Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 31 de mayo de 2017

LA VIDA CONDICIONADA POR EL HEDONISMO

Se ha perdido el don de la paternidad y maternidad. Hoy la vida no representa un valor y la natalidad en las familias desciende asombrosamente. Y si se tiene un hijo o dos como máximo es por el hecho, también egoísta, de no quedarse sólo, pero nada más. La vida representa una contrariedad y los hijos se dejan para última hora. Primero hay que disfrutar de la vida y, en ese momento, los hijos estorban.

Esa es la concepción, por desgracia, que se tiene hoy sobre el valor de la vida. Los objetivos son otros. Incluso, la familia no está tampoco entre los primeros. Hoy se piensa, afortunadamente no son todos, en gozar y disfrutar, sin pensar que he nacido porque han habidos unos padres y una familia que se han cuidado de mí. El mundo ha caído en un individualismo egoísta y sólo se piensa en disfrutar y gozar.

En ese contexto los hijos molestan y las familias no están por la labor de sacrificarse y renunciar por amor a esos hijos. Se tienen los mínimos para que sean también mínimas las preocupaciones o sacrificios. La vida está condicionada por el interés hedonista de vivir placenteramente y materialmente. Y, como ciegos que no ven, no descubren que los pueblos que matan o no dan vida terminan desapareciendo.

Pidamos por la vida, para que las familias sean generosas y descubran el don y el valor de la vida. Porque sólo dándose y renunciando por amor encontraremos el camino y el verdadero sentido a esta vida. Porque los hijos son la prolongación del amor de los padres; porque los hijos son el fruto que da sentido a la vida de los padres y los que le dan la oportunidad de darse en amor. Porque un matrimonio sin hijos, sin causa que se lo impida, sino de manera egoísta, es como un árbol sin frutos.

Cada viernes, lo anunciamos en el blog, tenemos el rezo del santo Rosario, y pedimos por las familias y por la vida. Unamos a María y a su prima Isabel, que supieron ser agradecidas y alegrarse por tener la oportunidad de ser madres, que nos descubran también a nosotros ese don y valor de ofrecernos para acoger a la vida y cumplir con nuestro papel de padres y madres. Amén.

martes, 30 de mayo de 2017

TAMBIÉN NOSOTROS GLORIFIQUEMOS AL SEÑOR


Nuestra gloria es glorificar al Padre, obedeciéndole en todo lo que nos han enseñado el Hijo, para dar también en el Padre gloria al Hijo. Porque esa es nuestra Vida Eterna, darles Gloria y Alabanzas por toda la Eternidad. 

Indudablemente que no lo entendemos y se nos escapa a nuestra razón. Nuestras limitaciones nos lo impiden, y le pedimos al Padre que nos dé la sabiduría de poder entenderlo y experimentarlo. Porque, el mundo en el que vivimos no responde a esas ansias de felicidad y eternidad que nosotros experimentamos dentro y en lo más profundo de nuestros corazones.

Y, creemos en Ti, Señor, que has sido enviado por el Padre, para darnos a conocer su Infinito Amor, y que nos has elegido y llamado a tu redil, para que, siguiendo tus enseñanzas, encontrar y conocer al Padre, del que nos has dado todo y nos has enseñado todo lo que Tú has recibido. 

Gracias, Padre, por todo lo que nos has dado. Y así como tu Hijo te ha Glorificado en la tierra dándonos a conocer tu Infinito Amor, así, también, nosotros, queremos responder a ese Amor glorificándote a Ti, Señor nuestro, por revelarnos el Amor del Padre y entregar tu Vida, por Amor, para salvar la nuestra.

Gracias, Padre, porque ahora sabemos que todo lo que nos ha enseñado tu Hijo viene de Ti, pues, Él, nos ha dado testimonio de tu Palabra con su Vida y sus Obras. Gracias, Señor, por tu Inmensa Misericordia que nos has dado de parte de tu Padre y que, Tú mismo, nos has regalado entregando voluntariamente tu Cuerpo y tu Sangre en la Cruz para redimir ante el Amor del Padre todas nuestras miserias y pecados.

No nos cansamos de darte las gracias y de pedirte insistentemente que nos des la Fortaleza y la Gracia en tu Espíritu para no desfallecer en perseverar y seguir tus pasos a pesar de las dificultades que nos presenta este mundo. Amén.

lunes, 29 de mayo de 2017

EL CAMINO NOS TIENTA Y NOS EXIGE

«¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo».

Pongamos mucha atención y leamos despacio reflexionando sobre lo que nos dice el Señor. Nos dice como sorprendido, preguntándonos: ¿Ahora creéis? Y nos advierte que llega la hora que nos dispersaremos y que cada uno tirará por su lado y le dejaremos solo. ¿Está ocurriendo esto hoy? Nuestras iglesias están medias vacías y  en relación a la población mundial son pocos los que están y, al menos, practican.

Y, el Señor, nos advierte para que no nos sorprenda esta realidad, y no perdamos la paz. Paz en Él. El mundo nos hará sufrir, flaquear, presentarnos la idea de la duda, y debilitarnos, pero en el Señor nos mantendremos siempre firmes y seguros. Él ha vencido al mundo y nosotros en Él lo venceremos también. Esa es la Buena Noticia de salvación que nos llena de paz y alegría.

Y eso es lo que hoy, Señor, te pedimos. Unidos a todos nuestros hermanos en la fe, que visitan este humilde blog, y unidos a todos los blogueros católicos y no católicos que experimenten el deseo de salvación, que este mundo no nos da, te pedimos, Señor, que nos des la fe a los que no la tienen,  y nos la aumente a todos los que la tenemos debilidata por el pecado y las tentaciones de este mundo. 

Te pedimos que nos mantengamos unidos en la Iglesia y, junto a tu Madre, Madre de salvación y corredentora en su Hijo Jesús, seamos capaces de anunciar la Buena Noticia de salvación desde la Palabra y el testimonio con nuestras humildes vidas. Amén.

domingo, 28 de mayo de 2017

TAMBIÉN NOSOTROS DUDAMOS


Todo se repite y ahora la duda sigue actuando en cada uno de nosotros. Nos hemos resistido a la obediencia porque hemos dudado. Hemos creído que desobedeciendo a Dios podemos ser más felices. Hemos pensado que Dios nos quita libertad cuando nos manda a guardar todo lo que nos ha enseñado. Sí, pensamos que Dios nos somete y nos impone sus mandatos. Y le rechazamos. 

Es el pecado. El pecado insinuado por el Maligno, que quiere alejarnos de Dios y perdernos para Él. Es el Demonio, que nos sugiere esos pensamientos y nos confunde para que nazca la duda en nuestro corazón. Sí, nos cuesta seguir el camino que nos traza el Señor y tomamos el que pensamos nosotros. 

Sin embargo, la experiencia nos descubre que por este camino no encontramos lo que buscamos, y que pronto experimentamos el sin sentido y el vacío. Caemos en la cuenta que en la Casa del Padre estamos mejor y es allí donde está precisamente la felicidad que buscamos fuera. En la parábola del Padre amoroso hijo pródigo -Lc 15, 11-32, Jesús nos descubre ese grave error nuestro.

Siempre estamos a tiempo mientras estemos en el camino. Pidamos reconocer nuestro grave error o pecado y arrepentirnos. Pidamos, y tengamos confianza en la Misericordia del Padre, que nos perdona y nos abre sus brazos para acogernos y salvarnos de la muerte del pecado. Pidamos que la fe se afirme en nuestro corazón y creamos firmemente en la Palabra del Señor, que nos dice: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra».

Pidamos la Sabiduría y la Gracia de proclamar el Evangelio y hacer discípulos a toda la gente, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

sábado, 27 de mayo de 2017

SÓLO LA FE NOS SALVARÁ

No cabe duda que la fe implica obras, y es de sentido común que quien tiene fe, tendrá también obras. Te pido perdón, Señor, porque mi oración es débil y distraída. Una oración que habla, pero que, quizás, no confía ni se compromete; una oración mecánica, rutinaria, de cumplimiento y de hábitos. Una oración que no baja a mi vida y no sólo la cuestiona, sino que no la mueve ni la compromete.

No es que yo la quiera así, ni tampoco que me conforme, pero no encuentro la salida y temo quemarme y cansarme, e, incluso, abandonar. Y ante tal debilidad y tentación, Señor aprovecho tu invitación para pedirte que me afirmes en la fe y la fortalezca dentro de mi corazón.

Por eso, hoy, Señor, aprovecho tu ofrecimiento en el Evangelio sobre la oración de petición, y quiero pedirle al Padre, apoyado en Ti y en tu Nombre, que no sólo aumentes mi fe, sino que me la fortalezcas y vigorices afirmándola sobre esa roca que es tu Iglesia con el primado de Pedro a la cabeza. Iglesia que Tú, Señor, has fundado sobre tus apóstoles con Pedro como primado.

Te pido, Padre, en Nombre de tu Hijo que me inundes de una fe que, no sólo parezca, sino que también se vea y note. Una fe que se mueva y comprometa; una fe que empuje y cuestione mi vida, y una fe que me lleve a la vida aceptando mi pasión hasta la cruz. Mi propia cruz que quiero compartir contigo ofreciéndotela por amor. Y eso, Señor, sé que no puedo lograrlo  por mí mismo, sino por el don de Tu Gracia, que nos da la fe y todo lo necesario para poder servirte y amar como Tú nos amas.

Por eso, en estos momentos de oración, quiero pedirle al Padre sólo una cosa: "La Fe". Una fe que me lleve, Señor a estar unido a Ti y a los hermanos. Una fe que crezca y viva en la unidad de la Iglesia y que de frutos en una comunidad de amor. Amén.

viernes, 26 de mayo de 2017

SUDOR, SANGRE Y FATIGA = ALEGRÍA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA


Sabemos de nuestros sudores, de nuestra sangre y nuestras fatigas. Sabemos que esas no nos la quita nadie, porque, precisamente, de ellas nacerá el gozo y la alegría. Por lo tanto, ese es el camino y tendremos que pasarlo. 

La vida es un mar donde hay olas grandes y pequeñas, tempestades, maremotos y también  mar en calma. Experimentaremos de todo, pero al final seremos dichosos y gozaremos eternamente. Esa es nuestra alegría de fondo que nos acompañará siempre, a pesar de nuestras luchas, sufrimientos y tristezas. Y eso es lo que nos dice el Señor hoy: «También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada».

El Señor volverá, pero también se ha quedado presente en la Eucaristía. No lo vemos corporalmente, como lo vieron los apóstoles, pero si lo experimentamos espiritualmente. Y nos conforta y fortalece para que podamos soportar el camino y las dificultades. Y, pacientemente y confiadamente, esperar su regreso, tal y como nos lo tiene prometido. Ahí se esconde nuestra alegría y supera a nuestras tristezas y sufrimientos.

Pidamos esa Gracia que fortalezca nuestro gozo y alegría para, soportando las vicisitudes y contrariedades del camino, tengamos siempre en cuenta que el Señor se ha quedado Sacramentalmente en la Eucaristía, y nos alimenta espiritualmente para que, fortalecidos en Él, soportemos las tentaciones y obstáculos que nos presenta el camino.

No desfallezcamos y sostengámonos en la oración y en la unidad, confiados en la Palabra del Señor y en sus Promesas. Lo que verdaderamente importa es el final. Y es ese final, la meta de nuestro camino, la que nos descubrirá el gozo y la alegría de la presencia del Señor que nos viene a buscar para llevarnos con el Padre. Amén.

jueves, 25 de mayo de 2017

EL GOZO DE EXPERIMENTAR TU PRESENCIA

Sin Ti nada podemos. Esa es la verdad, pero esa libertad y voluntad que nos has regalado nos puede servir para abrirnos a tu Espíritu y experimentar tu presencia. Claro, que sólo con tu Gracia podemos claramente sentirte, experimentarte y verte. Tú, Señor, lo puedes todo y puede hacer aquello que nosotros nunca podamos entender y menos hacer.

Por eso, queremos verte y experimentarte, pero aceptamos que no podemos, sino sólo si Tú nos lo permites y quieres. Y, quizás, nuestra labor y misión será permanecer postrados a tus pies hasta que Tú decidas y permitas que te veamos. Sólo Tú. Señor, puedes convertirme, y eso se hará si Tú me eliges. A mí y a todos nosotros no nos queda sino esperar y confiar en Ti, tu Amor y Misericordia.

Danos, Señor, la sabiduría de saber esperarte; danos la fortaleza de soportar toda la oscuridad que se interpone en nuestras vidas; danos la paciencia de permanecer fiel a tu Palabra, aunque no entendamos tu Camino ni veamos nuestros frutos. Danos fe y voluntad para sostenernos ante las seducciones de las tentaciones que el mundo nos ofrece.

Queremos esperarte, Señor, y esperarte con nuestras lámparas encendidas y provistas de suficiente aceite para que nunca se apaguen. Queremos esperarte, a pesar de nuestras dudas, de nuestras vacilaciones, de nuestras inconstancias y de nuestros pecados. Queremos esperarte a pesar de nuestros desesperos y fracasos, y de nuestras limitaciones, que endurecen nuestros corazones y nos amenazan con alejarnos de Ti. Queremos, Señor, estar contigo y sentir tu Paz y Misericordia.

Confiamos en tu Palabra y esperamos pacientemente tu regreso y tu promesa de ver como todas nuestras tristezas y sufrimientos se convierten en gozo eterno. Amén.

miércoles, 24 de mayo de 2017

PREVENIR ESCUCHANDO AL ESPÍRITU

En cierta ocasión escuché de un abogado que lo verdaderamente importante es prevenir. Prevenir ante que curar. Eso en el último remedio. Y esto, porque se quejaba que la gente recurría al abogado cuando ya había cometido el delito. Y realmente sucede así, vamos al médico cuando ya hemos contraído la enfermedad, en lugar de acudir cuando notamos síntomas.

Algo parecido nos ocurre a los cristianos, recurrimos al Espíritu Santo, o, dicho de otra forma, le invocamos o le consultamos cuando ya hemos tomado y ejecutado nuestra propia decisión. Sería lo lógico pedirle consejo, auxilio y ayuda antes de dar un paso. Es decir, lo utilizamos para que nos saque del problema o nos solucione nuestro error. Y debemos actuar de otra forma.

Hoy nos dice Jesús cosas muy bellas y esperanzadoras. Nos envía el Espíritu Santo para que nos auxilie y nos vaya revelando todo lo que no hayamos entendido y todo lo que nos falta por saber y entender. Nuestra meta es llegar a la Verdad plena, y en el Espíritu Santo lo conseguiremos. Pero ello nos obliga a estar dispuestos, abiertos y expectante a la escucha de sus impulsos y señales.

Pidamos, confiados y esperanzados, la luz al Espíritu Santo; pidámosle que nos ilumine y nos dé la sabiduría necesaria para ir entendiendo lo que quiere de nosotros, y la voluntad suficiente para ser capaz de, no sólo escuchar y entender, sino también llevar a buen termino y transformar en buenos frutos lo que me pide. Y, para eso, pidámosle que aumente nuestra fe y nos fortalezca con paciencia y serenidad.

Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Sabiduría; ven, Espíritu Santo, y dame el don de entendimiento; ven, Espíritu Santo, y dame el don de Consejo; ven Espíritu Santo, y dame el don de Fortaleza; ven, Espíritu Santo, y dame el don de Ciencia; ven, Espíritu Santo, y dame el don de Piedad; ven, Espíritu Santo, y dame el don del Santo Temor de Dios. Amén.

martes, 23 de mayo de 2017

NUNCA SE HA IDO

Ha subido a la derecha del Padre, pero su Espíritu permanece con nosotros. Convenía que se fuera al Padre, pero en su lugar ha venido el Paráclito, el Espíritu de Dios, que nos asiste y nos acompaña en nuestra aventura de vivir en su Palabra y dar testimonio.

Pidamos su presencia y creamos en Él. Recibiremos la fuerza que nos dará luz, sabiduría y todo lo que necesitemos para, siguiendo nuestro camino, vivir en la Palabra del Señor. Demos testimonio corespondiendo a su Amor e imitándole con los hombres. Respondamos a las injurias y burlas de los hombres, como Él respondió y, necesitados de su Gracia, para tal misión, pidámosla con verdadera confianza y fe.

Pues como un Padre que sabe lo que sus hijos necesitan, nos la dará. Ya nos lo ha dicho y recordado: Pedid y se os dará... -Mt 7,7-. Aumenta nuestra fe, Señor, y fortalece nuestra voluntad para que, como hijos agradecidos, sepamos responder y vivir en tu Palabra y Voluntad. Amén.

Gracias, Señor, porque permaneces entre nosotros y nos recuerda y has dicho que estarás con nosotros durante todo nuestro camino. Y que regresarás para llevarnos contigo. Danos la paciencia y la paz para saber soportar todas las inclemencias del tiempo y esperarte con alegría y esperanza, valga la redundancia. 

Creemos en Ti, Señor, y, a pesar de nuestra tristeza, consecuencia de nuestra ignorancia y necedad, danos la sabiduría de confiar y aguardar con expectante escucha y esperanza tu regreso, para abandonados a tu Amor confiarnos a tu Misericordia. Amén.

lunes, 22 de mayo de 2017

NO ESTAMOS SOLOS

Por activa y por pasiva, tal y como solemos expresarnos en nuestro lenguaje coloquial, El Señor nos ha reiterado bastantes veces que no nos va a dejar solos. Se aproxima su Ascensión, pero, simplemente, para dejar paso al Paráclito, que nos va acompañar el resto de nuestro camino hasta llegar al Padre.

Jesús, el Señor, sabe de nuestras limitaciones y debilidades, y del peligro que significaría dejarnos solos y a merced del Príncipe de este mundo. Quedaríamos atrapado en sus garras y seríamos presa fácil para él. Necesitamos la presencia del Consolador, del Defensor, del Paráclito que nos acompaña y nos dirige por senderos tranquilos y sosegados y lejos de las amenazas de peligros y tentaciones.

Es verdad que no nos será fácil, pues tendremos pruebas difíciles que nos harán padecer y sufrir. Ya nos lo advirtió el Señor cuando nos descubre que el discípulo no es más que el Maestro, pero nos anima a que injertados en Él saldremos vencedores. Y hoy nos anuncia la llegada y el envío del Paráclito que nos va a acompañar y a fortalecer en esos momentos de durezas y obstáculos.

Necesitamos estar atentos y abiertos a su acción. Y le pedimos que nos dé la sabiduría y la voluntad de ser fieles a su Palabra; le pedimos que nos aumente nuestra fe; le pedimos que nos transforme nuestro corazón endurecido y calloso por el egoísmo y la soberbia, en un corazón generoso, compasivo, abierto, escuchante y misericordioso para con todos los hombres. 

Le pedimos que seamos capaces de dejarnos invadir por el Paráclito que el Padre nos envía, para que también nosotros seamos capaces de llevarlo, como si de otros paráclitos se tratara, a otras personas que lo necesitan para, en Él, descubrir el Camino, la Verdad y la Vida que les pueda conducir a la Casa del Padre. Amén.

domingo, 21 de mayo de 2017

AMAR ES LA ÚNICA SOLUCIÓN


El amos es el problema. Tanto para ser feliz como para condenarme. Porque sin amor no se es feliz y la vida carece de sentido y la pierdes para siempre. Y, sólo con el amor encontrarás la felicidad y la vida eterna. Y esto no lo dice nadie, porque nadie tiene autoridad para decirlo. Lo dice el único que puede decirlo, el Señor Jesús. El hijo de Dios Vivo.

Su mandato es el amor, y sólo con el amor podemos guardar sus mandamientos y recibir al que el Padre, en su nombre, enviará para que permanezca con nosotros y nos enseñe el camino. Por lo tanto, no nos confundamos. Sabemos que nosotros no podemos cumplir los mandamientos, pero si podemos con la ayuda del Señor. Y para eso es enviado el Espíritu de la Verdad, para que nos la enseñe y nos fortalezca y dé la sabiduría necesaria para entenderla.

Te pedimos, Señor, que nos enseñes a amar y nos des la voluntad, la sabiduría y la fuerza necesaria para poder hacerlo. Amar a los enemigos, que nos lo ponen difícil y fuera de nuestro alcance, pero que sólo en Ti, Señor, podremos superarnos y hacerlo. Amar como Tú nos amas.

No nos resulta fácil, ni de entender ni de saber cómo hacerlo, pero debemos creer en Ti, Señor, porque Tú puedes hacerlo. Y nos lo has prometido: y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros.

Señor, eso te pedimos con todas nuestras fuerzas y nos abrimos a la acción del Espíritu Santo, para que en Él podamos recorrer el camino y cumplir con tus mandatos. Amén.

sábado, 20 de mayo de 2017

ORAR PARA VENCER

La oración es el arma que nos ayuda y permite vencer las seducciones y tentaciones que el mundo nos ofrece. Y también que nos preserva de los peligros que tratan de someternos a las pasiones y vanidades de este mundo. La oración tiene un sentido que de no descubrirlo, corremos el riesgo de quedarnos en la mediocridad. Porque, sin oración nos quedamos anclados y encadenados a este mundo.

Por eso, Señor, conscientes de nuestras debilidades y pecados nos ponemos en tus Manos y te pedimos la Gracia de estar siempre unidos a Ti por medio de la oración. Oración que nos une íntimamente y nos refuerza y utiliza en la Eucaristía y el Amor. Lo pedimos en tu Nombre, Señor, y confiamos en tu promesa y Palabra.

Sabemos de los peligros y sufrimientos que nos aguardan. Muchos hermanos nuestros en la fe padecen persecuciones de todo tipo, y muchos pierden sus vidas al sostenerse firmes en la fe. Otros sufren esclavitudes, malos tratos y padecen hambre y sufrimientos de todo tipo. Los hay que son expoliados de sus derechos y arrastrados a renunciar a su fe, incluso pagando con sus vidas. Y otros, corriendo mejor suerte, también sufrimos y queremos compartir todo lo que podamos para ayudarles, y de manera especial con nuestra oración y recuerdo diario.

Danos a todos, Señor, especialmente a los que más lo necesitan, la fortaleza de sostenernos en la fe y seguir perseverando con fidelidad, paciencia y unidad a tu lado. Amén.

viernes, 19 de mayo de 2017

QUEREMOS SER TUS AMIGOS, MANDA SEÑOR.


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA



Me consideras, Señor, como un amigo, no como un siervo. Por eso me das a conocer todo lo que has oído al Padre, y me has elegido para ser tu amigo, discípulo y seguirte. Y yo lo quiero hacer. Quiero guardar tus mandatos y cumplirlo a lo largo del recorrido de mi vida. Quiero dar frutos, esos frutos que Tú esperas de mí. También, Señor, quiero amar como Tú me has enseñado y me demuestras, y me sigues demostrando cada día al aceptarme y perdonarme.

Sabemos que un grano de trigo si no muere no da fruto. Y, entonces,  queda el sólo, pero si es capaz de morir se transformará y dará muchos frutos. Ese ejemplo es lo que significa para nosotros morir. Es darse y generar frutos de amor que, a su vez, se transformen en otros frutos de amor. Es el amarse los unos a los otros como el Señor nos ha demostrado, y lo hace cada día, esperándonos con los brazos abierto y perdonando todos nuestros pecados.

Y eso es lo que hoy queremos pedirle al Padre en tu Nombre, Señor. Queremos pedirle que nos transforme nuestro corazón y que nos haga cada día más generoso, más dado y entregado a servir a los hombres y a amarlos como Tú nos ama. Queremos ser mejores y, para ello, queremos guardar tus mandamientos y vivirlos desde la libertad, el amor y la alegría. Porque vivir de acuerdo con nuestros deseos más profundo de amar es vivir en la alegría y el gozo.

Por eso, hoy Señor, queremos pedirte que aumentes nuestra fe y nos fortalezca en la paciencia de saberte cerca de nosotros y amándonos constantemente. Queremos pedirte que nos fortalezca nuestra voluntad para poner en tus Manos toda la capacidad y el talento del que seamos capaces para no desfallecer y siempre estar a tu lado y esforzándonos en amarte. Amén.

jueves, 18 de mayo de 2017

ESE ES MI OBJETIVO

Ese es mi objetivo, Señor, seguirte permaneciendo en tu Amor e imitarte en tu estilo de vida. Ese es mi objetivo, aunque confieso, en muchos momentos de mi vida, me he apartado mucho de él. Y, también, cuando trato de estar a tu lado no doy la talla y me quedo muy por debajo de lo que Tú deseas de mí.

Sin embargo, Señor, he aprendido una cosa. He aprendido a confiar y a creer en tu Palabra. Palabra que me revela ese Amor Infinito con el que me amas. Pues, Jesús, tu amadísimo Hijo, el Predilecto, me lo ha revelado en su Amor: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor».

Y esa confesión levanta mi ánimo y fortalece mi espíritu para la lucha de cada día y el esfuerzo de vivir en tu Palabra y Voluntad. Eso hace que, un día sí y otro también, me esfuerce en permanecer en Ti, Señor. A pesar de reconocerme pecador y poca cosa. Sé que no soy merecedor de tu Perdón y de tu Amor, pero Tú me lo revelas y me lo confiesas. Y yo lo creo, Señor.

Te pido, Dios mío, que me infundas la luz necesaria para no desviarme del camino, y la fortaleza que necesito para sostenerme firme en tu presencia, a pesar de mis fallos, mis desvaríos, mis pecados, mis fracasos y mi soberbia. 

Dame la Gracia, Señor, de superar todas esas dificultades y tener la voluntad y fuerza de asumirlas y superarlas según Tú quieres y como Tú quieres. En Ti confío, Señor, y a tu Corazón me encomiendo abandonado a tu Infinito Amor. Amén.

miércoles, 17 de mayo de 2017

INJERTADO EN TÍ, SEÑOR

Muchas veces me ocurre y pienso que mis frutos dependen de mí. Incluso, llego a pensar que soy culpable de que no se den o sean malos. Claro es que mi esfuerzo y colaboración tendrán gran importancia, pero, de nada valen mis esfuerzos si no cuento con el Señor. Porque, sólo injertado en Él daré buenos frutos.

Nuestra vida no tiene ningún sentido sin el Señor. Sin Él sería una vida como la de cualquier animal. Animal racional que se busca la vida, pero que, tendrá que morir en el mundo de su propia selva. Sin Jesús el horizonte de nuestra trascendencia se difumina y desaparece. Y sin trascendencia la vida se hace rutinaria y finita. Saber que vivimos para morir no es una buena noticia.

La buena noticia es que nacemos para vivir, y vivir en abundancia. Es decir, eternamente. Ese es nuestro destino y nuestra meta. Y saberlo es muy importante y necesario. Necesitamos saber que nacemos para vivir eternamente. Porque, sólo sabiéndolo podemos encontrar el barco y comprar el billete que nos dé la oportunidad de embarcarnos en ese camino.

Y hoy nos dice Jesús que necesitamos permanecer en Él para dar frutos. Y eso es lo que hoy queremos pedirte, Señor. Esa capacidad y voluntad para permanecer en tu Palabra y en tu Voluntad. No queremos que sean palabras que se las lleva el viento, ni tampoco actos rutinarios que siempre terminan en lo mismo. Queremos, Señor, vivir tu Palabra y hacerla vida en nuestra vida.

Señor, no dejes que los días pasen por nuestras vidas de forma rutinaria y acomodada. Infunde en nosotros ese espíritu de lucha, de fe, de fortaleza para esforzarnos en vivir lo que Tú quieres que vivamos. Aumenta nuestra fe y transforma nuestro corazón. Tomamos tu Palabra y pedimos, no cosas para nosotros, sino que nos des la fuerza, la sabiduría, el espíritu para vivir con y en tu estilo. Amén.

martes, 16 de mayo de 2017

LA PAZ NOS DA TRANQUILIDAD PARA CONTINUAR EL CAMINO

Sin paz no hay luz ni claridad; sin paz será imposible ver la luz que nos alumbra el camino. La paz nos es muy necesaria para sosegarnos y tener tranquilidad para continuar la marcha hacia la vida eterna. Jesús siempre nos habla de la paz y en sus repetidas apariciones a los apóstoles le anunciaba la paz. Porque sin Paz tampoco hay Amor.

Diríamos que una característica fundamental de los cristianos es la paz, porque sin paz no hay tampoco alegría, y menos esperanza. Descubrimos que la esperanza y la alegría nacen de la paz. Y es la paz la que nos da fuerza y nos capacita para soportar el dolor y sufrir con paciencia las inclemencias del pecado, del que brota la soberbia, la envidia, el odio, la venganza y las guerras que dan muerte.

Jesús deja este mundo desde el dolor y sufrimiento en la Cruz, pero transmitiéndonos la Paz. Una Paz de saberse en Manos del Padre; una paz que le llena de gozo y esperanza; una paz que sostiene la Vida Eterna y nos llena, a pesar del dolor, de esperanza y alegría en la Resurrección. Una Paz que sólo el Señor nos puede dar. Una Paz que no es como la que nos da este mundo, sino una Paz que da Vida Eterna.

Porque, sólo en Paz podemos ser alegres y felices, y sólo quienes vivimos en Paz, en esa Paz que nos da el Señor, seremos capaces de permanecer en la alegría pese al dolor y sufrimiento. No hablamos de utopías ni idealismo, sino de realidades. Realidades que están personificada en los mártires, de los que la Iglesia está llena. Hombres que han superado el dolor y el sufrimiento con alegría y paz por entregar sus vidas por la defensa de su fidelidad y amor al Señor.

Pidamos esa Gracia de vivir en Paz. En esa Paz que el Señor nos ofrece y nos da cada día para que, sostenida en ella, podamos aceptar y asumir todos los avatares, peligros y dificultades que se nos presenta en el camino. Y, pidamos, que lo hagamos con verdadera alegría y paciencia, porque eso serán signos de que vivimos y estamos en la Paz del Señor. Amén.

lunes, 15 de mayo de 2017

LLÉNAME, SEÑOR, DE TU ESPÍRITU SANTO

Sólo no puedo, Señor, porque mi naturaleza está sometida y herida por el pecado. Es disparatado y absurdo pretender llegar a Ti con mis propias fuerzas. Necesito la Gracia del Espíritu para poder, abierto a su acción, enfrentarme a la lucha de cada día contra las seducciones de este mundo. Llena, Señor, mi pobre corazón del Espíritu Santo, que el Padre envía en tu Nombre, para que mi alma y todo mi ser guarden tus mandatos y los cumplan.

Porque, la prueba de mi amor no será que yo lo diga y lo manifieste, sino que me esfuerce cada día en cumplirlo. Y eso sólo lo podré hacer contigo y en, con y por el Espíritu Santo. Dame, Señor, la sabiduría de entender y de saber discernir lo bueno de lo malo. Y también la voluntad y fortaleza para poder vivirlo y llevarlo al día a día de mi vida.

Señor, llénanos de tu presencia y haz que la sintamos en nuestros corazones. Creemos en tu Palabra, Señor y esperamos confiados que tu presencia nos llene cuando Tú lo decidas. A nosotros no toca esperar, pero no con los brazos cruzados, sino esforzándonos cada día en guardar tus mandatos y llevándolos a nuestra vida, con humildad, paciencia y esperanza.

Y abiertos a la acción del Espíritu Santo, que nos asiste y nos acompaña, para infundirnos la sabiduría de discernir el bien del mal y así vivir en tu Voluntad, cumpliendo tus mandatos y proclamando tu Palabra con humildad por todos los lugares que nos lleva nuestro camino. 

Gracias, Señor, porque alegres y esperanzado caminamos junto a Ti seguros y en paz, porque sabemos que Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

domingo, 14 de mayo de 2017

EN TI PONGO TODA MI CONFIANZA

Estoy tranquilo, Señor, a pesar de las turbulentas aguas que corren por los ríos de este desesperado y loco mundo. Estoy tranquilo, Señor, a pesar de la oscuridad que envuelve a este mundo y de su desesperada búsqueda de paz y felicidad. Una paz y felicidad que fundamenta en el poder, la riqueza, el bienestar y el placer de unos sobre los otros. Porque este mundo no es el bueno, sino el medio para llegar al Bueno, bueno con B mayúscula, que prepara el Señor para cada uno de los que creen en Él.

Este mundo es caduco, y todo lo que tiene fin no es bueno del todo, porque la verdadera felicidad no puede terminar, es eterna. Pues, si termina, se acaba. Y cuando se acaba, ¿qué hacemos? ¿Sufrimos? Ese dios no me convence. Un dios que muera deja de ser dios. A ese dios no me entrego ni sirvo, porque, también un día morirá. Mi Dios tiene que ser Eterno, porque lo bueno y gozoso lo es si es eterno. Esa condición es imprescindible, y nos señala y demuestra que hemos sido creados para la Vida. Vida Eterna. Si no esto no tiene sentido.

Por eso, Jesús, que hoy nos dice que es Dios, y que Dios es Jesús, nos revela que sólo Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Él es el único y verdadero Dios que salva, porque es Eterno. Y, sí, a ese Dios quiero servir, quiero seguir y ante Él me postro con todo mi corazón y ser, y me humillo como esclavo. 

Te pido, Señor, que me des esa sabiduría y voluntad para seguirte con total fidelidad y entrega y derramar todo mi amor desde Ti a los hombres, por los que Tú has entregado tu Vida. Te pido, Señor, que alumbres mi vida para que pueda dar testimonio de tu Amor sirviendo a los hombres como Tú has hecho con cada uno de nosotros. Amén.

sábado, 13 de mayo de 2017

VUELVO, SEÑOR, A PEDIRTE QUE AUMENTES NUESTRA FE

Creer que me das poder para hacer tus mismas obras me pone los pelos de punta. Me impresiona esas tus Palabras, porque, yo, Señor, me las creo. O, al menos quiero creerlas, aunque me fe sea incipiente, débil e indecisa, hasta el punto que dudo, como Pedro en las aguas, y me hundo. Tendré que gritarte, Señor, ¡salvame!

Aumente mi fe, Señor, pero, sobre todo dale firmeza, solidez, fortaleza y seguridad para afianzarla, para saber que viene de Ti, Señor de todo lo visible e invicible. Pero, sobre todo, danos sabiduría para saber utilizarla en beneficio de los hombres. De forma especial en los más necesitados y excluidos. Y no sólo materialmente, sino fundamentalmente espiritual.

Perdona, Señor, mi osadía y atrevimiento, e ilumina mi vida para que, apoyado en tu Amor, sepa responde a toda la autoridad que Tú has puesto en mi humilde persona. Una autoridad que empieza en la humildad y en el servicio para el bien de la humanidad. En especial a las personas más cerca y necesitadas. Señor, tómame en tus brazos y haz de mi vida y en mi vida la obra que Tú has pensado para mí. Dame la fuerza y la sabiduría de, como tu Madre María, ser obediente y fuerte para sostenerme en tu Palabra, oración y alimento. Amén.

viernes, 12 de mayo de 2017

UN CAMINO INFECTADO



HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA


No podemos distraernos y alejarnos del Señor, porque eso equivaldría a quedarnos desorientados y hacer posible que se dé la posibilidad de perdernos. El mundo tiene mucho poder y juega con ventaja. Nos tiene a merced, porque nuestra naturaleza caída y debilitada por el pecado, queda sometida a su poder y seducción. Enfrentarnos solos es una locura y una temeridad, pues nuestras posibilidades de superar las dificultades que nos salen al paso son escasas o nulas.

El Señor nos lo advierte y nos anima. Nos recuerda que ha ido a prepararnos un lugar donde estaremos felizmente junto a su Padre. El Señor quiere que, dónde esté Él esté también nosotros, y nos promete de venir a buscarnos para llevarnos junto al Padre. ¿No es esto una maravilla y una esperanza? Estamos llamados a la vida y la muerte en este mundo, que tiene que llegar porque es caduco y se hace viejo, no es sino el pasaporte para, de la Mano del Señor, llegar al otro.

Hoy, Señor, queremos darte las gracias por esta promesa de esperanza y de vida. Hoy, queremos darte las gracias por darnos esperanza y confesarnos que has ido a prepararnos un lugar, y que promete regresar a buscarnos. Creemos en tu Palabra y, a pesar de nuestras debilidades y pecados, nos agarramos a Ti, rogándote que nos llenes de fortaleza y sabiduría para no despegarnos de tu presencia y caminar de tu Mano.

Los peligros son muchos y el mundo, dirigido por el Maligno, nos acecha y seduce. Rogamos al Espíritu Santo que nos llene de paciencia y fortalezca nuestra responsabilidad y voluntad para, en Él, vencer las dificultades y peligros que nos salen al paso. Amén.

jueves, 11 de mayo de 2017

MAESTRO Y DISCÍPULO

Posiblemente te sorprendas cuando ves a alguien, al que consideras más que tú, servirte desinteresadamente y de la forma más humilde posible. Lavar los pies era lo último que se podía esperar, reservado a los más bajo, esclavos y personas muy humildes, en el sentido literal de la palabra. En aquella época y sigue considerándose hoy. No es por tanto de extrañar que Pedro se opusiera en principio a ser lavado por Jesús.

Con este gesto, Jesús nos da a entender, no sólo con palabras, sino también con hechos, lo que quiere de nosotros. Y ese es el camino. No hay otro. Lo sabemos y lo decimos por activa y pasiva. Y, también, experimentamos lo difícil que es llevarlo a la vida. Son esos momentos cuando experimentamos lo débiles  y frágiles que somos, y que, sólo en el Señor, podemos emerger y sostenernos en el amor.

Esa es nuestra oración constante. No podemos con el amor. Nos supera y nuestra naturaleza caída se derrumba ante el mal recibido por otra persona. Las ofensas recibidas nos pueden y nos resulta imposible perdonarlas. ¿Qué hacer entonces? Simplemente confiar. Confiar y esperar en la Gracia del Espíritu Santo que nos asiste, auxilia y acompaña. Perseverar y abrirnos a su acción con paciencia y esperanza. 

Es el ejemplo que ayer, en su audiencia, nos ponía el Papa Francisco. La Virgen María es un testimonio y ejemplo de fidelidad, de obediencia, de sosternerse en la adversidad y en confiar en la acción de Dios. Y, también nosotros, en ella, debemos buscar fuerza y ánimo para, confiados en el Espíritu Santo, continuar el camino esperanzados y confiados.

Pidamos esa Gracia y confiemos que el Padre, por los méritos de su Hijo y en su Nombre, nos la dé, para que perseveremos obedientemente confiados en su Palabra y unidos en la Iglesia con el Papa Francisco a la cabeza. Amén.

miércoles, 10 de mayo de 2017

EL GOZO DE LA CONCIENCIA

A nadie se le esconde que cuando su conciencia está de acuerdo con lo que, al menos él, cree es la verdad, su gozo es manifiesto y la paz inunda su ser. Sin embargo, esa experiencia nos lleva a otra reflexión: ¿Dónde está la verdad? Porque, podemos caer en un relativismo peligroso, y considerar verdad lo que a nosotros nos parezca y de acuerdo con nuestra lógica y sentido común.

Es un peligro porque, quieras o no, siempre te verás influido por tu propio egoísmo y tenderás a auto engañarte. Por eso la gran importancia de buscar la verdad. Y la verdad sólo está en una parte, en nuestro Señor Jesús, el Hijo enviado por el Padre, que dice lo que el Padre le ha mandado decir. Es ahí donde tenemos que poner nuestra mirada y nuestra referencia, porque lo que dice el Hijo es lo que el Padre le ha mandado decir.

Jesús es el Hijo del Padre, y ha venido enviado por Él. Y sólo dice lo que el Padre le ha mandado decir. De forma que quien le oye y cree en Él, está haciéndolo también en el Padre. Él es el único Camino, Verdad y Vida que conduce al Padre. Y eso queremos pedirle hoy, que nos lleve al Padre.

Danos, Señor, la sabiduría y fortaleza de seguirte y de vivir en tu Palabra, para que a la hora de nuestro juicio, nuestra vida vaya de acorde con tu Palabra y, por tu Gracia y Misericordia, podamos alcanzar la Vida Eterna que el Padre, por los méritos de su Hijo Jesús, nos ha prometido. Amén.

martes, 9 de mayo de 2017

BUSCANDO INTERROGANTES

El hombre no cesa de preguntarse respecto a los interrogantes y misterios que le asaltan. Están sellados a fuego dentro de su corazón, y no puede evitarlo. Busca respuestas que le respondan a sus preguntas. ¿Cómo vencer la muerte? ¿Cómo alcanzar la eternidad? ¿Y la felicidad?

A lo largo de su camino tropieza con muchas dificultades y permanece en la oscuridad por mucha luz que pueda hacer. El hombre no da más de lo que puede, y su medida está encerrada en el espacio y el tiempo. No alcanza más allá. Nunca podrá entender a Dios, pues siendo criatura de Él está bajo sus dominios y su dependencia. Sin embargo, es un misterio como nos ama Dios y, por amor, quiere salvarnos.

Pero, hay una condición, la humildad. Necesitamos imperativamente ser humilde. Sin ella no puedes alcanzar la fe. Necesitas la humildad para abrir tu corazón al regalo de la fe que Dios te da para que puedas creerle y salvarte. No hay otro camino, ni otra condición. Siendo humilde abrirás tu humilde, valga la redundancia, corazón, para llenarlo de la fe que necesitas para creer. Ten por seguro que entregándote a la humildad, la fe llenará tu vida.

Pero, la fe es un don que exige cambio de actitud, cumplimiento de un deber, observancia de la doctrina religiosa, obligación de conciencia... La fe te pone en camino y te relaciona con Jesús, que te lleva al Padre. Sin fe no hay conversión. Pero con ella, el Camino se hace Luz, Verdad y Vida.

Pidamos esa Gracia, la fe que nos lleva a seguir al Señor y a relacionarnos con Él. Pero, pidamos, sobre todo, ser humilde. Porque la humildad es la puerta que nos abre el corazón a la fe. Esa fe que, siendo humildes, debemos insistir en pedir al Padre en nombre de Jesús. Amén.

lunes, 8 de mayo de 2017

QUIERO SER DE TU REDIL, SEÑOR

Señor, quiero ser tu oveja, una de tus muchas ovejas. Con esto quiero decirte, Tú lo sabes, quiero que seas mi Señor, mi Dueño y mi Guía. Sé que tus cuidados son amorosos y llenos de ternura y verdadero amor. Y sé que quieres llevarme a la Casa de tu Padre, donde mi felicidad será plena y eterna junto a Ti.

Pero, Señor, tengo miedo. Tengo miedo porque este mundo es una selva muy peligrosa. Hay peligros por todas partes y fuertes, casi irresistibles, tentaciones que incitan al pecado y a la desobediencia. Y, mi naturaleza, herida por el pecado, es débil y fácil de ser vencida. Para más gravedad, el demonio está al acecho y nos vigila como lobos con piel de cordero. Es muy inteligente y, disfrazado, incluso de verdad, trata de seducirnos y engañarnos. Incluso dentro de nuestro mismo redil.

Señor, sé que Tú no te descuidas, pero me das libertad y me pruebas. No será el discípulo más que el Maestro, nos dices - Mt 10, 24 - y tendré que enfrentarme a esas pruebas con las que puedo verificar y demostrarte mi apuesta y decisión por ti. Es la cruz, esa mi cruz de la que tanto nos has hablado y nos has invitado a cargar con ella - Lc 9, 23 -. Porque de ninguna otra forma puedo desmostrarte mi amor, sino amando y aceptando voluntariamente los sacrificios y adversidades que la misma vida me pone en mi camino.

Pero, para eso necesito tu alimento, Cuerpo y Sangre, unido a la oración constante y diaria que me fortalezca y me vigorice para encontrar fortaleza y vencer todos los obstáculos que se vayan interponiendo en el camino de mi vida hacia Ti. Por eso, Señor, insisto, quiero ser de tu rebaño y dejarme pastorear por Ti, porque contigo, Buen Pastor, estaré seguro y libre de todo peligro y alcanzaré ese Redil que llena mi vida de Vida abundante y eterna. Amén.

domingo, 7 de mayo de 2017

LUZ, SEÑOR, PARA ENCONTRARTE

Todo en esta vida se reduce a encontrarte, Señor. Saber que puerta tengo que abrir para seguirte es descubrir el Tesoro que todos buscamos en este camino de nuestra vida. El problema es obviar que hay muchas puertas en este mundo. Puertas que seducen y que son muy atractivas aparentemente a los ojos del mundo, en el que también estamos nosotros. Y hay que vencerlo.

Por lo tanto, buscar la verdadera Puerta, que eres Tú, Señor, no es tan fácil, porque nuestra humanidad está herida, tocada y ciega, y el demonio acecha para desviarnos, confundirnos y equivocarnos de puerta. Necesitamos luz y acompañamiento. Ya, desde el día de nuestro Bautismo, recibimos al Espíritu Santo, que nos acompaña y nos guía. Y en Él queremos apoyarnos para, con su asistencia y consejos, encontrarte, Señor, y seguirte sin pérdida ni equivocación.

Eso te pedimos en este humilde espacio de oración. Luz y buen discernimiento en el Espíritu Santo, para caminar seguro y escuchar sólo tu Voz. Saber distinguirla de todas esas voces que tratan de confundirnos y de ofrecernos pastos, aparentemente verdes y apetitosos, pero que pronto son destruidos por las llamas del vacío y el sin sentido. Pastos verdes por afuera, pero huecos y podridos por dentro. Pastos que destruyen y aniquila nuestra esperanza y nuestra vida.

¡Señor!, queremos oír solamente tu voz y a ella obedecer rápidamente. Queremos seguirte sólo a Ti, porque Tú eres el Pastor verdadero de nuestra vida y el que entra por la verdadera puerta de nuestro particular redil de nuestro corazón, y el que nos da la  Vida, verdadera Vida en abundancia.

Te pedimos que nos fortalezca y nos dé sabiduría para saber escucharte y también seguirte. Porque contigo, Señor, estamos seguros y confiados, pues Tú, Señor, eres nuestra verdadera Puerta y Pastor. Amén.

sábado, 6 de mayo de 2017

ORACIÓN Y OBRA

No tendría sentido tener una vida de oración y otra de obras. Es decir, rezar y no obrar; o, no rezar y obrar. Ambas actitudes están cojas. Porque la vida sin oración se contamina, y la oración sin vida queda hueca y vacía.

Es, pues, necesario que nuestra oración tenga eco, y ese eco se derrame en frutos que alivien y beneficien al hombre. La oración, si no tiene en el horizonte el bien del hombre deja de ser verdadera oración para convertirse en idolatría y apariencia.

Adorar significa postrarse a los pies de alguien para seguir sus enseñanzas, su doctrina y mandatos. Adorar a Dios significa ponerse a sus pies y entregarse a su estilo de vida y a sus enseñanzas e indicaciones. Luego, relacionarse con Él es abrirse a sus enseñanzas e ir aprendiéndolas y practícándolas en el camino de tu propia vida.

Para eso está y se ha quedado el Espíritu Santo. No se ha quedado de forma pasiva, sino que actúa constantemente en nosotros con nuestro permiso libre. Ahí entramos cada uno de nosotros para ponernos a su disposición y dejarnos guiar por su Sabiduría.

Y eso es lo que te pedimos hoy, Señor. Abrirnos a tu Corazón y a tu Gracia. Y te suplicamos que transformes nuestras vidas según tu Voluntad y no la nuestra. Amén.

viernes, 5 de mayo de 2017

ANUNCIANDO AL SEÑOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA


Toda oportunidad es buena para anunciarte. Porque cuando estamos mostrándonos atento, servicial, oyente y dispuesto a la ayuda, estamos amando. Porque amar es buscar el bien de todos los hombres. Un bien que se esconde en la justicia, en el respeto, en la verdad y la igualdad. Un bien que se concreta en el amor, que significa todo lo dicho anteriormente.

Cada instante de nuestra vida es bueno para relacionar y enlazar a los hombres con Dios. Y lo haces cuando tu vida respira comunión con Dios; lo haces cuando tu relación con los demás está fundamentada y apoyada en Dios. Tus palabras y tus obras le anuncian y le transparentan. Porque, Dios está en tu vida y en la de los demás. Sólo tenemos que estar atentos y disponibles para dejarnos guiar por el Espíritu Santo.

Esa es tu predicación, coherencia de vida y de palabra. Y también de pensamiento. Cuando se presenta descoordinación entre unos y otras, todo parece debilitarse y no transmitir. Y es eso lo que, precisamente, Señor, te venimos a pedir hoy. Coherencia entre nuestras palabras y nuestras vidas.

Que sepamos dar verdadero testimonio de tu Palabra con nuestra palabra y vida. Porque, Tú eres el Pan de Vida que nos da verdadera Vida Eterna. Amén.

jueves, 4 de mayo de 2017

EXIGIENDO PRUEBAS

Queremos que sus explicaciones y pruebas nos convenzan y nos saquen de toda duda. Queremos vivir tranquilos y estar seguros de nuestra salvación, pero desconfiamos de la Palabra del Señor. Pruebas no nos faltan, pero no damos el brazo a torcer. Queremos y exigimos más y más. Y cuánto más nos den, más seguiremos exigiendo. Cuando no los de aquí, lo harán los de allá.

Ante todo esto, Jesús nos dice: «Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».

El mundo no responde a nuestros interrogantes. Aquí sabemos que no nos quedaremos y que la muerte nos espera. Nuestra esperanza, pues, está en Manos del Señor, que nos dice que Él es el Pan de la vida y quien coma de ese Pan vivirá eternamente. Más esperanza no se puede dar. Ahora hace falte fiarse, tener fe y confiar en su Palabra.

Pidamos esa Gracia, porque razones y pruebas hay. Las Escrituras lo dicen: Está escrito en los profetas: serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. Y tratemos de esforzarnos en escuchar al Padre y de estar, siguiendo los pasos de su Hijo, cerca de Él. Esa es la ruta y el camino. Jesús, el Hijo, el enviado nos lo dice muy bien: En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida.

Pidamos al Señor que nos fortalezca y nos dé la Gracia de la Fe. Esa fe que nos mantenga siempre en perseverante camino hacia la Casa del Padre. Amén.

miércoles, 3 de mayo de 2017

¡ABREME LOS OJOS, SEÑOR, PARA QUE VEA!

Posiblemente, eso no lo pensó el hermano mayor del hijo pródigo. Él llevaba mucho tiempo junto a su padre, pero no estaba en el corazón de su padre. El estar junto a una persona no significa que conozcamos bien a esa persona. Incluso, ni que sepamos quien es esa persona. Tampoco, el hermano menor llegó a conocer a su padre y a, arrastrado por la ambición y placeres de este mundo, se alejó del padre.

Igual sucedió con los discípulos de camino a Emaús, y de tantos otros. Estamos, quizás, junto al Señor, pero no le vemos, y menos le conocemos. Unos porque están bastante lejos e imbuidos por las cosas de este mundo; otros, porque, estando dentro, no experimentan la cercanía con el Padre, que les ama y les salva. La cuestión es preguntarnos nosotros mismos, ¿dónde estamos y qué experiencia tenemos?

Porque sólo hay una respuesta y una consecuencia. Estar y ver al Señor es vivir en el esfuerzo de amar y de esforzarnos en salvar a los demás. Salvarlos en la medida de, con tu palabra y con tu vida, proclamar el Evangelio y dar a conocer el mensaje de salvación que Jesús, el Hijo de Dios, viene a presentarnos. Y eso se ve y se nota, y en esa misma medida se propaga.

Por eso, Señor, empiezo mi humilde reflexión suplicándote que abras mis ojos y llenes de luz mi corazón para que pueda verte y experimentar tu Amor. Porque Tú, Señor, eres el Rostro del Padre, y quien te ve a Ti ve también al Padre. Y a Ti, Señor, te recibo cada día, e incluso te llevo a alguna persona enferma para que también te reciba. Ábreme mis ojos y dame toda la luz que necesito para experimentar dentro de mi pobre corazón tu presencia, tus caricias, tu amor y misericordia.

Me fío y me abandono confiado en tu Palabra, Señor, y te lo pido con todas mis fuerzas: «todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

martes, 2 de mayo de 2017

EL PAN DE VIDA

Señor, este mundo es un mundo caduco. Un mundo de hambre y sed material que no satisface plenamente y que nos mantiene siempre ansiosos e infelices. Un mundo de espejismos, que no liberan sino someten y esclavizan. Un mundo de engaños y mentiras que seducen y traicionan y lleva al hombre a la perdición.

No está la vida en este mundo, pues todo lo que hay en él la amenaza de muerte. El trabajo es un medio digno de, con el sudor de su frente, ganarse el pan material de cada día. Un pan que se necesita para vivir, pero que sólo es el medio para alcanzar el Pan verdadero. El Pan espiritual que trasciende y nos da la Vida Eterna. 

Hay un gran peligro, y es quedarnos sólo con el valor de lo material. Porque lo material tiene sus días contados. El hombre necesita una aspiración superior que trascienda y le dé esperanza. Ese es Jesús, que nos dice: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».

Pidamos ese Pan esforzándonos en permanecer y perseverar al lado de Jesús. En Él encontraremos el alimento y la fortaleza para continuar siempre por el buen camino y no desfallecer. Permanezcamos en la Iglesia, nuestra Madre, para que junto a ella vivamos en la esperanza junto a los hermanos que nos acompañan y en los que nos apoyamos.

Pidamos que la Gracia de la Fe nos inunde y nos mueva a creer y fiarnos de la Palabra de Dios. Y que esa fe sea consecuente y nos lleve a la vivencia del amor y de la misericordia. Amén.

lunes, 1 de mayo de 2017

LA CLAVE DE LA FE ES PEDIRLA

No podrás comprender el Misterio de Dios, entre otras razones porque tu inteligencia y razón no alcanzan para eso. ¿Qué te has creído? Ahí se esconde tu soberbia significada en el diluvio, Babel, el hombre rico y muchas escenas más. Las escrituras te van revelando que Dios se resiste a los soberbios y se da a los humildes. María es el primer eslabón de esa cadena que queda llena de Gracia por su humildad.

La fe no entra por méritos, ni tampoco por esfuerzos. No podemos alcanzarla ni tampoco merecerla. La fe es pura Gracia de Dios, y como tal hay que suplicarla, pedirla  y esperar postrado ante la Infinita Misericordia de Dios. El creyente nunca puede desanimarse. Siempre estará suplicante, expectante, esperando y paciente. Sabe, humildemente, que no la merece y que todo es regalo y Gracia de Dios. Por lo tanto, no debe ni puede desesperarse, pues no tiene ninguna razón para ello.

Necedad e ignorancia, aquellos que exigen y hasta se rebelan contra el Amor de Dios. Ciegos y necios aquellos que le rechazan y le piden cuentas, y le exigen pruebas y milagros o hechos extraordinarios que les hagan ver y comprender. La fe es pura Gracia de Dios y, como tal, hay que rogarla, pedirla, suplicarla y esperarla pacientemente. Sin desfallecer, sin desanimarse y sin impacientarse.

Eso no significa que nos suceda y nos debilite. Ese es nuestro pecado. Pero, sepamos también que nuestro Padre Dios es Misericordioso y nos perdona y nos acoge. ¿Por qué lo decimos? Porque nos lo ha revelado y comunicado Jesús, el Hijo. Sí, ese que de Él ha recibido la Sabiduría para decirlo, aunque se haya presentado como el Hijo de José, el carpintero, y María, la sencilla y humilde. 

Realmente necesitamos creer en su Palabra e insistir para que, por su Gracia y méritos, Él si la alcanza y por Él la recibimos, nos revista de la Fe y podamos, abiertos nuestros ojos, comprender y entender el Amor de Dios que nos salva por los méritos de su Hijo. Amén.