Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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viernes, 8 de diciembre de 2023

MEDITACION ADVIENTO

"El Adviento me habla de alguien que ha de venir y tengo que esperar. De alguien que puede cambiar mi vida para siempre. El Adviento me invita a desear lo que aún no tengo. Un amor que abrace mi vida. Una resurrección desde la muerte en la que a veces me encuentro. El Adviento es una oportunidad que se me brinda para experimentar un cambio que todavía no llega.

Me gusta pensar en ese Dios oculto en los cielos que desciende a mi vida para cambiar los corazones. Él baja a mí en medio de mis cruces y dolores. Viene a mí cuando me siento perdido en mi noche. Cuando no invoco su nombre. Cuando no salgo de mi sueño. Cuando parece no haber esperanza. Entonces viene para abrazar mi cuerpo herido. Viene a mí."

(sermonje.eu)

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

viernes, 24 de diciembre de 2021

SIMPLEMENTE, UNA ORACIÓN

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

 

 *ORACION: Sales a mi encuentro*

Tú me recuerdas cómo sales a mi encuentro siempre que estoy perdido, siempre que me alejo de ti.

Tú conoces mi desvalimiento, mi pequeñez, mi inconstancia, mis incoherencias y errores, y con ellos me quieres, Señor.

Tu sabes bien, Señor, qué es lo que me distrae de ti, lo que me hace mediocre.

Pero Tú, Señor, vienes a salvarme, me rescatas como oveja perdida y me metes en tu redil, que es donde están las fuentes de la Vida.

Tú te las arreglas, Señor, aunque yo me aleje, para que viva mi historia junto a ti.

Gracias, Señor, no puedo más que cantar tus maravillas y agradecer tus desvelos. Yo soy del todo tuyo, Dios mío. Amén

Desde mi parroquia, por el párroco
 D. Juan Carlos Medina Medina
 
DESDE MI PARROQUIA
"FELIZ NAVIDAD" 

domingo, 12 de diciembre de 2021

¿VIVIMOS EN PERMANENTE ADVIENTO?

 

 

Estamos y seguimos esperando. Nuestra vida es una espera permanente. Y una espera, no de brazos cruzados, sino en constante movimiento de conversión. Desde la hora de nuestro bautismo estamos en movimiento y un movimiento de conversión. Y, ¿qué significa conversión? Pues, un esfuerzo, asistido en el Espíritu Santo - recibido en nuestro bautismo - de ir creciendo en la fe y seguimiento a nuestro Señor Jesús. Ese Mesías prometido que nos anunció Juan y nos preparó el camino para recibirlo.

Y ese esfuerzo - conversión - no terminará nunca hasta la hora del encuentro eterno con el Señor. Por tanto, nuestro camino será un camino permanente y constante de conversión. Es decir, una permanente actitud de adviento. O lo que es lo mismo, de preparación para que el Señor more en nuestro corazón y sea la opción principal de nuestro peregrinar.

Pidamos, pues, sostenernos, por la Gracia de Dios, en permanente actitud de conversión preparando nuestro propio camino y compartiéndolo con los demás, tal y como nos sugiere hoy Juan el Bautista en el Evangelio. Un compartir solidario con los más necesitados; un compartir desde lo que tenemos y podemos con justicia y dignidad. Pidamos, pues, que la Gracia del Señor vaya transformando, cada día, nuestros corazones y convirtiéndolos, con nuestra libre voluntad y consentimiento, pues hemos sido creados libres, en unos corazones arrepentidos y solidarios.

Pidamos, siguiendo la propuesta y anuncio de Juan el Bautista, que, cada día, nuestros corazones estén más convertidos y fortalecidos en la fe y seguimiento al Señor. Amén.

martes, 19 de octubre de 2021

UNA VIGILIA SIN DESCANSO Y PERMANENTE

 

La realidad es que sabemos que el momento llegará - eso es cierto - pero, también que no sabemos el instante, la hora ni el día. Por lo tanto, en consecuencia, nuestra actitud debe ser vigilante y en espera. Y eso nos compromete a estar preparados para no ser sorprendido cuando el Señor decida presentarse en nuestra vida.

Es verdad que nos despistamos y que por nuestra naturaleza enferma y herida por el pecado, nos olvidamos de ese momento, el más glorioso e importante de nuestra vida.

Por eso, Señor, necesitamos dedicarte un tiempo importante cada día de nuestra vida a estar contigo, a hablar contigo y, sobre todo, si podemos, a alimentarnos de tu Cuerpo y Sangre. Estar contigo, Señor, y pedirte fortaleza, perseverancia y sabiduría para estar atentos y vigilantes y no desfallecer. A estar en tu presencia y, solicitarte la Gracia para vivir la Vida de tu Gracia, Señor Porque, queremos, Señor, ser sorprendidos por tu presencia viviendo en tu Palabra y Voluntad y amando como Tú nos has enseñado y a tu estilo.

Quiero, Señor, y eso te pido que me des la fortaleza y la sabiduría de estar, a pesar de mis fallos y pecados, siempre presente en tu Palabra, para vivir en tu Amor y así esperarte y recibirte. Gracias, Señor. Amén.

domingo, 18 de abril de 2021

UN CAMINO ANGOSTO Y DURO

 

La dificultar por la que nos cuesta creer es, precisamente, porque el camino se nos inclina, se nos hace pesado y duro. Recorrerlo es remar contra corriente y aceptar padecer y hasta sufrir. En esas circunstancias, creer exige una fe firme y profunda. Y no es nada fácil. Además, la fe es un don de Dios que debemos pedir y esperar pacientemente a que el Señor, nuestro Padre Dios, no la conceda. Precisamente, la prueba, es confiar y esperar. Y creo que eso fue lo que sucedió con los apóstoles. A pesar de su incredulidad, ellos permanecieron, eso sí, asustados y llenos de miedos, reunidos y expectantes. Y, el Señor, respondió a esa espera.

Y es que Dios la da - fe - a aquellos que se fían de su Palabra. Incluso, a pesar de las dudas, de los pecados, de las huidas y traiciones, de las caídas y egoísmos. La da a aquellos que insisten, que la buscan, que quieren ser felices y descubren que el mundo no les puede dar esa felicidad que los llene plenamente. La da - la fe - a aquellos que perseveran y que le esperan. Así se le aparece a los apóstoles que, a pesar de sus dudas permanecen unidos y expectantes.

Señor, te pedimos que sostengamos esa expectativa de espera, de búsqueda y que perseveremos abiertos a tu venida y presencia para acogerte y abrirnos a tu fe. En Tí, mi Señor, pongo toda mi confianza para que me des esa fe que me mueva a buscarte como razón y alimento espiritual de mi camino, de mi verdad y mi vida. Amén.

miércoles, 31 de marzo de 2021

ESPERARÉ

 

 

 

Esperaré a que crezca el árbol

y me dé sombra.

Pero abonaré la espera con mis hojas secas.

Esperaré a que brote el manantial

y me dé agua.

Pero despejaré mi cauce

de memorias enlodadas.

 

Esperaré a que apunte

la aurora y me ilumine.

Pero sacudiré mi noche

de postraciones y sudarios.

Esperaré a que llegue

lo que no sé y me sorprenda

Pero vaciaré mi casa de todo lo enquistado.

 

Y al abonar el árbol,

despejar el cauce,

sacudir la noche

y vaciar la casa,

la tierra y el lamento

se abrirán a la esperanza.

Benjamín González Buelta, sj

miércoles, 23 de diciembre de 2020

¿BUSCAS TÚ RESPONDER A ESA MISIÓN QUE DIOS ESPERA DE TI?

 

Juan es contemporáneo de Jesús, y también pariente. Sus madres eran primas. Juan se adelanta unos meses a Jesús y, también, le precede en iniciar ese Plan de Salvación que Dios tiene pensado. Y del que Juan es el elegido para ser el Precursor, el que lo proclame y anuncie preparando el camino para el Señor.

Previamente, Juan se retira al desierto a prepararse y a proclamar un bautismo - con agua - de conversión y de arrepentimiento. Está cerca el Reino de Dios - proclama Juan -  e invita al arrepentimiento de los pecados y a la disponibilidad de tu corazón para recibir la Palabra del que viene enviado por el Padre.

La pregunta es clara: ¿Vivimos nosotros este tiempo de Adviento en esa humilde y sencilla actitud de espera y arrepentimiento? ¿Son nuestras Navidades fiel reflejo de esa preparación a la que Juan el bautista nos invita y nos anima a preparar? ¿Realmente, sabemos lo que celebramos y el por qué lo celebramos?

El ambiente que se va, como si se tratara de una ola formando y agigantando parece decirnos que no. El ambiente que se crea es un ambiente comercial, de consumo, de buscar pasarlo bien, comer de una manera especial y, probablemente, beber y festejarlo de una forma pagana o indiferente a lo que realmente se celebra. No parecen unas navidades de espera, de expectación y de arrepentimiento para acoger a Aquel que viene a dar verdadero sentido a nuestras vidas y a proponernos el camino que nos conduce al Reino de Dios.

Posiblemente, estábamos más pendientes de la lotería, como ahora de las fiestas y regalos que de que el Señor viniera a nuestros corazones para vivir más pendientes unos de otros y verdaderamente amarnos como nos ama nuestro Padre Dios. Pidamos que, realmente, nazca el Señor en nuestro corazones y que vivamos el verdadero sentido de la Navidad. Amén.

domingo, 29 de noviembre de 2020

UNA ESPERA VIGILANTE Y EN VELA

 

Estar vigilante supone esfuerzo para sostenerse despierto. Y estar despierto supone estar vivo y en espera de que llegue aquel a quien se espera. Y en la medida de la importancia que se le dé al esperado, la espera será más o menos activa, expectante e importante. De ahí que, en ese tiempo de espera será de vital importancia significar el valor y la importancia, valga la redundancia, de lo esperado,  Y eso te toca descubrirlo a ti y, también a mí.

Esa es la cuestión del momento litúrgico que se avecina. Podemos preguntarnos, ¿es de vital importancia o no? ¿Supone para nosotros nuestra salvación y vida eterna? Todo dependerá de la medida e intensidad de tu fe. Es decir, de que lo creas o no, porque, de eso dependerá la intensidad y la fuerza de tu vigilancia y expectación con la que vivirás la espera, el anuncio del Adviento - comienzo del año litúrgico - 

Una cosa supone vivirlo expectante, vigilante, despierto y atento a los acontecimientos que la misma Palabra te va describiendo y llevando. Y la otra, la indiferencia significa tu relajamiento, tu esperar relajado, distraído y atento a las luces y distracciones que te ofrece el mundo que, su venida, pasa por debajo de la mesa. Has puesto lo festivo, lo material y caduco, que desaparece ante que la Buena Noticia que te trae la Vida, es Vida Eterna a la que todos aspiramos.

Danos, Señor, la Gracia de saber esperar y de descubrir que es esa tu venida la mayor esperanza de nuestra  vida. Amén.

martes, 24 de marzo de 2020

¿ESTÁS TÚ TAMBIÉN TUMBADO EN TU PROPIA PISCINA?

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Es posible que eso de la piscina de Betsaida te parezca una ficción más, pero, quizás hay muchos que esperamos tumbados en una piscina a que el Señor aparezca en nuestra vida. Posiblemente, no sea una piscina como esa de la que habla el Evangelio, pero si una piscina que tú mismo has creado con tu esperanza, con tu fe y con tu apatía y comodidades.

Quizás permaneces tumbado en la rutina de cada día de tu vida dándole la espalda a Dios sin quererte levantar de tus apetencias, de tus hábitos, de tus comodidades y de tu manera de ver las cosas y entenderlas. Quizás, tu misericordia y tu perdón corresponden a tu manera de entender el perdón y la misericordia con respecto a los demás. Quizás, permanezcas postrado justificándote en los pecados, las indiferencias y egoísmos de los demás, y culpándolos de tus pecados. Quizás no piensas levantarte a pesar de todo el tiempo que ha pasado y consideras que estás justificado con tu forma de pensar.

La conclusión es la misma de siempre: Yo no soy pecador, son los demás que me obligan y no me hacen caso ni tampoco me socorren. Los demás tienen la culpa de mi manera de actuar. Posiblemente tienes los oídos cerrados y los ojos vendados. Escucha la voz del Señor que te invita a levantarte, a tomar tus pecados y a cargarlos con tu propia cruz, y a caminar con fe, esperanza y coraje, como nos decía el Papa en la Eucaristía que celebró ayer.

Pidamos al Señor que tengamos la fuerza necesaria para asir nuestra mano pecadora y, agarrándonos a Él, levantarnos de nuestra postración cómoda y pecadora para, renovados y fortalecidos de una vida nueva, cargar con nuestros pecados y seguirle proclamándolo como el Señor y Salvador de nuestras vidas. Amén.