Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 5 de julio de 2021

¡SEÑOR!, TE PIDO Y NECESITO QUE AUMENTES MI FE

 

 

El misterio de Dios nos sobrepasa. No cabe en nuestra cabeza y, solo por la Gracia de Dios podemos avivar nuestra fe. Pero, somos libres y, como consecuencia y responsabilidad de esa libertad, necesitamos poner algo de nuestra parte. Dios ha querido que nosotros tengamos la última palabra en cuanto a decidir nuestra elección: abrimos nuestro corazón a su Palabra y creemos en Él, o nos cerramos y le damos la espalda. Es decir, se trata de elegir la vida o la muerte.

De eso se trata, pedir la fe - don de Dios - para, poniendo todo lo que está de nuestra parte, abrirnos a su llamada de Amor, o, por el contrario, tomamos el camino por el que optó aquel joven rico del Evangelio cuando Jesús le invitó a seguirle.

Es cuestión de decidir, para eso, Dios, nuestro Padre, nos ha dado la libertad. Pero, no podemos olvidar nuestra naturaleza heridia por el pecado. Somos débiles y sometidos a esas seducciones del mundo, demonio y carne.  Por tanto, por nosotros mismos no podemos liberarnos del pecado. 

Si optamos por ese camino, nos equivocamos. Pidamos, por tanto, la Gracia para elegir bien con la seguridad de no equivocarnos. Es el único y verdadero camino que el mismo Jesús nos invita a caminar siguiéndole. Pues, nos dice: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

sábado, 12 de junio de 2021

TAMPOCO YO, SEÑOR, ENTIENDO TU MANERA DE ACTUAR

 

Me pregunto el por qué de muchas cosas, y no entiendo tu manera de actuar, Señor. Hoy veo que tus padres tampoco entendieron, en muchos momentos, muchas cosas respecto a tu manera de actuar. Y me digo, si eso pasó a tus padres, ¡cuánto más a mí!

Por todo ello, y consciente de mis limitaciones, te pido, Señor, humildad, comprensión y sabiduría para, sin desesperar, asumir y aceptar con paciencia esas noches oscuras que siembran dudas en mi corazón. Una vez más, Señor, te pido fortaleza, paciencia y, sobre todo, paz, para soportar y superar todas esas noches oscuras y tentaciones que tratan de desestabilizarme, de romperme y desesperarme, con el propósito de alejarme de tu presencia y de tu amor.

Tú, Señor, lo puedes todo, pero has querido que yo participe superando esas pruebas desde mi libertad- regalo de tu Amor - y con mi esfuerzo. Me invitas a colaborar contigo y en la medida que yo de abra a tu Gracia, Tú me asistirás y darás esa fortaleza para que pueda superar la esclavitud a que me someten mis pecados. Por eso, Señor, desde este rincón de oración, yo te pido y suplico que infundas en mi corazón ese impulso que me ayude a caminar en tu presencia y Voluntad.

Sé, Señor, que estás presente en mi vida, pero, también sé que no harás nada sin mi permiso. Luego, esperas a que yo dé un paso y otro y me decida a seguirte. Entonces, Tú, Señor, actuarás. Esa es tu Voluntad y para eso nos has creado libres.

miércoles, 12 de mayo de 2021

LLAMADOS A UNA VIDA PLENA

 

No hemos venido a este mundo a quedarnos en la cima del mundo, en el mejor de los casos, sino a escalar más arriba hasta la plenitud de la dicha eterna para la que nuestro Padre Dios nos ha creado. Nos ha creado no como unos juguetes, sino por amor, como verdaderos. La parábola del hijo pródigo nos lo expresa y descubre claramente - Lc 15, 11-32 -.

Pero, ha querido, que no seamos presionados, y menos obligados. Quiere que tú y yo seamos libres y, desde la libertad - sembrada en nuestros corazones - descubramos la Verdad  y optemos libremente a ella. Porque, el buen gusto, y todos lo tenemos y buscamos, es optar por lo mejor, por lo que te permite ser feliz, no un rato, sino perpetuamente y siempre - eternamente -.

Es evidente, y todos lo experimentamos, que buscamos la felicidad, pero, ¿la encontramos en y con las cosas de este mundo? Nuestra propia experiencia y la de nuestros mayores nos dicen constantemente que no. Una simple mirada a nuestro derredor y el panorama se nos despeja y aclara. Sin embargo, ¿qué nos ocurre? El mundo y sus apetencias y seducciones no nos permiten ver. Necesitamos, pues, la Luz del Espíritu de la Verdad.

¡Señor, darnos un corazón humilde, comprensivo, paciente, suave y bueno para abrirnos al Espíritu Santo y dejarnos guiar, orientar y conducir hacia la Verdad plena! Amén.

domingo, 31 de enero de 2021

NUESTRA AUTORIDAD SE ESCONDE EN EL SERVICIO

 
 
Experimentas que tu palabra tiene criterio y es respetada - admirada - cuando hablas en verdad y cumplimiento. Es decir, lo que dices se corresponde con tu vida y se hace realidad en tu diario vivir. De ahí nace la autoridad, de la medida con la tu vida se entrega al servicio y disponibilidad con los demás por hacer el bien. Es decir, al final hablamos de lo mismo, del amor.
 
Por tanto, consciente de que mi vida está muy por debajo de esa realidad y de que mi palabra no siempre concuerda con mi vida, quiero pedirte hoy, Señor, que me infundas la sabiduría, la voluntad y la fortaleza de acomodar los actos de mi vida con los de mis palabras y, siempre, de acuerdos con tu Voluntad. Te lo suplico con todas mis fuerzas y desde lo más profundo de mi corazón.
 
Te doy gracias de antemano, porque, sé y confío que Tú me escuchas y me das tu ayuda, pues esa es tu Voluntad. Pero, también me doy cuenta que, Tú quieres mi participación en la tarea del amor y necesitas mi disponibilidad y mi entrega. Necesitas que yo abra mi corazón a la acción de tu Espíritu y deje que - Él - actúe en mí. Es decir, necesitas mi libertad que Tú previamente, cuando me has creado, me la has regalado.
 
Yo, Señor, me comprometo a eso, a entregarte mi libertad y dejar que el Espíritu Santo me vaya transformando, pero, consciente de mi debilidad y pecados, te pido que me asistas, me auxilies y fortalezca para que persevere y no abandone. Amén.

jueves, 7 de enero de 2021

¡SEÑOR, YO TAMBIÉN QUIERO CONVERTIRME!


Sé, Dios mío, que todo depende de Ti, pero, has dejado en mi mano la elección de abrir o cerrar mi corazón y no se me hace fácil discernir lo que debo hacer. Yo quiero, Señor, pero, mis debilidades, mis apetencias, mi carne se rebela y me atosiga separándome de Ti. 

Y tu inmenso amor respeta la  libertad de mi elección y, aunque esté equivocado, Tú te mantienes al margen si no tienes mi permiso. Te atas tus manos ante la libertad que me has dado. Eso, Señor, refuerza mi fe en Ti porque me das testimonio de tu Amor y me admira tu autoridad.

Gracias, Señor, porque me dejas libremente escoger mi camino. Incluso permites mis errores y solo me los corriges o enderezas solo con mi consentimiento. Por eso, Señor, siendo consciente de mis debilidades y conociendo tu inmenso Amor e infinita Bondad, vengo, postrado a tus pies, a pedirte, Señor, hoy día de reyes, que me des la Gracia - tu Gracia - Señor, de convertir la oscuridad de mi corazón en Luz de tu Palabra y de tu Misericordia.

Conviérteme, Señor,  y refuerza mi mente con la fortaleza, la paz y la sabiduría de tu Palabra y la voluntad de tu Poder, para que mi vida sea fiel reflejo de tu Vida. Amén.

martes, 13 de octubre de 2020

AYÚDAME, SEÑOR, A VIVIR DE ACUERDO CON MI CORAZÓN

 

Hablamos mucho de libertad, pero, ¿en realidad somos libres o llevamos una careta que nos encumbre y miente? ¿Actuamos con entera libertad o lo hacemos escondidos detrás de nuestras caretas? La realidad, desde mi humilde experiencia pecadora, es que nos sentimos atados y sometidos a esconder  nuestro corazón bajo la apariencia de lo que no somos, aparentando, valga la redundancia, lo que nos gustaría ser.

Sucesivamente se producen los engaños, las mentiras y las decepciones muy comunes en el ámbito matrimonial, familiar, laboral y social. Sin darnos cuenta vivimos en un mundo de apariencias donde cada cual se esconde detrás de su propia mascara. Quizás, ahora, en este tiempo de pandemia vamos más acorde con nuestra realidad al llevar todos unas mascarillas que esconde nuestra verdadera expresión e intenciones expresadas con los gestos faciales.

Tratemos de dejar esas apariencias con las que buscamos engañar a los demás y aparentar lo que realmente no somos. Busquemos la verdad, la transparencia y la actitud recta y correcta despojándonos de todo aquello que esconde mentira, egoísmo, soberbia, vanidad y falsedad. Seamos limpios por dentro y, como resultado, limpios también por afuera. 

Y, consciente de que eso no lo podemos conseguir por nosotros mismos, sometidos y esclavizados por el pecado, pidamos a nuestro Padre Dios que nos libre de esa tentación de enmascarar nuestra actuación escondiéndonos detrás de las apariencias que ocultan nuestro verdadero rostro y ser. Amén.

jueves, 30 de enero de 2020

QUE SEA LIBRE PARA COMUNICAR TU PALABRA

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Una de las cosas que más necesito, Señor, es ser libre. Libre para poder decir siempre lo que pienso y que ese pensamiento esté siempre de acuerdo contigo, Señor. Es decir, sea tu Voluntad y no la mía. Y, para eso, está claro, Señor, que necesito dejar actuar dentro de mi corazón al Espíritu Santo, para que me dé esa magnanimidad de corazón para amar y perdonar con la misma medida que tu Misericordia, Señor, me perdona y me ama.

Es claro, no hace falta probarlo, que mi corazón no es así. Que le falta mucho amor, mucha magnanimidad, mucha misericordia y mucho de todo. Es un corazón pecador, egoísta y cómodo. Un corazón que se mira a sí mismo y que, casi siempre, piensa en sí. Y nada puedo hacer, Señor, sin Ti. Necesito y te pido, Señor, que lo transformes y lo cambies, para que, permaneciendo en Ti pueda parecerse a Ti.

Haz, Señor, que sea capaz de amar a tu estilo y a la máxima medida que Tú has pensado para mí. Que dé todo, Señor, según lo he recibido y al máximo según los talentos que Tú me has dado. Me canso, Señor, de repetirte siempre lo mismo. Me da la impresión, cada día, de no adelantar nada y hasta de estarte mintiendo o engañándote. Tengo la sensación de ir para atrás en lugar de dar algún paso para adelante. Y siento miedo de quedarme instalado en la mediocridad y no dar la medida que Tú esperas de mí.

Pero, y te doy gracias, Señor, continúo adelante. Trato de perseverar a pesar de mis pecados y mis perezas y comodidades. Sigo tras tus pasos y espero confiado que tu Gracia, tu Magnanimidad y tu Amor transformen mi corazón. En eso confío y eso camino esperanzado. En tus Manos y en tu Infinita Misericordia, Señor, me abandono. Amén.

viernes, 17 de enero de 2020

¡SEÑOR, PERDONA MIS PECADOS!

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Gracias, Señor, por crearme libre y darme la opción de decidir por mi propia voluntad. No me pones condiciones ni me exiges nada, simplemente me ofreces esa felicidad eterna que busco y me das señales y signos que, a parte de asombrarme, me descubren que Tú, Señor, eres el Hijo de Dios enviado a recuperar, rescatar y devolverme la dignidad de ser hijo de Dios. Gracias, Señor.

Pero, también aprovecho este hermoso momento y gran oportunidad, Señor, para presentarte mis parálisis, sobre todo, las que voy descubriendo en este camino hacia Ti. La parálisis del miedo y de la comodidad que me impiden en muchos momentos levantarme y seguirte con fortaleza y entrega. La parálisis de la soberbia, por la que me resisto a aceptar muchas cosas y a poner las mías primero y a no ser lo necesariamente humilde como me gustaría y aceptarme pecador. La parálisis de la lujuria y la de la impaciencia que me desesperan y atormentan en una lucha y batalla diaria. También, Señor, las parálisis de la perfección y seguridad.Todas son parálisis que me impiden avanzar hacia Ti, Señor, y minan mis fuerzas y mis ánimos. Todas esas parálisis esconden y paralizan mi fe y mi entrega total a tu Amor. 

Sí, tengo muchas parálisis, Señor, y necesito que, primero, tal y como le has dicho a ese paralítico, perdones mis pecados y, luego, mandame a levantarme, tomar mi camilla y seguir tus pasos en y con  la Esperanza, Misericordia y Amor que me ofreces y propones. Gracias, Señor. Y no permitas que me instale y me quede en mis parálisis, porque la diferencia entre el justo y el pecador es que, a pesar de ambos pecar siete veces, el pecador se instala en su pecado y no se levanta, y el justo toma su pecado y se levanta implorando, Señor, tu Misericordia y tu Amor. Amén.

lunes, 25 de febrero de 2019

¿DESCUBRO MI POCA FE?

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Poco a poco empiezo a darme cuenta de mi poca fe. Incluso, despierto y empiezo a ver que, quizás mi Dios no es el mismo que el Dios de otra persona cercana a mí. Llego a descubrir que, incluso dentro de la Iglesia podemos tener muchos Dioses diferentes. Me quedo impresionado cuando tomo conciencia que los que condenaron a Jesús fueron los creyentes en el Dios de Abrahan y de Moisés. Y eso genera mi pregunta, ¿acaso hablamos de Dioses diferentes?

¿Es el Dios de Abrahan diferente al Dios en el que yo creo? ¿Y el de Moisés? Porque, sin darme cuenta quizás haya construido mi propio Dios e imaginado un dios que me permite muchas cosas a las que me siento inclinadas y sometidas. Un dios que no me estorbe mucho y que aceda a lo que yo estoy dispuesto a comprometerme y nada más. Un dios que se amolde a mis hábitos, costumbres y forma de entender la vida. Un dios que no me exija orar o hacerlo como a mí me apetezca. Un dios que, al final, haga mi voluntad y no la de él.

¿Es ese el Dios de Jesús? ¿Es ese el Dios que Jesús me propone? ¿Es ese el Dios por el que Jesús entregó su Vida? Me he quedado anonadado e impresionado. ¿Quien es mi Dios? Quizás esa sea la causa, como ocurre hoy en el Evangelio, de que sin fe nada podemos hacer. Y eso me lleva a descubrir que tengo que replantearme mi fe y mi compromiso. ¿Es mi Dios el que Jesús me propone? Porque, el Dios de Jesús no es el mismo que su pueblo le proponía. Porque, el Dios de Jesús no es un Dios de leyes que someten a los hombres; porque el Dios de Jesús no somete al hombre ni lo explota... ¿Es mi Dios un Dios al que quiero y busco complacer, o lo que busco es mi propia complacencia?

El Dios de Jesús viene a darle vida al hombre, y vida en abundancia. Quiere que el hombre se libere y viva, que llene su estomago y pueda decidir su camino. Quiere que tenga opciones de decidir su vida y optar a encontrar lo que quiere y busca. Porque, sólo hay dos opciones, la vida o la muerte. Y, supongo que todos los hombres y mujeres buscaran la vida, pero para eso tendrán primero que ser libres. Libres de todo aquello que le somete, le ciega, le manipula y desvía de la verdad. Pidamos la verdadera libertad. Amén.

jueves, 8 de febrero de 2018

TU MÉRITO SER LIBRE Y CREER EN JESÚS

Si tenemos algún mérito, aunque por descontado que todo nos ha sido dado por Dios, es que hemos sido creados libre para poner, libremente, nuestra confianza en Jesús, el Hijo de Dios. No cabe ninguna duda que Dios ha querido contar con nuestra colaboración, para ello nos ha creado libres, y quiere dejar a nuestro libre albedrío la elección de nuestra salvación o condenación.

Por eso, todo, hasta cierto punto, depende de ti. Dios ha querido dejarlo en tus manos y, aunque cuentas con su ayuda, si decides seguirle y optar por Él, tu salvación está en tus manos. Eso no significa que tú puedes salvarte, sino lo que trato de decir es que tu salvación depende de que tú quieras ponerla en las Manos del Señor. Porque, sólo Él puede salvarte.

Pero, todo eso dependerá primero de que tú, porque el Señor te ha dado la libertad, le elijas y decidas creer en Él y seguirle. Por todo ello, la Fe es fundamental. Una fe que nos exige fiarnos de su Palabra y seguirla tratando de vivirla en todos los momentos de nuestra vida. Una fe que nos alimenta y pone toda nuestra confianza en que el Señor nos acompaña, nos escucha, nos cuida y protege y nos salva. Una fe que vemos que realiza el milagro de sanarnos y liberarnos del demonio, tal es el caso de la hija de esta mujer pagana fenicia de Siria.

Es verdad que la fe no la podemos adquirir en ningún sitio, ni tampoco conseguirla con prácticas o adoctrinamientos. La fe es un don de Dios y tenemos que pedírselo, suplicarle que nos la dé y aumente y perseverar pacientemente. La fe es un camino y proceso que iremos recibiendo, por la Gracia de Dios, en la medida que confiemos y nos abandonemos en sus Manos. En la medida que nuestros corazones se pongan humildemente en el camino del Señor y se abandonen a su Voluntad.

Te pedimos, Señor, que nos aumente nuestra fe. Te pedimos, Señor, que nos fortalezcas para vencer las dudas y las tribulaciones que el mundo nos pone en el camino, y que veamos que sólo Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

lunes, 6 de marzo de 2017

SEÑOR, DECIDIRÁS SEGÚN MIS OBRAS

Señor, me has dado libertad para decidir, y voluntad para llevar esa decisión a la práctica. Sin embargo, mi naturaleza humana está debilitada por el pecado y soy muy susceptible de sucumbir a la tentación. Y el diablo tiene muchos recursos para, distraido, seducirme y hacerme pecar. Tú, Señor, hoy me has enseñado a resistir y sostenerme fiel al Padre. Has resistido las tentaciones del demonio en el desierto y nos has dado testimonio de como resistir.

Has sido llevado por el Espíritu Santo al desierto y en todo momento Él ha estado contigo. Y en Él, Tú, Señor, has rechazado las ofertas y tentaciones del diablo. Yo también quiero hacer lo mismo que Tu, Señor. Y, para ello, te pido la fuerza del Espíritu Santo con el fin de resistirme también a las sugerencia del diablo y ceñirme a las que Tú me has enseñado de parte de tu Padre.

Pero, sé que todo no te lo puedo dejar a Ti, porque me has dado libertad para decidir el camino a elegir por mi cuenta. Tengo que ser yo quien dé el paso adelante y tomar la vereda que conduce a la Verdad. Sí, necesito consultarte y pedirte luz, pero la decisión me toca a mí, porque para eso me has dado libertad. Y también voluntad. Voluntad para esforzarme en hacer lo que creo que está bien y debo hacer. A pesar de mis sentimientos contrarios o mi gusto partidarios de actuar de otra forma.

Esas cualidades que me has dado y has cargado en mi mochila son para usarlas y ponerlas en y para bien de todos mis hermanos. Sobre todo, los más pobres y necesitados. Aquellos a los que Tú, quizás, les haya dado menos y poca luz. Me dices hoy que comparta con ellos eso que me sobra y que me quede con lo sólo necesito para mí. Y me da cierta pereza y experimento algo de egoísmo. Busco seguridades, cuando Tú eres la única y verdadera seguridad.

¡¡Señor, despierta dentro de mi corazón esa libertad y voluntad que me has dado para ponerla al servicio de los pobres y servirte a Ti en ellos!! Porque de eso, me lo recuerdas hoy, es de lo que me vas a hablar el día que vuelvas, tal y como lo has prometido, y a poner a todos en su lugar. Amén.

sábado, 30 de julio de 2016

VERDAD Y LIBERTAD



No se puede ser libre si no se vive en la Verdad. Porque ser libre supone hacer el bien, y para hacer el bien hay que vivir en libertad. Quien no es libre no actúa en verdad, porque esa presión a la que es sometido le induce a falsear o disimular la verdad. El ejemplo de Herodes deja al descubierto la esclavitud de la pasión a la que es sometido, y como actúa, incluso contra su voluntad, por miedo, al experimentarse atado y sometido a la esclavitud pasional.

Del mismo modo estamos sometidos, por el pecado, a miedos, vicios y apegos que nos esclavizan y nos privan de ser libres y elegir en justicia y verdad. Necesitamos la fuerza del Espíritu Santo para superarlos, y eso nos exige abrirnos a su acción y a dejarnos guiar según su Voluntad.

Por eso, Señor, te pedimos nos llenes del Espíritu Santo y nos infundas la fuerza de tu Amor para poder salir victorioso de la lucha a muerte contra el poder del mal, el Maligno, que nos tienta con mentiras y apariencias que tratan de seducirnos y llevarnos al camino de la perdición.

Danos, Señor, sabiduría y capacidad de discernimiento, para saber elegir el camino a seguir en cada instante de nuestra vida y el valor y fortaleza para poner tu Verdad por delante incluso de nuestra vida. Amén.

miércoles, 16 de marzo de 2016

CREERNOS MERECEDORES DE TU GRACIA




Quizás sin darnos cuenta, por el hecho de estar bautizado y pertenecer a la Iglesia, en la que hemos vivido desde pequeño y celebrado los sacramentos y la Eucaristía, pensamos que somos mejores que aquellos que se acercan de vez en cuando, o que aquellos otros que ni siquiera están bautizados. Nos creemos, con todos los derechos, a ser merecedores de la Gracia de Dios porque procedemos de su linaje por el bautismo.

Nos falla el saber que todos los hombres tenemos, por la Gracia de Dios, el regalo Infinito de ser sus hijos. Porque Él así lo ha querido y, por el Bautismo, nos ha regalado ese inmenso y hermoso regalo. Seamos de la condición que seamos: blancos, negros; pobres, ricos; creyentes o no creyentes; discípulos o no; judíos o no judíos...etc. Todos somos sus hijos, y a todos nos ama con locura, porque por su Amor ha derramado su Creación, y en ella ha puesto al hombre, centro y locura de su Amor.

Tú y yo existimos porque Dios nos quiere y nos sostiene. Porque de no ser así, desapareceríamos en un instante. Existimos por su Gracia, y no se arrepiente de habernos dado la vida. Su acto de Amor creativo no ha sido un capricho instantáneo y puntual, sino que la Creación y en ella, tú y yo, es un acto continuado del Amor de Dios. Dios continúa amándonos cada instante de nuestra existencia.

Las huellas dactilares de la Trinidad están en nosotros. Somos semejantes a Dios, creados libres por su Amor, y con vocación para la verdad y para el Amor en el Espíritu Santo. El hombre, libre, busca la verdad y se realiza en el amor. Padre, libertad Infinita; Hijo, Camino, Verdad y Vida, y Espíritu Santo, Amor del Padre e Hijo, proyectado en la vivencia mutua de los hombres a semejanza de la Trinidad.

Danos, Señor, la sabiduría de entender todo lo que tu Hijo, Jesús, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, nos ha revelado, y la capacidad de hacerlo vida en medio de todos los hombres, e injertados en el Espíritu Santo, en cada instante de nuestra vida. Amén.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

SE NOS HACE CUESTA ARRIBA PORQUE NO SOMOS LIBRES



¡No podemos, es imposible! Son frases que las tenemos en la punta de la lengua. Y eso descubre nuestra poca fe y confianza en el Señor. Porque aunque experimentamos las dificultades del camino, no podemos olvidar que quien nos habla es Jesús. Y Jesús nos dice que agarrados y descansados en Él, nuestra carga es ligera y nuestro yugo se hace suave.

Carga y yugo que significan servicio y entrega a aliviar el peso y la cruz de los más débiles y desfavorecidos. Servicio y entrega hacia aquellos que, como Jesús, necesitan que alivien sus vidas y aligeren su carga. Y eso lo podemos hacer apoyados y descansados en Jesús. Claro, el paso es creerlo y ponernos en camino. O lo que es lo mismo, aceptar la invitación de Jesús de ponernos en Manos del Espíritu Santo.

Sabemos que la empresa no es nada fácil. Sabemos de las dificultades que supone negarnos, renunciar a nuestros egoísmos, proyectos e intereses materiales y egoístas. Pero sabemos que tenemos la promesa de Jesús, y Él siempre la cumple. Por eso, Señor, confiados en tu Palabra nos abandonamos a tu Espíritu y entregamos nuestro corazón a su acción.

Danos, Señor, la libertad de desapegarnos de todas nuestras ataduras humanas, pasiones y emociones que nos esclavizan y encadenan y nos apartan del cumplimiento de tu Voluntad, y danos un corazón limpio y puro que viva en la verdad y la justicia que Tú nos propones. Amén.

domingo, 5 de octubre de 2014

AMBICIONES DE PODER Y CODICIA



Nos revelamos contra el Señor. Poco tiempo después de salir de Egipto y adentrados en el desierto nos revelamos porque no queremos depender de nadie. Queremos hacer nuestra propia vida y ser libres. Queremos administrarnos según nuestras apetencias e intereses. Nos sentimos dueños de nosotros mismos. No haremos caso al dueño ni le rendiremos tributos.

Entendemos que ser libre es cortar toda dependencia con el Señor que nos ha sacado de Egipto. Ante el desafío del desierto nos sentimos tentados por regresar a la seguridad de Egipto. Es decir, preferimos la esclavitud que el riesgo de buscar la verdadera libertad. Esa libertad que nos propone el Señor, que busca nuestro bien y nuestra felicidad.

Porque sólo en el amor y la verdad seremos verdaderamente libres. Porque libertad es estar disponible para amar y buscar el bien, porque al buscar el bien me hago bien a mí mismo. ¡Señor, perdona mis torpezas y mis disparates! Yo quiero ser libre haciendo tu Voluntad y no la mía. Aparta de mí esa tentación de cortar toda dependencia de Ti, porque sólo me pierdo y me hago esclavo.

Tú me has liberado de la esclavitud, pero quieres que yo la conozca y decida por mi propia libertad. Me conduces al desierto, para que en el desierto vea y vea la Luz de tu Amor y la Misericordia que me ofreces. Porque sólo en tu Verdad alcanzaré la única y verdadera libertad. 

Porque ser libre es amar y buscar el bien sin límites. Amén.

lunes, 17 de marzo de 2014

MI SALVACIÓN ESTÁ EN MIS MANOS



Todo depende de mí. Así lo has querido Tú Señor y así ha de ser. Me has creado libre y eso significa que tengo la opción de elegir lo que Tú me dices, indica y señalas, o hacer lo que yo creo y me apetece. Así de grandioso que no nos damos cuenta de ese gran tesoro regalado.

Sin embargo, Dios mío, me doy cuenta que esa tarea es muy grande para mí. Mi corazón está tocado por el egoísmo de mirarse sólo él. Estoy encadenado y esclavizado por mi humanidad pecadora y por mí mismo será imposible que pueda liberarme y dominar mis pasiones, instintos, afectos y sentimientos y ponerlos por debajo de tu Amor y tu Voluntad.

Por todo eso Señor, no me dejes solo y no permitas que me atreva a emprender el camino por mi cuenta. Nada soy sin Ti, mi Señor y te pido que me asistas y llenes de tu Gracia en el Espíritu Santo para poder vencerme y dominarme. Es verdad que tengo que dar una respuesta porque Tú la has dejado en mis torpes manos, pero también es verdad que nos ha sido enviado el Espíritu Santo para acompañarnos, guiarnos y aconsejarnos en la lucha de cada día. Sin Él no podríamos conseguirlo.

Por eso Señor, mi salvación depende de Ti porque sin Ti nada podría hacer. Lléname de tu sabiduría y voluntad para poner mi vida en tus Manos y no las mía.

martes, 11 de febrero de 2014

IMPORTA LO DE DENTRO



Por fuera se puede ir muy bien, son las apariencias que engañan. Importa que lo de fuera se corresponda con lo de dentro. De nada vale que lo de afuera esté muy bien presentado, pero lo de dentro se encuentre podrido y abandonado. Se pierde el tiempo porque lo que perdura es lo auténtico y verdadero. La mentira termina por extinguirse y morir.

No sirve guardar costumbres caducas, hechas por los hombres y que, si pueden valer para una época no tiene sentido perpetuarlas en otras. Sólo perdura el amor, y eso es lo que hay que mantener limpio y bien cuidado. Muchas de esas mentiras se tratan de mantener por intereses, no porque sean verdad. El hombre está tocado por el pecado y arrastrado por su egoísmo. 

No podemos liberarnos de nuestra inclinación egoísta y, a pesar de que sabemos que el amor es nuestra salvación, nuestro egoísmo nos vence, pues estamos enfermo por el pecado. Pero en el Señor nos podemos liberar. Él ha venido para eso, para romper nuestras cadenas y liberarnos del pecado original. En Él podemos encontrar las fuerzas para dominar nuestra voluntad y romper las cadenas que nos someten y nos esclavizan.

Y eso le pedimos hoy. Señor danos la Gracia de tener la fuerza y el poder de, por la fuerza de tu Amor, vencer nuestro egoísmo y transformar nuestro corazón para servir por amor.

domingo, 22 de septiembre de 2013

¿QUÉ PUEDO PONER DE MI PARTE?



He recibido lo suficiente para el camino. No sería justo que me pusiese en el camino sin tener los medios para poder avanzar hacia la meta de la felicidad eterna. Si lo estoy es porque he recibido lo suficiente para encontrar la forma de dar los pasos suficiente hasta alcanzar la meta. Dios no es un Padre que abandona o nos deja solo. Siempre acompaña.

Otra cosa es que esté dispuesto a darlos, y que quiera darlos. Puedo, pero no solo. Creerme que puedo hacerlo solo puede ser una trampa, y una trampa de difícil salida. Nuestra soberbia y orgullo serán muros infranqueables que nos impedirán avanzar. Necesito usar el traje de la humildad. Se hace necesario y lo tengo al alcance de mi mano. Sólo necesito dejármelo poner. 

Por eso soy libre, me ha hecho libre y soy yo quien tengo que decidir. Sólo me perderé, pero en Manos del Espíritu podré encontrar el camino verdadero. Lo tengo a mi disposición. Sólo tengo que llamarlo y abrirle las puertas de mi corazón. Ayúdanos Padre nuestro.

Quiero, en compañía de todos los que entramos en este humilde rincón, pedirte Señor la fuerza y voluntad de dejarme guíar y conducir por el Espíritu Santo. Tú nos lo has enviado para asistirnos y fortalecernos en la lucha diaria de cada día, para superar las adversidades y las tentaciones de un mundo hedonista y cómodo. 

Danos la inquietud de preocuparnos por los más pobres, por los que sufren y lo pasan mal, y el gozo de encontrar la paz en el servicio y la disponibilidad por hacerles bien.