Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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domingo, 25 de julio de 2021

PAN Y PALABRA

 

 

Hay palabras
sin golpes de azada,
ni sol en la piel,
ni fermento en las entrañas,
ni piedras de molino,
ni fuego de horno,
ni aroma de ternura.
¡Hay palabras que no son pan!
Hay panes
que no tienen sosiego,
ni miran a los ojos,
ni llaman por el nombre,
ni abren el rostro,
ni comparten el alma,
ni saben a infinito.
Hay panes que no son palabra!
Yo busco un pan que sea palabra
en el encuentro.
Yo busco una palabra
que sea pan
en el desierto.

(Benjamín González Buelta, sj)

sábado, 24 de abril de 2021

DENTRO DE MÍ HAY UN CHISPA DE ETERNIDAD QUE MUEVE MI VIDA

 

Hacemos muchas cosas que, de forma inconsciente, no nos damos cuenta de su verdadera importancia. No llegamos a valorarlas hasta que el tiempo nos las descubre. Son como chispas que saltan de nuestro interior - corazón - sin llegar a conocer de donde vienen y quien las ha puesto dentro de nosotros. El caso es que nos mueven y nos inclinan a actuar. Y, sin embargo, hay un denominador común en todos esos actos, la búsqueda de la felicidad. Y, no una felicidad cualquiera, sino una felicidad eterna.

Esa es la búsqueda que contradictoriamente no se encuentra en este mundo. Y, Jesús, que lo sabe se ofrece como Alimento espiritual para darnos esa felicidad que, empíricamente buscamos de forma equivocada y ciega en este mundo. Porque, en él - mundo - no está. Solo nos saciamos plenamente en el Señor. San Agustín acertó a decirlo: "Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en Ti".

Por todo ello, Señor, queremos pedirte ese Pan de Vida que Tú nos ofreces como alimento que nos fortalece, nos llena de tu Gracia y nos prepara y anima espiritualmente para consustanciarnos con tu Cuerpo y tu Sangre y, parafraseando las palabras de Pablo, también poder proclamar que no somos nosotros los que vivimos, sino que es Cristo que vive en nosotros. Amén.

domingo, 14 de junio de 2020

EL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO


Juan 6,51-58 - vivirá para siempre - Roguemos al Señor



H I M N O

Altar de Dios: el centro de la vida
con el Señor en medio de su pueblo,
mesa del pan que a todos nos convida
a reunirnos en un mundo nuevo.

Altar de Dios: la fuente de aguas vivas
para saciar la sed del universo:
"Que todos sean uno" en Jesucristo,
la oración del Señor, su testamento.

Pueblo de Dios, escucha su palabra,
que está el Señor presente entre los hombres;
pueblo de Dios, camino de la patria,
convoca a la unidad a las naciones.

Venid a la asamblea, de Dios es la llamada,
que nadie quede fuera, de todos es la casa.
Miembros de Cristo fieles, y de su amor testigos,
pueblo de Dios, de paz sediento y peregrino.

Pueblo de Dios, escucha su palabra,
que está el Señor presente entre los hombres;
pueblo de Dios, camino de la patria,
convoca a la unidad a las naciones.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.

viernes, 24 de abril de 2020

BENDICIÓN IRLANDESA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 
Que los caminos se abran a tu encuentro, 
que el sol brille sobre tu rostro,
que la lluvia caiga suave sobre tus campos,
que el viento sople siempre a tu espalda.
Que guardes en tu corazón con gratitud 
el recuerdo precioso 
de las cosas buenas de la vida.
Que todo don de Dios crezca en ti 
y te ayude a llevar la alegría
a los corazones de cuantos amas.
Que tus ojos reflejen un brillo de amistad, 
gracioso y generoso como el sol,
que sale entre las nubes
y calienta el mar tranquilo.
Que la fuerza de Dios te mantenga firme, 
que los ojos de Dios te miren,
que los oídos de Dios te oigan,
que la Palabra de Dios te hable,
que la mano de Dios te proteja,
y que, hasta que volvamos a encontrarnos,
otro te tenga, y nos tenga a todos,
en la palma de su mano.

miércoles, 8 de enero de 2020

EL PAN EUCARÍSTICO

Resultado de imagen para Mc 6, 34-44
Podemos relacionar esa preocupación de Jesús por fortalecernos espiritualmente con esa compasión para aliviar nuestra fatiga corporal con el pan de cada día. El pasaje evangélico de hoy nos presenta esta significación dual de la compasión de Jesús por sostenernos tanto corporal como espiritualmente. Es posible que, acostumbrados a comulgar con frecuencia, nos acostumbremos a hacerlo con cierta rutina y como algo ritual en nuestra vida.

Sería muy importante tomar conciencia de esa posible dualidad espiritual y tener presente que en la comunión, y si es cada día mejor, recibimos el alimento espiritual y corporal para sostenernos en la fe y en la presencia del Señor. Puede ocurrir que no lo hagamos consciente y, como humanos y pecadores, se nos vaya el santo al cielo en muchos momentos. De eso soy plenamente consciente y pido perdón al Señor de todos mis despiste, relajaciones y rutina que me alejan del misterio y de la importancia del significado de recibir al Señor sacramentado.

Por eso, Señor, aprovecho este momento de reflexión para pedirte que me des conciencia del significado de que de Ti mismo reciba ese Pan Eucarístico que me da la vida y la fortaleza para seguir el camino que Tú, mi Señor, me ofreces como alimento para el camino. Gracias, Señor, por tanto amor. Amén.

martes, 7 de mayo de 2019

DAME, SEÑOR DE ESE PAN

Resultado de imagen de Jn 6,30-35
En este mundo todo lo que puedo encontrar es perecedero. El alimento, digamos inmaterial de mi espíritu se desvanece como el humo. Mis ambiciones, vanidades, ideales, motivaciones, objetivos, glorias y honores se corroen y oxidan con el tiempo hasta llegar a desaparecer. Todo aquí abajo perece. Por eso, buscar las cosas de este mundo no tiene sentido. Sin embargo, son las cosas de arriba, sobre todo el Alimento que perdura lo que debe ocupar el centro y la búsqueda de nuestra vida.

Y ese alimento está en el Señor Jesús. Él nos dice hoy: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed». Ese es el Pan que debemos buscar, un Pan que sacia plenamente y nos quita el hambre y la sed. Y, conscientes que estoy amenazado y esclavizado por el mundo, demonio y carne, te suplico, Señor, que me liberes de esas esclavitudes y me sostengas alimentado por tu Espíritu.

Dame, Señor, de ese Pan que me alimenta mi espíritu y me fortalece ante las amenazas que recibo de este mundo. Mis apetencias y mi naturaleza se ven asediadas y seducidas por las tentaciones de este mundo, que, aun siendo perecedero, me seducen y me atraen. Mi naturaleza humana, herida y tocada por el pecado está sometida a las influencias y seducciones del demonio y, sin tu Gracia, Señor, me siento débil para poder resistirme y luchar contra ellas.

Por eso, quiero, Señor, estar y permanecer en tu presencia y alimentarme de ese Pan de Vida que Tú me ofreces con tu Cuerpo y tu Sangre. Fortalece mi voluntad y mi perseverancia para no perderte nunca de vista y para que seas Tú, mi Señor, la primera y única opción fundamental de mi vida. A Ti, Señor, me confío y entrego mi vida, a pesar de las debilidades de mis concupiscencias y mis pecados, en la confianza de que Tú me transformes, me limpies y, con tu Infinita Misericordia, me perdones. Amén.

domingo, 12 de agosto de 2018

SUJETOS A LA CARNE

Resultado de imagen de Jn 6,41-51
A veces cuando hablo con alguien que se resiste a creer saca a relucir lo que realmente no se puede explicar ni cabe en nuestra cabeza. Con cierta riza irónica se asombra de que pueda creer que el nacimiento de Jesús ocurrió de la manera que la Biblia lo describe. No entienden como una mujer virgen pueda haber dado a luz. Están pegados a la carne y a la sangre.

Por otro lado se agarran a la razón y no creen lo que no pueden entender o no han visto. Les gusta mucho eso de argumentar científicamente, pero, a pesar de eso, dan muchas cosas por hechas sin ninguna prueba científica. ¿Quién hizo el mundo? ¿Se ha hecho a sí mismo? ¿Quién ha puesto dentro de nosotros ese deseo de felicidad eterna? Y muchas preguntas más que los científicos no pueden responder.

La clave es Jesús. Ese es mi argumento principal. Aparece Jesús y con su Vida y sus Obras revela al Padre que lo ha enviado. Ese Dios creador del mundo presenta a su Hijo entre los hombres y, en Él, cumple todas sus promesas, y por Él, por los méritos de su Pasión y Muerte, nos rescata y redime para la salvación eterna. Él es el Pan que da Vida y que no muere. Hasta entonces todo lo que Dios había dado a su pueblo tras la liberación de Egipto era alimento perecedero que no da vida eterna. Ahora es otra cosa, este sí es el Pan verdadero que salva y da Vida Eterna.

Jesús es la salvación que el Padre nos había prometido y que nos lo presenta en el Jordán. Él lo explica todo y desde Él se entiende todo. Su Resurrección es el fundamento de nuestra fe. En Él dejamos todas nuestras dudas, nuestros inexplicables razonamientos, nuestras esperanzas y nos abandonamos en sus brazos. Porque, Tú, Señor, eres el Pan que nos salva y que nos das la Vida Eterna. Amén.

martes, 17 de abril de 2018

¿A DÓNDE VOY, SEÑOR?

Resultado de imagen de Jn 6,30-35, por Fano
¿Dónde busco el elixir que me dé la Vida Eterna? Porque, todos los hombres queremos vivir eternamente. No encontraríamos a nadie que dijera lo contrario. Y si así fuera, pensaríamos enseguida que está loco. Sí, todos queremos la vida eterna, pero, pronto nos damos cuenta que en este mundo no se encuentra. Y, es más, sabemos que esta vida termina con la muerte.

Ahora, ¿por qué dentro de nuestro corazón hay un impulso que nos invita a vivir eternamente? Porque, es verdad, todos experimentamos un gran deseo de alargar nuestra vida con la esperanza que nunca termine. Misteriosamente está escrito en nuestro corazón, y sólo lo puede poner Aquel que tiene poder para darla. Y ese es el Señor, el Pan de Vida Eterna que, bajado del Cielo, se nos ofrece hoy.

Gracias, Señor, por dejarnos esta hermosa y esperanzadora confesión. Yo creo firmemente en tu Palabra, porque sin Ti me experimento perdido, confundido, sin esperanzas y sin saber dónde ir. Porque, tu Palabra se corresponde con lo que me dicta mi corazón. Quiero vivir eternamente y en plenitud de gozo, y eso Tú, Señor, me lo ofreces. Y con tu Resurrección das crédito y firmeza a tus Palabras. Gracias, Señor.

Hoy nos regala una confesión marivillosa que nos descubres tu inmenso Amor y Misericordia:  «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».

Yo también, Señor, quiero pedirte ese Pan del Cielo, para vivir eternamente a tu lado y saciar mi hambre y mi sed. Te pido, Señor, que nunca me aleje de Ti para recibir ese Pan de Vida que me da todo lo que mi corazón busca y desea.

viernes, 13 de abril de 2018

YO QUIERO ALIMENTARME DEL PAN VIVO DE TU CUERPO

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Quiero, Señor, recibir de tus Manos el Pan que me da la Vida, tu Vida, y me hace hijo del Padre celestial y hermanos entre nosotros. Porque, Tú das el verdadero alimento que nos da la Vida Eterna y nos invade de paz y felicidad. Sin embargo, para eso tengo que estar en tu presencia, es decir, seguirte y abrirme a tu Palabra. Seguirte, Señor, a pesar de la dificultad del camino, lo desolador del desierto y las penurias y batallas que presenta la marcha de cada día.

No por ser hijo del Padre Celestial, por los méritos de nuestro Señor Jesucristo mi vida va a ser mejor que las que le dan la espalda al Señor y se resisten a ser sus hijos. El ejemplo está en Jesús, el verdadero Hijo de Dios, que por sus méritos entregando su Vida gana para nosotros el perdón del Padre y el ser considerados sus hijos, pero, para ello, ha entregado su Vida y ha padecido su Pasión y Muerte.

No ha sido la vida de nuestro Señor un camino de rosa, y hasta suplicó en su última hora de muerte el abandono del Padre. Pero, al final, entregó su Vida en sus Manos. Jesús nos marca el camino y nos lo dice muy claramente: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Él es el ejemplo a imitar y a seguir. Él es nuestra referencia y modelo.

Pidamos al Señor que, siguiendo al Señor, seamos capaces de afrontar nuestra vida con el mismo espíritu que la afrontó Jesús. Pidamos al Señor la sabiduría y fortaleza para ponernos en Manos del Espíritu Santo y, asistidos y auxiliados, seamos fuertes para soportar todo lo que la vida nos exija y nos presente. Pidamos que sepamos entender que este mundo es un camino, a veces de penurias, de sacrificios y de lucha, y otros de cierta felicidad y tranquilidad, pero siempre vamos a tener la amenaza de la tentación del pecado.

Pidamos, con fe y confianza, que sepamos entender que seguir al Señor no es un camino de rosa, pero sí es el camino que da sentido a nuestra vida y nos conduce a la otra vida, la trascendente, en donde alcanzaremos la verdadera paz, felicidad y Vida Eterna. Amén.

domingo, 18 de junio de 2017

SEÑOR, TÚ ERES PAN DE VIDA ETERNA

Nos empeñamos en buscar la felicidad, y en ser eternos. Esos son los sentimientos que viven en nuestro corazón. Queremos ser felices y que esa felicidad sea eterna. Sin embargo, en nuestra experiencia vital vamos descubriendo y experimentando que este mundo no nos da esa felicidad eterna. Lo más que logramos es satisfacer nuestras apetencias y placeres, pero, como mismo empiezan, terminan. Todo es caduco y nos deja insatisfechos.

Y nosotros buscamos algo perpetuo, eterno y pleno en gozo y felicidad eterna. Y descubrimos a lo largo de nuestro camino que eso en este mundo no se encuentra. El pan material no nos da la vida eterna ni tampoco la felicidad. Incluso, la felicidad temporal en este mundo, Nos engañamos cuando decimos que somos felices, pues en cualquier momento nuestra felicidad se ve interrumpida y acabada.

Somos seres transcendentes y aspiramos vivir eternamente. Y esa vida eterna el mundo no nos la da. Por eso, recurrimos a Ti, Señor, para que nos des esa vida eterna que tanto queremos y deseamos. Tú eres el pan que nos alimenta y que nos promete vida eterna: «El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre».

Está claro, Jesús es la Fuente da Agua viva, y quien como su Carne y bebe su Sangre vivirá  eternamente, No hay otra alternativa. Crees o no, y no hay otra alternativa. Te confías en el Señor o te resignas a vivir mediocramente hatsa que llegue tu hora y, alejado de Él, pierdes tu vida.

Pidamos esa Gracia al Señor, para que sepamos entender su propuesta y, fiándonos de su Palabra sepamos responder y vivir según sus mandatos. Amén.

viernes, 5 de mayo de 2017

ANUNCIANDO AL SEÑOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA


Toda oportunidad es buena para anunciarte. Porque cuando estamos mostrándonos atento, servicial, oyente y dispuesto a la ayuda, estamos amando. Porque amar es buscar el bien de todos los hombres. Un bien que se esconde en la justicia, en el respeto, en la verdad y la igualdad. Un bien que se concreta en el amor, que significa todo lo dicho anteriormente.

Cada instante de nuestra vida es bueno para relacionar y enlazar a los hombres con Dios. Y lo haces cuando tu vida respira comunión con Dios; lo haces cuando tu relación con los demás está fundamentada y apoyada en Dios. Tus palabras y tus obras le anuncian y le transparentan. Porque, Dios está en tu vida y en la de los demás. Sólo tenemos que estar atentos y disponibles para dejarnos guiar por el Espíritu Santo.

Esa es tu predicación, coherencia de vida y de palabra. Y también de pensamiento. Cuando se presenta descoordinación entre unos y otras, todo parece debilitarse y no transmitir. Y es eso lo que, precisamente, Señor, te venimos a pedir hoy. Coherencia entre nuestras palabras y nuestras vidas.

Que sepamos dar verdadero testimonio de tu Palabra con nuestra palabra y vida. Porque, Tú eres el Pan de Vida que nos da verdadera Vida Eterna. Amén.

sábado, 16 de abril de 2016

LA MATERIA PERECE, EL ESPÍRITU DA VIDA



Vivimos en un mundo caduco que tiene sus días contados. Experimentamos el deterioro paulatino y continúo del planeta tierra, y, a pesar de eso, son pocos los que levantan la mirada hacia Ti, Señor, y creen en tu Palabra de Vida Eterna. Incluso, no apreciamos la ceguera que no nos deja verte. Y, lo peor, nos conformamos y aceptamos esta vida corta y pobre que el mundo nos ofrece. Realmente, ¿a dónde vamos?; ¿qué ciegos estamos?

Llena de Luz, Señor, nuestra cabeza, para que, iluminada por tu Espíritu, nos despierte y nos abra nuestros ojos cegados por las luces de este mundo caduco. Inunda, Padre, nuestros corazones de fe y sabiduría, para que, cómo los apóstoles, sepamos permanecer junto a Ti guardando tu Palabra y viviendo tu Vida.

Señor, nos sabemos pecadores, torpes y a merced, sin tu Gracia, de los placeres y tentaciones de este mundo. Te pedimos que en el Espíritu Santo nos asiste y auxilie para, venciendo las tentaciones de este mundo, podamos alcanzar esa Vida Eterna que Tú, Dios mío, nos ofrece. Amén.

viernes, 15 de abril de 2016

QUIERO, SEÑOR, ALIMENTARME DE TU CUERPO Y TU SANGRE

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Sé que no hay otra alternativa. Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna, y aunque yo sé que mi vida va muy por debajo de las circunstancias y no merezco tal dignidad, me acerco a comulgar siempre que puedo con el firme propósito de alcanzar el estar a la altura que Tu, Dios mío, me pides.

Sé que no lo voy a conseguir por mis propias fuerzas, y tampoco por mis méritos, pues mis obras y mi vida no alcanzan ni merecen tu Misericordia. Todo será por tu Gracia, Señor, y por tu Misericordia, que por los méritos de nuestro Señor Jesucristo nos perdonas todas nuestras miserias y pecados.

Por eso, ayudado por mis buenas intenciones, acudo, Señor, cada día a recibir tu Alimento, para que confortado en Él pueda encontrar las fuerzas y la sabiduría para vivir en Ti como Tú me has prometido. Experimento que me cuesta y que no doy la talla. Experimento que, antes muchas personas de mi familia te dejo en mal lugar, o, al menos no como a mí me gustaría. Experimento que me falta mucho y que no adelanto, pero quiero expresarte mi confianza y mis deseos de dejarme transformar por tu Espíritu.

Y, hoy, Señor, te pido fuerzas, constancia, perseverancia, sabiduría y luz para saber caminar hacia Ti. No quiero otra cosa sino eso, y también todo aquello que Tú creas que me viene bien para crecer en santidad y sabiduría como a Ti te gusta. En Ti confío, Señor y en Ti pongo todas mis esperanzas. Amén.

jueves, 14 de abril de 2016

NO HAY OTRO CAMINO SINO PEDIRTE, SEÑOR, QUE NOS AUMENTES LA FE




Podemos hacer grandes cosas; podemos prepararnos hasta saber mucho; podemos emplear las mejores herramientas y estrategias para evangelizar, y hacer muchas cosas más, pero si no tenemos fe, muy poco avanzaremos. Porque la fe es saber y creer que todo nos ha venido de Dios, y que todo nos lo ha enseñado Dios, y que todo lo hará fructificar Dios. Y que nuestros medios son escucharle y ponernos en sus Manos dirigidos por el Espíritu Santo.

Bien, es verdad, que eso no significa permanecer con los brazos cruzados, ni mucho menos. Significa que nuestros pasos son pasos en los que el Espíritu está siempre presente y tomado en cuenta. Significa que, a pesar de signos contrarios y tempestades que echan todo abajo, sabemos que Tú, Señor, estás ahí nos ves, nos mira y atiendes nuestra súplicas, y nos dará lo que más y mejor nos conviene.

Y nosotros, confiados y abandonados en tus brazos, seguimos adelante con nuestro trabajo y esfuerzo. Porque sabemos la promesa de tus Palabras: Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.

Y es más, sabemos por experiencia que todo los que dices se cumple, porque todo lo que se ha profetizado en Ti, Señor, ha tenido completo cumplimiento. Las Sagradas Escrituras, sobre todo en el Antiguo Testamento,  son un rosario de profecías y promesas que tienen su cumplimiento en tu Persona, Señor. Y, como estaba profetizado, has Resucitado. ¿Cómo no vamos a creer en tu Palabra de Vida Eterna?

Danos, Señor, la Gracia y la sabiduría de crecer en tu escucha y Palabra, y aumenta nuestra fe hasta el punto de que nuestra vida sin tu Vida no pueda moverse como si del aire se tratara para vivir. Amén.

martes, 12 de abril de 2016

INCRÉDULOS COMO HOY



Poco ha cambiado en lo sustancial. Hoy, como ayer, la gente sigue exigiendo signos y señales que les convenzan de la identidad del Hijo de Dios. Después que Jesús ha hecho el milagro de la multiplicación de panes y peces, donde asombrados querían proclamarlo rey, hoy, la euforia ha desaparecido y quieren, como si de un sueño se tratara, que les repita un nuevo signo de poder.

Lo mismo nos ocurre hoy. Después de un retiro, reflexión o encuentro con el Señor, salimos extasiados y eufóricos por aclamar al Señor como Señor, valga la redundancia, de nuestra vida. Pero pasado unos días las dudas vuelve a nacer en nuestro corazón y, también, el deseo de volver a un retiro o ejercicios para tener la oportunidad de cerciorarnos y creer de nuevo.

Me viene a la mente lo que responde Abraham al rico, de la parábola, cuando le pide que envíe a Lázaro a casa de sus hermanos para que crean viéndole resucitado crean. Y Abraham le responde que si no hacen caso a Moisés y los profetas, tampoco creerán por ver a un muerto (Lc 16, 19-31).

Ante tanta pobreza y pecados, Señor, aprovechamos para pedirte sabiduría y perseverancia. La seducción del mundo es fuerte, y nuestra humanidad pecadora es fácil de vencerla. Sólo, permaneciendo en Ti, Señor, podemos superar la tentación y perseverar en tu Palabra. Y eso nos remite a no apartarnos de Ti, a pedirte ese Pan que nos da la Vida y nos sacia el hambre para siempre.

Y aumenta nuestra fe, porque somos débiles y frágiles, y nuestro camino está lleno de obstáculos que nos dificultan y amenazan con separarnos de Ti. A menudo, nuestros pecados, nos remuerden la conciencia y nos sugieren que abandonemos el camino y te olvidemos. 

No permitas que pensemos así, y a pesar de ellos danos la fortaleza y la humildad de aceptarlo y, reconociéndonos pecadores, tener siempre la confianza en tu Misericordia, porque Tú, Señor, has venido para eso, para perdonarnos nuestro pecados y llevarnos a la Vida Eterna. Amén.

domingo, 23 de agosto de 2015

UN ESTIMULO, UN MOTOR, UN CAMINO



La vida necesita estar llena de ideales. Los primeros años están dedicados a descubrir el mundo que nos rodea, los juegos, las diferencias, la competitividad, los afectos, los sentimientos...etc. Más tarde se abre un abanico de posibilidades, los estudios, los primeros enamoramientos... Y sin darnos mucha cuenta llegamos a la edad adulta. Y es ahí donde hay que definir nuestro camino.

Porque la vida se nos va estrechando, y al final nos vamos cansado de estar siempre en el mismo lugar. No avanzamos y la vida se nos acaba. Buscamos una respuesta y un sentido al camino y recorrido de nuestra vida, porque el que recorremos por las cosas de este mundo no termina de llenarnos. Es el momento de buscar el único y verdadero Ideal: El Alimento espiritual que nos dará la Vida Eterna.

Y eso es lo que hoy te pedimos Señor, que nuestra vida sea una búsqueda del verdadero Alimento. El Alimento que nos da la Vida Eterna y la plenitud gozosa. Porque el alimento que encontramos en este mundo es alimento caduco que no sirve de nada.

Te pedimos que sepamos encontrar el verdadero sentido de nuestra vida. Y ese verdadero sentido ere Tú, Señor. Porque la vida sin Ti, Señor, no tiene sentido. ¿A dónde vamos? Razón tenía Pedro cuando exclamó: ¿A quién iremos, Señor? Sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna.

Quién puede darnos el verdadero alimento espiritual que sea el estimulo, el motor y el camino que nos alumbre y dé sentido a nuestra vida. Porque todo lo demás termina al final en la basura, y eso ni tiene sentido ni vale para nada. Sólo en Ti, Señor, descansa nuestra vida y nuestra esperanza. La esperanza de responder a esa pregunta que anida y vive en lo más profundo de nuestro corazón.

En Ti, Dios mío, todos los actos de nuestra vida cobran sentido, porque el amor que sentimos y que damos dan razón y sentido verdadero y auténtico a nuestra vida. Tú has venido a enseñarnos el significado del único y verdadero amor. Gracias Señor. Amén.

domingo, 16 de agosto de 2015

DAME SEÑOR HAMBRE Y SED DE TI



Sé que Tú Señor eres el alimento que me das la Vida Eterna, pero, a pesar de saberlo me cuesta seguirte y alimentarme de tu Espíritu bajo la especie de pan y vino. Llevo un largo tiempo haciéndolo, pero no te puedo ocultar que hay días que me cuesta. Y sé que Tú lo sabes, porque a Ti no se te esconde nada.

Y también hay días que experimento la sensación de quitarte pronto del medio. Acudo a misa temprano y siento como que ya estoy liberado de tu visita. No ocurre lo que quiero, gozar de tu presencia y de estar contigo, y, sobre todo, de alimentarme de tu Cuerpo y Sangre. Sabes, Señor, que hay días, dos a la semana, que como tu Cuerpo en la Hostia, empapada con tu Sangre.

Sin embargo, experimento esa sensación de cumplir con esa visita y dejarme ya liberado de tu presencia. No sé si es eso exactamente. Se hace difícil poder explicarse, pero siento algo así. Y sé que Tú lo sabes mejor que yo, Señor. Por eso acudo a Ti, para que abras mi mente y me lo hagas saber, y me des la Gracia de saborear y gozar de tu presencia. 

También te pido al mismo tiempo, Señor, que me aumentes la fe y me des la capacidad de sentir el gozo y la felicidad de estar contigo y en tu presencia. Y de poder transmitir esa paz y alegría que tiene que notarse de estar contigo. Amén.

domingo, 9 de agosto de 2015

SIMPELEMENTE, GRACIAS, SEÑOR



¿Qué puedo decir? ¿Acaso puedo entender lo que Jesús, mi Señor, me ofrece? ¿Y acaso lo merezco? Todo es Gracia suya por su Amor y Misericordia. Cuando tienes la capacidad de asombrarte por tanto bienes recibidos, materiales e espirituales, y de forma inmerecida, porque no eres digno ni de que el Señor te mire, te haya creado y encima quiera salvarte para la vida eterna, te quedas sin palabras.

Tragas nudos y te asombras, y ese poder asombrarte es también Gracia del Señor. Experimentas que tu capacidad es pequeña, pobre y muy limitada. ¡Vaya grandeza la del Señor! Experimentas que el advertir esa presencia del Señor es por su Voluntad y te quedas anonadado, embobecido y sin saber que decir ni que hacer. Simplemente, gracias Señor.

Gracias por quedarte y hacerlo por Amor; gracias por buscarme y esperarme como nos contó tu Hijo Jesús al hablarnos de tu Amor ante aquel hijo prodigo; gracias, sobre todo, por tu Misericordia, porque por ella estoy vivo y tengo la oportunidad de volver a ti. Y gracias, Señor, por encender en mi pobre corazón la llama de tu Amor y de tu presencia, y la chispa de la humildad con la que puedo verte, escucharte y dejarme abrazar por tu encendido Amor y generosidad.

Gracias Señor quedarte bajo las especies de Pan y Vino, y darme la posibilidad de tenerte dentro de mí cada día. Porque, ¿saber?, me esfuerzo, y hasta ahora, después de la vuelta a casa hace ya sobre diez años, no he dejado de visitarte y comer, como Tú me has ofrecido, tu Cuerpo y Sangre, cada día, excepto por enfermedad, viaje o alguna imposibilidad que me lo haya impedido. Tú lo sabes mejor que nadie, pero me gusta decírtelo, tal y como hacen los hijos con los padres.

Bueno, Señor, reitero mis gracias de nuevo, que sé que si tiene algún valor es porque Tú así lo permites, porque hasta el poder amarte es Gracia que Tú nos das. Buenas noches Dios mío.

domingo, 2 de agosto de 2015

NUESTRA EXPERIENCIA ES LA DE BUSCAR CUANDO LO NECESITAMOS



No nos cuesta mucho darnos cuenta, si hacemos una seria reflexión, de que buscamos al Señor cuando la vida se nos pone difícil. Lo del sabio refrán: "Nos acordamos de santa Bárbara cuando hay truenos", o algo parecido, es la pura realidad contrastada en la experiencia de nuestra propia vida.

Es verdad que nuestra naturaleza débil y frágil necesita de muchas cosas. No solo de pan vive el hombre, sino también de toda Palabra que sale de la boca de Dios. Y esa debe ser nuestra dirección en esta vida. Buscar, a parte del pan material, que necesitamos, el Pan espiritual que se nos ofrece en Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».

Por eso, Señor, hoy te pedimos esa Gracia. La Gracia de movernos, no sólo por el pan material, sino de forma muy especial por el Pan espiritual que da la Vida Eterna. Ese Pan que eres Tú mismo, Señor, y, por amor, te nos ofrece a cada uno de nosotros.

Te pedimos, Señor, que nos liberes de las apetencias materiales que nos alejan de Ti, y que sólo nos mueven a buscarte por los intereses de la carne y del egoísmo que encadena nuestra naturaleza humana. Danos la fuerza de romper nuestras cadenas carnales y liberarnos, para siendo libres, movernos a seguirte por el puro y verdadero amor.

Creemos en Ti, Señor, y queremos pedirte que nos des ese Pan de vida para saciar nuestra hambre y nuestra sed para toda la vida. Amén.

martes, 21 de abril de 2015

ALIMENTARNOS DEL PAN DE TU CUERPO Y TU SANGRE



No es fácil seguir tus pasos, ni alimentarnos de tu Cuerpo y Sangre. Cuesta perseverar y, sobre todo, mantener esa actitud a pesar de las dudas, la sensación de perder el tiempo, o la experiencia de no parecer cambiar, ni mejorar o sentirte. Cuesta bastante.

Y creo que a los discípulos les pasó lo mismo. Incluso a pesar de presenciar signos y señales extraordinarias que Tú, Señor, les hiciste para avivar su fe y su inquietud. Cuánta gente pudo presenciar directamente tus signos y no se abrieron a tu Palabra. Hubo muchos que sí, pero sabemos que otros muchos no, al menos aparentan, no haber respondido.

Y hoy sigue ocurriendo lo mismo. Mucha indiferencia y rechazos a tu Palabra. Consideran una pérdida gastar tiempo en escucharla o prestarle atención. Na dan crédito a tus señales, o le dan interpretaciones que fabrican ellos mismos. Creo que de aparecer nuevas señales todo sería igual. Solo les interesa para que les cure o les saque de alguna situación difícil, pero nada más. Para lo demás se bastan ellos solos.

Están ciegos y se dejan guiar por ciegos. Sus pasos no tienen sentido y su camino es un camino de perdición. En este contexto, Señor, te pedimos que los que queremos creer en Ti seamos más digno, auténticos y coherentes con nuestra vidas y tu Palabra para contagiar a los demás. Danos, Señor, tu Pan, Cuerpo y Sangre bajado del Cielo, que nos alimenta y nos sostiene en tu Palabra y en la fe de reconocerte como verdadero Hijo de Dios enviado para salvarnos.

Concédenos, Señor, la Gracia de no desfallecer y de recibir cada día tu Cuerpo y tu Sangre como alimento que nos salva y nos da la Vida Eterna. Amén.