Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 30 de junio de 2018

UNA FE QUE NECESITA ESFUERZO

Resultado de imagen de Mt 8, 5-17
La fe hay que ganársela. Es puro regalo y don de Dios, pero no te va a venir esperando con los brazos cruzados. Posiblemente, por decirlo de alguna manera que podamos entenderlo, tendrás que convencer a Dios y ganarte su admiración como hizo aquel centurión. Previamente le había buscado convencido que podía solucionar la salud de su apreciado siervo. Tú y yo también tenemos que pedirla, buscarle y abrir nuestro corazón a su Palabra confiando y dejándonos llevar en y por su acción. 

Y tan seguro estaba que le pidió que no hacía falta que fuese a su casa, pues no se consideraba digno de que entrara en ella siendo pagano. Confiaba que podía hacerlo desde donde se encontraba. Le importaba mucho su siervo y creyó que Jesús lo podía curar sin ir a su casa. Su lógica le llevaba a comparar que, siendo él un simple mortal tenía criados y siervos que hacían lo que les mandaba, como no Jesús de quien se hablaba maravillas y prodigios, no podía sin necesidad de presentarse en su casa curar a su siervo.

¿Estamos nosotros en esa frecuencia? Creemos que Dios puede revertir la situación de este mundo tan desorientado y camino de su propia destrucción? ¿Creemos que Dios, por los méritos de su Hijo, suscitará vocaciones y hombres con capacidad para reunir y conducir su rebaño? ¿Creemos que, en el Señor, estamos salvados? Posiblemente lo creamos, pero admitamos que nos cuesta y que, quizás, en el fondo de nuestro corazón dudamos.

Sin embargo, como niños en manos de sus padres, confiemos en nuestro Padre Dios y pidámosle que nos dé la fe y que sea una fe progresiva que vaya creciendo con nuestro camino y nuestra lucha de cada día. Amén.

viernes, 29 de junio de 2018

SEÑOR, TODO LO DEJO EN TUS MANOS

Imagen relacionadaNada depende de mí, aunque me has dado la libertad de elegir. Todo, Señor, está en tus Manos. A mí me corresponde, por tu amor, la oportunidad de elegir. Me lo permites gratuitamente y me das esa opción, porque quieres salvarme contando con mi decisión libre y voluntaria. Es una maravilla, pero una gran responsabilidad. En muchos momentos siento miedo y temor de equivocarme y rechazarte o quedarme en la mediocridad.

¡Oh, Señor, quiero aprovechar estos momentos que, por tu Gracia, me das, para suplicarte que no dejes que me aparte de Ti. Hay muchos peligros que me acechan cada día. El mundo me presionas, trata de seducirme y las comodidades y el bienestar son tentaciones que están ahí en cada momento de mi vida y que me distraen y hasta me hacen olvidar a mis hermanos pequeños, los pobres, los que sufren y carecen hasta de conocerte.

No son las palabras ni las hermosas oraciones las que abren tu Corazón, Señor, sino la fe en Ti. Una fe que se descubre en sostenerme firme, a pesar de no ver, en tu presencia. Una fe que sin ver ni entender y teniendo que soportar dudas, tentaciones se mantiene delante de Ti. Una fe que sin ver ni comprender y ante los deseos de la carne, del mundo y tentaciones del demonio lucha desesperadamente por sostenerse en tu presencia.

Esa es la fe, Señor, que me descubre, valga la redundancia, mi fe, y que me sostiene dispuesto a, por tu Gracia, esperarte y a suplicarte cada día que aumentes mi fe y que la hagas crecer en madurez, fortaleza en tu presencia. Amén.

jueves, 28 de junio de 2018

FIRMEZA APOYADA EN EL ESFUERZO

Resultado de imagen de (Mt 7,21-29
Buscamos la tranquilidad, pues es una aspiración sana, pero mientras andamos por este mundo estaremos en constante actividad y búsqueda de la verdad. Ella nos lleva al compromiso de una constante revisión de nuestra vida en cuanto a actitudes y comportamientos. No podemos limitarnos a cumplir, sino a mirar que cumplimos y cómo lo cumplimos. Es a esa revisión constante a la que estamos llamados a apoyar nuestra vida. Es esa la roca que nos da firmeza y fortaleza para soportar todas las tempestades que nos invaden y nos llegan.

Revisar constantemente desde la asistencia y abiertos al Espíritu Santo. Revisar si mis palabras tienen coherencia con mi vida. Revisar si me quedo en una simple colaboración a la mínima o estoy disponible y entregado a vaciarme en ser fiel a la Voluntad y la Palabra del Señor. Eso me supone un constante caminar sin parar, que no quiere decir agobio ni cansancio. No somos salvadores de nada. Todo lo hace el Señor, pero si colaboradores que deben de explotar todos los talentos que han recibido. Y ese es el criterio.

Pidamos al Padre Dios que nos dé esa fortaleza, paciencia y voluntad para mantenernos firmes, fieles y activos en luchar contra las banalidades de este mundo y, afirmados en el Señor, roca firme de nuestra fe, sostenernos en coherencia de vida y palabra. Sin preocupaciones, porque sabemos que somos débiles y caemos. Cometemos muchos errores, nuestro Padre Dios lo sabe antes y mejor que nosotros, pero, estar cimentados sobre roca significa que nos está prohibido detenernos y regresar al mundo. Sí, está permitido caer, pero para emprender enseguida el camino de levantarse y volver a la lucha. Para eso nos ha sido regalado el sacramento de la Penitencia. Amén.

miércoles, 27 de junio de 2018

ES DE TONTO ESCONDERSE EN LA MENTIRA

Resultado de imagen de Mt 7,15-20
Sabemos que la mentira tiene su momento de luz y queda al descubierto. No se puede vivir engañando porque todo termina y lo falso se descubre. Por lo tanto, de poco sirve aparentar una piedad que luego en la vida no tiene aplicación ni concreción. Es de tonto esconderse en la mentira y en la falsa apariencia.

Los mal intencionadas darán malos frutos porque su cosecha será mala, y los de buena intención darán buenos frutos, porque cosechan con buen corazón y con deseos de dar lo mejor de sí mismo para el bien de los demás. El sol no alumbra para sí mismo, sino para que todos puedan ver y saber por donde caminan. De la misma forma, los árboles dan frutos, no para ellos, sino para alimento de las aves y humanos. Y todo lo regalan con el esfuerzo de su trabajo y por la Gracia de Dios.

De la misma forma, nosotros tenemos que dar buenos frutos de forma gratuita y bien intencionada. Son los frutos de nuestra cosecha particular realizada desde el bien intencionado corazón. Pero, no todo ocurre de esa forma, los hay mal intencionados y que disfrazados de ovejas aparentan dar buenos frutos y luego resultan malos. Son los falsos profetas que descubrimos cuando observamos que sus obras no coinciden con sus palabras. Pueden engañarnos, pero pronto nos damos cuenta.

Pidamos al Señor esa sabiduría y diligencia para detectar con astucia y perspicacia la malicia de aquellos que, siendo lobos, toman la apariencia de ovejas para seducirnos, engañarnos y llevarnos al mal redil donde será el llanto y la perdición. Amén.

martes, 26 de junio de 2018

EXPERIMENTARSE DÉBIL

Resultado de imagen de Mt 7,6.12-14
Creo que el principal error, y muy grave, del hombre es no experimentar sus propias debilidades. Creo que la fortaleza es la caja de la soberbia y también de la ignorancia. Aquel que se siente fuerte y poderoso, e incluso que llega a creer que se basta a sí mismo, cae en el grave pecado de la soberbia y la suficiencia. Y se le hará muy difícil encontrar el camino de la humildad que necesita para reconocer su pequeñez y debilidad.

Y sin ese reconocimiento no se puede encontrar a Dios, y menos la puerta estrecha que se presenta dura, cargada de pobreza, de molestias, compromisos, retos, luchas, sufrimientos, contradicciones, desesperos, impaciencia, dolores, incomprensiones y un largo rosario de situaciones difíciles de soportar y entender. Una simple mirada a María, nuestra Madre, para comprender lo difícil del camino estrecho hasta la Cruz.

Con ese panorama a la vista poco apetece seguir a Jesucristo y entrar por esa puerta estrecha que Él nos señala, ¿no estás de acuerdo? Pues, ten en cuenta que eso es lo normal, lo que realmente debes sentir, pero no lo que debes hacer. Para eso tenemos la voluntad y, sobre todo, la fuerza del Espíritu Santo, para vencernos y hacer, no lo que nos apetece, sino lo que nos mejora y nos ayuda a crecer en virtudes y amor. Porque eso es precisamente querernos..

Pidamos con confianza y fe hacer, no lo que deseamos, sino lo que realmente debemos hacer, que es lo bueno, lo que ayuda al otro a ser mejor persona, a quererse y querer, a vivir en la generosidad y la verdad y dar gratuitamente todo lo bueno que tiene y puede. Eso es lo importante y esa es la puerta estrecha que nos abre el Camino hacia la Verdad y la Vida. Amén.

lunes, 25 de junio de 2018

SIN LA VERDAD, LA VIDA PIERDE SU VERDADERO SENTIDO

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El sentido común nos dice que la vida debe servir, no sólo para vivirla, sino para en su vivencia ganar algo grande que realmente valga la pena. Diríamos que la vida es y se tiene que aprovechar. Esa es la intención de todos y eso es lo que da sentido a nuestra vida. Pero, tanto tu vida como la mía se pierden sin sentido cuando exiges desde ti y juzgando desde ti sin mirarte y ver primero tus propios defectos antes que los del otro.

Es lo que significamos cuando decimos: ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? Y es lo que ocurre con mucha frecuencia en nuestras relaciones hoy. Si miramos para nuestro interior observamos que lo que nos atrevemos a juzgar lo hemos experimentado y realizado también nosotros, pero, cómo somos nosotros, tratamos de justificarnos. Y encima queremos confesarnos nosotros solos con Dios, para terminar justificándonos también. 

Realmente, la viga que tenemos en nuestros ojos es grande, pero nuestra soberbia, vanidad, y egoísmo nos ciegan y sólo vemos las pequeñas briznas en el ojo del vecino. Es momento de pensar un poco con verdadera humildad y pedir al Señor que nos dé luz y sabiduría para descubrirnos pecadores e incapacitados para juzgar. Sólo el nuestro Padre Dios, juez Supremo podrá juzgarnos porque llega y conoce la profundidad de nuestros corazones. Amén.

domingo, 24 de junio de 2018

JUAN EL BAUTISTA

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Himno


Niño que, antes de nacer,
reconoce a su Señor
y da saltos de placer
bien puede llegar a ser
su profeta y precursor.

Su nombre será san Juan,
su morada, los desiertos;
langostas serán su pan;
sobre el agua del Jordán,
verá los cielos abiertos.

Otros le vieron lejano
y le anunciaron primero;
Juan le ve ya tan cercano
que va extendiendo su mano
y señalando al Cordero.

Está llegando la hora,
ocaso de un Testamento,
pero del nuevo la aurora,
con la gracia triunfadora
de Juan en el nacimiento.

La ley vieja en él fenece,
la de gracia en él apunta;
de dónde claro parece
que en este niño amanece
libertad y gracia junta.

Claro espejo en el Jordán,
después que los dos se han visto
y abrazos de paz se dan:
resplandece Cristo en Juan,
y Juan reverbera en Cristo.

Juan a Jesús bautizaba,
el cielo entero se abría,
la voz del Padre sonaba,
la Paloma se posaba
en gloriosa teofanía.

Nunca se podrá acallar
la voz que habló en el desierto,
aunque le hayan de cortar
la cabeza; estará muerto,
mas no dejará de hablar.

Gloria al Padre muy amado,
gloria al Hijo Salvador,
que nos libra del pecado,
y gloria al que él ha enviado,
al Espíritu de Amor. Amén.

sábado, 23 de junio de 2018

CUESTIÓN DE DECIDIR

Resultado de imagen de Mt 6,24-34
Me decía un amigo esta tarde que él no lo tenía claro. Se refería a la fe. Le gustaría, pero no tiene fe en que está llamado a vivir eternamente. Es una persona estupenda, de muy buen corazón, honesta y dada a la solidaridad, la verdad y generosa. Pero, le cuesta o no tiene el don de la fe. Quizás, y es verdad, que no se lo ha planteado y tampoco la ha pedido. Quizás el mundo le ha complacido y le ha ido bien. No lo sé, pero ahora con 84 cumplidos espera que en cualquier momento, aunque goza de una salud muy buena, le llegue el momento de la despedida.

Tengo gran amistad con él y confianza para hablar de estas cosas, y le digo que está llamado a una vida que nunca termina y que será más plena que esta. Una vida en plenitud y para siempre. Pero, el resultado es siempre el mismo. No conocen a Jesús no creen en su Palabra. También, con el médico que me implantó el desfibrilador hablamos de la fe y del amor. Confesó que si un tiempo estuvo cerca y parecía tener fe, ahora sólo cree en la vida y le encanta y cuando se acabe se acabó. 

Le dije que eso era un gran pobreza. Por mucho que aspire a vivir bien, llegarán momentos malos y de dolor. La vida aquí, a pesar de compartir momentos felices no te da la plenitud que tú buscas y puede ser tarde cuando lo descubras. El diablo te juega una mala pasada con el mundo que te ofrece lleno de espejismos y fantasías caducas. Necesitamos descubrir nuestra máxima aspiración que es vivir en plenitud eternamente. Y eso sólo se consigue optando por Dios y dejar todo lo demás, dinero, pasiones, placeres o egoísmos.

Si no lo ves, pídelo e insiste. Vale la pena pedirle al Señor que nos dé esa luz que necesitamos para descubrirle y esa fortaleza que, también necesitamos, para seguirle dejando a un lado todos los demás señores con minúscula. Tú, Señor, eres el Señor con Mayúscula de mi Vida. Amén.

viernes, 22 de junio de 2018

TESOROS CADUCOS

Resultado de imagen de Mt 6, 19-21 por Fano
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Nuestra mirada está contaminada por el pecado y cegada por la oscuridad. Somos bastante necios al creer que nuestra felicidad la podemos encontrar en este mundo. Una felicidad apoyada en el dinero, el poder, el sexo, los placeres...etc. Una felicidad efímera, pues aparece y desaparece sin dejarnos satisfechos ni plenos de gozo y felicidad. Una felicidad que nos esclaviza y que nos obliga a repetir y repetir para sostener el gozo hasta el punto de cansarnos.

Experimentamos que caemos en sus redes y quedamos esclavizados hasta el punto que nos será difícil salir. ¡Qué ciegos estamos! No somos capaces de ver la realidad y pensar que esta no es la felicidad que queremos porque no nos soluciona nada. Aquí, en este mundo, todo termina, y lo que termina no sirve de mucho. Necesitamos y aspiramos a lo eterno. Eterno y en plenitud y eso no está aquí abajo.

¿Y cómo buscarlo? Jesús nos lo dice claramente en el Evangelio de hoy, limpia tu ojo para que tu cuerpo esté sano y tenga luz. Y teniendo Luz vea bien el camino por donde tiene que ir, un camino de verdad y de vida. Pidamos esa Gracia y caminemos con el Señor, Luz del mundo, para que iluminados por Él podamos ver también el verdadero tesoro que tenemos que atesorar. 

No encuentras la luz en las tinieblas, porque el mundo en el que vivimos está en tinieblas. Busca la Luz en el Señor, porque sólo Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

jueves, 21 de junio de 2018

DIOS CONOCE NUESTRAS NECESIDADES

Resultado de imagen de Mt 6, 7-15
Algo que todos sabemos y que damos por supuesto es que Dios sabe quienes somos, que necesitamos y que nos conviene. Es nuestro Padre y nuestro Creador, por lo tanto sabe que hay en nuestro corazón y que realmente nos puede ayudar a mejorar. Sin embargo, a pesar de todo eso, nos falta la confianza y la fe. Y por eso rebuscamos las palabras y tratamos de escondernos en ellas.

Jesús nos enseña a orar y nos dice que no hace falta hablar mucho. Nos invita a rezar con el Padrenuestro, que nos lo enseña y que con eso basta. Realmente, el Padrenuestro nos marca un estilo de vida y lo verdaderamente importante. En él reconocemos a nuestro Padre Dios y al llamarle Padre nuestro nos unimos a todos los hombres, pues tener el mismo Padre nos hace hermanos. Reconocemos y descubrimos la necesidad de santificarle y de vivir en su Reino y Voluntad tanto aquí abajo, en la tierra como en el Cielo.

Le pedimos por nuestras necesidades. Él nos conoce y sabe lo que, no sólo necesitamos, sino lo que realmente nos conviene. Pero, sobre todo, le pedimos que nos ayude a perdonar para también ser perdonados, porque según con la misericorida que vivamos así también seremos tratados. Será muy importante pedirle que nos libre de la tentación y del peligro del mal. Pero a todo eso, tenemos también nosotros, porque hemos sido creados libre, colaborar y esforzarnos en poner todo lo que podamos de nuestra parte.

Pidamos esa sabiduría, la de pedir lo que realmente nos ayuda a amar, a ser mejores, a perfeccionarnos como nos invita Jesús. Pidamos la fortaleza y voluntad para vivir cada día el Padrenuestro. Amén.

miércoles, 20 de junio de 2018

PARA GLORIA DE DIOS

Resultado de imagen de Mt 6,1-6.16-18
En muchas ocasiones confundimos nuestro papel y actuamos buscando nuestra gloria y no la Gloria de Dios. Es esa nuestra misión y a lo que Jesús nos invita, a obrar para Gloria de Dios. Todo nuestras obras deben ir dirigidas para Gloria de Dios y no buscando nuestra propia gloria, que es lo que hacemos cuando pretendemos lucirnos con nuestra limosna o con nuestras oraciones. No debe preocuparnos que caigamos en ese error y pecado, pero sí debemos reconocerlo y esforzarnos en salir de él. Todo nuestro ser y obrar debe ir en función de y para Gloria de Dios.

Está permitido caer, pero terminantemente prohibido detenernos y regresar. Siempre adelante y a cada caída levantada. Para eso tenemos las dos grandes herramientas que nos fortalecen y nos limpia. Los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía. En ellos podemos reforzarnos, limpiarnos, renovarnos y volver al camino. Siempre adelante y buscando en todas nuestras obras la Gloria de Dios. Porque es Él el artífice de todo lo que hacemos y todo de Él lo hemos recibido.

Todo lo hacemos por amor a Dios y en Él debemos estar escondidos, pues su Mirada siempre nos tiene presente. Demos gracias al Señor por reconocernos pecadores y por sostener esta recta intención de tratar de escondernos en Él, para que sea Él quien se refleje en mi vida y en mis actos. Te pido, Señor, que todos aquellos que se acerquen a mí vean tu presencia y no la mía y mi vida sea fiel reflejo de la Tuya. Amén.

martes, 19 de junio de 2018

UNIDOS AL SEÑOR PARA PERDONAR

Resultado de imagen de Mt 5,43-48


Se nos ha dicho en el Evangelio del domingo, el amor de Dios crece en nuestro corazón de forma gratuita y mientras nosotros dormimos o descansamos los frutos maduran en nuestro corazón. Significa eso que todo depende de Dios y se nos ha dado gratuitamente. Y eso nos descubre que sin Él no podemos hacer nada.

Por lo tanto, no pensemos que podemos perdonar si no estamos unidos al Señor. Quizás a un amigo, familiar o conocido podemos perdonarle alguna vez, pero no muchas. Y menos a un desconocido, estraño o enemigo. Y el amor se mide, no por su cantidad, sino por su gratuidad y su incondicionalidad. Esa es su verdadera medida. Recordemos los dos reales de aquella viuda pobre que Jesús resaltó por encima de todos aquellos fariseo que destacaban sus donativos en el arca del Tesoro-Lc 21, 1-4-.

Aprovechemos este momento de oración y desde este humilde rincón, unidos a todos los que. pasando por aquí, quiera unirse, recemos un Padrenuestro reflexionado y pausado pidiendo que nuestro endurecido y egoísta corazón se ablande, se suavice y se transforme pareciéndose un poco más al corazón de Jesús. Amén.

lunes, 18 de junio de 2018

NECESITAMOS SIMPLEMENTE ORAR Y ORAR

Resultado de imagen de Mt 5,38-42
La semilla no necesita de ti. Sólo necesita que la hundas en la tierra, y crece irremediablemente sin contar contigo. Quizás necesita que le dejes el campo bien preparado, con la suficiente humedad y abonos para que ella por sí sola empiece a crecer hasta dar frutos. Mientras, tú no adviertes nada y no te das cuenta hasta ver el fruto.

Así también es la obra de Dios en el corazón de cada hombre. Sólo necesita que te abras a la acción del Espíritu Santo y le dejes cultivar tu corazón. Un corazón sembrado para amar y perdonar. Un corazón que rehúye de la violencia y que el combate con el perdón y la misericordia. Un corazón abierto al riego, gota a gota, de la Gracia de Dios que va haciendo germinar frutos de amor dentro de tu corazón.

Y sin darte cuenta experimentas el deseo y la fortaleza de ofrecerte, a pesar del daño recibido, al perdón, a la reconciliación y a devolver bien por mal. Esos son los frutos que Dios ha sembrado en tu corazón y los frutos que, abandonado en sus Manos, irás dando y ofreciendo, no sólo a tus amigos, a tus familiares, a los de tus grupos, barrio y ambiente, sino también a los enemigos, a los que están distantes de ti en pensamiento y obras. Incluso a los que son diferentes y piensan diferentes.

Amar, que lleva consigo el perdón, es la respuesta perfecta, buena y la mejor para acercar al otro, y para tenderle un deseo de paz, justicia y verdad. Amar es el camino que Jesús eligió y la respuesta que el mundo necesita. Amar es la solución, por disparata que a algunos les parezca, la que zanja todos los problemas y cultiva el fruto de la paz. Frutos que todos deseamos, buscamos y queremos.

Pidamos con fe y con confianza ese fruto nacido del amor y el perdón. Abramos nuestros corazones a la siembra de la buena semilla y dejemos que el Sembrador la cultive y le dé la Gracia y fortaleza de vencer el rencor y la violencia para generar amor y perdón. Amén.

domingo, 17 de junio de 2018

REGANDO LA SEMILLA DE NUESTRO CORAZÓN

Resultado de imagen de Mc 4,26-34
La oración es el agua con la que regamos la semilla de nuestro corazón. Un agua que nos llueve del cielo cada vez que hablamos con nuestro Padre Dios. Un agua que brota del manantial de su Amor y que fertiliza nuestro corazón dando frutos de amor, porque son frutos que vienen de Dios.

Somos semejante a Él, porque así nos ha creado y nuestros frutos serán buenos frutos porque salen de un corazón semejante a Él y, sobre todo, por su Gracia y gratuidad. Nada obedece y sucede por nuestro trabajo, pues la semilla plantada en la tierra es un misterio. No sabemos qué sucede y como se origina una nueva vida vegetal que crece sin nosotros hacer nada y da hermosos frutos que no alcanzamos a explicar como se forman y originan en las ramas de esa insignificante semilla que, simplemente, hundimos bajo la tierra.

Realmente, es un misterio que no llegamos a comprender. Muchas veces me he preguntado cómo puede suceder eso. Planto una insignificante semilla y, sin darme cuenta, mientras yo duermo y me cruzo de brazo, la semilla crece, se desarrolla y alcanza una altura tan grande que las aves viene a anidar y protegerse de sus ramas. Igual ocurre en nuestra vida, todo sucede por obra y gracia de Dios y de forma gratuita. No merecemos nada ni tenemos ningún mérito. La vida y la salvación es un regalo inmenso y gratuito que Dios nos da. Su Amor es Infinito y tampoco llegamos a comprenderlo sino cuando estemos en su presencia.

Pidamos paciencia, sabiduría, perseverancia y docilidad para poner todo lo que está de nuestra parte para colaborar con Dios y sentirnos inmensamente agradecidos por todo lo que nos da y por esa Vida Eterna que nos promete. Gracias, Señor, porque todo nos viene de Ti y a Ti volverá. Amén.

sábado, 16 de junio de 2018

PALABRA Y VIDA

Resultado de imagen de Mt 5,33-37
En muchos momentos y circunstancias de nuestras vidas experimentamos que nuestras palabras hablan en verdad y justicia, pero nuestras obras no dicen lo mismo. La palabra promete, pero no ejecuta y queda vacía y sin contenido. Esa incoherencia nos sitúa en la mediocridad y empobrece nuestra vida, porque la llena de medias verdades y de injusticia. Contamina el ambiente y lo enturbia en lugar de purificarlo. El mundo necesita aire fresco y puro que lo oxigene y le dé renovada vida. Y eso es lo que hoy queremos pedirte, Señor, desde este humilde rincón de oración. 

Espíritu Santo, purificanos y oxigena nuestro corazón de ese aire lleno de verdad y de palabra que no sólo permanezca en nuestros labios, sino que trascienda a nuestras vidas y contagie ese ambiente de aire enrarecido que asfixia a este mundo y a los hombres que a él se agarran. Danos esa sabiduría y fortaleza para discernir el bien y la verdad desde el auxilio y la asistencia del Espíritu Santo y desde nuestra total disponibilidad a abrirnos a su acción.

Ilumina, Señor, nuestros pasos y motivanos para no perderte de vista en nuestro camino y tenerte siempre como norte y modelo de nuestra vida, y en el centro de nuestro corazón como principal y prioritario objetivo, seguir tus pasos y tu camino. Que Tú, Señor, estés presente en todos los acontecimientos de mi vida, incluso en aquellos que experimento respeto humano, miedo y hasta vergüenza.

Dame, Señor, la firmeza de voluntad de fe para, lleno de valor, ser coherente de palabra y vida para seguir tus pasos fielmente. Amén.

viernes, 15 de junio de 2018

UNA LUCHA NUEVA CADA DÍA

Resultado de imagen de Mt 5,27-32 visto por Fano
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


No hay tregua ni descanso. Ni siquiera pausa. El diablo no descansa y acecha el momento de tus debilidades para llevarte a su terreno. Tiene muchas ofertas que te seducen y cuenta con todo el tiempo de tu vida. No pierde la paciencia ni le vence el desánimo, está empeñado el conquistarte para que pierdas tu alma como él. Y moverá todos los resortes en los que tiene poder para vencer tu voluntad y someterte a sus placeres.

Tiene a favor una gran ventaja, tu debilidad y tu naturaleza humana herida. Sabe que es lo que te gusta y por lo que suspiras. Tiene mucha ventaja y poder para seducirte y el mundo está a su favor. La lujuría, la riqueza, el poder, la fama, la pereza, la comodidad, el saber, la ciencia... y muchas cosas más está en su mano y juega con ellas para doblegar tu sana y buena intención y hacerte pecar.

Cuenta con tu mirada, con tus manos, con tu cuerpo, con tus sentimientos, con tu sensibilidad, con tus pasiones, con tus gustos, con tus deseos de éxito, de fama, de poder, de ser más fuerte y más sabio que otros, de ganar el mundo...etc. Y los utiliza para seducirte. Si no te mueves quedas atrapado y te será muy difícil escapar. Pero, siempre hay posibilidades.

Dios no te abandona. Permanece a tu lado aunque tú no le sientas. Te acompaña el Espíritu de Dios y está en silencio esperando tu orden, tu consentimiento, tu deseo de pedirle ayuda. Simplemente cree en Él y, el milagro, se realizará. No tengas miedo. Él es más fuerte y tiene poder para atar al demonio y expulsarlo de ti, te lo ha dicho el domingo en el Evangelio - Mt 3, 20-35 -, así que no dudes y confia en Él.

Abandonados en sus Manos y confiando en su Palabra le pedimos al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza necesaria cada día para, renovados en su Espíritu, ser fuertes, constantes, perseverantes, inteligentes, sabiós y resistentes a las acometidad y embestidas tentaciones del demonio. Amén.

jueves, 14 de junio de 2018

LA LETRA NO TRASCIENDE AL ESPÍRITU

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Se ha dicho muchas veces que lo importante es la intención y la que define la gravedad o levedad del acto. De modo que, cuando una perdona mata a alguien de forma involuntaria, puede ser absuelta de la gravedad del delito porque no tenía esa intención. Sí podría ser acusada de imprudencia temeraria. Concluimos que es la intención desde lo más profundo del corazón humano la que marca la gravedad del delito.

En estos supuestos casos no podemos aplicar la letra tal cual esta y define. No se puede condenar a alguien que nunca tuvo la intención de causar daño y por imprudencia o ignorancia llega a cometer un grave delito. Tendrá otro tipo de condena que le acuse de imprudencia temeraria. 

Pero, puestos este hipotético ejemplo que nos ayude a entender el espíritu de la ley, observamos que hay leyes que se prestan a la demagogia y a confundir. La libertad no consiste en hacer lo que entiendas, creas o, peor, que te convengas. La libertad es la capacidad que tiene una persona para hacer el bien y buscar lo mejor para establecer la justicia y la verdad. Todo lo que se aparte de ahí será lo que sea menos libertad.

No se puede usar la ley para, haciendo demagogia, insultar, faltar al respecto, llamar una cosa con un nombre que no le corresponde, saltarse el protocolo acostumbrado sin respetar a los demás y muchas cosas más que siendo pequeñas si son importantes y pueden matar el honor, el respeto y la convivencia de una persona, de un colectivo o de un país. No se puede defender la libertad para usarla como libertinaje, porque libertad es buscar la verdad y el bien.

En esta tesitura y experimentando nuestra propia limitación, levantamos la mirada Señor y te pedimos que nos ilumines para ser, precisamente lo que pedíamos ayer, sal y luz, para alumbrar a todos aquellos que conviven a nuestro lado, y para los gobernantes, que legislan las leyes que establecen la convivencia entre los pueblos y las naciones. Leyes, Señor, que busquen la verdad, la justicia y la paz. Amén.

miércoles, 13 de junio de 2018

LUZ DESDE EL ESPÍRITU SANTO

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Pretender dar orientación y buscar la verdad desde la oscuridad, es algo así como querer meter el mar en una piscina. Porque, nosotros, seres imperfectos, limitados y pecadores estamos sometidos a los vicios y apetencias que el mundo nos presenta. Somos en potencia esclavos de los pecados capitales que nos someten y nos esclavizan, y desde nuestra humanidad pecadora no podemos caminar en busca de la verdad.

Necesitamos otra clase de luz, una Luz que proceda de lo alto, de la propia Sabiduría Absoluta, una Luz que nos acompañe y nos vaya orientando hacia la Verdad. Esa Verdad con mayúscula que está encarnada en Jesús, el Hijo de Dios hecho Hombre. Necesitamos su Palabra y sus enseñanzas para que, injertados en el Espíritu Santo, caminar por caminos, valga la redundancia, que nos oriente y que nos vayan descubriendo la auténtica verdad, que está contenida en la Palabra de Dios.

Por eso, no caigamos en el grave error de emprender el camino desde nuestra iniciativa propia sin contar con la asistencia divina del Espíritu de Dios. Seamos humildes, pobres y receptivos a su acción y, abriéndonos a su acción dejemonos iluminar y asesorar por sus impulsos y palabras. Busquemos la libertad, nuestra libertad, en la Palabra del Señor, porque solamente la Verdad nos puede hacer libre y darnos capacidad para discernir y optar por el camino verdadero y la verdad verdadera.

Pidamos, pues, esa sabiduría, esa capacidad de discernir, esa inteligencia de saber elegir, ese consejo de optar por lo bueno y justo y de buscar a los hermanos que, compartiendo nuestra fe, nos ayuden desde el Espíritu Santo a caminar por el auténtico Camino, Verdad y Vida. Porque, sólo Él es la Verdad y la Salvación. Amén.

martes, 12 de junio de 2018

ES ABSURDO VIVIR DESORIENTADO

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Ocurre con mucha frecuencia, vivimos sin saber bien a donde vamos. Es fácil no darse cuenta, pues la misma inercia de la propia vida te lo impide ver. Vives preocupado o entretenido en tu propia subsistencia. Te levantas, aseo, desayuno, noticias, preocupaciones laborales, colegio de los niños, corre para aquí o para allá. Llega el medio día, recoger a los niños, almuerzo, siesta si se puede y...vuelta a lo mismo. Los días se van rápidos y si no te preocupas no te dejan ni pensar.

Pararte y pensar, ¿a dónde me dirijo? ¿Dónde va a terminar mi vida? A parte de los compromisos que has ido adquiriendo, familia, hijos, económicos...etc, que otros compromisos me planteo para darle sentido a mi vida. Porque, ¿una vida sin sentido a dónde me lleva? Son preguntas que duermen dentro de nuestro corazón y que, quizás, no las despertamos porque nos da miedo. Decidimos seguir dejándonos llevar por el viento que sopla el mundo y terminaremos mal. Porque, dejamos nuestra verdadera sal y luz en el camino y perdemos el gusto y la luz para ver el camino.

Necesitamos reorientar nuestra vida y ver con claridad -luz- donde vamos a terminar. Aquí, en este mundo, todo está sentenciado. Nuestra vida tiene unas etapas, un recorrido y un final. Y ese final estará lleno de alegrías o tristezas. Pero, con una gran diferencia, que si son tristezas, serán para siempre, es decir, eternas. Y si son alegrías, serán también para siempre. ¿Qué eliges?

Sería bueno saber bien el camino que tomamos y saber discernir que nos conviene más. Ese reorientarnos nos ayudará a encontrar el verdadero sabor y gusto a la vida, y a vislumbrar bien la luz que nos debe acompañar para verlo claramente. Pidamos al Espíritu Santo que nos despierte el verdadero sabor y gusto que guardamos en nuestros corazones y que nos encienda esa llama de amor y de luz que alumbre nuestro camino, y el de quienes nos acompañan, hacia la única y verdadera meta de nuestras vidas. Amén.

lunes, 11 de junio de 2018

COMPARTIR COMPORTA DOLOR Y SUFRIMIENTO, PERO ES LA PUERTA QUE TE ABRE LA DICHA ETERNA

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Todo en esta vida es efímero y el placer también. Te quedas inquieto y hasta desconsolado cuando ese estado placentero te anuncia su final. Protestas y hasta llegas a enfadarte y te sale un suspiro enrabietado de frustración y desengaño. ¿Por qué no puedo ser feliz siempre? En ese momento procura no cerrarte tu corazón y abrirte a la Verdad y dejar que el Espíritu Santo te mueva e ilumine para que llegues a comprender.

En esta vida no hay nada eterno, y lo que no es eterno no tiene gran valor. Estoy de acuerdo contigo, y a mí también me sucede, que el sufrimiento es duro y nadie lo quiere. Yo tampoco, pero, ¿para qué me sirve el placer que me ofrece este mundo? También me hago esa pregunta y en la medida que me la hago me siento mal aún estando en un estado placentero y satisfactorio. Sé que pronto acaba y volvemos a lo mismo. Y me hago viejo y esto pinta mal.

Sin embargo, mi experiencia me descubre otra clase de placer, que pinta mejor y promete más. Cuando comparto mi vida con aquel que sufre y llora; con aquel que está sometido al vicio y a la dependencia; con aquel que se siente pobre y necesitado, o con quien busca la verdad y la justicia como yo, me siento y experimento, a pesar del dolor y la incomodidad, mejor. Algo sucede que mi corazón experimenta paz, sosiego y gozo. E, incluso, alegría, entusiasmo y esperanza de que por aquí si voy por buen camino. 

Intuyo, por acción del Espíritu Santo, que este camino, aún siendo de dolor y complicaciones, terminará bien y será eternamente gozoso. Empiezo a experimentar que ya no hay tanto dolor y que el gozo se hace presente. Todo empieza a aclararse y la esperanza de un buen fin lleno de plenitud y gozo se manifiesta cada vez más. Es esa promesa de dicha y bienaventuranza que el Señor Jesús nos ha prometido. Y, por ti mismo, compruebas que es verdad, que el camino, a pesar de su dureza, se hace suave y ligero. Terminas dando gracias al Señor porque, ahora sí, experimentas ese gozo y dicha que estabas buscando donde no podías encontrar. Gracias Señor.

domingo, 10 de junio de 2018

RECONOZCO MIS PECADOS

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Es lo primero que hacemos en la Eucaristía, reconocer que somos pecadores y que queremos abrirnos al Espíritu Santo para que haga de nosotros su templo. Es esa la actitud del cristiano, experimentar dolor de contrición y pedir perdón por sus pecados. De lo contrario pecamos contra el Espíritu Santo y le impedimos entrar en nosotros para ser perdonado. Por eso, el pecado contra el Espíritu Santo no se perdona, pues no le damos opción a que nos perdone.

Es lo que hicieron aquellos escribas cuando tacharon a Jesús de estar en complicidad con el demonio. Algo disparatado pensar que el mismo demonio iba a ir contra él, en lugar de pensar que el poder del Señor superaba al demonio. Pidamos nosotros el reconocernos pecadores y suplicar la Misericordia de Dios para el perdón de nuestros pecados. Porque, esa es la imprescindible condición para recibir el perdón, reconocernos humildemente pecadores.

Incluso, tiene sentido, porque para ser perdonado hay primero que reconocerse culpable. Gracias, Señor, por sabernos pecadores y humildemente reconocernos culpables suplicándote que nos alcance tu generosa misericordia y recibamos tu perdón.También nosotros en muchos momentos nos revelamos contra los planes del Señor y pensamos que nos manda cosas imposibles o que lo que hace no lo entendemos y hasta podemos llegar a pensar que su Iglesia está fuera de sí. De hecho hay diferencias que nos separan y que nos impide acercarnos.

Abramos nuestros corazones y pidamos perdón por todos nuestros pecados y pensemos que lo que verdaderamente importa es amar según la Voluntad de Dios. Son esos, los que se esfuerzan en cumplirla los que son nuestros hermanos y nuestras madres. Precisamente, su madre María, la primera en cumplir la Voluntad de Dios.

sábado, 9 de junio de 2018

EN ACTITUD DE OBEDIENCIA Y FIDELIDAD

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Con frecuencia nos cansamos de seguir al Señor. Experimentamos entonces deseos de pararnos y abandonar. Perdemos de vista la estela del Señor. Eso nos ocurre a muchos y, si le perdemos de vista decidimos abandonar. No hay ningún motivo para seguir, pues perdemos la noción de a quien seguimos y , por supuesto, la motivación. Y es que cuando perdemos de vista al Señor todo se viene abajo. Será fundamental no perder de vista los pasos de Jesús, porque es Él el artífice de nuestra perseverencia y de nuestra resistencia.

Supongo que a María le pudo pasar esto. O, al menos, hacersele difícil y duro el camino. No entender muchas cosas que sucedían a su alrededor y ciertas actitudes misteriosas de Jesús le dejarían confusa o desconcertada. Las Escrituras dicen que ella guardaba todas esas cosas en su corazón. También, así lo dice el Evangelio de -Mt 26, 39- cuando Jesús experimentó ese deseo de abandono. Cuanto más a nosotros, que somos humanos y pecadores, nos sucederá estas situaciones por nuestra debilidad y naturaleza herida y sometida al pecado.

Necesitamos estar unidos al Señor y junto a María, para que en ellos podamos levantarnos de nuestras caídas y pecados. Necesitamos pedirle a nuestra Madre, la Virgen, que interceda por cada uno de nosotros y nos acompañe en nuestro camino hacia el Padre. Necesitamos que María nos lleve de la mano hacia su Hijo y, en ella, busquemos su intercesión como hizo en Caná, para que el Señor, nuestro Redentor, nos acoja misericordiosamente y nos perdone. Ambos son los pilares en los que Dios pensó en y para salvar al hombre. María es corredentora con su Hijo en la salvación de la humanidad.

Hoy, festividad del Corazón Inmaculado de María, queremos estar, como siempre, al lado de María, nuestra Madre, y pedirle que interceda por todos nosotros sus hijos, para que seamos pacientes, fieles y dóciles a la Palabra de Dios. Y, como ella, abiertos a cumplir su Voluntad, que pasa por aceptar el dolor de cada día en todas aquellas situaciones que no sean de nuestro gusto; en todas aquellas situaciones que nos exijan esfuerzo, escucha, atención y confianza.

Una actitud que pasa por el esfuerzo de perseverar y por sostenerme firme en los momentos de oscuridad, de confusión y de desánimo. Una actitud de vivir a pesar de las contradicciones en la esperanza y la alegría de sabernos salvados. Amen.

viernes, 8 de junio de 2018

ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Te adoro con toda mi alma y te consagro para siempre jamás, todos mis pensamientos, mis palabras y obras.

¡Ojalá pudiera, oh divino Corazón, consagrarte tantas adoraciones, tanto amor y tanta gloria como Tú consagras a tu eterno Padre! Sé el reparador de mis defectos, el protector de mi vida y mi amparo en la hora de mi muerte. Esta gracia te la pido también para los pobres pecadores, los corazones afligidos, los enfermos y los agonizantes; para mis parientes y bienhechores, amigos y enemigos; por las personas que se encomiendan a mis oraciones, especialmente por aquellas por quien tengo obligación de pedir y, en fin, para todos los hombres que existen en la tierra, a fin de que los méritos de tu preciosa Sangre no se pierdan para ellos.

Haz también que sean aplicados en sufragio por las almas del Purgatorio, para que todos en el Cielo podamos bendecirte, adorarte y amarte. Amén.

¡Alabado sea el sagrado Corazón de Jesús en el santísimo sacramento del Altar!
¡Sea por siempre bendito y alabado!
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!

Confío:
El pasado a vuestra Misericordia,
El presente a vuestro Amor
Y el futuro a vuestra Providencia.

jueves, 7 de junio de 2018

SALMO 56: ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO

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Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.

Invoco al Dios altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.

Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.

Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.

Han tendido una red a mis pasos,
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.

Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.

Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.

Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

miércoles, 6 de junio de 2018

CUANDO FALLA LA FE

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No cabe ninguna duda que los niños creen en sus padres. En esa etapa poco entiende de lo que le dicen, pero se siente protegidos por sus padres y confiados íntegramente a ellos. No se separan nunca y cuando por algunas circunstancias se ven solos irrumpe a llorar. Sus padres son su Dios y en ellos confían sin entender nada de lo que les rodea ni de lo que le dicen incluso sus padres. Simplemente se fían. 

Jesús nos lo dice también a nosotros -Mt 18, 3- refiriéndose a los niños, porque tendremos que ser como ellos y fiarnos de la Palabra de Dios. Porque, al crecer nuestro corazón de niño, tierno e inocente, se endurece pierde su inocencia y se hace duro de cerviz. Y discutimos todo, y rechazamos todo aquello que nuestra pobreza mental no puede entender. Es cuando advertimos que necesitamos fiarnos como cuando éramos pequeños de ese Padre Eterno que nos ha regalado la vida y quiere compartirla con nosotros eternamente.

Imaginamos incluso un mundo a nuestra manera de entender. Un mundo como este que conocemos y pensamos que en el cielo seguiremos viviendo como aquí abajo. Y es que nuestra imaginación es limitada e imperfecta. No entendemos ni podemos saber que ocurrirá en el otro mundo. Jesús nos lo dice en el Evangelio de hoy aprovechando esa pregunta incrédula de aquellos saduceos. Los planes de Dios no son nuestros planes ni entendemos nada de lo que Él disponga y tenga preparado. Somos simples y pequeñas criaturas obra de su Amor.

Dejémonos llevar por la acción del Espíritu Santo, que nos regala el don de la inteligencia y sabiduría para ir entendiendo lo suficiente y sostener nuestra fe y nuestra esperanza. Porque, ese será nuestro premio, el confiar y creer en la Palabra de Dios. Pruebas hemos tenido y tenemos en cada momento de nuestra vida. Cada instante que vivimos es un inmenso regalo de Dios y la promesa, que de alguna manera todos vivimos dentro de nuestros corazones, nos anima, nos da esperanza y sostiene nuestra fe para encontrarnos un día en el Reino de Dios, junto a Él y a todos los hermanos en plenitud de gozo y felicidad. Amén.

martes, 5 de junio de 2018

CUANDO SE TIENEN OTROS INTERESES

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Todo arranca de la claridad que se tengan los criterios sobre la verdad y la justicia. Cada cual tiene sus derechos y otra cosa es como aplica sus deberes. Porque, la vida está dividida entre derechos y deberes, y si reclamas tus derechos, que en derecho, valga la redundancia estás, también debes exigirte en cumplir con tus deberes. Llegado a ese extremo y aplicados con buena intención todo queda en paz y emerge la verdad y la justicia.

El debate nace cuando la verdad se quiere traer a mi lado y hacerla coincidir con la verdad que a mí me gusta y me conviene. Dicho de otra forma, de acuerdo con mis gustos, apetencias e intereses. O mirándola de otro lado, adecuada a mis egoísmos. Es lo que pretendían aquellos fariseos y herodianos, enfrentar a Jesús buscando una mentira y arrastrándola al entorno político de la época. La salida de Jesús, cargada de verdad, está llena de sabiduría y extraordinaria belleza. Porque, nada hay más bello que la justicia, pues en ella está contenida la verdad.

Pero, ¿qué ocurre hoy en nuestro tiempo? ¿No nos dice nada la Palabra del Evangelio de hoy? ¿Tenemos nosotros alguna moneda grabada en nuestros corazones? ¿Somos imágenes e impronta de Dios? Sería interesante reflexionar sobre ello, porque dependerá de descubrirlo o no la respuesta que nosotros daremos al Señor. ¿Tendremos nosotros que poner al Señor en el centro de nuestra vida y a Él entregarle todo lo que de Él hemos recibido?

Pongamos ahí nuestra oración de hoy. Padre del Cielo, abre nuestros corazones y enséñanos la imagen de tu Rostro, que tu Hijo, el Señor, nos ha revelado, grabado a fuego en nuestros corazones como Alianza de tu Amor y compromiso con cada uno de tus hijos. Abre nuestra pobre inteligencia y llénanos de sabiduría y de capacidad para saber encontrar siempre la verdad. Esa Verdad que Tú proclamas y en el Espíritu Santo nos quiere dirigir hacia Ti. Porque, Tú, Señor, nos has señalado el Camino, la Verdad y la Vida en tu verdadero Rostro, el de tu Hijo Jesús, nuestro Señor. Amén.

lunes, 4 de junio de 2018

UNA VIÑA SEMBRADA EN NUESTRO CORAZÓN

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Todos experimentamos a lo largo de nuestra vida un deseo y unas ansias de dar frutos. Sí, como si nuestro corazón fuese esa viña de cultivo de la que queremos sacar hermosos y buenos frutos. Experimentamos esa necesidad y a medida que vamos creciendo y llegando a la plenitud de nuestras facultades físicas e intelectuales tratamos de cultivar y rendir obteniendo esos ansiados frutos

Igual que los árboles, que dan frutos y los regalan a las aves y a los hombres, también nosotros debemos imitarlos y cosechar nuestra propia viña para regalar al mundo nuestras buenas obras de forma gratuita y para bien y provecho de todos aquellos que las necesitan. Esa es nuestra misión y para lo que nos ha sido alquilada esa viña nuestra. Somos los verdadero administradores de ella y nadie puede suplantarnos en el momento de rendir cuentas.

Pidamos esa sabiduría, esa fortaleza y esa capacidad de permanecer fieles a los dones recibidos y fructificarlos para bien de los demás, porque, llegada nuestra hora, se nos pedirá cuenta de nuestro trabajo y cultivo. Pidamos el don de la generosidad, de la bondad y la caridad, desterrando de nuestros corazones la ambición de poseer y almacenar para satisfacer nuestro egoísmo.

Pidamos ser fieles en la verdad y la justicia y responder al amor recibido por el Señor, que nos ha sido dado para nuestro bien y nuestra verdadera salvación, cual es la Vida Eterna en plenitud. Amén.

domingo, 3 de junio de 2018

UNIDOS EN TORNO A TI

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No nos cabe ninguna duda que gracias a esa última Cena, Señor, permanecemos unidos y reunidos en torno a Ti. Tú nos has señalado el camino de permanecer junto a Ti. Entre muchas razones, una muy importante. Tú eres lo verdaderamente y único importante. Tú eres el alimento, la fuerza, la razón de nuestra unidad y de nuestra fe. ¿Cómo mejor que estar unidos en torno a tu mesa, Señor? No hay otra forma y Tú lo sabías y así lo dispusiste.

Y hoy, Señor, queremos levantar nuestra voz para decirte que queremos permanecer reunidos contigo cada día o semana junto a Ti. Sí, en torno a tu mesa, esa mesa que Tú presides y que te nos das bajo las especies de pan y vino. Esa Cena que, por el poder del Espíritu Santo te conviertes en el alimento que necesitamos para seguir el camino que Tú nos trazaste y nos has enseñado.

Sólo podemos decirte gracias, Señor. Muchas gracias porque, a través del sacramento del orden,  los sacerdotes representándote en la celebración Eucarística, celebran esa Cena que Tú has dejado como instituida exhortándonos a que lo hagamos en memoria tuya y como alimento para nuestra alma. Gracias, Señor, porque en ese alimento te has quedado con nosotros y nos acompaña en la lucha de cada día contra los poderes del mal. Mil gracias, Señor.

No hay mayor privilegio que el poder tenerte entre nosotros y en poder escuchar tu Palabra y recibirte como alimento para continuar avanzando hacia Ti. La Eucaristía es el Misterio y Milagro que nos has dejado para fortalecer nuestra unidad y nuestro vínculo de amor y paz entre todos en nosotros. En torno a Ti, Señor, nos reconocemos hermanos y nos prometemos auxilio, ayuda, paz y amor. Tú nos muestra el camino en cada Eucaristía y nos aúna y fortaleces para, a pesar de nuestros errores y pecados, poder perdonarnos y permanecer unidos. Gracias Señor por tanto amor. Aumenta nuestra fe y sostennos firmes y unidos en torno a tu mesa. Amén

sábado, 2 de junio de 2018

UN DIOS INCONMENSURABLE Y TRINO

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Después de mucho tiempo y camino descubro, Señor, que eres tan inmenso que nunca podré entenderte. Mi asombro y descubrimiento es el haberme dado cuenta de que por eso eres realmente mi Dios. Un Dios único, inaccesible, insondable, misterio, inefable, inalcanzable e incomprensible. Eres eterna plenitud de gozo y alegría, y es que no podías, ni tampoco imaginarme, que fueras de otra forma.

¿Cómo puede valerme un Dios limitado, al que, mi también limitada y pobre persona, puede alcanzar y llegar a comprender? No sería un Dios grande, ni poderoso, ni tampoco absoluto. Sería un dios reconocible y hasta razonable que supone la existencia de otros dioses. Tú, Señor eres único y omnipotente. Un Dios creador y dueño de todo lo visible e invisible. 

Un Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un Dios amor que crea al hombre, tu criatura, a tu imagen y semejanza, y que, habiendo pecado contra Ti, te abajas, te encarnas en naturaleza humana y, haciéndote Hombre como tu criatura, entregas tu Vida para darle al hombre la oportunidad de que pueda compartir la suya contigo. Un Dios todo amor y misericordia.

Dios mío, no hay un acto de amor más grande que el que Tú, mi Dios, haces por el hombre. Entregas a tu Hijo para, por sus méritos, perdonar mis pecados. No se puede expresar más amor ni dar más. También, yo, Señor quiero darme en amor y, para ello, necesito de Ti. Soy pobre y limitado, sin embargo, esa pobreza me salva y me llena de dicha, porque, precisamente, Tú lo has dicho, "vienes a salvar a los pobres". 

Sí, Padre, quiero ser pobre como tu Hijo Jesús, que no tenía donde reclinar su cabeza, y abandonarme en él para permitirle al Espíritu Santo que me asista, que me auxilie, que me transforme, me guíe y me conduzca al Padre. Gracias, Señor, en tus Manos me abandono. Amén.

viernes, 1 de junio de 2018

¿CÓMO HIGUERA SECA?

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.

Es posible que seamos como higuera seca y que no busquemos a Dios sino cuando no nos queda más remedio. En la enfermedad es muy frecuente entre los cristianos, regamos la planta cuando nos parece y, encima, queremos que dé frutos. No sólo sucede ahora, sino que sucedió también mucho en tiempo de Jesús. Recuerdo el pasaje de los diez leprosos -Lc 17, 11-19- de los cuales sólo uno regresó a dar gracias y, precisamente, fue el extranjero.

¿No nos ocurre lo mismo ahora? Posiblemente, nuestra particular higuera se quede seca y sin frutos porque nuestra fe también está muerta y seca. Porque, para orar necesitamos la fe y la sabiduría de saber que todo lo que pidamos nos será concedido. Todo lo que pidamos en aras de nuestra salvación y para nuestro bien. Supongo que eso, es de sentido común, será bien entendido. Nos ocurre en nuestras propias familias, pues no damos a nuestros familiares nada que entendemos que les pueda perjudicar.

Pidamos al Señor que nos llene de sabiduría y de paciencia. Y de entender la dicha de ser pobre de espíritu. Porque, pobre es aquel que se siente necesitado de Dios y, sus más o menos riquezas, las pospones ante la necesidad y la Voluntad de Dios. Pobre no fue aquel joven rico -Mt 19, 16-30- que hemos visto hace unos días, pues priorizó sus riquezas ante el seguimiento al Señor. No se trata de tener o no tener, sino de experimentar la necesidad del Señor.

Ser rico significa aquel que no experimenta ni siente necesidad de Dios; aquel que cree y piensa que con sus riquezas le basta; aquel que se siente capaz y fuerte para dirigir su propia vida y que no necesita nada de Dios...etc. Por todo eso, yo pido al Señor ser pobre, pobre para no saber andar por la vida sin contar contigo, Señor. Pobre, para estar pendiente de Ti y descansar y poner todos mis afanes en tus Manos. Pobre, para buscarte, escucharte, reflexionar sobre lo que tu Palabra me dice cada día y abandonarme en Manos del Espíritu Santo para que mi pobre corazón no se seque y dé frutos de los cuales otros puedan alimentarse y llegar a Ti. Gracias Señor. Amén.