Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 2 de agosto de 2018

EL PRECIO DE LA LIBERTAD

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Somos libres y, por lo tanto, responsables de nuestros actos. Eso, de alguna manera nos implica y nos advierte de nuestra responsabilidad. Tendremos que responder algún día de nuestros actos, de lo que hayamos hecho bien o no tan bien. Es el sentido común que se desprende del precio de nuestra libertad.

Ser libre significa que tendremos que responder y eso delata un juicio en el atardecer de nuestra vida, como dice San Juan de la Cruz. ¿Y de qué se nos juzgará? Pues, también el sentido común nos dice que del bien y del mal que hayamos hecho. Por lo tanto, no todo importa lo mismo. Es necesario que sepamos cómo actuamos y cómo lo hacemos, y buscando siempre el bien y la justicia.

Hoy el Evangelio, como los de estos días atrás, nos relata la existencia de ese juicio final. Juicio que sabemos que será sobre nuestra capacidad de amar. No se nos pedirá cuenta de las misas, rosarios, padrenuestros y demás, sino de lo que hemos amado y de lo que hemos dejado de amar. Por eso, pidamos al Señor la fortaleza y voluntad de amar y de perseverar en el amor. Sabemos que es una lucha constante, pero contamos con el Espíritu Santo para poder hacerlo.

Confiamos en la Misericordia de Dios, que nos ama y nos invita para que actuemos según su Voluntad. Sólo nos pide que abramos nuestros corazones y que nos abandonemos en sus Manos confiados en su bondad y en su amor. Él nos recogerá y nos llevará al lado de los buenos. Eso te pedimos, Señor. Amén.

lunes, 25 de junio de 2018

SIN LA VERDAD, LA VIDA PIERDE SU VERDADERO SENTIDO

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El sentido común nos dice que la vida debe servir, no sólo para vivirla, sino para en su vivencia ganar algo grande que realmente valga la pena. Diríamos que la vida es y se tiene que aprovechar. Esa es la intención de todos y eso es lo que da sentido a nuestra vida. Pero, tanto tu vida como la mía se pierden sin sentido cuando exiges desde ti y juzgando desde ti sin mirarte y ver primero tus propios defectos antes que los del otro.

Es lo que significamos cuando decimos: ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? Y es lo que ocurre con mucha frecuencia en nuestras relaciones hoy. Si miramos para nuestro interior observamos que lo que nos atrevemos a juzgar lo hemos experimentado y realizado también nosotros, pero, cómo somos nosotros, tratamos de justificarnos. Y encima queremos confesarnos nosotros solos con Dios, para terminar justificándonos también. 

Realmente, la viga que tenemos en nuestros ojos es grande, pero nuestra soberbia, vanidad, y egoísmo nos ciegan y sólo vemos las pequeñas briznas en el ojo del vecino. Es momento de pensar un poco con verdadera humildad y pedir al Señor que nos dé luz y sabiduría para descubrirnos pecadores e incapacitados para juzgar. Sólo el nuestro Padre Dios, juez Supremo podrá juzgarnos porque llega y conoce la profundidad de nuestros corazones. Amén.

lunes, 31 de agosto de 2015

ESPERANZADO EN TU MISERICORDIA



Yo, Señor, quiero ser juzgado por Ti. Juzgado por tu Amor, porque algo encontrarás para, por tanto Amor mostrado, darme la oportunidad de ser perdonado por tu Infinita, Inmensa y Paciente Misericordia. Porque si no alcanzo tu mirada Señor, como cuando Pedro te negó, ¿a quién voy a mirar con la esperanza de alcanzar misericordia?

Tú sólo tienes Amor Infinito para perdonar los pecados, y yo quiero postrarme ante Ti Señor para suplicarte tu Perdón y Misericordia.

Con tu Resurrección todo se ha cumplido desde aquel día que lo proclamaste al tomar el libro del profeta Isaías. Has anunciado el año de Gracia del Señor. Danos Señor la humildad necesaria para ser capaces de aceptar tu Voluntad, y de seguir tus pasos con firmeza y confianza, superando todas las dificultades a las que estamos sometidos y encadenados.

Danos la luz y sabiduría de no atrevernos a juzgarte, ni tampoco juzgar a los que se interrelacionan en nuestra vida. Que aprendamos a respetarlas amándolos como Tú los amas. 

Con todas nuestras fuerzas nos postramos ante Ti Señor, y aceptamos tu Voluntad.

sábado, 18 de enero de 2014

EXPERIMENTAS QUE TÚ NO PUEDES



Esa es mi experiencia. Me siento incapaz de evitar pensar cuando tengo delante a alguien que su apariencia en el vestir, hablar o comportarse me sienta mal y no es de mi agrado. Ni que decir cuando aparenta mala imagen y descuidado. No puedo impedir la entrada en mi mente de pensamientos que juzgan y critican a esa persona excluyéndola o enjuiciándola negativamente.

Por eso me siento impotente e incapaz de evitarlo por mí mismo, y recurro al Señor para que aparte de mí esos pensamientos mal intencionados y carentes de verdad, porque a pesar de que no se debe juzgar, hacerlo sin tener juicios que te den un conocimiento del estado de esa persona es una temeridad. 

Necesitamos la Gracia y la fuerza del Espíritu Santo para poder luchar contra esos pensamientos que se nos cuelan y nos tienta con juzgar a otros sin saber lo suficiente ni poder nunca llegar a las últimas y verdaderas razones e intenciones de su corazón. Ahí sólo puede llegar el Señor. Él único que puede juzgarnos puesto que conoce nuestros últimos pensamientos.

En la presencia del Señor, pidamos la Gracia de saber mantenernos prudentes y liberados de atrevernos a juzgar a nadie por sus apariencias y actos sin saber las razones y las consecuencias que le llevan a ser o vivir de esa manera. Y tener la misericordia de aceptar y comprender esas actitudes, pues no podemos levantar nuestra mano porque nosotros también somos pecadores.

Señor perdona nuestros pecados y ten Misericordia de todos nosotros, pues somos unos pobres pecadores.