Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 25 de febrero de 2019

¿DESCUBRO MI POCA FE?

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Poco a poco empiezo a darme cuenta de mi poca fe. Incluso, despierto y empiezo a ver que, quizás mi Dios no es el mismo que el Dios de otra persona cercana a mí. Llego a descubrir que, incluso dentro de la Iglesia podemos tener muchos Dioses diferentes. Me quedo impresionado cuando tomo conciencia que los que condenaron a Jesús fueron los creyentes en el Dios de Abrahan y de Moisés. Y eso genera mi pregunta, ¿acaso hablamos de Dioses diferentes?

¿Es el Dios de Abrahan diferente al Dios en el que yo creo? ¿Y el de Moisés? Porque, sin darme cuenta quizás haya construido mi propio Dios e imaginado un dios que me permite muchas cosas a las que me siento inclinadas y sometidas. Un dios que no me estorbe mucho y que aceda a lo que yo estoy dispuesto a comprometerme y nada más. Un dios que se amolde a mis hábitos, costumbres y forma de entender la vida. Un dios que no me exija orar o hacerlo como a mí me apetezca. Un dios que, al final, haga mi voluntad y no la de él.

¿Es ese el Dios de Jesús? ¿Es ese el Dios que Jesús me propone? ¿Es ese el Dios por el que Jesús entregó su Vida? Me he quedado anonadado e impresionado. ¿Quien es mi Dios? Quizás esa sea la causa, como ocurre hoy en el Evangelio, de que sin fe nada podemos hacer. Y eso me lleva a descubrir que tengo que replantearme mi fe y mi compromiso. ¿Es mi Dios el que Jesús me propone? Porque, el Dios de Jesús no es el mismo que su pueblo le proponía. Porque, el Dios de Jesús no es un Dios de leyes que someten a los hombres; porque el Dios de Jesús no somete al hombre ni lo explota... ¿Es mi Dios un Dios al que quiero y busco complacer, o lo que busco es mi propia complacencia?

El Dios de Jesús viene a darle vida al hombre, y vida en abundancia. Quiere que el hombre se libere y viva, que llene su estomago y pueda decidir su camino. Quiere que tenga opciones de decidir su vida y optar a encontrar lo que quiere y busca. Porque, sólo hay dos opciones, la vida o la muerte. Y, supongo que todos los hombres y mujeres buscaran la vida, pero para eso tendrán primero que ser libres. Libres de todo aquello que le somete, le ciega, le manipula y desvía de la verdad. Pidamos la verdadera libertad. Amén.

domingo, 14 de mayo de 2017

EN TI PONGO TODA MI CONFIANZA

Estoy tranquilo, Señor, a pesar de las turbulentas aguas que corren por los ríos de este desesperado y loco mundo. Estoy tranquilo, Señor, a pesar de la oscuridad que envuelve a este mundo y de su desesperada búsqueda de paz y felicidad. Una paz y felicidad que fundamenta en el poder, la riqueza, el bienestar y el placer de unos sobre los otros. Porque este mundo no es el bueno, sino el medio para llegar al Bueno, bueno con B mayúscula, que prepara el Señor para cada uno de los que creen en Él.

Este mundo es caduco, y todo lo que tiene fin no es bueno del todo, porque la verdadera felicidad no puede terminar, es eterna. Pues, si termina, se acaba. Y cuando se acaba, ¿qué hacemos? ¿Sufrimos? Ese dios no me convence. Un dios que muera deja de ser dios. A ese dios no me entrego ni sirvo, porque, también un día morirá. Mi Dios tiene que ser Eterno, porque lo bueno y gozoso lo es si es eterno. Esa condición es imprescindible, y nos señala y demuestra que hemos sido creados para la Vida. Vida Eterna. Si no esto no tiene sentido.

Por eso, Jesús, que hoy nos dice que es Dios, y que Dios es Jesús, nos revela que sólo Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Él es el único y verdadero Dios que salva, porque es Eterno. Y, sí, a ese Dios quiero servir, quiero seguir y ante Él me postro con todo mi corazón y ser, y me humillo como esclavo. 

Te pido, Señor, que me des esa sabiduría y voluntad para seguirte con total fidelidad y entrega y derramar todo mi amor desde Ti a los hombres, por los que Tú has entregado tu Vida. Te pido, Señor, que alumbres mi vida para que pueda dar testimonio de tu Amor sirviendo a los hombres como Tú has hecho con cada uno de nosotros. Amén.

martes, 26 de enero de 2016

UN CORAZÓN LLENO DE PAZ, PARA DAR PAZ




No se puede prescindir de Dios en ningún momento de nuestra vida. Sólo puedes atreverte a hacerlo, para experimentar que sin Él, tu amor se debilita y exige resultados y compensaciones. Y eso desata tu ambición, tu ira y tu venganza. Sólo en Dios encuentras el equilibrio de la paz y el sosiego. Él te llena lo suficiente para poder excluir lo demás y no desearlo. Él satisface plenamente todas nuestras aspiraciones, hasta el punto que desaparecen las materiales y se magnifican las espirituales, porque lo material es caduco, y sólo sirven para un tiempo determinado.

¡Oh, Señor, despierta en nosotros la sabiduría de entender que sólo en Ti está nuestra máxima aspiración y nuestra plena facilidad! Abre nuestros ojos a esa finitas sensaciones de placer y bienestar que, un día sí, y otro también, nos dejan vacíos, insatisfechos y con sensaciones de infelicidad. 

Es verdad que las necesitamos, pero no para hundirnos en ellas y olvidarnos de Ti, porque, sólo Tú, eres la dicha eterna que nos embriaga plenamente. Es verdad que sentimos deseos, pasiones  irresistibles que nos arrastran a la esclavitud y dependencia, y nos enfrentan en luchas suicidas, que rompen el equilibrio y la paz de nuestras vidas. Pero, también es verdad que eso no nos mejora ni nos da soluciones para encontrar y buscar lo que todos queremos: La plena felicidad eterna.

Sólo en el Amor que Tú, mi Señor, nos propones está la solución. Y lo experimentamos cuando, por tu Gracia, vivimos en esa actitud fraterna y amorosa; cuando experimentamos la vivencia de tu Palabra, y la hacemos vida en nuestra vida. Cuando nos dejamos llevar por los impulsos que nos enciende el Espíritu Santo dentro de lo más profundo de tu Corazón.

¡Oh, Señor, nos permitas que el mundo y sus tentaciones caducas, necesarias, pero no para pararnos y hacer de ellas nuestro fin, permitan que nuestra esperanza, puesta en tus Manos, se diluya y ahogue nuestra semilla de amor para dar frutos, los frutos que Tú esperas de cada uno de nosotros! Amén.