Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 28 de febrero de 2018

¿QUÉ CAMINO TOMA TU VIDA?

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Es una muy buena pregunta, y, además de buena, necesaria. Saber por donde caminas y hacia dónde, dará sentido a tu vida, o le descubrirá si merece la pena seguir ese camino. Porque, lo grave es caminar sin rumbo, sin meta, sin sentido y a lo loco. Eso de que a lo loco se vive mejor se queda sólo en la canción, porque terminada de cantar vuelve la realidad. Estamos vivos y en la vida, y necesitamos establecer las coordenadas de nuestro rumbo para definir que nos proponemos.

Porque, dependiendo de nuestra propuesta la vida se irá enriqueciendo o apagándose. Es bueno también preguntarnos para que caminamos hacia esa meta que hemos previamente definido. Porque, si no sabemos el por qué de nuestro camino, apaga y vámonos. Al margen de todo esto, que toda persona debe preguntarse, hay dos cosas ciertas: a) que vivimos; b) que morimos. Todo lo demás está sujeto a que pueda darse o no, pero estas dos citadas son realmente ciertas.

Por lo tanto, si vamos a morir, quizás hay que modificar eso de caminar hacia un lugar concreto. Pues, de cualquier manera, llegues o no llegues vas a morir. Entonces, ¿merece la pena el esfuerzo? ¿Merece la pena caminar, sufrir, soportar dolor, sacrificios, trabajo, esfuerzos...etc? ¿Qué sentido le damos a eso? ¿A qué conclusiones llegamos?

Todo cambia si descubrimos y creemos que se nos ha dado la vida para perpetuarla en plenitud de gozo y felicidad. Ese es el mensaje de Jesús. No es una doctrina, ni una filosofía, ideología o lo que tú quieras suponer y pensar, es una buena Noticia. Una Noticia de salvación. Estamos llamados a Vivir Eternamente en plenitud de felicidad. ¿Qué te parece? Todo cambia radicalmente y toma un sentido diferente y nuevo. La vida merece la pena vivirla porque su finalidad es alcanzar la Eternidad en gozo y felicidad.

Ahora, ¿cómo? El Evangelio de hoy nos lo pone claro, "sirviendo y haciéndote esclavo del otro". «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».

martes, 27 de febrero de 2018

LA VERDAD SE CONSTRUYE DESDE LA HUMILDAD


Todo lo que esté fundado en la verdad se afirma en la humildad. porque la humildad es la verdad. Y, al contrario, toda apariencia, que se apoya en la mentira y la hipocresía, termina por ser descubierta y condenada.  Y esto sucede, por desgracia, en nuestro mundo. Existió en tiempo de Jesús y existe hoy en nuestro tiempo. Jesús lo advirtió en aquellos fariseos y escribas que, bajo la apariencia de buenos ejemplos de cumplimiento, escondían la realidad de sus obras.

Imagen relacionadaTratemos nosotros de ser coherentes y de ajustar nuestra boca a nuestras obras, para que todo lo que digamos, al menos se note que nos esforzamos en vivirlo y cumplirlo. Presentémonos como realmente somos y no escondamos nuestros pecados propios de nuestras limitaciones e imperfecciones. No busquemos la gloria de este mundo, porque eso es caduco y perecedero, y todo lo que perece no vale para nada.

Sabemos por propia experiencia que la gloria humana es vana, tal y como es la nuez cocosa. Por fuera aparenta estar sana, pero si la abrimos observamos que está vacía y hueca. Lo único bueno, de valor y que merece la pena es vivir en la verdad. Una verdad que nos hace libres y humildes, porque, todo el que se humilla será enaltecido, y el que se enaltece será humillado.

Pidamos esa Gracia al Señor. Pero al mismo tiempo pongamos de nuestra parte todo el esfuerzo que podamos para que la Gracia del Señor actúe en nosotros. Pues, el Señor ha querido pedírnos nuestra colaboración, en eso consiste nuestra libertad. Somos libres para actuar y colaborar con Dios. El Espíritu Santo no hará nada sin nuestro permiso. Necesita la apertura de nuestros corazones para actuar libremente. Nada se nos impone, sino se nos propone. 

Y la primera cualidad que debemos pedir es la humildad. Hazno, Señor, humildes para vivir en la verdad y no buscar la gloria de este mundo, que se apoya en la mentira y en la hipocresía. Hazno humildes para ser enaltecidos según tu Palabra. Amén.

lunes, 26 de febrero de 2018

FRÁGILES COMO VASIJAS DE BARRO

Resultado de imagen de Lc 6,36-38Podemos presumir y jactarnos de nuestro poder. Incluso, convencernos de que somos fuertes y poderosos y capaces de alcanzar la felicidad. Habrá momentos que experimentamos tener el mundo a nuestros pies. Todo parece sonreírnos y la vida nos parece que la podemos dominar. Pero la realidad no es así. Estamos contemplando un espejismo que, el mismo demonio, se encarga de presentarnos y hasta adornarlo con delicada seducción y sutileza.

La realidad es que detrás de ese aparente poderío se esconde una fragilidad de barro, capaz de deshacerse en unos instantes. Pero, sucede que nuestra ceguera y necedad puede hacerse crónica y oscurecer nuestro camino sumergiéndonos en un mundo irreal, ilusorio y tergiversado. Somos víctimas de nuestra propia ignorancia y esclavo de nuestro pecado. Ese fue el error de Adán y Eva. La soberbia de creerse que podrían llegar a ser como Dios.

Pero, hasta aquí todo es muy normal. Somos egoístas por naturaleza e inclinados a erigirnos centro de todo lo que nos rodea, incluso, si podemos, del universo. El problema empieza cuando ese egoísmo pasa a formar parte central y meta de mi vida. Es ahí donde se cultiva y nace el pecado. Y es ahí donde se hace presente la asistencia del Espíritu Santo para vencerle. Hay que llamarlo e injertarnos en Él.

Porque, somos frágiles como vasijas de barro y sin la asistencia y auxilio del Espíritu Santo estamos perdidos y en manos del demonio. Nuestra felicidad no está en el poder y el dinero, sino en el amor. Pero un amor que trasciende de nosotros para llegar a los demás. Tu corazón renace y se convierte en nuevo cuando es capaz de renunciar a su propio egoísmo y se transforma en generosidad y compasión hacia los demás. 

Es entonces cuando has nacido a ese hombre nuevo que te pide tu Bautismo. Es entonces cuando la felicidad y el gozo de amar se hacen presentes en tu vida dándote y amando a los demás como deseas para ti. Es entonces cuando comprendes que tu fortaleza no está en el poder y el dinero, sino en el amor entregado a los demás. Porque, entonces descubres que has sido creado para amar y ser amado.

domingo, 25 de febrero de 2018

H I M N O

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Llorando los pecados
tu pueblo está, Señor.
Vuélvenos tu mirada
y danos el perdón.

Seguiremos tus pasos,
camino de la cruz,
subiendo hasta la cumbre
de la Pascua de luz.

La Cuaresma es combate;
las armas: oración,
limosnas y vigilias
por el Reino de Dios.

«Convertid vuestra vida,
volved a vuestro Dios,
y volveré a vosotros»,
esto dice el Señor.

Tus palabras de vida
nos llevan hacia ti,
los días cuaresmales
nos las hacen sentir. Amén.


sábado, 24 de febrero de 2018

DICHOSO EL QUE CAMINA EN LA VOLUNTAD DEL SEÑOR

Resultado de imagen de Dichoso el que camina en la Voluntad del Señor


R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Dichoso el que, con vida intachable, camina en la ley del Señor; dichoso el que, guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón. 

Tú promulgas tus mandatos para que se observen exactamente. Ojalá esté firme mi camino, para cumplir tus decretos. 

Te alabaré con sincero corazón cuando aprenda tus justos mandamientos. Quiero guardar tus decretos exactamente, tú no me abandones.

Salmo 118

viernes, 23 de febrero de 2018

POR TU MISERICORDIA, SEÑOR, SOMOS SALVADOS


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.
Resultado de imagen de Mt 5,20-26

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. 
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes temor. 
Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora. 
Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y el redimirá a Israel de todos sus delitos. 
(salmo 129)

jueves, 22 de febrero de 2018

ELEGIDO PARA SERVIR

Resultado de imagen de Mt 16,13-19
El Primado de Pedro está apoyado en el servicio que Jesús le otorga para que, como continuador de su Misión, sirva a los demás y los conserve unidos. Así lo hizo Jesús y así pedía al Padre, -Jn 17, 21-.No es una elección de poder ni de privilegio, sino una elección para servir y unir en el amor. Pedro, asistido por el Espíritu Santo, gobierna la Iglesia por los siglos de los siglos. Es él el Pastor que representa al Señor y al que le ha sido encomendada su Iglesia. 

Sin interrupción, desde Pedro han sucedido hasta nuestros días los que han tomado el testigo de Pedro. Y ha sido el Espíritu Santo quien ha ido auxiliando y dirigiendo a la Iglesia. Hoy tenemos al Papa Francisco, sucesor directo de Pedro, que dirige la Iglesia y nos mantiene unidos en obediencia, paz y amor. Eso no está en contradicción con las diferencias y enfrentamientos de pensamientos internos y externos en el seno de la Iglesia. El camino siempre representa lucha y diferencias. En ellas se encuentra luz y verdad.

Es el pueblo que camina, liberado de Egipto, y que en momentos se pierde, se contamina, se rebela y se confunde. Es el pueblo que también se purifica, se limpia, se encuentra y se somete a la Palabra de Dios. La Iglesia sufre el dolor de sus hijos y la lucha interna entre ellos. Por eso, la figura del Papa representa la unidad, la obediencia y la Mano del Espíritu que, asistido divinamente, lleva a la Iglesia por los caminos que la Voluntad de Dios señala y marca.

El Papa ha sido elegido para servir. Es el primer servidor de la Iglesia y llamado a dar su vida por ella. Es la piedra donde Jesús quiso apoyar la continuidad de su obra: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Recemos todos por el Papa. Amén.

miércoles, 21 de febrero de 2018

EN MEDIO DE LA CONFUSIÓN

Resultado de imagen de Lc 11,29-32 Ninive
Líbranos del mal porque somos carne de presa para el diablo. Se aprovecha de la confusión y de las tinieblas en las que nos envuelve este mundo para confundirnos y para que exijamos y pidamos pruebas, demostraciones  y señales de conversión. No nos fiamos de Jesús y le pedimos signos y señales.

Realmente somos una generación malvada que no atendemos a la Palabra de Jesús y que vendemos nuestra fe por señales o signos que nos convenzan. ¿Acaso necesitamos fe si todo nos lo ponen claro? La fe es una apuesta de confianza y conlleva riesgo. Es una aventura que supone un camino y un proceso. Es nuestro mérito, ponernos en Manos del Señor. Es un regalo que el Señor nos da en la medida que nosotros, al ser libres, nos lo ganamos confiando en Él.

Aumenta nuestra fe, Señor, para que, como aquellos habitantes de Ninive creyeron en Jonás, nosotros ahora creamos en tu Palabra por el testimonio de los apóstoles y, sobre todo, por la buena Noticia que Jesús, tu Hijo predilecto, nos ha revelado en su Mensaje y con su Muerte y Resurrección. Danos la sabiduría de poner toda nuestra confianza en la Palabra del Evangelio y el testimonio de la Madre Iglesia, que nos invitan a creer en el Señor y a seguirle con fidelidad y perseverancia.

Sabemos que el mundo nos lo pone difícil y las seducciones con las que nos tientan nos amenazan y debilitan nuestra fe. El camino se hace duro y el desierto de nuestra vida nos apaga la esperanza de encontrar luz que nos alumbre el camino. Nos perdemos si nos alejamos de Ti, Señor, por eso te pedimos que nos fortalezca nuestra fe y nos sostenga perseverante, a pesar de los peligros, en tu presencia y fidelidad.

Queremos seguir adelante, a pesar de experimentarnos heridos, fracasados, pecadores e indignos de ser tus hijos, pero queremos Señor cargar con nuestra cruces para que, siguiendo a tu Hijo podamos compartir con Él nuestra humilde cruz, que en Él nos libera y nos salva.  Danos esa fortaleza en la fe para que, por encima de toda amenaza, seamos capaces de seguir adelante. Amén.

martes, 20 de febrero de 2018

DIFICULTAD EN LA ORACIÓN

Resultado de imagen de Mt 6,7-15
La dificultad en la oración, a mi manera de ver, estriba en nuestros propios razonamientos y en la manera de descubrir lo que realmente necesitamos. Con frecuencia pedimos lo que nos gusta y lo que le apetece a nuestros sentidos y pasiones. No queremos prescindir de nada que nos guste o interese, porque eso nos hace sufrir y nos produce dolor. Pero, ¿será eso lo que nos viene bien y nos conviene para crecer en madurez, perfección y amor?

En muchas ocasiones, por no decir casi siempre, imagino que nuestros gustos no son los del Señor. Y, por consiguiente, nuestras oraciones y peticiones irán encaminada en otra dirección a lo que el Señor ve que nos hace falta y nos conviene. Quizás rebuscamos oraciones y enredos de palabras que hasta a nosotros mismos nos cuesta entender y nos perdemos sin saber ni que decimos. Mejor es ponernos en Manos del Señor, que sabe lo que nos hace falta y conviene, y seguir su consejo.

El Padrenuestro es la oración por excelencia, porque en ella pedimos todo lo necesario y lo que realmente nos conviene. Estamos necesitados de muchas cosas, el pan de cada día, pero no de tantas que nos pueden sentar mal. Simplemente, lo que necesitamos. Ni más ni menos, porque demasiado nos sobra y nos puede perjudicar. A veces la abundancia nos desespera y nos despierta pasiones y sentimientos egoístas, y hasta nos enfrenta a unos con otros. Danos, Señor, mesura, equilibrio y paz.

Es sabido, y también experimentado por todos, la dificultad del perdón. Nos cuesta mucho perdonar. Pues bien, nuestra segunda petición es pedirle fortaleza, sabiduría, paciencia y capacidad para perdonar. Perdonar, sobre todo, a nuestros enemigos. Esta es una asignatura que siempre tendremos en deuda, y necesitamos pedírselo al Señor para que con su Fuerza podamos vencernos y perdonar.

Y, por último, le pedimos que nos saque del peligro, de ese peligro que siempre nos rodea, tanto en la propia familia, como en el ámbito laboral como social. Líbranos, Señor, del mal y darnos esa sabiduría, serenidad y paz para sostenernos siempre fiel a tu Palabra y en tu presencia. Amén.

lunes, 19 de febrero de 2018

ABRE MIS OJOS, SEÑOR, PARA VERTE EN LOS DEMÁS

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Necesito darme cuenta de que Tú, Señor, estás entre los menos favorecidos. Pero, no sólo respecto a lo material, sino también en lo espiritual. Necesito ver que los pobres, no son sólo aquellos que carecen de muchas cosas materiales, sino también aquellos que sus ojos están cerrado a tu presencia. Aquellos, Señor, que no te ven, o que, porque te hace responsables de sus sufrimientos y sus fracasos.

¿Cómo poder hablarles de Ti? ¿Cómo poder ayudarles para que se den cuenta de tu amor? Me pierdo, Señor, en esos menesteres y, posiblemente, no esté a la altura que Tú quieres que esté para poder llegarles e interpelarles. Y es eso lo que te pido en estos momentos, Señor. Dame la capacidad de ver, de entender, de servir y de discernir con sabiduría dónde tengo que servir y cómo servir.

Te pido, Señor, que pueda estar entre los elegidos a tu derecha cuando vengas por segunda vez. Yo te espero, pero quiero esperarte con mis humildes y pobres manos llenas. Llenas de esfuerzos por servir, por ser paciente, por escuchar, por atender, por comprender, por soportar y, sobre todo, por amar.  Esperarte con mi hoja de servicio llena de atenciones a los más desfavorecidos, a los desnudos, a los hambrientos, a los marginados, a los pobres en una palabra.

Tengo miedo, Señor, de no estar actualizado en eso; tengo miedo, Señor, de fallar en eso; tengo miedo, Señor, de no responder en esa línea, y te pido fuerza, voluntad, fortaleza, coraje, voluntad, deseos y paciencia para soportar y perseverar confiado que con tu Gracia poder llegar a realizarlo y a darme a los demás. No como a mí me gusta o quiero, sino según tu Voluntad.

Dame, Señor, la Gracia de servir a mis hermanos y de que mi corazón sea desprendido, generoso, hasta el punto de que su prioridad sea la de servir al bien de los demás, y que no sea otro que llegar a Ti, Señor, y responder a ese amor que Tú nos das. Ayúdanos, Señor, a entregar nuestras vidas para que al atardecer de ellas nuestro amor alcance la madurez y el gozo de darse gratuitamente.

domingo, 18 de febrero de 2018

TU MISMO CAMINO

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Jesús no da un rodeo y se va por otra parte. Toma el mismo camino que tú, y lo sufre primero. Te sirve de ejemplo y camina por donde es tentado. Se queda sólo ante el diablo en el desierto y permanece firme y junto al Espíritu, por el que ha sido llevado. Necesita fortalecerse y salir victorioso de esas tentaciones y experimentar la presencia del Padre.

Es tentado en su codicia, poder y gloria, pero resiste. Ha venido al mundo en la humildad, en la sencillez y para dar gloria al Padre que lo ha enviado. Es consciente de su misión y de su entrega a la fidelidad del Padre para salvar a los hombres de la esclavitud. Precisamente, de la codicia, del poder y la gloria, que los esclavizan y los someten a la voluntad del demonio.

Necesitamos hacer el mismo recorrido de Jesús por el desierto de nuestra vida. Pero, no debemos hacerlo sólo, porque el diablo puede engañarnos y hasta acompañarnos suplantando al Señor. Debemos injertarnos en el Espíritu Santo, y en Él dejarnos conducir llevados por sus impulsos, que a veces nos parecen contrarios a los nuestros. Nuestra naturaleza esta herida y se siente inclinada a dejarse arrastrar por sus propias pasiones, y eso lo aprovecha el Maligno.

La cuaresma es un tiempo importante, porque nos recuerda la necesidad de prepararnos, fortalecernos, de mortificar nuestros sentidos y pasiones para sostenernos firmes, sobrios, austeros y poder dominar nuestras apetencias para que no nos impidan amar. Amar dándonos por servir al bien del otro. Y este apartado es muy importante la comunidad. La comunidad que nos alienta, que nos sirve de ejemplo, que nos da fuerza y nos acompaña por la oscuridad que la vida nos puede llevar.

No nos despeguemos de la santa Madre Iglesia y de sus miembros. En ella encontramos el calor, la fortaleza, la sabiduría y la acogida de los hermanos en la fe que nos ayudan a superar nuestra travesía por nuestro propio desierto. Amén.

sábado, 17 de febrero de 2018

DECISIÓN FINAL

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Tú, Señor, tienes siempre la última palabra, pero has querido dejarnos a cada uno de nosotros la decisión de elegir seguirte o rechazarte. Una decisión difícil de tomar ante tantas tentaciones y peligros que este mundo nos presenta. Seguirte o dejarte al margen es la cuestión, y, para tan difícil elección necesito tu consejo y tu auxilio. Estaré perdido sin tu presencia, Señor.

Por eso, desde este humilde lugar te pido, Señor, valor, fortaleza y sabiduría para seguirte, pues sólo Tú eres Camino, Verdad y Vida. Yo me confieso pecador y necesitado de tu perdón. Y sé, Señor que sales a mi encuentro y me ofreces tu perdón. Gracias, Señor, porque, indigno de merecerte, Tú me lo das gratis y por amor. Y lo haces para mi bien y felicidad. Buscas mi gozo y mi dicha y, sin embargo, yo me resisto con mi necedad e ignorancia poniéndote obstáculos, resistencia para huir de Ti.

Perdóname, Señor, y ten compasión de este pobre pecador. Dame la paciencia, la fortaleza y la perseverancia de creer en Ti y de seguir tus pasos a pesar de mis pecados, mis impaciencias, mi soberbia, mis perezas, mis pasiones, mis egoísmos y todo lo que amenaza con alejarme de Ti, esclavizarme y perderme. Sácame del fango del conformismo y de la ignorancia de creerme bueno. 

Sácame de la incapacidad de no ver mi incapacidad para amar y de todo lo que me impide rendirme a los placeres del mundo y a mis propios egoísmos. Renueva, Señor, mi corazón y fortaléceme con la perseverancia de permanecer en tu presencia y de optar siempre por estar a tu lado. Hazme dócil a tu Palabra y, como Leví, darte una respuesta humilde, decidida y fiel para seguir tus pasos y entregarte mi vida. Toda mi vida. 

Enséñame la forma y el camino de servirte en los hermanos según tu Voluntad. Muéstrame, Señor, el camino que debo seguir para responder a tu llamada, y dame sabiduría, fortaleza y perseverancia para seguir decididamente sin titubeos y con firmeza. Amén.

viernes, 16 de febrero de 2018

NACIDOS PARA LA ALEGRÍA Y LA FIESTA

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Por naturaleza el hombre está hecho para la fiesta y para la alegría. De manera innata el hombre busca el gozo y la fiesta. Cada trabajo se conmemora con un buen descanso o una celebración. El hombre se dice, ahora que he terminado voy a descansar o a festejarlo. La fiesta sucede al trabajo. Por lo tanto, el ayuno y sacrificio tienen que tener un fin concreto.

Y realmente lo tienen. El hombre necesita fortalecerse, pues es débil y sus apetitos le inclinan a abandonarse al vicio y a la irresponsabilidad. Y eso genera desorden, caos y muerte. Necesita sobriedad, equilibrio y fortaleza. Y eso exige práctica, control y disciplina. Es ahí donde entra el ayuno y la mortificación. Es un medio que nos ayuda a sostenernos equilibrados y fuertes ante el pecado y la tentación. Nos prepara y nos dispone a estar atentos y agarrados al Señor.

Porque, será una locura emprender ese camino y preparación por nuestra cuenta. Solos estamos vencidos de antemano. Necesitamos ir unidos al Señor, porque es El quien realmente nos salva. Por eso, nuestro ayuno debe  partir con Él y desde Él. Él es el centro y el fundamento de nuestro sentir y obrar, y el motivo por el que nos preparamos para responderle. Nos ha dado esa libertad y eso nos exigirá responsabilidad, compromiso y capacidad de respuesta.

Y no es fácil. Tenemos un margen que Dios ha dejado para nosotros, y ese margen de libertad tendremos que ponerlo nosotros en sus manos. Nadie lo podrá llevar por nosotros, ni siquiera Dios. Él lo ha dejado en nuestras manos. Somos libres y tendremos que responder. Ahora, eso sí, no estamos solos. Tenemos la promesa de su compañía y su asistencia. Su Gracia estará siempre con nosotros y en Él seremos fuerte y venceremos todas las tentaciones que trataran de arrastrarnos e inclinarnos al mal.

Por eso, Señor, te pedimos que nos fortalezcas en el ayuno para que seamos capaces de renunciar y compartir a todos nuestros egoísmos y apetencias. Y, liberados del pecado, descubramos que nuestra meta está en Ti para compartir contigo la eternidad en plenitud de gozo y alegría. Amén.

jueves, 15 de febrero de 2018

SUFRIMIENTO, MUERTE Y RESURRECCIÓN

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Da miedo, claro que sí, pronunciar esas palabras, y da miedo porque el sufrimiento asusta y la amenaza de la muerte más. No hemos sido creados para sufrir, Eso está también claro, pero llegar al éxtasis del gozo y de la felicidad requiere primero pasar por una etapa de sufrimiento y abnegación. ¿Qué cómo se puede soportar eso? No lo sé y a mí también me asusta, pero pienso que huir y mirar para otro lado no arregla ni soluciona nada. De todas formas, la muerte sabemos con certeza que llegará.

El sufrimiento no podrás evitarlo. Sabes que, tarde o temprano, llegará y lo tendrás que aceptar y padecer. Es posible que no te afecte a ti corporalmente, pero te afectará por el padecimiento de otros, quizás familiares cercanos, o incluso hijos, cónyuges, padres...etc. O por tragedias, resultados económicos o situaciones difíciles y trágicas. No tienen que convencernos porque lo experimentamos a cada momento a nuestro derredor o por noticias en los medios. Sabemos por experiencia que eso es así.

Luego, ¿qué pensamos, qué hacemos y a dónde vamos? ¿Pasamos la vida sin interpelarnos ni preguntarnos nada esperando que lleguen los malos tiempos? ¿O tratamos de poner remedio a lo que sabemos que llegará? ¿Pensamos que hemos sido creados para morir y esperamos la muerte resignados? ¿O nuestro corazón nos dice que hemos sido creados para vivir? ¿Qué decides? Y te lo pregunto a ti, porque yo he decidido seguir viviendo.

Creo en Jesús, el Hijo de Dios Vivo, y creo en su Palabra. Él sufrió, murió y también Resucitó, y me ha prometido que yo siguiéndole y padeciendo como Él también resucitaré. No se trata de sufrir por sufrir, sino porque a otros les molesta la verdad, la justicia y el amor de Dios a todos los hombres y tratan de quitarnos del medio como hicieron con Él. Se trata de perseverar, ser fiel a su Palabra, creer y entregar tu vida si hace falta. 

Se trata de ir muriendo cada día en la entrega por servir e ir dándose por construir un mundo mejor en justicia, verdad y paz. Eso te pedimos Señor, fuerza, sabiduría, valor y entrega para no desfallecer ni acobardarnos, sino fortalecidos en tu Espíritu cargar con la cruz que nos ha sido encomendada. Amén.

miércoles, 14 de febrero de 2018

HACER SIN MIRAR A QUIEN NI BUSCAR RECOMPENSA

Diríamos que el criterio del auténtico amor es hacer sin mirar a quien ni buscar recompensa. Porque en esa actitud se esconde la verdad del único y auténtico amor. No mires a quien atiendes ni tratas y ayudas, mira que es un hijo/a de Dios con la misma dignidad que tú y a quien debes amar como te ama el Señor. En eso estriba la Ley y los profetas, en amar como Dios nos ama.

Todo lo que persiga otros fines buscando el propio lucimiento, el destacar y trepar en títulos y cargos y el conseguir fama de santo y elogios y admiraciones es veneno peligros y camino de perdición. Porque el amor es gratuito y la gratuidad conlleva el silencio y el ocultarse a la vista de los demás. Eso no quiere significar que se tenga que hacer a escondida ni ocultarse a la vista de otros, sino que su intención no sea el conseguir que otros te vean y sientan admiración por ti. De ser así ya estás pagado con esa admiración y fama.

Tú esconde tu amor y, simplemente, dadlo gratuito y de forma desinteresada. No busques recompensa ni nada de lo que puedas aprovecharte. Busca sólo el amor de Dios y tal como lo recibes entrégalo a los demás. Esa es nuestra petición de hoy, Señor, llenarnos de tu fuerza y desprendimiento para poder amar como Tú nos amas. Danos, Señor, esa capacidad de renuncia, de sacrificio, de abnegación y de entrega para darnos, sin ningún miramiento ni dependencia al servicio de los demás.

Y enséñanos a orar, tanto comunitariamente como a solas contigo, en el silencio de nuestra soledad, y a encontrar el gozo y la paz de sabernos en tu presencia y mirados por Ti. Llénanos de tu humildad, Señor, y límpianos de toda vanidad y vanagloria, para que podamos ser verdaderos imitadores de tu Amor, sin ninguna impureza que nos haga volver la mirada hacia nosotros para mostrarnos mejores y buenos ante los demás. Haz, Señor que seamos capaces de hacer sin mirar a quien ni tampoco buscar ninguna recompensa.

Nos sabemos débiles y sometidos a muchos perjuicios, ambiciones y vanaglorias, pero también sabemos que, por tu Amor, Señor, y en Ti podemos limpiarnos de toda impureza y desterrar todas esas lepras que nos invade y amenazan con buscarnos a nosotros mismos. ¡Sálvanos Señor!

martes, 13 de febrero de 2018

ACTIVA MI MEMORIA, SEÑOR

No quiero pasar de Ti, Señor. Me apena ver a tanta gente indiferente, insípida y perdida. Están a merced del acunamiento que les da el mundo y sus fiestas. Vagan de un lado a otro de semana en semana quemando todas las fuerzas que les da su juventud y su vida. Van perdiendo su vitalidad, sus esperanzas, sus ilusiones y toda su felicidad. Quedan atrapadas en la levadura que les tienden los fariseos y los Herodes de nuestros tiempos.

Pidamos fuerzas para salir de ese entramado que nos cerca y nos impide ver y despertar. Pidamos la Gracia de Dios para poder vencer todo esa maquinaria de poder que nos acecha y nos convence para que les entreguemos nuestra alma y nuestro ser. Corramos hacia Jesús, que nos salva y nos libera de esa maraña y encrucijada que nos tienden los nuevos fariseos y Herodes de nuestra época.

Sólo hay un camino. Eso debemos tenerlo claro. Un camino de salvación, y ese camino es Jesús. Un camino que en principio puede parecerte duro, confuso, difícil, e incluso no entenderlo. Pero, fíate, cree en Él y veraz que todo se irá aclarando y se hará la luz al final. Su Palabra es eterna y siempre se cumple. Él nunca ha fallado a los que en Él creen. Vive entre nosotros porque ha Resucitado. Él lo puede todo,  y es nuestro Creador. Nos ha creado para vivir siempre, pero cuenta con nosotros para lograr ese objetivo.

Te ha creado sin tu permiso, pero cuenta contigo para que vivas para la eternidad en gozo y plenitud de felicidad. No dejes confundirte y acercate a Él para que en Él seas fuerte y puedas vencer al mundo, que trata de confundirte y contagiarte de su falsa levadura. Por eso, juntos todos, pedimos al Señor que nos dé la fortaleza necesaria para resistir a esa falsa levadura que nos quiere engullir y alejar de Él.

Y todos unidos pedimos al Espíritu Santo que nos ilumine, nos llene de sabiduría, de valor y fortaleza para sostenernos firmes en la Palabra del Señor y podamos resistirnos a las fuerzas del mundo que nos arrastran hacia el camino del mal. Amén.

lunes, 12 de febrero de 2018

ME FÍO DE TI, SEÑOR

Experimento que no siento esa curiosidad ni deseo de indagar o buscar razones ni testimonios que me hablen de Ti, Señor. Ni tampoco buenas lecciones que me descubran tu Rostro. Y no es que no sean buenas y me ayuden, sino que me basta contigo Señor y en Ti me abandono. Es como si no me hiciera falta nada más. Sólo Tú me basta. He visto tanto ya que me fío de Ti, Señor.

A estas alturas no podría vivir sin contar contigo. El mundo sin Ti, Señor, sería un absurdo y un gran disparate. Tú le das sentido a todo y orientas mi vida. Tú eres la razón de mi vivir cada día, y, aunque no estoy a la altura que esperas de mí, sin tu presencia estaría vacío, desorientado y perdido. No me importan ni busco pruebas ni milagros. No me interesa ver ni comprobar nada. No es que los deseches o sea indiferente a ellos, sino que me basta el saber que Tú estás presente en mi vida.

Y, aunque no hayan milagros, ni testimonios, yo seguiría confiando en Ti. Sé, también, que soy débil y toda mi fuerza se puede venir abajo, por eso procuro estar cerca de Ti y no desfallecer en suplicarte que aumentes mi fe. Necesito tu Gracia cada día y en cada momento, porque el camino es duro y frágil nuestros pasos. Necesito, Señor, que tu Gracia me fortalezca y me dé paciencia y fe.

Ahora, Señor, que pronto empieza la Cuaresma, te pido que me des serenidad, confianza, paciencia y perseverancia. Mucha paz, Señor, para sostenerme entre las tentaciones y las ofertas, que las apetencias del mundo se te presentan, y las satisfacciones por las que las pasiones te arrastran y quieren someterte. Porque, todo eso pasa, es papel de fumar que se quema y deja vacío, y sólo Tú te sostiene y eterniza. Aumenta, Señor, mi fe y fortaléceme en la esperanza.

Impulsa mi vida, Dios mío, e ilusiona mi camino para que, a pesar del fango, la dureza y las dificultades con las que tropiezo, sostenga siempre la firmeza y la esperanza de continuar la lucha sin desfallecer. Amén.

domingo, 11 de febrero de 2018

¿CONOCES TUS LEPRAS?

Posiblemente, la lepra se haya erradicado, pero sigue vigente y muy común otras clases de lepras, incluso más dañinas y letales que la propia enfermedad de lepra. Y necesitamos conocerlas para poder acudir al único médico que nos puede sanar. De no saberlo no experimentaremos la necesidad de médico y nos quedaremos presos y sometido a nuestras propias lepras.

Se hace necesario descubrirlas para presentarlas al médico. Y lo podemos hacer en la presencia del Espíritu Santo, que nos asiste y auxilia con sus dones de sabiduría e inteligencia para descubrir nuestras lepras y acercarnos al Señor para que nos sane. ¿Acaso, no es una lepra nuestra soberbia? ¿Y nuestro egoísmo? ¿Y también nuestra avaricia, envidia, deseos de venganza y odio...etc?

Son lepras de nuestra época marcadas por el progreso y tantos adelantos técnicos y científicos que elevan nuestro orgullo y ansias de poder y riqueza. Nuestras adicciones a las drogas, alcohol, sexo y otros vicios que nos somete y nos esclavizan. Lepras que, erradicada en la mayor parte del mundo la natural, nacen otras que están siempre presentes en nuestro vivir de cada día. Lepras que nos impiden amar y nos  dejan tristes, insatisfechos y vacíos.

Porque, nuestra tendencia natural es amar. Estamos hechos para el amor y necesitamos amar para ser feliz. Pero, las lepras de nuestra vida, rencor, envidia, orgullo, soberbia, egoísmos, riqueza...etc., nos lo impiden. Y nos dejan mal, porque en el fondo lo único que nos hace feliz es el amar y ser amado. Y el único médico que nos puede curar es Jesucristo. En Él están todas nuestras esperanzas, y a Él acudimos cuando despertamos y conocemos nuestras verdaderas lepras que nos hacen impuros y nos alejan de Él.

Señor, hoy ponemos nuestros corazones en tus Manos, y te suplicamos, como ese leproso que se acercó a Ti, que nos limpies y nos libere de todas nuestras esclavitudes que nos someten y como lepras incrustadas en nuestro corazón nos amenazan con arrancarnos de Ti. ¡Salvanos Señor!

sábado, 10 de febrero de 2018

TODO LO BUENO LO MULTIPLICA EL SEÑOR

Jesús multiplica nuestras pobres y humildes oraciones; Él convierte en verdadero pan nuestro pobre y limitado esfuerzo, nuestros fracasos los transforma en éxitos. Nuestras preocupaciones por los que están enfermos las convierte en alivios y sanaciones. Él continúa haciendo milagros. Él hace fructificar nuestra escucha y atención al que lo necesita. Él está presente en todos nuestros actos y nos lo engrandece y multiplica para que den de comer al que está hambriento.

Confía en el Señor y entrega tu corazón al noble esfuerzo de amar. Porque el amor es la buena Noticia de salvación que trae Jesús. El amor salva y establece la paz y la concordia fraterna entre los hombres. El amor es la semejanza entre Dios y los hombres, porque Dios es Amor. Y no tengas miedo, porque el Señor está siempre contigo. Él terminará l que tú no puedas terminar, y también lo multiplicará. Él dará sentido a tu vida y la orientará multiplicando sus frutos. 

Porque, Jesús, el Señor, es el primero y principal protagonista de tu vida, y también el primero que se preocupa por ti y por los problemas y necesidades de los demás. Y camina contigo acompañándote en el día a día y asistiéndote en el trabajo para aliviar el problema de los más necesitados y carentes de lo necesario para vivir.

Gracias, Señor, por estar presente y por manifestarte en los actos de cada día; gracias, Señor, por caminar junto a nosotros y multiplicar todos nuestros inútiles y pobres esfuerzos. Gracias, Señor, por convertir nuestras humildes obras en grandes y buenas obras, valga la redundancia, para y por los que las necesitan. Gracias, Señor, Gracias.

Pero, gracias también, Señor, por darnos tu pan. Ese pan transformado en oración, en fe, en alimento espiritual, en aliento de esperanza y en perseverancia. Ese pan comunitario con los hermanos, tanto en nuestras parroquias y comunidades, como virtuales en los diferentes grupos de Facebook o blogs. Gracias, Señor, porque ellos nos alimentan, combaten nuestras fatigas y continuo camino que, abandonado en tus Manos, nos llevan hacia el encuentro gozoso, pleno y eterno contigo. Amén.

viernes, 9 de febrero de 2018

UN PROBLEMA CANDENTE

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Es algo que lleva tiempo pasando, muchas personas están alojadas en residencias. No son aptas para vivir en familias, pues necesitan una serie de atenciones que la familia moderna no puede darles. Me para en eso de moderna, pues me llama la atención. La modernidad está siempre relacionada con el progreso y los adelantos. Pero, en esto de las familias no parece del todo un adelanto.

Hay muchos ancianos, que ya no se sabe a que edad se es anciano, que sufren la lejanía y separación de sus familias. No se les aguantan en la familia, porque la familia tiene que viajar, tiene que descansar, tiene que divertirse, y el anciano no aguanta ni soporta ese ritmo. Ya no sirve ni para cuidar y quedarse al cargo de otros más pequeños, pues se han hecho grandes. Ahora, el tracto es él y ya no sirve. Mejor, lo apartamos y lo ponemos en una buena residencia.

Pero, no se trata de comodidad, ni de estar bien atendido. Se trata de la familia, mi familia. No se puede establecer la residencia en casa. No se puede nadie dar al que se dio antes en su juventud. ¿Cómo se entiende el amor?  ¿Se recibe, pero no se da? ¿O se da y se recibe? ¿Dónde están las prioridades? ¿Se pone primero el viajar, el divertirse, el trabajo y la producción que la atención al enfermo? 

Son cuestiones candentes que nos desafían y miden nuestro amor, y sobre todo nuestra fe. Porque, cuando se trata de amar hay que estar dispuesto a morir. Y morir significa dejar todo lo que aparentemente nos parece que nos va a llenar de éxito, gozo y felicidad, y buscar el bien del otro, desechando lo que egoístamente nos atrae y nos gusta, por lo que realmente esconde el verdadero gozo, felicidad, que nos dará lo que buscamos y queremos. Nuestro mayor éxito, la Vida Eterna.

Eso es lo que realmente nos enseña el Señor y lo que, hoy, Dios mío, te pedimos. Danos un corazón generoso y entregado al servicio por los demás. Un corazón que se preocupe por servir y darse. Un corazón que no se acomode ni se acostumbre a pedir, pero no a ser y hacer. Sácanos, Señor, de esa peligrosa rutina y comodidad. Amén.

jueves, 8 de febrero de 2018

TU MÉRITO SER LIBRE Y CREER EN JESÚS

Si tenemos algún mérito, aunque por descontado que todo nos ha sido dado por Dios, es que hemos sido creados libre para poner, libremente, nuestra confianza en Jesús, el Hijo de Dios. No cabe ninguna duda que Dios ha querido contar con nuestra colaboración, para ello nos ha creado libres, y quiere dejar a nuestro libre albedrío la elección de nuestra salvación o condenación.

Por eso, todo, hasta cierto punto, depende de ti. Dios ha querido dejarlo en tus manos y, aunque cuentas con su ayuda, si decides seguirle y optar por Él, tu salvación está en tus manos. Eso no significa que tú puedes salvarte, sino lo que trato de decir es que tu salvación depende de que tú quieras ponerla en las Manos del Señor. Porque, sólo Él puede salvarte.

Pero, todo eso dependerá primero de que tú, porque el Señor te ha dado la libertad, le elijas y decidas creer en Él y seguirle. Por todo ello, la Fe es fundamental. Una fe que nos exige fiarnos de su Palabra y seguirla tratando de vivirla en todos los momentos de nuestra vida. Una fe que nos alimenta y pone toda nuestra confianza en que el Señor nos acompaña, nos escucha, nos cuida y protege y nos salva. Una fe que vemos que realiza el milagro de sanarnos y liberarnos del demonio, tal es el caso de la hija de esta mujer pagana fenicia de Siria.

Es verdad que la fe no la podemos adquirir en ningún sitio, ni tampoco conseguirla con prácticas o adoctrinamientos. La fe es un don de Dios y tenemos que pedírselo, suplicarle que nos la dé y aumente y perseverar pacientemente. La fe es un camino y proceso que iremos recibiendo, por la Gracia de Dios, en la medida que confiemos y nos abandonemos en sus Manos. En la medida que nuestros corazones se pongan humildemente en el camino del Señor y se abandonen a su Voluntad.

Te pedimos, Señor, que nos aumente nuestra fe. Te pedimos, Señor, que nos fortalezcas para vencer las dudas y las tribulaciones que el mundo nos pone en el camino, y que veamos que sólo Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

miércoles, 7 de febrero de 2018

MI CORAZÓN ESTÁ HERIDO

No está el peligro en el exterior, sino dentro de mí. Por tanto, mi conversión se libra en mi interior, porque es ahí donde también está mi tesoro y mi salvación. Dentro de mi corazón se libra la batalla de mi conversión, porque en él se cuecen todas las tentaciones y malicias que me pueden apartar del auténtico camino de salvación. Se hace necesario reparar mi corazón.

Y eso me es imposible para mí. Necesito la Gracia de Dios para que mi corazón se convierta y expulse todo el mal que en él se cuece. Por eso, desde este humilde rincón de oración pido para que nuestros corazones sean transformados en corazones nuevos, limpios de toda impureza que les pueda contaminar. Porque, no es cuestión de actos externos, ni de palabras que nos vienen de afuera, sino de todo lo que entra en nuestros corazones y anida en ellos. Eso es lo que los estropeas y los pervierte.

Porque, un corazón contaminado y pervertido arroja contaminación y perversión. No puede dar lo que no tiene, y si ha guardado y abonado malos frutos, dará eso, malos frutos cargados de malas intenciones y de perversión. Luego, lo importante es purificarnos interiormente, porque lo que viene de afuera no nos perjudica. De la misma manera que entra se elimina. Pues, es en el corazón donde radica nuestra bondad y desde afuera no se puede contaminar, pues no llega a su interior.

Por lo tanto, pidamos sabiduría y fortaleza para mantenernos puros y limpios interiormente. La Eucaristía es el alimento que nos sostiene y nos guarda de toda mala intención. Frecuentémosla, al menos semanal, los domingos, y de tener oportunidad y poder, cada día. Es nuestra fuerza y nuestra roca, donde nos apoyamos y nos convertimos en fortaleza inexpugnable que, el pecado, no puede derrumbar.

Danos, Señor, el coraje, la valentía y la perseverancia de sostenernos en la fe y confianza en tu Palabra, para, guiados por ella no desviarnos del Camino, la Verdad y la Vida que Tú, Señor, nos muestra. Amén.

martes, 6 de febrero de 2018

RENÚEVA MI CORAZÓN, SEÑOR, CADA DÍA

Sin darnos cuenta nos hacemos viejos y nuestro corazón, si no se renúeva, se endurece. Y, en la media que nuestra vejez nos aparta del trajín del mundo, nuestro corazón, también envejecido, se duerme y paraliza alejado de la actividad que lo rejuvenece y lo sostiene encendido. Necesito despertarlo y ponerlo en el camino para que siga latiendo y rejuveneciéndose.

Porque nuestra alma no envejece, y nuestro corazón, aunque maltrecho físicamente, unido a nuestra alma se mantiene joven y firme. Pero, necesita savia, savia nueva inyectada del Corazón y del Costado de Cristo. Savia que lo vitalice y lo sostenga activo y renovado. Esa es nuestra petición de hoy, Señor, manternos firmes, jóvenes y renovados en tu Amor.

Porque, el Amor tiene muchos aspectos y matices que sirven para hacer el bien. El amor es misericordioso, pues si le falta la misericordia queda mutilado y enquistado en un amor exigente y radical. El amor es comprensivo, paciente, escuchante e integrador. El Amor nos viene del Señor y de Él nos nutrimos y nos miramos. Si el Señor acoge a todos y mira lo fundamental, no nos paremos nosotros en lo accidental, pues heridos por el pecado buscamos satisfacernos y escondernos en nuestras apetencias y egoísmos.

Te pedimos, Señor, que nos renueves nuestros corazones y nos limpies de nuestros pecados que se esconden en segundas intenciones y en falsos preceptos. Tratamos de eludir nuestra responsabilidad con falsas e hipócritas costumbres para escapar de nuestros compromisos con el cuarto mandamiento según las tradiciones de nuestros antepasados. Y ahora, quizás ponemos en lugar de esas tradiciones, nuestras nuevas formas de vivir, consumir, viajar. Detrás de esa frase "yo también tengo derecho a vivir" se esconde una actitud de autoengaño que quiere justificar nuestras responsabilidades.

Danos, Señor, la fortaleza, la sabiduría y la valentía de ser fieles a nuestro compromiso de Bautismo y de contemplar la vida como un camino donde responder a nuestros compromisos, conforme a tu Voluntad y según tu Palabra, sea nuestra prioridad, responsabilidad y cumplimientos. Amén.

lunes, 5 de febrero de 2018

DAME, SEÑOR, LA FE PARA VER Y ESCUCHAR TU PALABRA

Mi naturaleza busca el efecto inmediato. Son de carne y me duele y atormenta el dolor y la enfermedad. Mis sentidos reclaman salud y sin ellos mi vida pierde calidad y bienestar. Quiero, Señor, que me cures y vivir saludablemente. Sé que Tú lo sabes, porque me conoces y me entiendes, pero, Tú buscas otra cosa en mí, quieres enseñarme a ser generoso, a compartir y a darme a los demás, incluso a pesar del dolor y el sufrimiento. Porque, sólo dándose y sufriendo por el otro, expresamos realmente nuestro amor.

Y no porque sólo lo digan tus Palabras, sino porque lo atestiguan tus obras y hechos. Tú te has entregado en Cuerpo y Alma a cada uno de nosotros. Y lo haces cada día de nuestra existencia, pero lo has hecho hasta el extremo de dar tu Vida en la Cruz como pago por nuestra salvación. Nos has demostrado que sólo con amor se pueden salvar los hombres. Un amor como el tuyo, hasta el extremo de entregar nuestro vida.

Ese es tu mensaje y lo que quiere enseñarnos. Indudablemente, nos cura y nos sana para que vemos tu poder. No buscas gloria en eso, ni tampoco fama ni populismo. Incluso te escondes y mandas a callar a los espíritu inmundos que expulsas. Simplemente, quieres que la gente se dé cuenta de que eres el Mesías prometido, el Hijo de Dios hecho Hombre, y que has venido para salvarnos, no de una forma temporal, sino para toda la eternidad.

Por tanto, Señor, te pedimos que nos des esa sabiduría, la de darnos cuenta de lo que nos dices con y en tu Palabra. Ilumina nuestras almas y fortalece nuestros cuerpos, para que sepamos soportar las mortificaciones y las herida de nuestras diarias batallas contra los espíritus inmundo que quieren arrastrarnos y alejarnos de Ti. Y apoyarnos en la esperanza, confiados y fortalecidos por la fe, de la Vida Eterna.

Danos, Señor, la paciencia, la mansedumbre, la Caridad, el gozo, la paz, la longanimidad, y todos los frutos del Espíritu Santo para, con y en ellos perseverar y servir a los demás como Tú nos mandas. Amén.

domingo, 4 de febrero de 2018

LAUDES



HIMNO 

Es domingo; una luz nueva
resucita la mañana
con su mirada inocente,
llena de gozo y de gracia.

Es domingo; la alegría
del mensaje de la Pascua
es la noticia que llega
siempre y que nunca se gasta.

Es domingo; la pureza
no solo la tierra baña
que ha penetrado en la vida
por las ventanas del alma.

Es domingo; la presencia
de Cristo llena la casa:
la Iglesia, misterio y fiesta,
por él y en él convocada.

Es domingo; «este es el día
que hizo el Señor», es la Pascua,
día de la creación
nueva y siempre renovada.

Es domingo; de su hoguera
brilla toda la semana
y vence oscuras tinieblas
en jornadas de esperanza.

Es domingo; un canto nuevo
toda la tierra le canta
al Padre, al Hijo, al Espíritu,
único Dios que nos salva. Amén.
                                                                                  V Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B, solemnidad
Salterio: domingo de la primera semana

sábado, 3 de febrero de 2018

DAME, SEÑOR, EL DESCANSO DE SABERME EN TU PRESENCIA

Saber la medida de nuestras fuerzas no es fácil. Y no me refiero solamente a las capacidades físicas, sino también a las mentales o intelectuales. Muchas veces nuestro cansancio no es físico o corporal, sino mental o intelectual. En muchas ocasiones nos experimentamos más agotados mentalmente que corporalmente. De ahí que nos cueste más estudiar que hacer algún trabajo manual.

Por eso, en esta humilde reflexión te pido, Señor, que me des la paz que nace de saberse tranquilo, sereno y conforme en conciencia de haber cumplido con tu Voluntad. No la mía, sino la Tuya, porque será esa la que me dará la verdadera paz y gozo de sentirme sereno, tranquilo y alegra. Incluso en los momentos de dolor o sufrimiento. Porque es más importante el descanso del alma que el del cuerpo.

Y, también te pido, Señor, que me renueves cada día dándome la sabiduría, la paciencia y la fortaleza para no desfallecer, y para encontrar en tu Palabra el consuelo, la paz y la fuerza del descanso y renovación que me auxilien e impulsen a continuar el camino. Y no pensando en mí, sino fundamentalmente en el bien de los demás, a aquellos que puedan llegar mi esfuerzo y trabajo.

Pero, sobre todo, bien que significa tratar de llevarlos a tu presencia, Señor, para que te descubran y te vean, y, sobre todo te conozcan. Porque, sólo Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Es ahí donde se apoya nuestro descanso, porque sólo en la experiencia de sabernos que hemos cumplido nuestra misión, tal es la de llevar tu Palabra y tu Mensaje de la buena Noticia de Salvación a los demás, descanseremos gozosos en Ti.

En esa confianza y alegría, conscientes de que la tarea es ingente y dura, pero conocedores que no vamos solos y que tenemos la Fuerza y la Gracia del Espíritu Santo, descansamos en Ti, Señor, esperanzado en tu Amor y Misericordia. Amén.

viernes, 2 de febrero de 2018

¿Y DÓNDE ESTOY YO, SEÑOR?

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Hay momentos en los que me experimento perdido y sin conciencia de que Tú, Señor, estás presente en mi vida. Y hay otros instantes en los que me veo muy lejano e indigno de tu Misericordia. Ni una cosa ni otra, Señor, quiero aceptar. A pesar de todos eso sentimientos y contradicciones, quiero seguir en el esfuerzo de experimentar tu presencia y de saber que Tú estás pendiente de mí.

Eso no cambia que me considere indigno, porque realmente lo soy. Está claro que no merezco tu Misericordia y que si la recibo es porque, por tu Gracia y por tu gran Amor Tú, Señor, me la das gratuitamente y por tu Voluntad. Gracias, Señor, porque me sostienes vivo y con la oportunidad de ser perdonado por tu Amor y Misericordia.

Pero, eso no es todo, sé que ese perdón y salvación tengo que ganármelo. Mi mérito, por decirlo de alguna manera, es la fe. Creer en Ti y fiarme de tu Palabra, pero no para permanecer pasivo y estático, sino para actuar y cosechar frutos cultivados por tu Amor. Y eso te pido, Señor, que me permitas verte y experimentarte cerca de mi vida. Sé que estás, pero viéndote mi fe será más firme y fuerte.

Realmente, tengo que confesarte que siento algo de miedo. Miedo de no corresponder a esa presencia tuya y de que me llames o me abras los ojos y yo te defraude. Sin embargo, Señor, creo en tu Palabra y pienso que contigo el miedo desaparecerá. De todas formas, gracias Señor por estas incomodidades, pruebas o dificultades que se presentan en mi vida. Éstas me hablan de Ti, porque sin ellas mi fe no sería probada.

Y todo eso me habla de tu presencia. Ya vez, te pido tu presencia y, antes de terminar la reflexión, Tú te haces presente, porque todas estas desganas, apatías, perezas, dudas, tentaciones, pasiones...etc.,hablan de ese barro que Tú pones en mis ojos para que sintiéndome incómodo y con dificultades persiga tu búsqueda suplicándote que vea y que cures mi ceguera. Y eso es precisamente fe. Gracias Señor.

jueves, 1 de febrero de 2018

GRITEMOS, COMO EL CIEGO BARTIMEO, PIDIENDOLE AL SEÑOR QUE VEAMOS

Se trata de ver, ver la Verdad y el Camino, es decir, ver que Jesús es el Señor de nuestra vida y que sin Él vamos ciegos por el mundo. La clave, luego, es verle, porque viéndole su Espíritu nos llevará en volandas hacia la misión que nos ha confiado. Porque, no se trata de nuestras fuerzas, pues nosotros no podemos, sino se trata de sus Fuerzas, del Señor, del Espíritu Santo, que nos fortalece, nos da sabiduría y nos da el valor para superarnos y vencer nuestros miedos.

Y nos da poder, poder para realizar todo lo que el Señor nos da y nos promete. Por lo tanto, gritemos como el ciego Bartimeo para que el Señor, como hizo con Bartimeo, se detenga, nos llame y nos dé la vista. Vista para ver su Verdad, la única Verdad que alumbra al mundo y que, alumbrados en ella, podamos también nosotros alumbrar a los demás.

Y nunca desesperemos, porque el Señor nos quiere y nos envía con una misión concreta. Misión que posiblemente desconocemos o no sabemos como realizar. Esperemos e insistamos en pedirle que nos permita ver lo que realmente quiere de nosotros y como podemos realizarlo. Seguro, nos lo hará ver, pero no nos resultará fácil. No pienses que nos lo va a poner fácil hasta el punto que no nos suponga un esfuerzo ni una decisión con cierto riesgo. Él quiere ver la intensidad de tu fe y confianza. Para eso te ha hecho libre, para que tú tengas el mérito de arriesgarte y confiar en Él.

Por lo tanto, la vista de ver la Verdad comporta un esfuerzo, un riesgo y una fe confiada. Y eso se hace incómodo hasta el punto de que muchos lo rechazan y se van. ¿Recuerdas al joven rico -Mc 10, 17-30-? Y no olvides que tu felicidad no está en este mundo, sino en el amor de darte por los demás. Sin amor no se alcanza la felicidad. Es eso lo que Jesús te propone, amar como Él te ama.

Sigamos pues gritando, que es lo mismo que rezando, y pidiéndole al Señor que haga de nosotros unos discípulos comprometidos y dispuesto a cumplir con la misión que Él nos encomienda. Amén.