Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 21 de diciembre de 2020

MARÍA, MADRE Y SEÑORA DE LA HUMILDAD

 

Quiero, Madre, ser humilde como tú, y disponer mi vida para servir como tú, que olvidándote de ti misma y poniéndote, después de recibir ese Inmenso halago y tal alta dignidad de ser la elegida  la Madre del Mesías, del Hijo enviado por Dios, para liberar al hombre de la esclavitud del pecado, al servicio de tu prima Isabel. Y lo haces de forma desinteresada, gratuita y entregada, buscando servir y ayudar.

Un servicio que yo también quiero realizar en y con mi vida. Pero, un servicio desinteresado y proporcional a mis capacidades y talentos recibidos. Porque, sucede, Madre, que me empeño en ser más de lo que puedo ser, y en hacer lo que no puedo hacer. Y en eso, tú, Madre, me enseñas con tu ejemplo y plena humildad.

Tú, Madre, que eres la elegida para ser la Madre del Hijo de Dios, en lugar de echarte flores y vanagloriarte y subirte al pedestal de la vanidad, engreimiento y suficiencia, te has humillado y alegrado en el Señor proclamando su grandeza. Yo, Madre, también quiero responder así a la llamada que Dios ha elegido para mí, hacerlo como tú, Madre, con verdadera humildad y alegría. Intercede, Madre, para que así sea. Amén.

martes, 25 de febrero de 2020

NECESIDAD DE CAMBIAR MI CORAZÓN

Quizás no nos demos mucha cuenta, pero nuestro corazón está apegado a las cosas de este mundo. Y mientras siga apegado seguiremos sufriendo. ¿Por qué? Porque, siempre queremos más, siempre queremos más comodidad, más satisfacciones y más de todo. Lo decimos en esa canción de "todos queremos más..." Desapegarnos nos cuesta mucho porque, entre otras cosas, va contra nuestra propia naturaleza egoísta y herida por el pecado. Es la lucha de cada día contra nosotros mismos.

Y no hay otro camino sino el de cambiar nuestro corazón. Evidentemente, necesitamos cambiar nuestro corazón egoísta y materializado por un corazón desprendido, suave, humilde, manso y dado al servicio de los demás. Y eso no está en nuestras manos porque somos débiles y pecadores y estamos inclinados al egoísmos. No podemos contra nosotros mismos por la debilidad del pecado. Necesitamos, Señor, tu Gracia para poder cambiar nuestro corazón según tu Voluntad.

Es eso lo que hoy te pedimos, Señor. Tener un corazón suave, manso, humilde y desprendido de estas cosas terrenales, que, aunque las necesitamos y debemos prestarle atención, no son las definitivas ni las de mayor importancia, porque siempre, Señor, siempre Tú tendrás la última Palabra. Por lo tanto, Señor, te pedimos un corazón nuevo, fortalecido en tu Gracia y desprendido para estar siempre disponible para el servicio. Amén.

jueves, 16 de mayo de 2019

EL PODER DEL SERVICIO

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Lamentablemente sabemos que Jesús ha venido no a ser servido sino a servir, pero, al parecer, el hombre, incluso creyente no está por la labor. Usamos nuestro poder para ser servidos y no para servir. Por eso, el poder explota y se sirve de los débiles y nacen las injusticias y los abusos. 

Hoy queremos pedir para que el hombre y la mujer se pongan al servicio los unos de los otros. Empezando por aquellos que están más dotados y que la vida, quizás les haya dado más oportunidades de formarse o de desarrollar sus habilidades y talentos. El mayor poder es servir a los más pequeños y necesitados. Es eso lo que nos encargó Jesús y es eso lo que queremos pedirle que nos ayude a cumplirlo.

Nuestra naturaleza está muy herida por el pecado y nos sentimos muy atraídos por la comodidad, por la pereza, por pasarlo bien egoístamente y nos cuesta, por el contrario, fijarnos en el que sufre, y nos complica la vida tratar de servirle. También nos cuesta humillarnos cuando nos creemos mejor que otros. Por todo ello, Señor, sabiendo nuestras debilidades, te pedimos que nos des un corazón humilde y disponible para entregarnos a servir a los más pobres y débiles, y con nuestro testimonio mostrarle el camino para que lleguen a tu encuentro.

Danos Padre la gracia de saber acoger a tus enviados y estar abiertos a su Palabra y ponerla en práctica. Danos la sabiduría y la humildad de estar disponibles y en actitud tanto receptiva como activa para corresponder con el mismo ímpetu y entusiasmo a ser transmisores de esa Palabra con nuestro ejemplo y testimonio. Te pedimos esa gracia, Señor, para corresponder a tus enseñanzas y a tu ejemplo de servicio. Amén.

domingo, 21 de octubre de 2018

YO TAMBIÉN BUSCO LA GLORIA AQUÍ ABAJO

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Sería absurdo por mi parte negar que también a mí me gustan los primeros puestos. Quizás lo puedo ocultar, pero Dios lo sabe todo y a Él nada se le oculta. Por lo tanto, pura necedad el sostener tu mentira o apariencia. Recuerdo siempre que Dios es mi público y, aunque nadie me vea, Él siempre está presente en mi vista y sabe lo que hago y pienso en lo más profundo de mi corazón. Sabe exactamente que hago ahora y que derramo en estas humildes palabras y pensamientos en este rincón de oración.

Incluso, donde yo mismo no llego a entenderme, Él sabe el por qué y para qué. Así que, Señor, mejor abrirme a tu Misericordia y, postrado ante Ti, suplicarte para que alivies mi contaminado corazón y lo purifiques de toda ambición y vanidad de este mundo. Renuévame por dentro y convirtiendo mi corazón viejo en uno creado nuevo llénalo de bondad, de humildad y de servicio desde los últimos puestos. 

No es fácil ser humilde. Lo repetimos con frecuencia hasta el punto que perdemos el significado de lo que decimos, pero la humildad es olvidarte de ti, de tus caprichos, de tus proyectos e ideales y darte para hacer el bien a los demás. Y precisamente a los que más te cuesta amar. Humildes para, desde ese rincón olvidado de tu corazón, servir y amar. Y eso sólo lo puedes hacer Tú, mi Señor y Dios mío.

Por eso te lo pido. Quisiera que fuera el mejor regalo de estos días, de, sin saber cómo, experimentar el impulso de servir. Un servicio de escucha, atención, humildad, disponibilidad, comprensión y entrega. Un servicio como Tú, mi Señor nos enseñas. Amén.

domingo, 5 de noviembre de 2017

DESPÓJAME, SEÑOR, DE MI SUFICIENCIA

No es esa mi intención, pero, posiblemente, estoy sujeta a ella. Hablo de la tentación de suficiencia. Todos podemos considerarnos maestros y nos gusta ser halagados y reconocidos. Hasta cierto punto lo necesitamos, porque eso forma parte del amor. ¿A quien no le gusta ser amado? Y ser amado significa ser querido, reconocido, tenido en cuenta, escuchado, dado en importancia...etc. Pero, quedarse en eso y dejarse consentir por sus dones y virtudes es ya otra cosa.

Porque, cuando se tiene es para darse en servicio. Dios llama al que tiene, porque sabe lo que le ha dado. Y lo llama para que eso que le ha dado, o le va a dar, no se lo guarde, sino que lo ponga al servicio de la comunidad. Es entonces cuando se aclara todo; es entonces cuando te das cuenta que tú no eres nada, sino todo te viene de arriba; es entonces cuando descubre que dar es la cuestión, y quien da recibirá el ciento por uno.

Esa es tu esperanza, saber que recibirás cien veces más que lo que estás dando aquí abajo. Menuda fortuna te espera. Eso te invade de alegría, de esperanza, de gozo y felicidad, ya incluso eterna, porque te va a acompañar durante todo tu paso por este mundo, y cuando llegues al otro, será una explosión de gozo y felicidad que no podemos imaginar.

Por eso, Señor, te pido que me despojes de mis suficiencias y honores. No quiero recibir nada, sino ser tu humilde servidor en los hermanos. No quiero títulos ni nombramientos, sino la sabiduría de tu Palabra para, humildemente y para tu Gloria, derramarla en los demás. Porque, sólo Tú, Señor, eres Santo y sólo Tú mereces alabanzas y adoración. Tú eres el Señor y a Ti solamente hay que seguir y escuchar.

Danos esa fortaleza y sabiduría, como tu Madre, María, también nuestra Madre, para, cogidos de su mano, saber caminar el verdadero camino de humildad, de sencillez, de pobreza, de servicio y entrega a todos los hombres. Amén.

jueves, 11 de mayo de 2017

MAESTRO Y DISCÍPULO

Posiblemente te sorprendas cuando ves a alguien, al que consideras más que tú, servirte desinteresadamente y de la forma más humilde posible. Lavar los pies era lo último que se podía esperar, reservado a los más bajo, esclavos y personas muy humildes, en el sentido literal de la palabra. En aquella época y sigue considerándose hoy. No es por tanto de extrañar que Pedro se opusiera en principio a ser lavado por Jesús.

Con este gesto, Jesús nos da a entender, no sólo con palabras, sino también con hechos, lo que quiere de nosotros. Y ese es el camino. No hay otro. Lo sabemos y lo decimos por activa y pasiva. Y, también, experimentamos lo difícil que es llevarlo a la vida. Son esos momentos cuando experimentamos lo débiles  y frágiles que somos, y que, sólo en el Señor, podemos emerger y sostenernos en el amor.

Esa es nuestra oración constante. No podemos con el amor. Nos supera y nuestra naturaleza caída se derrumba ante el mal recibido por otra persona. Las ofensas recibidas nos pueden y nos resulta imposible perdonarlas. ¿Qué hacer entonces? Simplemente confiar. Confiar y esperar en la Gracia del Espíritu Santo que nos asiste, auxilia y acompaña. Perseverar y abrirnos a su acción con paciencia y esperanza. 

Es el ejemplo que ayer, en su audiencia, nos ponía el Papa Francisco. La Virgen María es un testimonio y ejemplo de fidelidad, de obediencia, de sosternerse en la adversidad y en confiar en la acción de Dios. Y, también nosotros, en ella, debemos buscar fuerza y ánimo para, confiados en el Espíritu Santo, continuar el camino esperanzados y confiados.

Pidamos esa Gracia y confiemos que el Padre, por los méritos de su Hijo y en su Nombre, nos la dé, para que perseveremos obedientemente confiados en su Palabra y unidos en la Iglesia con el Papa Francisco a la cabeza. Amén.

martes, 13 de septiembre de 2016

BAUTIZADOS EN UN MISMO ESPÍRITU



Tras nuestro Bautismos quedamos incorporados al Cuerpo de Cristo. En Él formamos un sólo Cuerpo y cada uno de nosotros somos sus miembros. Y cada miembro ha de tener su función propia. Pablo, en su carta a los Corintios 12, 12-14. 27-31a. nos describe esta realidad. La pregunta que nos surge ahora es descubrir cuan es nuestra misión como miembro de ese Cuerpo de Cristo.

Y en esa actitud y necesidad te pedimos, Señor, que nos ilumines y nos des la sabiduría de descubrir nuestras actitudes y cualidades recibidas, es decir, nuestros talentos, para ponerlos al servicio de los demás. Porque, ocurre, que muchas veces queremos hacer las funciones que son para otros y para la que nosotros no estamos preparados. Es de vital importancia saber cual es mi misión y para la que he sido vocacionado.

Porque todos no vamos a ser apóstoles, a hacer milagros, ni a curar enfermedades, ni a ser maestros...etc. Cada cual tiene su empeño y su misión, porque se trata de todos ser misioneros, pero de diferentes clase de misiones. No todos podemos estar en lugares recónditos, inhóspitos, lejanos o cercanos. También en la ciudades, en los pueblos, en las parroquias y en todas partes se necesitan misioneros.

Y en cada lugar hay multitud de servicios y necesidades. De modo que hay que estar en las escuelas, en los hospitales, en las parroquias, en los trabajos, en el ocio y diversión, en las acogidas, en las enfermedades, en y con los marginados, pobres, descarriados...etc. Hay muchos carismas, y descubrir cada uno el suyo es la mayor y más hermosa tarea que tenemos. Descubrirlos para ponerlos al servicio de los demás.

Por eso, Señor, te pedimos que nos enseñes a ser compasivos y a darnos cuenta, como te ocurrió a Ti con esa pobre viuda de Naim, de las necesidades de los que se cruzan en nuestros caminos y en nuestras vidas. amén.

lunes, 25 de julio de 2016

UNA CRUZ DE SALVACIÓN



No parece la cruz lo que aparenta, porque en lugar de servirnos para doblegarnos y matarnos, la Cruz, desde la Muerte del Señor Jesús se ha convertido en Cruz y signo de Salvación. La Cruz representa el signo por excelencia, para los cristianos, de Salvación, porque por ella y en ella Jesús, el Hijo de Dios, con su Muerte y Resurrección ha ganado, para lo que creen en É,l la Resurrección Eterna.

Por lo tanto, nuestras cruces, aunque no cruentas, son oportunidades para alcanzar la Santidad y la Salvación Eterna. Y cruces hay muchas en nuestras vidas. Y de todo tipo, desde la enfermedad hasta la entrega a los necesitados y disminuidos. La Cruz es signo de triunfo sobre la muerte y cuando la abrazamos, abrazamos también la vida.

Por eso, Señor, hoy queremos pedirte que nos des la fuerza y sabiduría de abrazar nuestra peculiar cruz. La de aceptarnos tal y como somos; la de aceptar la enfermedad y los problemas que la vida nos presenta; la de entender y aceptar nuestro servicio y entrega a los que lo necesitan, sobre todo a los más desposeídos y excluidos. Y la de comprender que en la entrega y servicio a los demás cumplimos tu santa Voluntad. Amén.

martes, 31 de mayo de 2016

MARÍA, PRONTA A COMPARTIR Y SERVIR



Como si de una misma cosa se tratara, María, simultáneamente, al recibir la noticia de ser elegida la Madre de Dios, decide también disponerse a compartir y servir. Como si en ese mismo momento comprendiera que acoger al Señor y darle un Sí decidido y dócil, es lo mismo que decidirse a servir. María nos enseña en cada momento, pues sus gestos y movimientos son escuela de obediencia y cumplimiento de la Voluntad de Dio.

Seguir a Jesús es asumir una vida de servicio. Nos lo decía el Papa Francisco en su homilía jubilar de la Misericordia del domingo 29 de mayo. Y María nos lo adelanta desde el principio, como si entendiera a la perfección la anunciación del Ángel Gabriel y la Voluntad de Dios.

Todo el amor que puedas dar no lo podrás expresar sino con el servicio. Son dos momentos y actitudes que están unidas. Si amas a Dios, estás en ese mismo momento amando al prójimo. Y si te falla alguno de los dos, estás mintiendo. De la misma forma, amar y servir permanecen unidos hasta el punto que si no hay servicio, no hay amor. Y María, recibida la noticia, se abaja, se hace humilde, primera condición para estar dispuesto a servir, y corre a casa de su prima Isabel para, a parte de compartir el gozo y la alegría de ser madres, servirla.

Gracias, María, por esas hermosas lecciones desde los primeros instantes de la anunciación. Gracias María porque eres Fuente de Vida Eterna, porque la Vida en ti creada no es Vida que acaba, sino Vida Eterna. Y si somos creados semejantes a nuestro Dios, Trino en Personas y una sola Naturaleza, también seremos eternos y creados para amarnos. 

Te pedimos, María, que intercedas para que los jóvenes de nuestro tiempo descubran el valor de la vida y lo que significa dar vida. Te pedimos, María, Madre de Dios, que te intercedas a tu hijo, como en aquella boda de Cana, para que los jóvenes matrimonios sepan dar vida como fuente de amor que nos hace semejantes al Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

jueves, 26 de mayo de 2016

SÓLO TÚ, SEÑOR, PUEDES ABRIR MIS OJOS



No puedo encontrar solución a mi vista sino estás Tú, Señor, en mi vida. Porque mis ojos, enfermos por el pecado, sólo pueden ver el egoísmo, la individualidad e indiferencia y se llenan de poder y riqueza. Y en este mundo en el que vivo, contagiado por la ambición y la soberbia, mi vista está oscurecida e impedida para verte, Señor, en los hombres necesitados de consuelo, de fraternidad y amor.

Y cada día que pasa, Señor, mi corazón late de desesperación por no verte más claro y por no derramar más ternura en todas aquellas personas que la necesitan. Porque en ellas Tú apareces como el necesitado, y yo como el ciego que no te ve. Dame, Señor, como a Bartimeo la vista de poder ver y amar. Ver donde están las necesidades, y amarlas para poder en parte mitigarlas.

Y grito y grito, Señor, para que abras mis ojos y me des la fuerza necesaria para, en la humildad y el servicio, darme sin condiciones. Espero, Señor, que alumbres mi vida con los ojos de la Verdad, y me llenes de sabiduría para darme con verdadero amor por tu Amor.

Sé que no merezco tu Perdón y Misericordia, pero por la Palabra que nos has revelado en tu Hijo Jesús, y por los méritos de su Muerte y Resurrección, nos perdona y nos das tu Misericordia. Gracias, Señor, por tanto Amor. Quiero responderte y te pido para ello que me llenes de tu mansedumbre y de humildad, para, al menos, esperar confiado en tu Poder y aceptar lo que Tú decidas y cuando lo decidas.

No permitas que mis ojos se cierren sin ver la claridad de tu Verdad y tu presencia en los demás, y enséñame a descubrirte en los hermanos. Y no sólo darme cuenta, sino saber con paciencia y humildad atenderte, escucharte y servirte. Amén.

miércoles, 25 de mayo de 2016

LA CRUZ SIGNO DE SALVACIÓN



Parece una contradición, pero sin cruz no hay salvación. Y eso parece más escándalo que salvación. Claro, todos entendemos que la salvación es vivir bien, cómodamente y sin preocupaciones. Ser feliz no está relacionado con el dolor y sufrimiento. ¡De qué felicidad entonces nos habla Jesús?

Lo primero que hay que hacer, al menos yo, es confiar en Jesús. Su Palabra es Palabra de Vida Eterna, y Él nos revela el Amor de su Padre, y que le ha enviado para salvarnos. Entonces, aunque a ti y a mí nos parezca escandaloso lo que dice, démosle nuestra confianza y nuestra fe. Eso, en principio, se llama creer en Él y en su Palabra.

 La parábola del hijo pródigo nos puede ayuda a entenderle. Él nos la ha explicado de forma muy sencilla y clara. El pecado del hijo menor, rechazando la Vida y el bienestar que le había dado su padre tuvo su cruz y tuvo que sufrirla y cargarla hasta cierto tiempo, donde creció en humildad y arrepentimiento contrito, hasta que, movido por el amor del Padre y la acción del Espíritu, regresó a casa.

También nosotros hemos pecado, y tendremos que superar esa cruz de nuestra humanidad limitada por el pecado. Para eso ha venido Jesús, a revelarnos y darnos el Amor del Padre, y a fortalecernos para superar la esclavitud del pecado. Ahí empieza nuestra salvación, cuando comprendemos y aceptamos cargar con nuestros propios pecados y, entregados al Padre, en su Hijo, Jesús, dejar que sean limpiados por su Amor y perdonados por su Infinita Misericordia. Somos el pródigo de la parábola cuando no queremos aceptar ese camino de cruz de regreso a la Casa del Padre.

Pero también, quizás, somos el hermano mayor cuando nos enfadamos porque otros, hermanos nuestros también, aceptamos la cruz de nuestros pecados y, humillados ante el Padre, nos abandonamos a su Amor Misericordioso. Pidamos esa sabiduría de la humildad y el arrepentimiento, para, ser servidores y acogedores de todos aquellos que, como nosotros, decidan emprender el regreso a la Casa del Padre. Amén.

martes, 17 de mayo de 2016

UN MENSAJE DIFÍCIL DE CREER



No es fácil creer a alguien que te habla de morir y resucitar. No es nada fácil, hasta el punto que la vida te lo va demostrando al descubrirte que muchos, bastantes muchos, se resisten a creerselo. Incluso, sus propios amigos, que le acompañaron durante tres años y presenciaron sus Obras y escucharon sus Palabras, no entendían nada y les costó mucho comprenderle.

Y, añadido a todo eso, el mundo en el que vivimos. Un mundo lleno de tentaciones, de suculentas ofertas y sugerentes propósitos. Un mundo hecho para seducirte y engañarte; un mundo donde todo parece atraerte y prometerte felicidad y dicha; un mundo donde tú eres el centro y todo gira a tu derredor y en pos de ti; un mundo pasional, atractivo y apropiado para triunfar y alcanzar éxito. Un mundo hecho a tu medida, pero que nunca llegas a tocar porque, como un espejismo, se desase en poco tiempo y su destino es la caducidad.

En todo ese contexto, Jesús de Nazaret, un aparente hombre sencillo, lleno de vida y de esperanza, te habla de forma inigualable, con una autoridad que sorprende y que cautiva, de la Vida Eterna. Del triunfo de la Vida sobre la muerte, y del gozo de vivir en el Amor pleno eternamente. Y, no sólo te habla, sino que te ofrece esa oportunidad de que tú también goces de esa promesa y ese regalo. Es más, te confiesa que ha venido expresamente a beso, a darte Vida Eterna junto a su Padre.

Imposible creerlo. Es mucho para el hombre despistado y ensimismado con la basura de este mundo. Porque comparado con lo que te habla Jesús, aquí abajo no hay sino basura disfrazada de piedras preciosas. Pero, Jesús, no se queda sólo en Palabras, sino que hace Obras, te lo demuestra, y en nombre de su Padre, cura, da de comer , resucita y es Resucitado por su Padre de la muerte que le han dado los hombres que se resisten a escucharle.

Y, eso no lo dice nadie, sino que Él mismo te lo explica: En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban caminando por Galilea, pero Él no quería que se supiera. Iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará».

Y mil novecientas ochenta y tres años después, aproximadamente, estamos experimentando que todo eso, tal como lo había dicho Jesús, ha sucedido. Pero, nosotros, hombres tan inteligentes, seguimos, muchos, sin creernoslo. Pero hoy, ya no podemos más Señor, vamos a romper una lanza y a pedir por todos los que siguen negándote y se resiste a creerte. 

Sí, Padre, te pedimos por los que están alejados, por los que todavía no te conocen, por los que todavía no quieren oír hablar de Ti, y por tantos, como nosotros mismos, que, estando a tu lado, estamos más cerca del hermano mayor del pródigo (Lc15, 11-32) que de la hemorroisa (Mc 5, 25-34). Danos, Señor, la Gracia de comprenderte y de convertirnos, como los apóstoles, en fieles seguidores capaces de vivir en tu Palabra e imitar tu Vida. Amén.

martes, 20 de octubre de 2015

SERVIR + SERVIR + SERVIR= AMAR



Nuestro Señor Jesús no vino a traer una solución, sino a traer la única y verdadera Solución para el mundo y para la convivencia justa y en paz para todos los hombres. El amor arreglaría todo, porque amar es servir, y servir es desear lo mejor y el bien y la verdad para todos los hombres. Y en esas coordenadas todo quedaría arreglado, porque todos pondríamos nuestras riquezas y nuestros talentos al servicio de todos los hombres.

Y estando todos en la misma actitud, amándonos, es decir, sirviéndonos, díganme, economistas, políticos y demás eruditos y profesionales del mundo, ¿qué problemas tendríamos? Sería simplemente cosas de dar cauce y forma a la vida laboral y social, que haciéndolo desde el amor, es equivalente a hacerlo desde la justicia y la verdad. ¡Claro!, eso molesta a los que piensan de otra forma, y buscan, no servir, sino servirse de los demás. Pare ello necesitan someterlos y esclavizarlos, e intentan vivir en un mundo de fuerzas de poder y riquezas.

Y aparecen las injusticias, las mentiras, las desigualdades, las explotaciones y esclavitudes. Y se empeñan en decir que el amor es mentira, y que la Palabra de Dios es también mentira. No es nada nuevo, porque eso ya lo decían también en tiempo de Jesús y a Jesús. Y siempre lo han dicho aquellos que buscan vivir en la mentira. Tratan de confundir y de hacer ver que la verdad es mentira. Así pueden confundir y conseguir sus objetivos.

Hoy, desde este humilde rincón de oración, pedimos luz y fuerzas, para no desfallecer y continuar en la lucha por mantener la actitud de servir, y de construir en el servicio un pueblo más justo y verdadero. Servir que es también aceptar. Aceptar tus limitaciones, tu pobreza, tu circunstancias y conformarte con lo que has recibido. Siempre deseando progresar, pero nunca más de lo necesario para vivir y alabar a Dios, ni para atesorar riquezas y bienes que le falten a otros.

¡Señor!, te pedimos esa Gracia, que nos ilumine, nos mentenga vigilantes y nos descubra que el verdadero camino por donde encontraremos la verdadera felicidad se esconde en el Amor.

domingo, 18 de octubre de 2015

CUANDO TE DISPONES A SERVIR TE OLVIDAS DE TI



La cuestión es que servir exige renuncias y olvido de ti mismo. Hablamos del servicio voluntario, del servicio sin gratificaciones, del servicio ofrecido simplemente por amor. Porque cuando trabajas por gusto, como decimos vulgarmente, lo haces por amor. No puedes encontrar otra razón, aunque no lo entiendas ni lo sepas.

Todo lo que haces, voluntariamente y gratuito, por tus hijos y familias, ¿por qué lo haces? ¿Por amor al arte? Lo haces por el compromiso que tienes con ellos. Pues bien, eso se llama amor. El amor es un compromiso. Es lo que nos dice Jesús hoy en el Evangelio. Él ha venido a darnos su vida para salvarnos, y lo hace de forma voluntaria y por amor, siguiendo la Voluntad del Padre.

También a nosotros se nos pide lo mismo. Servir por amor, no por ambición de poder y riquezas. Pero nuestra condición humana, y, por tanto, pecadora, nos lo pone muy difícil. Ya cayeron en la trampa los apóstoles. Sobre todo, Santiago y Juan, y también todos nosotros. Y eso puede resultar ser bueno, porque esa debilidad nos hace depender del Señor; nos hace necesitar al Señor; nos hace seguir al Señor y dejarnos invadir por la acción del Espíritu Santo, para que nos ayude, nos asesore y nos guíe por el camino de la renuncia y el servicio.

Pidamos al Señor las fuerzas necesarias para renunciar a todo interés y beneficio que obstaculice nuestra actitud despegada de servir a los demás, sobre todo a nuestros enemigos. Danos, Señor, la Gracia de poner todo nuestro entusiasmo en servir a tu estilo, renunciando a nuestros apegos y apetencias.

Es fácil decirlo y suena muy bien, pero somos conscientes de lo difícil de llevarlo y vivirlo en nuestra vida. Por eso, sabiendo nuestras debilidades y pecados, te pedimos, Señor, que nos ayudes a servir como a todos nosotros nos gustaría. Amén.

martes, 6 de octubre de 2015

NO ME DEJES MIRAR PARA OTRO LADO, SEÑOR



Ayer nos hablaba Jesús en el Evangelio sobre pedir, buscar y llamar, y hoy, siguiendo tu invitación, Señor, aprovecho para pedirte que no me distraiga con las cosas de este mundo, y aunque son buenas usadas de forma moderada, no debo perder de vista que lo verdaderamente importante es la escucha de tu Palabra y la vida abierta al servicio por amor.

Todo lo demás, aunque sea satisfactorio es temporal. No nos llena plenamente y nos esclaviza a habituarnos a su uso y a depender de ello. Perdemos nuestra libertad y nuestra voluntad de ponernos al servicio de lo verdaderamente importante, que es el servicio por amor. Ese es el ejercicio que debemos buscar, practicar y vivir. 

Y no lo podremos alcanzar sin la escucha atenta a tu Palabra, como hizo María, la hermana de Marta, y a la que Tú distinguiste ante la reclamación de su hermana. Nada hay más importante sino escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Esa es la mejor tabla de ejercicios físicos y gimnasia que podemos hacer para mantenernos en forma, pero fundamentalmente para salvarnos de verdad. 

Porque lo otro, siendo bueno, no nos sirve sino para un cierto tiempo. Todos nuestros esfuerzos serán vanos si no tenemos la Gracia del Espíritu de Dios, y para ello hay que escucharle y estar atento a su Palabra. Por eso, Señor, desde este rincón de oración, te pedimos la sabiduría de estar pendiente de tu Palabra cada día y de seguir las indicaciones que en ella nos sugiere e invitas a seguir.

Danos, Señor, la capacidad de discernir donde debemos poner todo nuestro empeño para crecer en sabiduría y gracia, y para servirte en el servicio a los hermanos. Danos, Señor, esa intuición sabia de elegir siempre la mejor parte para el cuidado de nuestro cuerpo y nuestra alma, que es tu Palabra y el ejemplo de tu Vida. Amén.

jueves, 15 de mayo de 2014

DIFICILMENTE COMPRENDEMOS ESTA CLASE DE AMOR



Se hace difícil comprender este gesto hermoso de Jesús. Nos cuesta doblar nuestro orgullo y suficiencia ante la sencillez, ignorancia o debilidad del otro. Es difícil y hasta imposible, diría, para nosotros amar al que consideramos inferior y menos que nosotros. No podemos y eso nos debe servir para experimentar la necesidad que tenemos de rezar y de dejar entrar al Espíritu Santo dentro de nuestro corazón.

No somos capaces de servir sin pedir nada a cambio. Nuestros favores son guardados para cuando la necesidad nos apremie y nos exige sacarlos a cuenta. Pedimos con la exigencia de ser correspondidos y, de no ser así, nos descubrimos engañados u ofendidos, guardando esa ofensa para utilizarla como venganza en la primera ocasión presentada.

Jesús nos presenta la actitud y el ejemplo a seguir, y nos previene de la dicha de cumplirlo. Sabe también, no se va a engañar, de nuestras debilidades, pero nos brinda su apoyo y ayuda. Y esa es nuestra esperanza. Estaríamos perdidos si confiamos en nosotros, pero en Él estamos redimidos y salvados. 

Gracias Señor por tu gran Misericordia y por tu Amor. En esa esperanza encuentro fuerza para la lucha de cada día y para el esfuerzo de abajarme a lavar los pies a mis hermanos. Amén.

lunes, 10 de marzo de 2014

SEGUIRTE ES ALIVIAR LA CARGA DE OTRO



No puedo afirmar que te sigo cuando no estoy disponible a aliviar la carga de otro. Otro que puede estar en mi propia familia, en mis amigos, vecinos o desconocidos. Otros que por las circunstancias de la vida están necesitados y perdidos. El amor contiene el perdón, y el perdón genera la conversión.

Sé, Señor, que esa es la pregunta que me vas a decir cuando esté delante de Ti. Sé que mi amor no te lo demuestro con la oración, con los rosarios o Eucaristías, sino con el servicio que dé a los que necesitan de mí y de mi amor. Es verdad que ese amor es alimentado con las oraciones y rosarios u otras formas de piedad, y sobre todo en las Eucaristías, pero si no se traducen en actos concretos de servicios y ayuda huelen a hipocresía y falsedad.

Dame Señor la sabiduría y la voluntad de vivir lo que recibo de tu alimento diario en mis humildes oraciones y Eucaristía. Fortaléceme y hazme desprendido para darme en generosidad, paciencia y perseverancia en servir y aliviar los sufrimientos de los más pequeño e indefensos.

Y, sobre todo Señor, que estas oraciones no pasen de largo y se diluyan en mi corazón, sino que se impregnen de tu Amor para que pueda repartirlo con mi vida entre los demás.

martes, 25 de febrero de 2014

NO SÉ POR DONDE EMPEZAR



Nos equivocamos con frecuencia porque, queremos seguir al Señor y hacer la Voluntad del Padre, pero no sabemos por dónde empezar. Y eso nos acelera, nos desespera y desconcierta, y el diablo, que no está de espectador, interviene a la menor oportunidad que tenga.

No debemos desesperar ni atorméntanos. Nuestro Padre Dios sabe lo que se cuece dentro de nuestro corazón y nos alumbrará el camino y nos presentará las oportunidades donde podamos demostrarle nuestras buenas intenciones. Paciencia y perseverancia que todo llega.

Lo verdaderamente importante es no perder el contacto, oración, con el Señor y tener disponible y abierto nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo que nos asiste y nos fortalece. Llegará la hora y el instante donde veremos la necesidad de hacernos pequeños, de entregarnos a la voluntad del cónyuge o del hermano o amigo o prójimo, siempre que no contradiga la Voluntad del Padre, y ese será el momento dichoso de decirle al Señor que estamos dispuestos a seguirle.

Esperamos confiados y esperanzados, Señor, que, con tu Gracia, podamos vencer nuestras apetencias, apegos y egoísmos para entregarnos sin condiciones a ser los servidores de los demás.

sábado, 21 de diciembre de 2013

SORPRENDE LA HUMILDAD

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Cada vez que uno quiere sobresalir y destacar obtiene resultados contrarios, porque es la humildad y el servicio lo que hace que el otro se sorprenda y le llame la atención. Si quieres ser notado, trata de que destaque tu disponibilidad, tu entrega y servicio, no tus méritos ni tu arrogancia. 

María fue elegida por ser la esclava, la humilde y sencilla, y eso derramó la Gracia de Dios en ella. Y lo afirmó cuando días después salió en disponibilidad de servicio y entrega a casa de su prima Isabel, en estado de buena esperanza según la Voluntad de Dios. Su decisión rápida y firme de visitar a su prima descubre una fe viva, activa y que se pone en camino.

Así, Señor, queremos nosotros actuar, como María, prontos a obedecerte y aceptar tu Voluntad. Danos esa Gracia que necesitamos para embriagarnos de humildad, de sencillez, de entrega, de servicio y caridad y transmitir con nuestra vida y palabras, tu Vida y tu Palabra salvadora.

martes, 12 de noviembre de 2013

PERDONA MI OSADÍA SEÑOR


Perdona Señor mi osadía y mi ignorancia; perdona mi presuntuosidad y mi atrevimiento; perdona mi arrogancia y mi vanidad. Porque, Señor, sabiendo mi condición humilde de esclavo y siervo, todavía tengo la osadía de pedirte recompensa y que me sirvas en muchas cosas que necesito.

Y, si no la recibo, me enfado y te amenazo con darte la espalda. Sí, Señor, muchos de nosotros, empezando por este que escribe, hemos experimentado esos deseos de rebeldía y de sentirnos mal tratados cuando no hemos recibido lo que creemos merecer. Nos hemos sentido mal cuando tus planes no son nuestros planes y te hemos pedido cambiarlos. Y si no ha sido así, nos hemos evadido con cierta indiferencia y disimulo.

Perdónanos Señor, porque siendo esclavos y siervos hemos pretendido ser servidos y recompensados cuando ya nuestra recompensa era cumplir con nuestras obligaciones y deberes para contigo. Ten, Señor, Misericordia con todos nosotros porque no merecemos ni ser tratados como esclavos, pues no hemos estado a la altura siquiera de esa servidumbre.

Danos, Señor, un corazón humilde y manso para sentirnos lo que verdaderamente somos y ser agradecidos con lo que ya hemos recibido gratuitamente. Simplemente por amor.