Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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martes, 21 de julio de 2020

Salmo 89: Baje a nosotros la bondad del Señor

61 mejores imágenes de *¸.·'☆¸.·'☆ Reflexiones ...



Ant: Por la mañana sácianos de tu misericordia, Señor.

Para el Señor un día es como mil años,
 y mil años como un día (2P 3,8)
Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.

¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.

Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.

¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.

Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción
y sus hijos tu gloria.

Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Por la mañana sácianos de tu misericordia, Señor.

martes, 1 de octubre de 2019

UN CORAZÓN MISERICORDIOSO

Resultado de imagen de Lc 9,51-56
Mi corazón, Señor, esta contaminado por el odio, la ambición, la soberbia, la pereza y la venganza entre otras muchas apetencias. Es el pecado que, aunque lavado en y por el Bautismo, por mi condición humana y pecadora, me hace caer repetidamente cada día. Y necesito levantarme y, limpio, volver a empezar el camino. Gracias, Señor, por esa maravilla del sacramento de la Reconciliación donde me das la oportunidad de volver a limpiarme y resarcirme de todas mis faltas y errores, sobre todo de ese deseo irrefrenable de venganza ante las ofensas recibidas.

En el Padrenuestro, la oración que nos enseña Jesús, pedimos el pan de cada día. Pero, no sólo el pan material, sino también el espiritual que nos da firmeza y sujeta nuestra fe por la Gracia de Dios Padre. Y también pedimos el perdón de nuestros pecados, que trae como condición indispensable el perdonar también nosotros las ofensas recibidas de los otros. No podré recibir la Misericordia de Dios si yo no estoy dispuesto a, contando con su Gracia, perdonar a los demás, incluso a mis enemigos.

Y es que Jesús, el Señor, no sólo nos lo enseña y nos lo dice, sino que nos da ejemplo. En el Evangelio de hoy comprobamos como Jesús reprende a Santiago y Juan cuando manifiestan el deseo de vengarse y de arrojar fuego sobre los habitantes de aquella aldea de Samaría por no acoger a Jesús. El Señor le invita  a irse a otro sitio sin responder a ese rechazo de acogerlos.

¿Me dice eso algo a mí? ¿A cuántos que me han ofendido me resisto a darle mi perdón y les aguardo una oportunidad para vengarme? ¿Cómo es posible que no escuche ni medite lo que Jesús me dice en y con su Palabra? Realmente, ¿mantengo esa actitud en mi corazón o, abierto a su Misericordia le suplico que me transforme y me dé un corazón misericordioso?

La Palabra no es solo para conocerla sino para, conocida, vivirla. Al menos intentarlo, pues de no ser así estaremos siendo indiferente, como ayer el rico epulón respecto al pobre Lázaro. Pedimos vencer esa indiferencia y estar atentos al dolor que nos rodea y no responder con venganza. Amén.

sábado, 27 de octubre de 2018

SALVADOS POR TU MISERICORDIA

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No merezco la salvación, Señor, porque soy un pecador. Nunca haré méritos para merecerla y si la recibo es por tu Infinita Misericordia. Por eso, no salen de mis labios otras palabras que dar gracias y gracias por tanta misericordia. Misericordia que no llego nunca a comprender, pero que me descubre a un Padre de Infinita Bondad que me salva y está comprometido por amor.

Yo, Señor, quiero mejorar hasta el punto de dar frutos, y experimento en mi camino mi fragilidad. Soy pecador y caigo, y si me levanto, Señor, es por tu Gracia y tu Amor. Necesito tus Manos para levantarme y caminar. Y, también, tu Infinita Misericordia, porque sin ella me es imposible salvarme. No encuentro otra palabra mejor gracias, Señor. 

Gracias por la vida; gracias por la fe; gracias por la fortaleza y sabiduría para dejarme invadir por la Gracia del Espíritu Santo. Gracias, Señor, por tu Misericordia.

jueves, 2 de agosto de 2018

EL PRECIO DE LA LIBERTAD

Resultado de imagen de Mt 13,47-53
Somos libres y, por lo tanto, responsables de nuestros actos. Eso, de alguna manera nos implica y nos advierte de nuestra responsabilidad. Tendremos que responder algún día de nuestros actos, de lo que hayamos hecho bien o no tan bien. Es el sentido común que se desprende del precio de nuestra libertad.

Ser libre significa que tendremos que responder y eso delata un juicio en el atardecer de nuestra vida, como dice San Juan de la Cruz. ¿Y de qué se nos juzgará? Pues, también el sentido común nos dice que del bien y del mal que hayamos hecho. Por lo tanto, no todo importa lo mismo. Es necesario que sepamos cómo actuamos y cómo lo hacemos, y buscando siempre el bien y la justicia.

Hoy el Evangelio, como los de estos días atrás, nos relata la existencia de ese juicio final. Juicio que sabemos que será sobre nuestra capacidad de amar. No se nos pedirá cuenta de las misas, rosarios, padrenuestros y demás, sino de lo que hemos amado y de lo que hemos dejado de amar. Por eso, pidamos al Señor la fortaleza y voluntad de amar y de perseverar en el amor. Sabemos que es una lucha constante, pero contamos con el Espíritu Santo para poder hacerlo.

Confiamos en la Misericordia de Dios, que nos ama y nos invita para que actuemos según su Voluntad. Sólo nos pide que abramos nuestros corazones y que nos abandonemos en sus Manos confiados en su bondad y en su amor. Él nos recogerá y nos llevará al lado de los buenos. Eso te pedimos, Señor. Amén.

domingo, 18 de marzo de 2018

SÓLO QUIERO FIARME DE TI

Resultado de imagen de Jn 12,20-33
Cuanto más me lo propongo más experimento mi impotencia y más se descubre mi egoísmo. Y más me cuesta dominar mi mente y, sobre todo mi lengua. Mis pensamientos no me dejan descansar y siento el deseo de mandar todo a la porra. Está claro que todo esto que sufro es obra del demonio, que lo que pretende es desesperarme y alejarme de la Misericordia de Dios.

Porque, eso es lo que no debo perder de vista, la Misericordia de Dios. Ella es la que me salva y me sostiene con esperanza, y a ella debo confiarme. No me salvan mis buenos propósitos, ni tampoco mis buenas obras, ni nada de lo bueno que haga. Sólo me salva mi fe en Ti, Señor. Porque, por muchas cosas buenas que haga, siempre seré un pecador vencido por el pecado y, perdonado, por tu Infinita Misericordia.

Quiero, Señor, morir a mi lengua y callar profundamente en un silencio compinchado con tu Espíritu, donde yo guarde todos mis deseos y mis suficiencias puestas en tus Manos y abandonadas a tu Voluntad. Pero, experimento esa impotencia que me descubre mis limitaciones, mis pobrezas y mis miserias. ¿Cómo morir a mi propia vida? ¿Cómo darme a la muerte de mi propia vanidad, de mis egoísmos y de mis ambiciones, hasta evangélicas, y evadirme en el silencio de la humildad y la obediencia?

Señor, sólo Tú puedes curar mis heridas sangrantes que inquietan mi alma y la perturban hasta desorientarla y confundirla. Dame la paz de no desesperar y de perseverar en la controversia y confusión. Dame la fe de ponerme en tus Manos, aunque todo me indique que voy perdido o nada se endereza en mi vida. Hay mucha gente sufriendo y yo soy un privilegiado ante ellos. Señor, perdona todos mis desvaríos y desavenencias y acógeme en tu Misericordia.

Señor, guardo silencio y postrado ante tu presencia trato de poner toda mi atención en escucharte. Para ello, silencio todo mi mundo exterior e interior y me esfuerzo en sólo dejar entrar tu Voz. Cura, Señor, mi alma. Amén.

viernes, 23 de febrero de 2018

POR TU MISERICORDIA, SEÑOR, SOMOS SALVADOS


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.
Resultado de imagen de Mt 5,20-26

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. 
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes temor. 
Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora. 
Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y el redimirá a Israel de todos sus delitos. 
(salmo 129)