Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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sábado, 18 de septiembre de 2021

HERIR AL INFINITO DE BENJAMÍN GONZÁLEZ BUELTA, SJ

 

 

No crece la vida de Dios

desde la muerte humana,

sino la plenitud humana

desde la muerte de Dios.

 

No realza la fortaleza de Dios

la debilidad nuestra,

la debilidad de Dios

construye nuestra fortaleza.

 

Porque sólo los ídolos

se alimentan de la sangre ajena,

pero Dios derrama la suya

para salvar la nuestra.

 

El cauce frío del hierro

que desgarra la carne,

orada con el mismo golpe

el corazón encarnado de Dios .

 

Y donde un golpe nos hiere

acude incesante el agua viva,

pues sólo puede manar Amor

por el boquete abierto al Infinito.

martes, 20 de octubre de 2020

EN UN MUNDO QUE NOS SEDUCE Y DISTRAE NECESITAMOS ORACIÓN

 

Permanecer vigilante exige disciplina, estar despierto y activo. No puedes relajarte ni dormirte ni desactivarte. Necesitas estar en acción y en actitud vigilante. La oración es el arma que nos sostiene despierto y firmes en la fidelidad a esa espera en lo que creemos y, valga la redundancia, esperamos.

Pero, no es nada fácil. Permanecer vigilante se hace muy duro y exige oración, reconciliación y Eucaristía. Sacramentos que nos fortalecen en la oración, sostienen nuestra fe y nuestra fidelidad en la espera y la perseverancia.  Porque, esperar esconde creer en la venida del Señor. Él nos lo ha dicho y su Palabra es Palabra de Vida Eterna.

Por tanto, creemos en la Palabra del Señor, que nos ha prometido venir a buscarnos y que hoy, en el Evangelio, nos dice: Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.

Seamos, pues, fieles y, reconociendo nuestras flaquezas y debilidades pidámosle fortaleza y perseverancia para sostenernos fieles, firmes y vigilantes a la espera de su segunda venida que nos ha sido prometida. Y pidamos para no ser sorprendido distraídos sino todo lo contrario, vigilantes y en actitud de vivir fieles a la Palabra y Voluntad de nuestro Padre Dios. Amén.

jueves, 25 de junio de 2020

NO ES FÁCIL LIBERARSE

Lucas 6:49 | Citas bíblicas
Quizás, y pido perdón de antemano, por la Gracia de Dios, los que, al menos queremos creer y seguir al Señor, se nos pone, por nuestra perseverancia, más claras las cosas. Nos damos cuenta que todo lo que nos puede ofrecer este mundo es falso y caduco. Esa felicidad que, de alguna manera todos buscamos, no está en el mundo, ni tampoco el mundo nos la puede dar. Y eso nos advierte y nos mueve a buscar en otro lugar y por otro camino.

Un camino que, por supuesto, nosotros solos no podemos encontrar. Nuestras fuerzas están vencidas por las apetencias y pasiones que nuestra naturaleza humana, herida por el pecado, busca en las ofertas de este mundo, y nos sería imposible liberarnos de ellas. No sólo no es fácil liberarse sino, me atrevería a decir que imposible. Necesitamos la asistencia del Espíritu Santo y la Palabra del Señor que Jesús nos viene a anunciar y a señalar por el Camino, por la Verdad y por la Vida que debemos seguir, actuar y vivir.

Por eso, Señor, conscientes de nuestras limitaciones, de nuestros pecados y debilidades te pedimos que nos sostengas erguidos, perseverantes y fuertes en el camino de cada día. Que nos des la fortaleza de que nuestra palabra y nuestra vida vayan juntas y en ambas se advierta y se transparente la vivencia de tu Palabra. No es nada fácil, Señor, porque, de antemano el pecado que llevamos dentro es más fuerte que nuestra voluntad, pero, sabemos que unidos a Ti, Señor, podemos  fortalecernos y ser fuertes para poder vencer a esas tentaciones que nos seducen y amenazan con vencernos.

Gracias, Señor, por dejarnos y permitirnos descansar en Ti y cimentar nuestra fe sobre la roca del Evangelio para que, a pesar de nuestras miserias, pero unidos a Ti, podamos superarnos y vencernos desde nuestro interior para sincronizar nuestras obras, con nuestra vida y palabra. Amén.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

CONTIGO, SEÑOR, SUPERAREMOS TODAS LAS PRUEBAS DE NUESTRA VIDA

Resultado de imagen de Lc 21,12-19"
No es fácil el día a día. Es verdad que para unos es más fácil que para otros, pero cada cual en su circunstancias y medios donde se desenvuelve tiene sus obstáculos y dificultades. La vida es una lucha constante contigo mismo y con las dificultades que te vienen del exterior que, por ti mismo, son imposibles de superar. Sin embargo, con el Señor todo es diferente, pues con Él superarás todas las pruebas que se te vayan presentando.

El dolor y sufrimiento siempre estará presente, pues los obstáculos así lo exigen, pero también es verdad que nos darán la oportunidad de probarnos y de dar testimonio de nuestra fe. Sin dificultades no podríamos probarnos. Sabes que amas cuando en la prueba sientes compasión y deseos de ayudar hasta incluso el sacrificio, la renuncia o la muerte. Por todo ello, Señor, te doy gracias y aprovecho para suplicarte que me inundes de tu fortaleza para perseverar y sostenerme firme en tu fidelidad en los momentos de adversidad y sufrimiento.

Me atrevo a ello en la esperanza de tu compañía y la promesa de tu Palabra. Camino confiado porque sé, Señor, que Tú caminas a mi lado y te doy gracias, Dios mío porque en Ti confío y a Ti me abandono esperanzado en llegar a alcanzar la victoria y descansar eternamente en tu Amor. Amén.

sábado, 28 de septiembre de 2019

DANOS, SEÑOR, FORTALEZA PARA SOPORTAR NUESTRA CRUZ

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Igual que el Señor, yo, su discípulo por mi compromiso de bautismo, tendré que padecer una muerte, como Él, de cruz. Porque, el discípulo no es mayor que el maestro, nos dice el Señor - Lc 6, 40 - y, si Él nos ha anunciado que será condenado y padecerá una muerte de cruz, nosotros tendremos que tener muy claro que nuestro camino tendrá como destino la cruz. Es decir, nuestro camino de seguimiento al Señor es un camino de cruz. Está, pues, claro que seguir a Jesús nos exige cargar con nuestra cruz, la que se ajusta a nuestra medida y a nuestra capacidad.

Jesús no vino para darnos una vida cómoda y sin problemas, nos dijo un día que había venido a traer la guerra, no la paz, entre nosotros - Mt 10, 34 - sino para, entregándola por amor, luchar por la verdad, la justicia, la dignidad y la paz entre los hombres. La felicidad y el gozo que buscamos tiene un precio, pero no un precio en dinero como se hace aquí en este mundo, sino un precio valorado en la cantidad de amor que estás dispuesto a gastar de tu vida en aliviar a los que sufren y en anunciar que Jesús es la verdadera Vida, el Camino y la Verdad.

Eso, Señor, lo quiero tener claro para transmitirlo, y eso es lo que te pido en primer lugar con todas mis fuerzas. Pero, también, Señor, te pido que me des la fortaleza para, no sólo transmitirlo de palabra sino incluyendo el testimonio de mi vida. Es lo que más deseo ahora en este momento, y lo que siento dentro de mi corazón. Por eso, creo estar dispuesto a cambiar todo lo que tengo y a darlo todo si tú enciendes mi corazón. Y no hablo de cosas extraordinarias, sino lo ordinario de mi vida diaria, esforzándome en sobrenaturalizar todo lo pequeño y natural de mi vida, y en naturalizar todas lo que acontece a diario en mi vida sabiendo que vienen de Ti y son para tu Gloria.

En ese esfuerzo sencillo y humilde de cada día aceptando mi pequeñez y mi pobreza, y sabiendo que todo viene de Ti, mi Señor, te doy gracias por todo y abro mi pobre corazón a tu Gracia para en y con ella se vaya transformando a tu estilo y según tu Voluntad. Amén.

martes, 9 de julio de 2019

EL AUTO ENGAÑO QUE JUSTIFICA LO INJUSTIFICABLE

Resultado de imagen de Mt 9,32-38
Sucede que cuando tenemos algo delante de nuestra vista que no podemos negar y no queremos aceptarlo tratamos de justificarlo alegando causas extrañas que lo justifican. Así, ante la evidencia de los milagros de Jesús tratan de justificarlo a poderes diabólico atribuidos al príncipe de los demonios. Y hoy ocurre lo mismo, buscamos cualquier excusa para justificar nuestro rechazo a creer en la Palabra de Dios.

Y no nos faltan justificaciones, dudas y pruebas que nos hagan poner en tela de juicio el Poder del Señor. Y eso es así porque nuestro Padre Dios quiere, pues Él tiene poder para iluminarnos y que veamos claro. Pero, eso nos quitaría lo meritorio que el Señor ha dejado en nuestras manos, la capacidad de elegir y de  optar por creer en su Palabra y disponer nuestra vida a su servicio. Si algo nos salva es la fe, y esa fe está, de alguna manera en nuestras manos, es decir, la opción libre de ponernos en Manos del Señor para que Él nos ilumine y nos dé el don de la fe.

Y eso es lo que ha sucedido en muchos de los que creen en el Señor y han abierto sus corazones a su Palabra. Y eso es lo que pedimos para todos nosotros y para los que siguen empecinados en cerrar sus corazones a la Palabra del Señor. Señor, aumentanos nuestra fe para que seamos capaces de seguirte con  verdadera firmeza y decisión. Danos, Señor, esa fe que nos ponga en camino para responder a tu llamada y proclamar con nuestra vida y obras el anuncio de la Buena Noticia.

Danos, Señor, la fortaleza de superar todas esas desganas, perezas, depresiones y hundimientos de moral que nos abaten y nos amenazan con separarnos de ti. Danos lucidez y fortaleza para superar las tentaciones de llamar la atención, de ser notables y centros de otros y no acometer disparates que nos llevan a destruirnos. Señor en tus Manos ponemos nuestros pobres espíritus. Amén. 

viernes, 22 de marzo de 2019

COMO UN NIÑO, DAME LA INOCENCIA DE CREER EN TU PALABRA

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Esta es la oración de Laudes que hace toda la Iglesia en la mañana de hoy, y al leerla se me ha quedado grabada en el corazón: "Señor, tú que amas la inocencia y la devuelves a quien la ha perdido, atrae hacia ti nuestros corazones y abrásalos en el fuego de tu Espíritu, para que permanezcamos firmes en la fe y eficaces en el bien obrar. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglo".

Eso es lo que te pido hoy, "la inocencia" de creer en tu Palabra y no rebuscar en mi soberbia la razón para entenderla. La inocencia de, a pesar de mi pobreza intelectual, de mis dificultades para entenderte y mil y una pregunta que revuelven mi corazón, confiar en la Palabra de tu Hijo, el enviado por el Padre y aceptar a darles mis frutos y mis pecados para que Él me limpie y me purifique.

Dame, Señor, la inocencia y la fortaleza para, como un niño en brazos de su Padre, entregarme sin condiciones a rendir los frutos que esperas de mí. Esos frutos que Tú previamente has depositado en mí cuando me has creado y me has dado esa oportunidad de servirte al entregarme tu viña, esa parcela del mundo donde has querido colocarme. 

Señor, fortaleceme y dame paciencia para saber encajar y cargar con mis debilidades, mis tribulaciones y todo aquello que me tienta a abandonar el camino y a no rendir los talentos que Tú has depositado en mí. Dame toda la humildad necesaria para poder aceptar todos los obstáculos que me amenazan, que tratan de abatirme y de apartarme de tu presencia. 

Ayúdame a superar mi impaciencia, mi pereza, mi apatía y todo lo que me inclina a no responderte con los frutos que Tú esperas de mí. En tus Manos, Señor, me abandono. Amén.

martes, 19 de marzo de 2019

QUIERO, SEÑOR, ACEPTAR EL PLAN QUE TENGAS PARA MÍ

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Quizás no lo entienda ni crea que sea lo mejor para mí. Al menos, aunque lo piense y lo diga, no me lo creeré, porque mi egoísmo y mis pasiones van por otro camino. Soy un pecador y posiblemente si fuese por mí elegiría caminos equivocados que tienen relación con mis satisfacciones, apetencias y egoísmo. Pero, una cosa sí, confío en Ti, Señor, y sé que lo que Tú elijas y quieras para mí es el mejor de los caminos.

Por eso, consciente de que eres un Padre bueno y me ofreces el verdadero camino que me salva, yo quiero pedirte que me aumentes la fe y que, como María, tu Madre, sepa responderte con un sí decidido y firme, a pesar de mis dudas y mis debilidades. Dame, Señor, esa Gracia para que, fortalecido en ella, sepa encontrar el verdadero camino como San José y dejarme conducir por tu Voluntad.

En el día a día de mi vida me encuentro muchas dificultades. No tantas exteriores como interiores. Mi humanidad es una loza constante que me inclina a la pereza, a la comodidad, a las satisfacciones y pasiones que viven dentro de mí. Y el mundo que me rodea es una tentación constante de ofrecimientos, de deseos y de pasiones que arrastran mi cuerpo a la desobediencia y al egoísmo.

Dame, Señor, esa entereza y fortaleza para resistirme tal y como hizo Jesús, tu Hijo, en el desierto. Él supo sostenerse firme ante las tentaciones que el diablo le proponía. Dame la voluntad y la firmeza de negarme a obedecer las inclinaciones de mi propia carne para entregarme a tu obediencia, sabiendo siempre que Tú me ofreces lo mejor. Porque, todo lo de este mundo pronto se desvanece y desaparece, pero lo que Tú, Señor, me das, no muere sino que perdura por los siglos de los siglos.

Señor,  que como José y María, sepa entregarte mi vida y ponerla en tus Manos y seguir tus consejos y tus mandatos. Aumenta, Señor , mi fe y dame la sabiduría, paz y fortaleza para confiar en tu Palabra y, pese a mis debilidades, miserias y pecados, nunca deje de seguirte. Amén.

martes, 26 de junio de 2018

EXPERIMENTARSE DÉBIL

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Creo que el principal error, y muy grave, del hombre es no experimentar sus propias debilidades. Creo que la fortaleza es la caja de la soberbia y también de la ignorancia. Aquel que se siente fuerte y poderoso, e incluso que llega a creer que se basta a sí mismo, cae en el grave pecado de la soberbia y la suficiencia. Y se le hará muy difícil encontrar el camino de la humildad que necesita para reconocer su pequeñez y debilidad.

Y sin ese reconocimiento no se puede encontrar a Dios, y menos la puerta estrecha que se presenta dura, cargada de pobreza, de molestias, compromisos, retos, luchas, sufrimientos, contradicciones, desesperos, impaciencia, dolores, incomprensiones y un largo rosario de situaciones difíciles de soportar y entender. Una simple mirada a María, nuestra Madre, para comprender lo difícil del camino estrecho hasta la Cruz.

Con ese panorama a la vista poco apetece seguir a Jesucristo y entrar por esa puerta estrecha que Él nos señala, ¿no estás de acuerdo? Pues, ten en cuenta que eso es lo normal, lo que realmente debes sentir, pero no lo que debes hacer. Para eso tenemos la voluntad y, sobre todo, la fuerza del Espíritu Santo, para vencernos y hacer, no lo que nos apetece, sino lo que nos mejora y nos ayuda a crecer en virtudes y amor. Porque eso es precisamente querernos..

Pidamos con confianza y fe hacer, no lo que deseamos, sino lo que realmente debemos hacer, que es lo bueno, lo que ayuda al otro a ser mejor persona, a quererse y querer, a vivir en la generosidad y la verdad y dar gratuitamente todo lo bueno que tiene y puede. Eso es lo importante y esa es la puerta estrecha que nos abre el Camino hacia la Verdad y la Vida. Amén.

viernes, 16 de febrero de 2018

NACIDOS PARA LA ALEGRÍA Y LA FIESTA

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Por naturaleza el hombre está hecho para la fiesta y para la alegría. De manera innata el hombre busca el gozo y la fiesta. Cada trabajo se conmemora con un buen descanso o una celebración. El hombre se dice, ahora que he terminado voy a descansar o a festejarlo. La fiesta sucede al trabajo. Por lo tanto, el ayuno y sacrificio tienen que tener un fin concreto.

Y realmente lo tienen. El hombre necesita fortalecerse, pues es débil y sus apetitos le inclinan a abandonarse al vicio y a la irresponsabilidad. Y eso genera desorden, caos y muerte. Necesita sobriedad, equilibrio y fortaleza. Y eso exige práctica, control y disciplina. Es ahí donde entra el ayuno y la mortificación. Es un medio que nos ayuda a sostenernos equilibrados y fuertes ante el pecado y la tentación. Nos prepara y nos dispone a estar atentos y agarrados al Señor.

Porque, será una locura emprender ese camino y preparación por nuestra cuenta. Solos estamos vencidos de antemano. Necesitamos ir unidos al Señor, porque es El quien realmente nos salva. Por eso, nuestro ayuno debe  partir con Él y desde Él. Él es el centro y el fundamento de nuestro sentir y obrar, y el motivo por el que nos preparamos para responderle. Nos ha dado esa libertad y eso nos exigirá responsabilidad, compromiso y capacidad de respuesta.

Y no es fácil. Tenemos un margen que Dios ha dejado para nosotros, y ese margen de libertad tendremos que ponerlo nosotros en sus manos. Nadie lo podrá llevar por nosotros, ni siquiera Dios. Él lo ha dejado en nuestras manos. Somos libres y tendremos que responder. Ahora, eso sí, no estamos solos. Tenemos la promesa de su compañía y su asistencia. Su Gracia estará siempre con nosotros y en Él seremos fuerte y venceremos todas las tentaciones que trataran de arrastrarnos e inclinarnos al mal.

Por eso, Señor, te pedimos que nos fortalezcas en el ayuno para que seamos capaces de renunciar y compartir a todos nuestros egoísmos y apetencias. Y, liberados del pecado, descubramos que nuestra meta está en Ti para compartir contigo la eternidad en plenitud de gozo y alegría. Amén.

sábado, 27 de mayo de 2017

SÓLO LA FE NOS SALVARÁ

No cabe duda que la fe implica obras, y es de sentido común que quien tiene fe, tendrá también obras. Te pido perdón, Señor, porque mi oración es débil y distraída. Una oración que habla, pero que, quizás, no confía ni se compromete; una oración mecánica, rutinaria, de cumplimiento y de hábitos. Una oración que no baja a mi vida y no sólo la cuestiona, sino que no la mueve ni la compromete.

No es que yo la quiera así, ni tampoco que me conforme, pero no encuentro la salida y temo quemarme y cansarme, e, incluso, abandonar. Y ante tal debilidad y tentación, Señor aprovecho tu invitación para pedirte que me afirmes en la fe y la fortalezca dentro de mi corazón.

Por eso, hoy, Señor, aprovecho tu ofrecimiento en el Evangelio sobre la oración de petición, y quiero pedirle al Padre, apoyado en Ti y en tu Nombre, que no sólo aumentes mi fe, sino que me la fortalezcas y vigorices afirmándola sobre esa roca que es tu Iglesia con el primado de Pedro a la cabeza. Iglesia que Tú, Señor, has fundado sobre tus apóstoles con Pedro como primado.

Te pido, Padre, en Nombre de tu Hijo que me inundes de una fe que, no sólo parezca, sino que también se vea y note. Una fe que se mueva y comprometa; una fe que empuje y cuestione mi vida, y una fe que me lleve a la vida aceptando mi pasión hasta la cruz. Mi propia cruz que quiero compartir contigo ofreciéndotela por amor. Y eso, Señor, sé que no puedo lograrlo  por mí mismo, sino por el don de Tu Gracia, que nos da la fe y todo lo necesario para poder servirte y amar como Tú nos amas.

Por eso, en estos momentos de oración, quiero pedirle al Padre sólo una cosa: "La Fe". Una fe que me lleve, Señor a estar unido a Ti y a los hermanos. Una fe que crezca y viva en la unidad de la Iglesia y que de frutos en una comunidad de amor. Amén.

miércoles, 5 de octubre de 2016

SI TÚ ERES CAPAZ DE DAR, DIOS NOS DARÁ LO QUE NECESITAMOS


Quién niega a su hijo e hija lo que le es necesario para su vida? ¿Qué padre o madre no da a sus hijos lo que les es necesario? Sabemos lo que significa ser padre o madre y tenemos experiencia del dolor y también la generosidad respecto a nuestros hijos. Pues bien, ese amor que tú eres capaz de vivir y hacer realidad con tus hijos, lo hace Dios con cada uno de nosotros.

 La diferencia es que no podemos imaginar la locura de amor de nuestro Padre Dios.Hoy, el Evangelio, nos invita a pedir. A pedir con confianza y a estar seguro, como lo estamos de nuestros padres aquí en la tierra, que nuestro Padre del Cielo nos escucha y nos atiende. Y no sólo nos atiende, sino que nos dará lo que realmente nos hace falta y nos conviene. Porque, Él, sabe lo que realmente necesitamos y lo que nos conviene para nuestra vida, sobre todo para nuestra salvación, que es lo verdaderamente importante.¿

No perdamos el tiempo y pidamos con confianza lo que necesitamos. Tengamos en cuenta de pedir cosas que valgan y no chucherías. Porque todo lo que pidamos referente a bienestar, salud, éxito y bienes son cosas de este mundo, que quedarán en este mundo. Es decir, caducas. Pidamos lo que realmente nos lleva a descubrirle, a intimar con Él, a seguirle y desear llegar a su Casa.

Es verdad que necesitamos también cosas terrenas, pues vivimos en este mundo, pero sólo lo que necesitamos y nos sirvan para acercarnos a Él y estar perseverando a su lado. 

Pidamos, fe. Señor, lo decíamos el domingo, y volvemos a repetirlo hoy. Y no dejemos de repetirlo cada día. Pidamos sabiduría, la sabiduría de saber discernir y elegir el camino hacia el Señor. Y la paz, la paz interior que nos permita amar y sentir verdadero amor. Pidamos la paz para el mundo y para todos los hombres, para que en paz podamos encontrarnos, respetarnos dignamente y ser hermanos e hijos de un mismo Padre Dios. 

Pidamos humildad, la humildad que nos enseño con su Vida y la que nos mostró también su Madre, María. Pidamos fortaleza y voluntad, para ser capaces de poner nuestras vidas a sus pies y seguirle sin titubeos ni tribulaciones, sino firmemente y decididos a darlo todo. Amén.

miércoles, 1 de abril de 2015

AL EMPEZAR CADA DÍA



Al empezar cada día, Señor, quiero pedirte, primero paz. Porque solo con paz podré estar en condiciones de escucharte, de abrir mis oídos y tranquilizar mi alma para hacer vida tu Palabra en mi pobre y mísera vida. Tú, mi Señor, que al reunirte con tus apóstoles lo primero que les regalaba era la Paz. Esa paz que es condición imprescindible para que nazca el amor dentro de nuestros corazones.

Lo segundo, Señor, llena mi corazón de sabiduría. No la sabiduría que premia el mundo, sino la sabiduría de conocerte, de buscar que tus Sentimientos llenen mi corazón y cultiven en él, el reflejo de tu Amor. Haz Señor que vea el mundo con los ojos llenos de amor, para que todos aquellos que se acerquen a mí sientan tu presencia y no la mía. Haz mi corazón paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.

Y fortaleza, Señor. Es la tercera petición que quiero hacerte para cada día. Fortaleza para soportar la cruz que me toca llevar. Sí, Señor, sé que tengo que llevar mi cruz como Tú hicisteis con la tuya. Y Tú lo hiciste de forma voluntaria y libre, por amor. Para salvarme. Pero yo lo hago buscando mi salvación, porque mi corazón egoísta no piensa sino en eso. Y me pierdo buscando esa salvación en lugares y cosas equivocadas. Soy tan débil que cualquier camino me confunde a menos que me presente el espejismos de la felicidad. ¡Qué pobre soy!

Por eso, Dios mío, te lo repito todos los días, paz, sabiduría y fortaleza, no para ser mejor y más fuerte; no para ser centro y admiración de otros; no, Señor, sino para ser reflejo Tuyo, para parecerme a Ti; para servirte en el servicio a los demás, tal y como Tú has hecho conmigo. Gracias Señor.

sábado, 29 de noviembre de 2014

TÚ, SEÑOR, ERES MI ROCA Y MI FORTALEZA



No permitas, Señor, que pierda el ritmo de tus pasos. Dame la agilidad de estar siempre a tu altura y no perderte de vista. Mueve mi corazón para que lata según el Tuyo y viva de acuerdo y según tu Palabra. Fortaléceme para perseverar con firmeza entre los obstáculos, peligros y tentaciones que el mundo me tiende.

Tú sabes, Señor, que mi corazón quiere llevarte y guardarte como oro en paño. Tú, Señor, eres mi vida y centro de mi camino. Ya, siendo joven, e impulsado por el Espíritu, compartí, en una oración carismática, que Tú eras el centro de mi vida y representabas todo para mí, hasta el punto de, sin Ti, perder el sentido de mi vida. Y hoy, muchos años después, a pesar de haber pasado mi noche ciega y oscura, te doy las gracias por descubrirme en tu presencia esforzándome y perseverarando en tu Palabra.

Dame, Señor, firmeza y voluntad para continuar con paso firme por ese camino que me lleva a Ti. Gracias por el gozo de estar en tu presencia, y de compartir mi vida, que es Tuya por la libertad que me has dado, contigo. Te pido Señor paz, sabiduría y fortaleza para continuar en esta lucha por el camino que conduce a Ti, superando las dificultades y peligros que me acechan.

 No dejes que mi apatía, mis pecados y mis apegos me puedan y duerman ante la sorpresa de tu venida. Sostenme bien despierto y vigilante para que cuando decidas venir, Señor, esté atento y preparado esperándote. Amén.


domingo, 6 de julio de 2014

GRACIAS SEÑOR POR TU DESCANSO, PORQUE MI FATIGA ME PUEDE



En muchos momentos del camino, mi corazón sufre la tentación de descansar. Pero un descanso del que no quiere volver a levantarse. Un descanso con olor a huida, a desertar, a continuar el camino a mi ritmo y según mis pasos, y a perder de vista los tuyos Señor. Un descanso donde, al siguiente paso, sean mis ideas las que manden y señalen el camino, y las Tuyas Señor, queden marginadas o para cuando convengan utilizarlas.

Un camino donde mande yo, y tu propuesta quede en un segundo plano. Las cosas claras Señor, ¿qué saco con engañarte? Tú lo sabes todo, y aunque no lo diga o lo comparta con los compañeros de camino, Tú lo sacarás a flote cuando lo creas conveniente. Y siempre eso será lo mejor. 

Por eso lo comparto y lo cuento. Pero también te digo, y Tú también lo sabes, que quiero descansar en Ti. Quiero poner sobre tus hombros, ofrecidos y disponibles por amor, todas mis fatigas, mis tentaciones, mis intenciones de huida, mis desfallecimientos, mis penas y también mis alegrías. Y sólo pensarlo, y dar mis primeros pasos, en hacerlo experimento descanso, fuerzas, paz, sosiego, fortaleza y deseos de seguir el camino a tu lado y contigo.

Sí, Señor, Tú eres mi fortaleza y mi refugio, y en Ti encuentro descanso y paz para, reanimado, seguir la batalla con esperanza. Sé que no acabará la lucha y la fatiga, pero la experimentaré y sufriré de otra forma, a tu estilo, contigo y con la esperanza de saberme vencedor.

Porque llegará el día que estaré delante de tu Casa, y entonces todo cambiará y el descanso eterno llegará. Perdona Señor por atreverme a dudar y ser tan pobre y pecador. Saberme perdonado mueve mis pies y enciende mi corazón a seguir el camino. Amén.

jueves, 29 de agosto de 2013

ESPÍRITU SANTO, FORTALÉCEME



Sin Tú Fuerza Señor nada podré hacer. Necesito el don de fortaleza y de sabiduría para, no sólo vivir tu Palabra, sino para proclamarla con valentía y firmeza, tal hizo Juan en el Jordán. Dame el don de discernir y de palabra para transmitir la Verdad de tu Evangelio.

Soy consciente Señor de tu presencia y de tu Grandeza. Nada soy sin Ti, y todos mis éxitos son tus Éxitos; todos mis méritos son tus Méritos. Todo es para Gloria tuya, porque de Ti proviene todo.

Dame la sabiduría de saber, como Juan, de apartarme para dejarte a Ti, Señor de la Vida y la Muerte, y que sea tu Gloria alabada por todos los hombres. Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, Señor. Lléname de tu Fortaleza para, siendo humilde, saber menguar para que Tú crezca.

Enséñame a transmitir tu Mensaje y a darte a conocer por medio de mi humilde vida a todos los hombres que pones en mi camino, y a perseverar a pesar de todos los obstáculos que se presentan en mi camino.

sábado, 1 de junio de 2013

TÚ TIENES PALABRA DE VIDA ETERNA



Sólo Tú, Señor, tienes Palabra de vida eterna. Y esa es nuestra fe en Ti, Dios mío, porque solo Tú has hablado con la autoridad de Aquel que tiene la Verdad Absoluta y en el que se ha cumplido todo lo profetizado hasta la Resurrección.

Has dado la vida por nosotros y tu amor no tiene limites hasta el punto de amarnos sin condiciones. Señor, Tú soportas mi indiferencia, mis rechazos, mi soberbia, mis egoísmos, mis prioridades, mis caprichos, mis vanidades, mi orgullo... Y lo haces en silencio, pacientemente, sin alborotos, sin ruidos, amorosamente con misericordia y lleno de amor.

¿Cómo puedo yo actuar de otra manera con mi prójimo? Tu Palabra y Vida me da fuerzas y ánimo para yo también esforzarme en actuar con los demás de la misma manera. No tengo disculpas, ¿cómo yo no soy capaz de soportar a los de mi entorno y comunidad?

Dame Señor las fuerzas y la sabiduría de soportar todas esas pruebas de amor en el Espíritu Santo, que me acompaña, me asiste y me fortalece según tu promesa.

jueves, 2 de mayo de 2013

PERMANECER EN TU AMOR, SEÑOR



Quiero y te pido, Señor que me des la sabiduría y la fortaleza en mi voluntad para permanecer en tu Amor. Para que de esa forma, tu Alegría sea mi alegría, y tu paz inunde y llena plenamente mi corazón. Soy consciente de la difícil que me va a resultar permanecer en tu amor en el camino de este mundo, pero no permitas que lo emprenda yo solo, pues fracasaría con toda seguridad.

El enviarnos el Espíritu Santo descubre que Tú sabes lo difícil que es para nosotros permanecer en Ti, y eso me da esperanza porque habla de tu Amor y de que estás pendiente de nuestros pasos. Nos proteges y acompañas. Gracias, Dios mío, por tu complacencia y misericordia.

Sé que lo difícil en el camino no es llegar, sino perseverar y caminar cada día en ese camino de relación diaria contigo. Orar y celebrar la vida en Ti Señor es la cuesta empinada de nuestra propia cruz que, en este mundo, se nos presenta a cada instante como prueba y lucha sin cuartel. 

Y es que nuestro modo de amar y perdonar al prójimo no es solo cuestión de un rato, de una etapa en nuestra vida, de unos instantes, de hacerlo con ciertas y determinadas personas. Cuando me apetece o me sale del cuerpo. No, ese no es el camino que Tú quieres, y esa no es la forma de transmitir ni ser cristiano. Por ahí miento cada vez que me relaciono contigo.

¡Dios mío, qué equivocado estoy cuando pienso que puedo hacerlo yo solo! ¿Cómo caminar sin tu asistencia, sin tu ayuda, sin permanecer en tu Amor? ¡Qué bajo volamos, qué poco lejos llegamos, qué pronto nos cansamos... de Ti, Señor.