Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 25 de junio de 2018

SIN LA VERDAD, LA VIDA PIERDE SU VERDADERO SENTIDO

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El sentido común nos dice que la vida debe servir, no sólo para vivirla, sino para en su vivencia ganar algo grande que realmente valga la pena. Diríamos que la vida es y se tiene que aprovechar. Esa es la intención de todos y eso es lo que da sentido a nuestra vida. Pero, tanto tu vida como la mía se pierden sin sentido cuando exiges desde ti y juzgando desde ti sin mirarte y ver primero tus propios defectos antes que los del otro.

Es lo que significamos cuando decimos: ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? Y es lo que ocurre con mucha frecuencia en nuestras relaciones hoy. Si miramos para nuestro interior observamos que lo que nos atrevemos a juzgar lo hemos experimentado y realizado también nosotros, pero, cómo somos nosotros, tratamos de justificarnos. Y encima queremos confesarnos nosotros solos con Dios, para terminar justificándonos también. 

Realmente, la viga que tenemos en nuestros ojos es grande, pero nuestra soberbia, vanidad, y egoísmo nos ciegan y sólo vemos las pequeñas briznas en el ojo del vecino. Es momento de pensar un poco con verdadera humildad y pedir al Señor que nos dé luz y sabiduría para descubrirnos pecadores e incapacitados para juzgar. Sólo el nuestro Padre Dios, juez Supremo podrá juzgarnos porque llega y conoce la profundidad de nuestros corazones. Amén.

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