Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 21 de octubre de 2018

YO TAMBIÉN BUSCO LA GLORIA AQUÍ ABAJO

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Sería absurdo por mi parte negar que también a mí me gustan los primeros puestos. Quizás lo puedo ocultar, pero Dios lo sabe todo y a Él nada se le oculta. Por lo tanto, pura necedad el sostener tu mentira o apariencia. Recuerdo siempre que Dios es mi público y, aunque nadie me vea, Él siempre está presente en mi vista y sabe lo que hago y pienso en lo más profundo de mi corazón. Sabe exactamente que hago ahora y que derramo en estas humildes palabras y pensamientos en este rincón de oración.

Incluso, donde yo mismo no llego a entenderme, Él sabe el por qué y para qué. Así que, Señor, mejor abrirme a tu Misericordia y, postrado ante Ti, suplicarte para que alivies mi contaminado corazón y lo purifiques de toda ambición y vanidad de este mundo. Renuévame por dentro y convirtiendo mi corazón viejo en uno creado nuevo llénalo de bondad, de humildad y de servicio desde los últimos puestos. 

No es fácil ser humilde. Lo repetimos con frecuencia hasta el punto que perdemos el significado de lo que decimos, pero la humildad es olvidarte de ti, de tus caprichos, de tus proyectos e ideales y darte para hacer el bien a los demás. Y precisamente a los que más te cuesta amar. Humildes para, desde ese rincón olvidado de tu corazón, servir y amar. Y eso sólo lo puedes hacer Tú, mi Señor y Dios mío.

Por eso te lo pido. Quisiera que fuera el mejor regalo de estos días, de, sin saber cómo, experimentar el impulso de servir. Un servicio de escucha, atención, humildad, disponibilidad, comprensión y entrega. Un servicio como Tú, mi Señor nos enseñas. Amén.

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