Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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sábado, 29 de mayo de 2021

CON¿QUÉ ACTITUD TE PRESENTAS DELANTE DEL SEÑOR?

  

Puede ocurrir que, posiblemente sin darte cuenta, te presentes delante del Señor con una actitud suficiente y hasta de igualdad cara a cara a escuchar lo que te dice Posiblemente lo bombardeas a preguntas y exijas respuestas. ¿Has pensado que tienes derecho a eso? ¿No te das cuenta que tú eres la criatura y a quien le preguntas, sea quien sea, es el Creador? Porque, el sentido común te dice que alguien ha tenido que crear el mundo. Ese mundo tangible, que se ve y en el que tú vives.

Por tanto, será muy importante descubrir con qué actitud te pones delante del Señor a escucharle. Porque, hay mucha diferencia entre oír y escuchar. Oír, oímos todos, pero, escuchar solo lo hacen aquellos que dejan entrar las palabras hasta lo más profundo de sus corazones y tratan de rumiarlas, de reflexionarlas y de discernirlas. Porque, la verdad es una - no varias - y solo Uno la posee.

Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida, y su Palabra es Palabra de Vida Eterna. En Él está la Verdad y escucharle es abrir nuestro corazón a esa Verdad. Aprovechemos esa oportunidad de poder escucharle y de abrirnos a su Palabra. Pidamos su Gracia para que, llenos del Espíritu Santo, podamos acoger su Palabra y hacerla vida en nuestras vidas. En Él y con Él podremos comprender y entender esa Buena Noticia de Salvación. Amén.

domingo, 5 de noviembre de 2017

DESPÓJAME, SEÑOR, DE MI SUFICIENCIA

No es esa mi intención, pero, posiblemente, estoy sujeta a ella. Hablo de la tentación de suficiencia. Todos podemos considerarnos maestros y nos gusta ser halagados y reconocidos. Hasta cierto punto lo necesitamos, porque eso forma parte del amor. ¿A quien no le gusta ser amado? Y ser amado significa ser querido, reconocido, tenido en cuenta, escuchado, dado en importancia...etc. Pero, quedarse en eso y dejarse consentir por sus dones y virtudes es ya otra cosa.

Porque, cuando se tiene es para darse en servicio. Dios llama al que tiene, porque sabe lo que le ha dado. Y lo llama para que eso que le ha dado, o le va a dar, no se lo guarde, sino que lo ponga al servicio de la comunidad. Es entonces cuando se aclara todo; es entonces cuando te das cuenta que tú no eres nada, sino todo te viene de arriba; es entonces cuando descubre que dar es la cuestión, y quien da recibirá el ciento por uno.

Esa es tu esperanza, saber que recibirás cien veces más que lo que estás dando aquí abajo. Menuda fortuna te espera. Eso te invade de alegría, de esperanza, de gozo y felicidad, ya incluso eterna, porque te va a acompañar durante todo tu paso por este mundo, y cuando llegues al otro, será una explosión de gozo y felicidad que no podemos imaginar.

Por eso, Señor, te pido que me despojes de mis suficiencias y honores. No quiero recibir nada, sino ser tu humilde servidor en los hermanos. No quiero títulos ni nombramientos, sino la sabiduría de tu Palabra para, humildemente y para tu Gloria, derramarla en los demás. Porque, sólo Tú, Señor, eres Santo y sólo Tú mereces alabanzas y adoración. Tú eres el Señor y a Ti solamente hay que seguir y escuchar.

Danos esa fortaleza y sabiduría, como tu Madre, María, también nuestra Madre, para, cogidos de su mano, saber caminar el verdadero camino de humildad, de sencillez, de pobreza, de servicio y entrega a todos los hombres. Amén.

lunes, 7 de septiembre de 2015

LÍBRAME SEÑOR DE LA SUFICIENCIA DE CREERME MEJOR QUE LOS QUE SE SALEN FUERA DE LA NORMA



Posiblemente nos cuesta mucho ver con los mismos ojos a los que no están en nuestro lado. El impulso instintivo es el rechazo. Igual decimos que no nos consideramos mejor, pero queremos comer aparte. Son las contradicciones que no queremos ver. Quizás nuestros oídos sordos que no dejamos que nos cure el Señor. Son quizás nuestros pecados contra el Espíritu Santo, porque no le dejamos entrar en nuestro corazón.

Somos hijos del mismo Padre, porque Dios nos ha creado a todos, pero nos sentimos mejores porque nuestros privilegios son mejores. ¿Se nos ha ocurrido pensar que quizás los tenemos para compartirlo con esos a los que no se les ha dado? ¿Se nos ha ocurrido pensar que de esta manera nuestro Padre Dios nos da la oportunidad de probar nuestro amor y misericordia? ¿De qué otra forma le podremos demostrar nuestro amor?

Y puede ocurrir también que ocurra en un tiempo que lo tenemos pensado y dedicado para otra cosa, incluso para asistir y dar culto a Dios. ¿Nos daría Dios permiso para dejar su culto para otro momento y atender la necesidad de ese hermano ahora? ¿Qué te dice tu conciencia y tu corazón? Viene ahora a nuestra memoria la parábola del buen samaritano.

Sabemos, porque brota de nuestro corazón, que las leyes deben estar en función del hombre y para bien del hombre. Pero el bien del hombre necesita esfuerzo y lucha, porque rendido a sus impulsos innatos de la carne, el hombre se destruye y se pierde. 

Experimentamos que cuando nos abandonamos y no dominamos nuestra voluntad, nuestras debilidades carnales nos abaten, nos desequilibran y sentimos el peso de sus fuerzas. Perdemos el dominio de nuestra voluntad y nos quedamos a merced. 

Ayúdanos Señor a descubrir en el servicio a los hermanos el cumplimiento de tu Voluntad.