Ahora, la cuestión es que nosotros, como aquel hijo hundido en la miseria de su propio pecado, tengamos la humildad y la voluntad de levantarnos y reconocernos pecadores y, arrepentidos, regresemos a la Casa del Padre.

Y esa es la Ley que Dios quiere que, impresa en mi corazón, no deje de cumplir ni de transmitir. La ley del amor que está por encima de la ley de los hombres. Y, como somos pecadores y transgredimos la ley necesitamos la Misericordia y el Amor de nuestro Padre Dios. Por eso, levantamos nuestra mirada y vamos al encuentro de Él que, primero ha salido a nuestro encuentro, porque, nuestro Dios es un Dios que sale al encuentro de su criatura y la busca para ofrecerle y compartir con ella su Gloria.

Señor, danos la sabiduría de dejarnos encontrar por tu Amor y de reconocernos pecadores, y de saber aplicar nuestras leyes impregnadas del espíritu de ese amor con el que Tú has bañado nuestros corazones. Amén.

martes, 17 de marzo de 2020

MI CAPACIDAD DE PERDONAR ES LIMITADA

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No nos resulta fácil perdonar y mucho menos a aquellos que nos han ofendido. Nuestra capacidad de perdonar es limitada e insuficiente. Incluso, deseándolo y queriéndolo, nos resulta difícil, por no decir casi imposible. Decimos: "le perdono, pero no olvido", es como el máximo de lo que podemos hacer. Ahora, ¿nos perdona nuestro Padre Dios así? ¿Y nos conformamos nosotros con ese perdón insuficiente, que no olvida y mantiene siempre en el recuerdo nuestros pecados? ¿O nos gustaría ser perdonados, borrando nuestro pecados, para siempre como si no hubiesen existidos? Seguramente sería de esta última la que nos gustaría. ¿Y eso no nos obligaría a hacer nosotros también lo mismo?

¡Eh ahí la cuestión! El perdón recibido de nuestro Padre Dios nos obliga también a nosotros perdonar. No porque nuestro Padre Dios nos lo exija, sino porque se desprende de nuestra misma naturaleza al ser perdonados. No comprenderíamos que fuésemos perdonados y, luego, nosotros no perdonáramos. La parábola que Jesús no cuenta nos deja clara y zanjada esta cuestión. Aquel hombre, tras ser perdonada su deuda, imposible de pagar, no fue capaz luego de perdonar a quien le debía simplemente muy poco. 

Y eso al rey no lo gustó. La lógica natural nos dice que debía perdonar después de él ser perdonado en tan cantidad impagable. Y esa es también nuestra lógica. Perdonamos porque el perdón que recibimos de nuestro Padre Dios es tan grande, Infinito e inmerecido, que, ¿cómo no vamos a perdonar deudas limitadas, humanas que nos hagan nuestros mismos prójimos? Me daría vergüenza presentarme delante de nuestro Padre Dios sin perdonar las ofensas que me hayan hechos mis otros hermanos habiendo sido yo perdonado  de mis enormes pecados por nuestro Padre Dios. ¿No te parece lógico?

Otra cuestión que nuestras fuerzas sean débiles y necesitemos la Gracia de nuestro Padre para poder perdonar setenta veces siete. Para eso tenemos esa hermosa oración del Padrenuestro que el mismo Jesús nos ha dejado y en la cual pedimos al Padre que nos dé las fuerzas y voluntad para perdonar tal y como somos perdonados. Amén.

lunes, 16 de marzo de 2020

ENSEÑANOS, SEÑOR, A SEGUIR ADELANTE


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No resulta fácil continuar la marcha cuando hay dificultades. Todos hemos experimentados que tras repetidos fracasos abandonamos nuestro objetivo o misión. Muchos nos basta con solo uno donde nuestra vida se haya sentido amenazada. Jesús sufrió muchos de esos fracasos y fue en su propio pueblo donde le amenazaron de muerte, pues quisieron despeñarlo por aquella montaña. Sin embargo, el Evangelio dice: Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.

¿Te recuerda y se parece eso a algunas de tus experiencias personales en las que te has sentido fracasado? ¿Y qué has pensado? ¿Quizás, abandonar tu camino de fe y confianza en el Señor? Jesús, nuestro modelo, nuestro camino, verdad y vida nos marca el camino a seguir y predica con el ejemplo, no sólo con sus Palabras. Sigamos su camino y confiemos en Él

No es lo más importante el éxito, ni tampoco el fracaso. Ambas cosas son transitorias y accidentales. Jesús, queriéndonos enseñarnos nuestra condición humana, limitada, débil y pecadora, nos muestra que ante el fracaso se antepone la fe y la confianza en el Padre. Él ha venido a cumplir una Misión enviado por el Padre y, por encima de todo, la confianza en el Padre le fortalece para seguir adelante. El Espíritu Santo le acompaña y le fortalece para salir victorioso. 

El camino es Jerusalén y su Muerte, para salvarnos y merecer la Misericordia del Padre para todos nosotros, pero, todavía no había llegado su hora y tenía que abrirse paso entre la gente y seguir adelante. También, a ti y a mí, quizás no nos ha llegado nuestra hora y tenemos que seguir adelante confiando en nuestro Padre Dios y agarrados al Espíritu Santo que nos acompaña desde la hora de nuestro bautismo.  

Pongámonos en sus Manos y pidamos al Padre que nos dé esa fortaleza y voluntad para, como su Hijo, cumplir con nuestra misión de ser luz y sal de su Palabra y su Amor durante el camino de nuestra vida en este mundo. Amén.

domingo, 15 de marzo de 2020

LA CUESTIÓN ES DESPERTAR TU FE

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Tu fe está sembrada en tu corazón. Si no la descubres puede ser que esté dormida, distraida o entretenida por y en las cosas de este mundo. Posiblemente, como la semilla sembrada en el camino o en tierra de poca profundidad o entre abrojos y malas hierbas las dificultades, tus anhelos y afanes y todo lo que el mundo te ofrece bajo los espejismos de la mentira y la falsa felicidad te hayan alejado de la buena tierra que necesita tu corazón para que la buena semilla sembrada germine y dé buenos frutos. El primer y el mejor, la fe.

Por todo ello, Señor, conscientes de que mis fuerzas son inferiores e insuficientes a las propuestas seductoras de este mundo, te pido y suplico que me des esa Agua Viva que ofrecistes a aquella samaritana con esa fuerza que me ilumine y me despierte de todas esos aparentes falsos espejismos que el mundo me sugiere y me presenta. Quiero, Señor, sentir esa sed inextinguible y perseverante que me dé las fuerzas para buscarte y para seguirte sin descanso. Quiero y te pido, Señor, que me des de esa Agua que me da la Vida Eterna.

Gracias, Señor, porque, sé de tus deseos de buscarme y de ofrecerme esa Agua Viva que salta hasta la Vida Eterna. Gracias, Señor, porque, como a la mujer samaritana, te haces el encontradiso y me pides agua para provocar en mí esa sed de la verdadera y única Agua que sólo Tú puedes dar. Gracias, Señor, y humildemente te pido que sostengas ese deseo en mí de sed y de búsqueda de esa Agua Viva que Tú con tu Amor y Misericoridia me das. 

Te pido, Señor, que me des esa sed de recibirte cada día bajo las especies de pan y vino como verdadero alimento que me fortalece y me sostiene para continuar perseverando y siguiendo tus pasos. Amén.

sábado, 14 de marzo de 2020

HUMILDAD Y RECONCILIACIÓN

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Gracias Padre por tu compasión y, sobre todo, por tu Misericordia. Gracias por acogerme con los brazos abiertos después de tanta indiferencia y oidos sordos. No merezco nada y menos cuando no te he escuchado y creido que mis planes eran mejores que los Tuyos. Sólo puedo pedirte perdón y arrepentirme de mi atrevimiento, mi osadía y suficiencia.

Pero, vuelvo a darte gracias, Padre, por darme esa fortaleza y voluntad para saber y poder reconocer mis pecados y, sobre todo, tener la fortaleza para levantarme y, humildemente, regresar a Casa. No es fácil reconocer mi culpa y abajar mi orgullo para, humildemente, regresar a Casa. Y, para encontrar a un Padre con los brazos abiertos, esperándome y dispuesto a perdonarme misericordiosamente y restituir mi dignidad perdida por mis propios pecados.

Todavía no encuentro palabras para expresar ese agradecimiento por tanta misericordia, ni tampoco llego a comprenderla. Todo me ha sido dado gratuitamente y nada merezco y, por la Infinita Misericordia de mi Padre, encuentro pan, techo y amor. Gracias Padre, pero, también te pido por mi hermano, que no se alegra de mi vuelta. 

Me identifico con él, porque, también yo tomo esa actitud ante otros hermanos en la fe que, apartados de ti, Señor, se han alejado de tu Casa y no han regresado o cuando regresan yo trato de cerrarles las puertas o echarles en cara su tardío regreso y sus pecados. ¿Acaso soy yo mejor que ellos? Perdóname, Señor, mi osadía y mi suficiencia, y te pido, Señor, que nos des esa paciencia y corazón compasivo para acoger a todos nuestros hermanos en la fe que, movidos por el Espíritu Santo, inician su regreso a la Casa del Padre. Amén.

viernes, 13 de marzo de 2020

RENDIDOS AL DESAMOR

Resultado de imagen de Mt 21,33-43.45-46
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Es más fácil dejarse llevar por la corriente, pues no necesitas esfuerzo y, simplemente, dejarte llevar cómodamente instalado. Eso te permite satisfacer tus apetitos y satisfacciones priorizándolas como lo políticamente correcto ante la realidad de lo que realmente es lo que debes hacer, lo verdadero, justo y para el bien de todos. Es lo que hacían los escribas y fariseos del tiempo de Jesús, dictaban leyes que luego ellos se las aplicaban según sus apetencias y satisfacciones.

Y hoy no estamos lejos de esa realidad. Se dicen muchas cosas, pero se aplican otras. La realidad política, por ejemplo, de nuestra propia nación, nos descubre eso que compartimos en estos momentos. Todos decimos lo que decimos y conviene decir, pero, luego, hacemos lo que nos conviene. Priorizamos nuestros intereses ante que los intereses de los demás y hasta los del bien general. Así descubrimos muchas injusticias y un mundo donde el desamor, las mentiras e injusticias están por encima de la verdad, la justicia y el amor.

Hacen falta hombres y mujeres, comprometidos y creyentes en la Buena Noticia que Jesús nos propone y dispuestos, injertados en el Espíritu Santo, a vivir en el amor y en la verdad aplicando la justicia. Creyentes que entiendan que, a pesar de las dificultades de cada día, nuestra victoria es segura porque vamos auxiliados y asistidos por el Espíritu Santo que nos dará todo lo necesario para superar y fortalecer nuestra voluntad ante los obstáculos y tentaciones que el mundo nos presenta.

Jesús nos lo explica en esta clara y reveladora parábola de la viña lo que realmente ocurre en nuestro mundo de hoy. La ambición, el afán de poder, las riquezas y el entender la vida como nos parece y siguiendo nuestros apetitos y satisfacciones nos lleva a enfrentarnos, al desamor, la injusticia, la mentira y la muerte. Pidamos que nuestros corazones, endurecidos por nuestros egoísmos, sean transformados por la acción del Espíritu Santo, y, para ello, pongamos nuestro esfuerzo, nuestros talentos, nuestras oraciones y todo lo que hemos recibido del Señor en sus Manos, para que, por su Gracia, nuestros corazones endurecidos se suavicen y se abran a amar en verdad y justicia. Amén.

jueves, 12 de marzo de 2020

LÁZARO Y EL HOMBRE RICO

Resultado de imagen de Lc 16,19-31
Tras esta parábola, Jesús, nos enseña y nos muestra el camino y la necesidad de compartir con los demás, sobre todo, con los necesitados, los pobres y los excluidos de la sociedad. Esa es la razón, pienso yo, por la que unos han recibido más talentos y cualidades que otros. Y en esos talentos están incluidos las familias, los lugares de nacimientos, los ambientes y todas las circunstancias que nos han servido para llegar a transformar, por la Gracia de Dios, nuestros corazones en corazones amorosos y misericordiosos semejantes al Señor.

La parábola nos muestra como unos han recibido más que otros e, implícitamente, la necesidad de servirnos los unos a los otros. Evidentemente, los que tienen más a los que poseen menos. Es ese servicio, apoyado en la verdad y la justicia, lo que hará que reine la paz entre los hombres y que el mundo distribuya e iguale las necesidades de los más pobres y necesitados.

Aquel hombre rico ignoró al pobre Lázaro y teniéndole al lado no se percató de sus necesidades. Vivió indiferente a las necesidades del pobre y eso traerá consecuencias en su vida. Porque, hemos sido creados para amar y no para el desamor. Por tanto, el hecho de que no cumplamos con nuestro destino, que es donde encontramos esa felicidad que buscamos en otro lugar, nos llevará a vivir eternamente en la infelicidad.

Pidamos que nuestros corazones sean transformados, por la Gracia de Dios, en corazones amorosos y sensibles a las necesidades de los que sufren y esperan nuestra ayuda. Pidamos y abramos nuestros corazones para darle posibilidad y libertad al Espíritu Santo que nos transforme y nos dé el impulso necesario y la luz suficiente para ver claro que sólo en el Señor encontraremos la felicidad y la Vida Eterna. Amén.

miércoles, 11 de marzo de 2020

CORONAVIRUS - COVID-19

Resultado de imagen de Mt 20,17-28
Estamos viviendo unos momentos que nos hacen ver la realidad de nuestra vida. Un simple virus amenaza al mundo. Un simple virus trastorna la economía mundial y amenaza con la ruina del planeta. Un simple virus, frágil y, aparentemente sencillo de vencer, tiene a la humanidad expectante y amenazada. Se suspenden viajes, se cierran eventos y toda clase de competiciones deportivas. ¿Qué ocurre? Esta humanidad tan grande y poderosa, ¿dónde está?

Una humanidad que rechaza al Creador de todo este mundo en el que vivimos y que se queda perpleja ante las amenazas que un simple virus que, por el hecho de ser desconocido, pueda amenazar y trastocar la vida y normalidad de las naciones. ¿Acaso el Poder de Dios no es Infinito? ¿Y no nos asusta el llevarle la contraria? Sucede que Dios no te asusta ni te prohibe rechazarle. Dios te ama hasta que tú decidas darle la espalda, y esperará hasta que tu libertad consuma toda su vida. Mientras te seguirá amando y deseando que te des cuenta y cambies tu actitud cerrada y un corazón endurecido por un corazón suave, abierto y entregado a su Amor.

Posiblemente, este virus nos ayude a entender mejor el Poder, la Misericordia y el Amor de Dios. Quizás este virus nos despierte y nos saque del error de creernos grandes, dominadores y con autoridad para mandar y dirigir este mundo, del cual somo simples criaturas y administradores, no dueños ni dominadores. Quizás este virus, por la Gracia de Dios, nos enseñe que mejor es servir que ser servido y les haga ver a nuestras autoridades que, a pesar de tener poder y autoridad, tienen la oportunidad de descentrarse y poner el centro de su dominio en el servir y amar a los ciudadanos, poniéndose en su lugar.

Por eso, pidamos al Señor que nos dé la Gracia de entender que todo lo hemos recibido de Él y que nuestras capacidades, autoridad y dominio deben ser siempre utilizadas para servir y no para ser servido. Pidamos que descubrir esta actitud de servicio nos será mas grata y colmará toda nuestra felicidad que todo el poder y dominio de las riquezas de este mundo. Amén.

martes, 10 de marzo de 2020

FE Y COHERENCIA

Resultado de imagen de Mt 23,1-12
Mucha gente se aparta o se aleja de la Iglesia y las comunidades o grupos porque se escandalizan del mal testimonio que percibe dentro de ella misma o de sus grupos o comunidades. Reconocemos nuestro pecados y debemos de reconocerlo y hasta confesarlos públicamente. Repito muchas veces que es en la misma Iglesia, grupos o comunidades donde nos damos cuenta de la necesidad imperiosa de vivir en el amor. Quizás, sucedan estas cosas porque necesitamos descubrir que con nuestro amor no podemos soportar estas adversidades y malos testimonios. Necesitamos al Espíritu Santo para que fortalezca nuestro amor y nuestra capacidad de amar sobre todos esos malos testimonio.

¿Y por qué? Simplemente, porque así nos ama nuestro Padre Dios y también nuestro Señor Jesús. Y reconocer que me fe no es lo suficientemente coherente con mi vida es reconocerme pecador y necesitado de la Misericordia de Dios y de su Gracia para superar esas tentaciones y pecados. Repetidamente, me confieso débil y pecador antes mis propias actuaciones, apetencias y flaquezas y avergonzados de mi mal testimonio ante los demás. Y pido perdón y misericordia por ello.

Pero, también, por la Gracia de Dios, siento la esperanza de la Misericordia Divina y el perdón de todos mis pecados y la fortaleza que me impulsa a seguir adelante con la motivación y la esperanza de levantarme de mis caídas y pecados. Y, confiado a su Infinito Amor y Misericordia, le pido que me sostenga siempre firme y dispuesto a levantarme de todas mis caídas y a creer que cada momento de mi vida puede ser una ocasión para amar  y asemejarme, un poquito más, a su Corazón Manso y Misericordioso con el que dar buen testimonio y coherencia de mi fe a los demás. Amén.

lunes, 9 de marzo de 2020

UN CORAZÓN COMO EL TUYO, SEÑOR.

Resultado de imagen de Lc 6,36-38
Nuestra meta es alcanzar un corazón como el Tuyo, Señor, porque, sólo asemejándonos a Ti podemos ser y sentir compasión y perdón por todos los hombres y mujeres del mundo. Y eso no se logra en dos días, salvo que Tú lo quieras, sino que lleva un proceso y un tiempo para que nuestro corazón, tal la fruta, tenga el tiempo suficiente para madurar.

Esa capacidad de compasión y de misericordia es un don que exige, primero, pedirla, y, segundo, no quedarse de brazos cruzados sino dar pasos en conseguirla y hacerla realidad. Pedir perdón no consiste en simplemente desearlo, sino también en buscar ese perdón llevando a cabo esa tarea de solicitarlo o facilitar que te lo puedan dar. Es poner todas tus fuerzas en buscar espacios  y ambientes donde se pueda favorecer ese clima de misericordia y perdón.

Pero, encontrar esas condiciones, espacios y oportunidades no es nada fácil. Necesitamos esa Gracia que no tenemos porque, nuestra naturaleza herida por el pecado, nos dificulta mucho esa tarea. Y no hay otra manera de alcanzarla sino pidiéndosela a nuestro Padre Dios. Danos, Señor, la Gracia de ser compasivos y misericordiosos tanto con los que nos ofenden como con los que nosotros ofendemos. 

Danos, Señor, la Gracia de no atrevernos nunca a juzgar ni a condenar tanto a nuestros amigos como enemigos. Sabemos que mantenernos en ese límite nos es muy difícil, pero, confiados en tu Gracia y en tu Amor, esperamos que podamos ir convirtiendo nuestro endurecido corazón en un corazón más suave, más compasivo, más humilde y más misericordioso. Esa te pedimos, Señor. Amén.

domingo, 8 de marzo de 2020

TABOR ES ORACIÓN

Resultado de imagen de Mt 17,1-9
En el monte Tabor Pedro, Santiago y Juan se quedaron extaciados y se sintieron gozosos hasta el punto que Pedro dijo: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Estar en la presencia del Señor es sentirnos gozoso y felices. Es decir, la oración, hablar con Dios y estar en su presencia, es un instante gozoso y de gran felicidad. Pero, al menos mi experiencia, no es fácil lograrlo y menos experimentarlo.

Aquel momento fue muy gozoso para los apóstoles y fue como un impulso y una luz para que se animaran y comprendieran lo que más adelante iba a suceder. También, para nosotros, puede ser un momento que nos ayude a alimentar nuestra esperanza y a fortalecer nuestra perseverancia. Quizás, a lo largo de nuestra vida podemos tener algunos momentos que nos despiertan la presencia del Señor, y que, no siendo como el que tuvieron Pedro, Santiago y Juan, si pueden ser momentos que, por la Gracia de Dios, experimentemos un impulso de esperanza y gozo para sentirnos animados a continuar la marcha.

No perdamos la esperanza y la fe en las Palabras del Señor que nos revela su Divinidad y su triunfo sobre la muerte. Confiemos en sus Palabras y vivamos esperanzados en que al final del camino nos espera la Gloria junto al Padre. Amén.

sábado, 7 de marzo de 2020

PERDONAR NO ESTÁ EN MIS MANOS

Resultado de imagen de Mt 5,43-48
No puedo atreverme a perdonar, sobre todo a los enemigos, con sólo mis fuerzas. Me es del todo imposible porque mi naturaleza está herida por la envidia, el odio, la venganza, el poder y el egoísmo. Mi inclinación es espontánea y responde con la misma condición: a ofensa recibida, ofensa como respuesta. Es la condición humana la que prevalece y a la que no puedo escapar.

Saber que estaré vencido y a merced del Maligno es cierto y sería disparatado intentarlo vencer con mis propias fuerzas. Eso lo he de tener muy claro: sin el concurso, la asistencia y el auxilio del Espíritu Santo no podré perdonar. La fuente de mi misericordia debo de encontrarla en la fuerza y la Gracia del Espíritu Santo. Para eso ha venido a mí en la hora de mi bautismo.

Por tanto, consciente de mi debilidad y flaqueza,  te pido, Señor, la Gracia de perdonar y ser misericordioso, en y por tu Nombre, con y a todos los hombres sin distinción ni condición, actuando tal y como Tú lo haces conmigo. De forma gratuita y desinteresad, sólo por verdadera Amor. Gracias, Señor, por tu Inmenso Amor y Misericordia. Amén.

viernes, 6 de marzo de 2020

NO ES COSA FÁCIL LA RECONCILIACIÓN

Resultado de imagen de Mt 5,20-26
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Una cosa es decirlo y otra hacerlo. Me refiero a la reconciliación. No parece que nos sea muy difícil reconciliarnos con Dios, pero la cosa cambia cuando tenemos que hacerlo con otras personas de la misma naturaleza que la nuestra. A nuestro Padre Dios no lo vemos y nos consideramos inferiores y, por tanto, nos resulta más fácil humillarnos, obedecerle y arrepentirnos de ofenderle. 

Pero, todo cambia con respecto a los hombres. La cosa es diferente y, pedir perdón a uno igual que yo, y que, quizás lo considero menos que yo, me resulta muy difícil, hasta el punto que no puedo hacerlo. Entonces experimento que necesito la Gracia y el auxilio del Espíritu Santo. Sin Él no podré hacerlo. Por eso, en el Sacramento de la Reconciliación encuentro las fuerzas para perdonar a aquellos que he ofendido o me han ofendido.

No se trata de reconciliarme con Dios yo sólo y que todo quede entre Él y yo, sino que, esa reconciliación me valdrá en la medida que yo me reconcilie con el ofendido o con el ofensor. Es decir, según sea yo el que haya ofendido o sea el ofendido. Y nos damos cuenta que así debe ser, porque es lo que verdaderamente le da sentido a esa intención de dolor de contrición y de arrepentimiento. No queda sólo en palabras sino que realmente demuestras tu arrepentimiento humillándote o siendo misericordioso ante la persona ofendida u ofensora.

Pidamos al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza y la voluntad necesaria para afrontar nuestras acciones, con verdadera humildad y mansedumbre, con las que podamos ofender o ser ofendidos ante los demás. Amén.

jueves, 5 de marzo de 2020

NO NOS CANSEMOS DE PEDIR

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Pedir y se les dará, nos ha prometido Jesús:  « Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y... - Mt 7, 7-12 - por tanto, pidamos con verdadera confianza sabiendo que nuestro Padre nos escucha y nos atiende y nos dará lo que realmente necesitamos y nos conviene. Y es muy importante saber y confiar en esto que acabo de decir, "lo que realmente necesitamos, sobre todo para la salvación de nuestra alma", porque eso es lo único y verdaderamente importante.

Nos hacemos esta pregunta, ¿qué es lo verdaderamente importante? Supongo que todos coincidiremos, al menos los que creemos en ella y que, por los méritos de Jesús, y la Misericordia de nuestro Padre Dios podemos alcanzarla, la Vida Eterna. Eso no descarta que todas las demás, me refiero a las necesidades que corresponden a nuestra naturaleza humana, son importantes y tenemos que pedirlas también, porque realmente las necesitamos. Sin lugar a duda que sí.

Pero, siempre guiados y alentados por y con la confianza de que nuestro Padre nos escucha y sabe lo que realmente necesitamos y lo que nos conviene. Es esa la actitud que tenemos que tener y la confianza con la que debemos dirigirnos a nuestro Padre, siempre abiertos a su Misericordia y a lo que Él disponga sobre nosotros. Sabemos y conocemos que Dios está presente en nuestra vida, pero también que nuestra naturaleza, pecadora, pobre, finita y limitada necesita de la Gracia y el Poder del Padre que nos ama.

Es en esa confianza donde debemos postrarnos pacientemente,  obedientemente y confiadamente y abrirnos a la acción de su Espíritu, sumisos a su Voluntad y esperanzados en que nuestro Padre Dios nos llevará, nos indicará, nos abrirá la puerta necesaria para llegar a Él. Amén.