Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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sábado, 12 de diciembre de 2020

ABRE, SEÑOR, MIS OJOS PARA VER

Sí, necesito verte, Señor, porque mis ojos, mis pobres ojos, cansados y fatigados por el duro camino de este mundo no atinan a verte ni a descubrirte y se me va la oportunidad de este hermoso regalo que me has dado - la vida - sin descubrir tu presencia.

Por eso, Señor, te pido con todas mis fuerzas que me abras los ojos de mi corazón y me des la sabiduría de descubrirte en lo sencillo, en lo humilde y en lo pequeño, porque, Tú, Señor te presentas siempre en los pobres, en los excluidos, en los pequeños y en todos los marginados.

Señor, Tú sabes el tiempo, la hora y lo que nos conviene. Abre mi corazón para que tu Gracia lo transforme y lo vuelva a Ti. Ábreme los ojos, Señor.

viernes, 4 de diciembre de 2020

SIN LUZ, CAMINO EN LA OSCURIDAD

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

¿Has probado a cerrar los ojos y dar algún paso? ¿O has entrado en una habitación sin luz y a oscura? Incluso, conociéndola nos resulta difícil movernos por ella. Imagínate por un camino que hay que inventar cada día, porque la vida se inventa a cada paso. Aunque nos parezca lo contrario y pensemos que vamos seguro, cada instante de nuestra vida nuestro corazón - diástole y sístole - se contrae y relaja para que nuestros ojos vean y nuestro espíritu sienta. 

Pero, en cualquier momento se puede parar por algún paso mal dado o por otros problemas. Nuestra vida siempre, aunque no lo creamos, está en peligro. Y, en consecuencia, cada instante es muy importante. Por eso, Señor, el camino sin Ti, Dios mío, se llena de tinieblas y de inseguridades amenazado siempre por el peligro. Necesito tu Luz, pero no la luz de mis propios ojos que vino conmigo al nacer a este mundo, sino la Luz que viene de Ti y de tu presencia que me acompaña.

Danos, Señor, esa Luz que necesitamos y que nos alumbra el camino de tu Palabra y de tus pasos. Experimentamos que nos cuesta caminar, Señor, y en muchas ocasiones se nos hace difícil encontrar el verdadero camino y ver la Verdad - que eres Tú, Señor -. Llena nuestro pobre espíritu de esa fe que nos permita verte, Señor, para, a pesar de la oscuridad a la que, por nuestros pecados, nos somete el mundo, podamos oírte, escucharte y verte.

Y, esperanzados seguirte, igual que esos dos ciegos del camino que, advirtiendo tu presencia te siguieron gritando y llamándote para que abrieras sus ojos para verte. Gracias, Señor.

sábado, 15 de julio de 2017

ORACIÓN Y RUTINA

Cada día parece igual al otro. Sale el sol por el mismo lugar, y se vuelve a marchar por el de siempre. Y, aparentemente, ocurren las mismas cosas del día anterior. Es verdad que, de vez en cuando, hay algún suceso o noticia diferente que parece cambiar la rutina, pero la sustancia de cada día es muy parecida. Por lo menos, a título personal de cada uno.

Sin embargo, todo es diferente, porque Dios está en todo, y, por supuesto, contigo. Y Dios no se repite, pues dejaría de ser Dios. Dios es siempre Dios y su eternidad es infinitamente plena de gozo y felicidad. Y eso no puede aburrir ni hacerse rutinario. 

Sucede que tú y yo no lo vemos, ni lo comprendemos, ni apreciamos esas diferencias de cada día. Para empezar Dios no tiene espacio ni tiempo. Es eterno, y eso cambia toda nuestra forma de ver las cosas y de entenderlas. Cada día, si lo miramos desde la mirada de Dios, toda cambia y es diferente. Y en esa mirada descubrimos nuestra pequeñez y pobreza, y la necesidad de luchar para sostenernos en el Señor y desprender amor y misericordia.

Esa es nuestra petición de hoy. Sácanos Señor, de la rutina de quedarnos atrapados con y en las cosas de este mundo inmóvil. En movimiento, pero parado y caduco en el tiempo. Ábrenos los ojos y llénanos de abundante misericordia ante los acontecimientos de cada día para verlos con tus Ojos y tu Mirada. Eso, simplemente, le dará un matiz y un color amoroso y diferente, cargado de luz y de alegría, a cada día de nuestra existencia.

Eso queremos pedirte hoy Señor, que nos hagas ver las diferencias de cada día que se esconden en nuestros corazones y tratar de vivirlas. No desde la indiferencia, sino desde el amor y la misericordia. Llénanos de tu Espíritu y danos motivos ilusionantes para, aceptando tu camino de espinas, soportarlo con entrega, voluntariedad, alegría y gozo. Amén. 

jueves, 26 de mayo de 2016

SÓLO TÚ, SEÑOR, PUEDES ABRIR MIS OJOS



No puedo encontrar solución a mi vista sino estás Tú, Señor, en mi vida. Porque mis ojos, enfermos por el pecado, sólo pueden ver el egoísmo, la individualidad e indiferencia y se llenan de poder y riqueza. Y en este mundo en el que vivo, contagiado por la ambición y la soberbia, mi vista está oscurecida e impedida para verte, Señor, en los hombres necesitados de consuelo, de fraternidad y amor.

Y cada día que pasa, Señor, mi corazón late de desesperación por no verte más claro y por no derramar más ternura en todas aquellas personas que la necesitan. Porque en ellas Tú apareces como el necesitado, y yo como el ciego que no te ve. Dame, Señor, como a Bartimeo la vista de poder ver y amar. Ver donde están las necesidades, y amarlas para poder en parte mitigarlas.

Y grito y grito, Señor, para que abras mis ojos y me des la fuerza necesaria para, en la humildad y el servicio, darme sin condiciones. Espero, Señor, que alumbres mi vida con los ojos de la Verdad, y me llenes de sabiduría para darme con verdadero amor por tu Amor.

Sé que no merezco tu Perdón y Misericordia, pero por la Palabra que nos has revelado en tu Hijo Jesús, y por los méritos de su Muerte y Resurrección, nos perdona y nos das tu Misericordia. Gracias, Señor, por tanto Amor. Quiero responderte y te pido para ello que me llenes de tu mansedumbre y de humildad, para, al menos, esperar confiado en tu Poder y aceptar lo que Tú decidas y cuando lo decidas.

No permitas que mis ojos se cierren sin ver la claridad de tu Verdad y tu presencia en los demás, y enséñame a descubrirte en los hermanos. Y no sólo darme cuenta, sino saber con paciencia y humildad atenderte, escucharte y servirte. Amén.

viernes, 26 de octubre de 2012

ABRE MIS OJOS...

 Abre mis ojos Te pido. Abre mis ojos oh Cristo Yo quiero verte
a lo que verdaderamente tiene valor, porque los tengo entretenidos en cosas caducas y de muy poco valor. El mundo le da mucho valor a cosas que aparentan tenerlo, pero la realidad es otra. Nada de lo que permanece sometido al tiempo y el espacio perdura. Es efímero y caduco.

Y todo aquello que aparentemente parece tener valor desaparece con el tiempo. Así como viene la lluvia y se va, así son las cosas de este mundo. Señor, abre mis ojos para poder ver que el tiempo dedicado a Ti, a tu Palabra y a vivirla es el mejor tiempo empleado. Porque ese tiempo sí tiene valor, nunca perece ni nunca se termina.

Es el tiempo de la eternidad y de la dicha. Del gozo eterno vivido en la presencia del Padre y el cual todos buscamos desesperadamente aunque ciegos y equivocados. Dame Señor luz para perseguir y experimentar ese tiempo de mi vida dedicándolo a conocerte, a experimentarte y a vivirte en los hermanos. Es ese el tiempo verdaderamente importante.